Nos encontramos en el mes de la vuelta a las aulas, y apreciamos que los centros educativos cada vez son menos homogéneos, descubriendo una vuelta al “cole” con gran diversidad de motivaciones ante el estudio, culturas, procesos, estilos y ritmos de aprendizaje.
La diversidad es por tanto una realidad que está presente en la sociedad en su conjunto, y esto queda traducido en mayor o menor medida en las aulas de los centros escolares. La cuestión es que sin entender ni gestionar la diversidad no es posible llegar a configurar una educación inclusiva en la que todos y todas nos sintamos parte.
La diversidad en las aulas supone que el alumnado sea consciente de las diferencias individuales y puedan aprender a respetarlas de un modo totalmente natural, de una manera cómoda y amable.
La principal ventaja de encontrarnos en aulas diversas es que el alumnado puede descubrir y entender nuevas formas de hacer y aprender, valores o culturas; comprendemos el aula como un excelente lugar para comenzar la conversación y educar a las personas estudiantes sobre la diversidad. Iniciar discusiones sobre la tolerancia, la conciencia y la importancia de la diversidad dentro de la seguridad de un salón de clases proporcionará muchos beneficios para las personas participantes tanto ahora como en el futuro.
La diversidad en las aulas:
- Prepara a los y las estudiantes para la diversidad en el lugar de trabajo
Como ya hemos mencionado la diversidad es una realidad presente en la sociedad independientemente de la diversidad de una escuela o un pueblo, por lo tanto, sabemos que el alumnado se verá incluido en una realidad laboral diversa. Una vez empleados, los y las estudiantes, tendrán que interactuar diariamente con personas de diferentes orígenes, tanto raciales como culturales. En el mundo laboral se espera que la persona trabajadora se comporte de manera apropiada y que actúe con madurez en todas las situaciones, incluidas aquellas en las que interviene la diversidad. Tener conversaciones sobre la diversidad y exponer a los y las estudiantes a la diversidad a una edad temprana les beneficiará significativamente cuando ingresen al lugar de trabajo, ya que serán tolerantes, comprensivos/as y aceptarán de forma natural las diferencias en las personas.
- La escuela trata de preparar a los niños y niñas para la vida, no solo para la propia escuela.
Fomentar la conversación y abrazar la diversidad desde una edad temprana fomenta valores y dota de herramientas al alumnado; esto les facilita la inclusión en la sociedad y les lleva a tener más éxito en la vida, no solo como una persona profesional, sino como un ser humano amable con los demás y respetuoso de las diferencias de las personas.
- Fomenta un sentido de empatía y conciencia
Simplemente estar al tanto de un problema no siempre es suficiente para generar empatía. Pero cuando ese «problema» está conectado con los nombres y las caras del grupo de iguales, la conciencia se convierte en empatía y un verdadero deseo de comprender un nuevo punto de vista. Permitir que el alumnado escuche sobre luchas reales o experiencias negativas relacionadas con la raza o la cultura les ayudará a comprender más sobre el desafío que algunas personas enfrentan con la diversidad, o la falta de ella.
- Apoya la atención plena y la tolerancia
Los niños y niñas que crecen en interacción con otras razas, etnias o culturas suelen estar muy dispuestos/as a adoptar una nueva cultura o una nueva perspectiva. Pero para quienes no experimentan diversidad desde una edad temprana es más complicado aprender a ser conscientes y tolerantes con los demás en situaciones diversas, así como comprender que no todas las personas son iguales. Tener un aula diversa y tener conversaciones de calidad sobre la diversidad puede apoyar la atención plena y la tolerancia en casi cualquier estudiante.
- Promueve el crecimiento estudiantil y la reflexión
Vivir y experimentar las diferencias, perspectivas y luchas de otros grupos, invita al alumnado a reflexionar y responder a preguntas que de otra forma no formularán: ¿actuaría de esa manera en una situación similar? ¿He menospreciado a alguien por su raza, género u otros factores incontrolables? ¿Creo en ciertos estereotipos raciales o de género que limitan mi influencia o me hacen parecer crítico? Cuando se realizan discusiones honestas y abiertas sobre la diversidad dentro del aula, se genera un crecimiento personal y una reflexión positiva para el alumnado.
Ejemplo de proyectos o actividades que favorecen la diversidad en nuestras entidades sociales:
Ali, desarrollado por Fundación Mornese en Sevilla, Jerez de la Frontera y Marbella es un proyecto de intervención directa con menores inmigrantes insertos en el sistema educativo con múltiples problemáticas, entre ellas, barreras lingüísticas, fracaso escolar, discriminación por razón de nacionalidad y dificultades por la diferencia del nivel educativo con sus lugares de origen. Con ALI se pretende reforzar el aprendizaje del/la menor, acompañando su proceso educativo, con un programa de inmersión lingüística, acompañado por refuerzo en el aula, trabajo en el ocio saludable y tiempo libre y acompañamiento familiar.
Estando algunos de sus objetivos orientados a favorecer y mejorar las posibilidades de las personas migrantes que aún no conocen el idioma de acogida en las aulas de los centros escolares:
- Atender las necesidades educativas de los/as menores beneficiarias, compensando posibles desigualdades a nivel educativo con actuaciones socio-educativas para facilitar el desarrollo de las capacidades personales y evitar caer en situaciones de exclusión, mediante el diseño, realización y evaluación de procesos educativos personalizados y familiares.
Con los Talleres Valorarte, la Fundación Pinardi trabaja la prevención de la violencia, “Representando” las relaciones entre iguales. Estos talleres se llevan a cabo en los institutos del municipio de Parla, con alumnado de Secundaria,FP Básica o Ciclo Formativo de Grado Medio, a lo largo de todo el curso escolar, repartidos en tres sesiones por aula.
Con la metodología Jugando y representando se trabaja con las personas participantes qué máscaras o qué prototipos de comportamiento utilizamos en nuestras relaciones REALES o VIRTUALES. Reflexionar sobre esto, a la vez que nos divertimos, nos lleva a contactar con nuestras emociones, con la inteligencia de nuestro cuerpo, e integrar la imagen que queremos expresar en el mundo con quien sentimos qué somos en verdad.
La participación, la igualdad, y la convivencia transforman el juego en un estilo de ser con los demás. Jugando y representando se busca mejorar la convivencia entre iguales y las relaciones en general, haciéndolas más auténticas y felices.
La apuesta educativa es prevenir compartiendo, de una manera experiencial, las herramientas que “facilitan” las relaciones entre iguales.
Entendemos que uno de los elementos más importantes para sentirse bien en las relaciones es construir una identidad personal más rica. El honesto contacto con uno/a mismo/a ayuda a participar y convivir en igualdad, en unas relaciones saludables para todos/as.