Mi nombre es Berta Castelló, tengo 29 años. He tenido la suerte de trabajar en los dos colegios salesianos que tenemos en la ciudad, y dedico cada semana mucho cariño a los chicos y chicas de los grupos de Itinerario de Educación en la Fe.
Mi experiencia Pastoral empezó en otras parroquias y grupos, no conocí a los Salesianos hasta 2018…pero cuando comprendí que mi estilo de maestra, animadora y amiga encajaba a la perfección con la palabra Amorevolezza, empecé a empaparme de nuestro carisma, a identificarme con cada animador, maestra o Salesiano que conocía, y a apasionarme por Don Bosco, su estilo y su herencia. La decisión de ponerme a disposición de mis salesianos y de los más jóvenes me hace muy feliz, y me trae tantos retos, oportunidades, personas y experiencias que me parece el mejor ambiente para crecer.
Es en este sentido de ambiente salesiano, (da igual si te encuentras en el aula, el patio o la iglesia) que generamos una atmósfera que tiene una intención educativa en sí misma, independientemente de la actividad. La inspiración de Don Bosco en el patio de Valdocco no es la de un juego libre porque sí; los valores propios de cada sociedad y las necesidades de los chicos y chicas concretos que tenemos, se abordan desde este tiempo libre acompañado donde cobra sentido la idea de protagonismo juvenil y donde puede articularse la figura del educador acompañante.
En estos días en que la coeducación y la igualdad se expresan de tantas formas reivindicativas, nosotros recordamos que nuestro escenario de 365 días sigue en el mismo lugar donde los niños y jóvenes crean recuerdos significativos y nos permiten convertirnos en “influencers” de sus vidas.
Un último pensamiento, a raíz del último 8 de marzo, es sobre la cooperación ante las necesidades: Don Bosco no pudo levantar su obra solo, necesitó de sus maestras Mamá Margarita y María Auxiliadora; pero aún más, en una sociedad de educación separada por género se alió con quien vibraba y sentía por las niñas igual que él por sus jóvenes, y con Madre Mazzarello tenemos un ejemplo precioso de que la unión hace la fuerza, de que hombres y mujeres nos necesitamos, que somos más fuertes juntos y que también es el sueño de Dios que en su Reino seamos uno por los chicos y chicas.