3164 CASA DE JUVENTUD ALESTE

1 octubre 2011

¡¡TU CASA… EN EL BARIO!!

Santi Dominguez Fernández
Director Casa de Juventud Aleste
Coordinador Nacional de Oratorios y Centros Juveniles Salesianos.
 
Desde hace bastantes años los salesianos estamos en Valladolid desarrollando la misión de Don Bosco desde varios frentes: Parroquia María Auxiliadora, Residencia Don Bosco, Programa Horizonte y la Casa de Juventud Aleste.
La Casa de Juventud Aleste, es un centro juvenil salesiano que busca nuevas iniciativas constantemente en un barrio con grandes deficiencias sociales, desde el año 1972. Un ambiente destinado a los jóvenes y las jóvenes, los niños y las niñas, adultos, de nuestra zona, con una propuesta educativa-evangelizadora en el tiempo libre.
Una de las acepciones del término “novedad” nos habla de: “cosa que ocurre de manera diferente a como ocurría antes”; eso nos lleva a compartir desde estas líneas, propuestas que hemos desarrollado poco a poco para dar una respuesta acorde con los tiempos que nos toca vivir.
 
1.- Proyecto educativo global y educación con sentido
La Casa de Juventud es una entidad prestadora de servicios sociales y en ella trabajan diversas asociaciones que están integradas en el desarrollo del proyecto global al servicio del barrio, asumiendo su propuesta educativa. El equipo directivo o junta directiva está formado por todos los responsables de las diversas asociaciones junto con los representantes de la titularidad. De manera conjunta se desarrolla todas las dimensiones y ambientes de un centro juvenil: educación en la fe, deporte, artes escénicas, tiempo libre educativo, solidaridad, tercer mundo, servicios sociales específicos, diálogo interreligioso, familias, voluntariado, formación, etc.…
Ante la creciente diversidad de ofertas de ocio y tiempo libre explotamos mucho más nuestros rasgos distintivos y diferenciadores. Intentamos ofrecer una “educación con sentido”, “una educación con horizontes y proyecto” que va más allá de espacios que únicamente pretender entretener, de guardería para los padres, de consumo de actividades. Estamos convencidos que construir una persona significa desarrollar sus múltiples dimensiones, consiste en realizar su polifacetismo, explorar el universo de posibilidades que hay latente en ella y todo con un proyecto definido y actualizado.
 
2.- Educación formal y educación no formal
La educación en el tiempo libre participa de los mismos fines que la educación en términos generales. Esta educación se desarrolla en otros entornos y con otra metodología, pero es extraordinariamente eficiente a la hora de llevar a buen puerto los fines de la acción educativa en general.
Los nuevos cambios en las estructuras familiares, así como la aparición de nuevas necesidades de conciliación de la vida familiar con la laboral y la escolar, piden a nuestros centros de tiempo libre que redefinan su oferta en función de estas nuevas realidades y de las demandas de las familias. Desde nuestra Casa (no tenemos un colegio salesiano al lado) intentamos que haya una integración, combinación entre educación formal y educación no formal. Un trabajo en red, con todos los colegios e Institutos de la zona que vaya más allá de una simple oferta de actividades: diseño, desarrollo, seguimiento, y evaluación  de programas sociales conjuntos, campañas de animación durante todo el curso escolar, etc.…
Hay que estrechar mucho más los vínculos entre los centros de tiempo libre y las comunidades escolares, como elemento de complementariedad. La posibilidad de ofrecer un proyecto de educación en valores, vinculado a las nuevas necesidades y problemáticas que la propia Escuela y las familias tienen dificultades para asumir  puede ser una buena contribución a la educación integral de los menores y una oportunidad para trabajar más coordinadamente con la Escuela y las familias.
 
3.- Hacia un nuevo modelo de voluntariado
Es indudable la creciente preocupación con la que un número importante de entidades estamos viviendo las nuevas tendencias del voluntariado, los nuevos perfiles de nuestros animadores y los rápidos cambios en los modelos de participación. La tendencia actual parece mostrar un voluntariado de compromiso más débil, con un grado menor de exigencia, una menor dedicación, con apuestas menos duraderas, menor identificación con las entidades y una menor asunción de responsabilidades.
En la actualidad la participación está llegando hacia un modelo de colaboración social, más basada en la propia realización personal y que es fruto de la ética de la responsabilidad particular de los ciudadanos. Esto se traduce en una participación parcial en un proyecto, con una dedicación e implicación mucho más puntuales y más centradas en las tareas concretas, siendo clave el atractivo de la actividad a realizar, por encima de los objetivos e ideales puros y duros.
En la Casa de Juventud todos aquellos que quieran aportar su granito de arena tienen espacio suficiente. Siempre respetando las motivaciones de las personas que nos llegan y siguiendo nuestro plan de acompañamiento. Ajustamos su concepto de voluntariado, ajustando sus expectativas, procurando que su paso por la Casa sea una oportunidad provechosa para nosotros y para las propias personas, abriendo sin duda sus expectativas y motivaciones iniciales. Tenemos voluntarios desde los 16 hasta los 70 años, aún siendo conscientes de nuestra opción por el protagonismo juvenil.
 
4.- Relaciones intergeneracionales
Se utiliza este término para hablar de las interacciones, del tipo que sean, que se dan entre los miembros de distintas generaciones que conviven en un mismo tiempo y espacio. Desde hace tiempo el “espíritu de familia” es objetivo de nuestra Casa  en todo lo que hacemos. También lo traducimos en la participación activa de padres, de abuelos en la gestión de actividades propias o apoyo a actividades con sus hijos y nietos. El equipo de animación del último campamento urbano ha sido un ejemplo de todo ello: madres, padres, abuelos y abuelas, con animadores más jóvenes, con animadores con experiencia… ha sido una riqueza para los menores y para nosotros como equipo. Ofreciendo la posibilidad de ser solidarios, de ser voluntarios, de dar lo mejor de cada uno, no importando la edad.
También hay que ofrecer experiencias y oportunidades para vivir el ocio familiar compartido. Uno de los problemas que sufren hoy en día las familias es precisamente la falta de espacios para vivir y compartir juntos espacios de tiempo libre educativos que ayude a fortalecer, rehacer y estrechar los vínculos emocionales. El “espíritu de familia” no es solamente que haya un buen rollo, sino que realmente las familias se sientan partícipes en todo momento desde la gestión, organización e implicación en las propias actividades.
5.- Opción cristiana y diálogo interreligioso
Los principios y valores por los que optamos y motiva nuestra tarea son los de Jesús de Nazaret: el modelo de persona y del mundo, el estilo de vivir. Hace tiempo nos preguntamos ¿cómo puede convivir la misión de evangelizar (anunciar a Jesucristo) en nuestro centro con el respeto, la convivencia, la acogida y la integración de otras religiones en nuestros proyectos educativos? La Casa de Juventud pasó de ser un centro cristiano para cristianos a ser un centro cristiano para todos. Eso ya puede darnos una idea de la importancia de respetar la libertad del acto de fe que no deja de ser algo que se propone, no se impone. Hay que indicar que la identidad cristiana de nuestra Casa no depende tanto de los niños, jóvenes y adultos a quienes está dirigida sino de los educadores y animadores que llevan adelante el proyecto educativo.
Hemos apostado por un carácter universal que nos hace ser un espacio abierto y no cerrado, en el que pueden participar de Iglesias evangélicas, ortodoxas, musulmanes, indiferentes, etc.… apostando por una educación a la trascendencia sin imposiciones y con naturalidad. Esta naturalidad está presente en todo lo que hacemos y proponemos.
 
6.- Gestión personalizada
Un número importante de centros como el nuestro está experimentando un importante grado de profesionalización, lo cual se ha traducido en un aumento considerable de tamaño, de presupuesto, de infraestructura, de actividad y obviamente de recursos humanos tanto profesionales como voluntarios. Hay que seguir avanzando con el objeto de preservar y mejorar  nuestra organización y la eficacia de los objetivos marcados, teniendo muy en cuenta que nuestra casa no quiere ser una mera entidad prestadora de servicios sociales. Utilizamos constantemente herramientas de gestión profesional  como planes estratégicos, contabilidad, y otros recursos, formando a nuestros animadores y educadores en el uso de los mismos y así facilitar la misión que desarrollamos.
Estas son algunas propuestas que venimos trabajando desde hace años, seguro que muchos centros juveniles como el nuestro las tienen mejor desarrolladas. Son novedad desde el momento en que tenemos que dar una respuesta acorde con los tiempos para seguir apostando por una educación en el tiempo libre, poniendo a nuestro servicio lo que la sociedad del siglo XXI nos ofrece y sabiendo siempre que la calidad de educación no se mide por el éxito profesional, sino por la felicidad y plenitud de las personas durante toda su vida.
La Casa de Juventud Aleste está situada en el Barrio de Pajarillos en la ciudad de Valladolid, es entidad ciudadana de utilidad pública municipal desde el año 2010, entre otros ha tenido los siguientes reconocimientos: Premio Infancia en situación de riesgo (2003); Premio Promoción de la Infancia de la Junta de Castilla y León (2007); Premio Voluntariado Colectivo de Castilla y León (2009) y Premio Social Caja España (2010).
 

Santi Domínguez Fernández