Cuadernos

1 abril 2011

Recientemente tuvimos la suerte de leer la revista “Alandar” del mes de febrero y reflexionar el artículo de Dolores Alexandre “Cuaderno de vida” en su sección mensual “Okupemos la casa”, que nos narra la experiencia de los jóvenes de la JOC del “cuaderno de vida” para poder interiorizarla: “Asombroso: en un gimnasio de un instituto a las afueras de Huesca y durante el puente de la Inmaculada, sentados y en silencio durante una hora, 120 jóvenes entre 20 y 30 años venidos de todo el país, piensan, releen y toman notas cada cual en su cuaderno. Sin móvil, sin cascos, sin iPod: un simple cuaderno y un boli. ¿Qué quién está detrás de este milagro? La JOC en su 46 Consejo General que se celebra cada tres años y cuyo tema era: Otra manera de mirar y de sentir. Una nueva manera de vivir.”
A la vez acabamos la lectura del segundo libro de una saga policíaca en lengua gallega titulado A praia dos afogados (La playa de los ahogados) del escritor Domingo Villar, en la que nos narra las aventuras del inspector de policía Leo Caldas y de su ayudante Rafael Estévez. En esta novela descubrimos que el padre del inspector tiene “un libro de idiotas” donde hace un listado de personas que tienen relación con él y que su comportamiento es simplemente clasificado como idiota; además del nombre, él escribe los motivos de incorporarlo a su lista.

  • Pistas de trabajo: ¿Qué se les propone? Les damos las siguientes pistas, asumiendo que la libertad, la creatividad y el convencimiento personal son fundamentales para que esta experiencia funcione y tenga continuidad:
  • Un regalo: Nuestra propuesta consiste en regalar un cuaderno a quienes lo deseen (lógicamente antes realizamos una dinámica-reunión para “vender” la idea, dialogarla y hacerla nuestra, si es el caso). Ellos deben personalizar el cuaderno e ir completándolo al ritmo que crean conveniente, comprometiéndose, eso si, a un mínimo que puede ser semanal o quincenal (dependiendo de la realidad de cada grupo y de cada joven).
  • Una propuesta: Estas dos lecturas nos han ayudado a proponer a adolescentes y jóvenes de los grupos del itinerario de educación en la fe la realización de un cuaderno que les ayude a interiorizar, a pararse, a descubrir, a reflexionar… la vida que vivimos a ciento diez por hora, que aunque es algo menos de ciento veinte, siguen siendo ritmos demasiados rápidos para digerir sanamente.
  • Diario personal.
  • Historias de tu vida.
  • Acontecimientos que me marcan sanamente.
  • Fechas que me dicen mucho.
  • Personas significativas (en positivo al libro de los idiotas).
  • Escenas vividas desde cerca o desde lejos.
  • Comentarios personales a canciones, películas, anuncios…
  • Anécdotas vividas y releídas.
  • Poemas que expresen lo que vivo.
  • Cuentos, narraciones o relatos a partir de lo vivido.

 

  • Tiempo oportuno: ¿Cuándo y cómo comenzar? Nuestra experiencia nos indica que, para ir creando una tradición que se pueda mantener, es bueno comenzar reflejando las experiencias de las propias actividades y/o reuniones semanales de grupo, dejando un tiempo prudencial al final de ellas después de haber creado un ambiente propicio y evitando ruidos exteriores e interiores.

Cuando la experiencia vaya fraguando, ya no harán falta ni guías ni pistas y cada uno podrá buscar sus tiempos y su estilo para agarrar la vida y que no se nos escape.
Acabamos con una frase de Dolores Alexandre en el artículo citado: El Cuaderno de vida “me parece un instrumento mágico y a la vez sencillísimo para interiorizar la vida cuando se corre el peligro de vivirla en plan centrifugadora”.
Xulio C. Iglesias
 
 

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