Manuel Patón
1. Naturaleza y objetivos
AFANÍAS -siglas que dan nombre a la «Asociación de Familias con Niños y Adultos Subnormales»- comenzó su andadura en el año 1960, a raíz de unas jornadas en las que participaron familias con hijos con discapacidad psíquica, para promover la creación de Centros en que se pudiera atender a sus necesidades.
Los Estatutos Fundacionales de AFANíAS fueron aprobados en el año 1964 y, posteriormente, ha sido declarada Asociación de Utilidad Pública y de Beneficencia Particular Mixta. Se trata de una Asociación sin ánimo de lucro.’
1.1. Objetivos de la Asociación
EL colectivo de disminuidos psíquicos está constituido casi por el 1% de la población total. El nivel medio de capacidad intelectual de estas personas es sensiblemente inferior al del resto de la población, y no existe posibilidad de elevarlo.
Social, familiar e individualmente, éste es un problema al que debe encontrarse solución. Socialmente, a menudo, el minusválido es poco aceptado e, incluso, relegado. Por otra parte, no es infrecuente que las familias, en las que hay algún miembro con este tipo de deficiencia, no cuenten con la información y medios necesarios para atender todas sus necesidades. Mediante un estudio particularizado y un posterior trabajo con cada disminuido psíquico, hay que potenciar al máximo su capacitación y desarrollo.
Tiene su domicilio social en la calle Fernando el Católico, 11. 28015 MADRID. Tf. 91 – 447 01 16. Fax. 91 – 594 53 13. Existen asociaciones a nivel nacional donde se puede consultar y solicitar atención de sus servicios en pro de las personas con problemas psíquicos. La dirección de estas asociaciones se la pueden facilitar en la Confederación Nacional de Asociaciones (F.E.A.PS.), calle General Perón, 32. 28020 MADRID. Tf. 91- 556 74 53.
En general, por tanto, debería existir una concienciación para facilitar la acomodación e integración del minusválido psíquico en la sociedad.
El objetivo prioritario de AFANíAS desde su fundación ha sido éste: ayudar a la familia y al minusválido psíquico a conseguir la mejor integración en la sociedad. Consecuentemente, la labor de esta Asociación se desarrolla en dos sentidos:
- Atender y orientar a las familias en el cuidado y educación de los minusválidos psíquicos a su cargo.
- Atender directamente a éstos en sus distintos Centros especializados, posibilitando así su desarrollo e inserción social.
1.2. Identidad y estructura
LOS fines de AFANÍAS son los siguientes:
- Crear y fomentar Centros y Servicios de carácter pedagógico, científico, asistencial y laboral para la enseñanza, atención y rehabilitación de las personas con deficiencia mental, y organizar cuantas acciones sean precisas para mejorar su calidad de vida.
- Promover la acción tutelar en favor de los huérfanos, abandonados o con graves problemas familiares.
AFANÍAS es una Asociación que cuenta con un Consejo Rector de padres para todas y cada una de sus obras sociales. Dentro de la Asociación existen varias modalidades de socios:
- Numerarios: padres o representantes legales, que tienen un familiar afectado con minusvalía psíquica.
- Colectivos: aquéllos que, poseyendo medios propios, desean incorporarse a la Asociación para ampliar sus fines.
- Protectores: personas naturales o jurídicas que, no teniendo ningún familiar minusválido, colaboran con aportaciones económicas, donaciones y servicios, contribuyendo a los fines de AFANÍAS y de sus Obras Sociales.
- De honor: personas que, por sus méritos extraordinarios contraídos en beneficio de AFANÍAS, se hacen acreedoras a esa distinción.
Obras Sociales y Servicios
ACTUALMENTE casi 1.500 minusválidos psíquicos de la Comunidad Autónoma de Madrid están integrados en AFAMAS.
En todos sus centros se da un seguimiento personalizado para cada uno de los minusválidos, tratando de ayudarles a alcanzar el máximo desarrollo posible en su proceso de capacitación.
Para ello AFANÍAS cuenta con un equipo de unas 300 personas, profesionales especializados y cualificados en las variadas funciones que desempeñan.
La actividad que lleva a cabo esta Asociación, con el fin de prestar la ayuda requerida a esos casi 1.500 minusválidos psíquicos, se desarrolla en diferentes áreas, que se complementan entre sí, y en centros de diverso tipo.
Centros de Educación Especial
En los Centros de Educación Especial se lleva a cabo una precisa labor educativa, tratando de cumplir la tarea de formación durante la etapa de aprendizaje obligatorio, en tres niveles:-Atención temprana: antes de los seis años de edad.
-Educación Básica: de seis a dieciséis años. -Formación Profesional adaptada. AFAMAS cuenta con dos Centros de este tipo:
– Nuestra Señora de las Victorias-Tetuán: estimulación precoz, actividades escolares, educación especial, psicomotricidad y logopedia.
– Estudio 3: orientado a niños con dificultades escolares, con perturbaciones caracteriales, deficiencias de aprendizaje y ligero retraso.
Centros ocupacionales
En los centros ocupacionales se integran disminuidos cuya minusvalía les impide acceder a un puesto de trabajo ordinario. El objetivo es permitirles disfrutar de una vida lo más autónoma y normal posible; para ello se realizan actividades de estimulación, que les ayuden en su desarrollo integral.
Los centros ocupaciones son: -Fundación Afanías-Moratalaz (Residencia femenina y Taller ocupacional). -C. Caníllejas (Residencia masculina para adultos y Taller ocupacional). -C.Benita Gil (Residencia para deficientes profundos). -C. Experimental Pozuelo (Residencia, Taller ocupacional y tres Hogares tutelados, cuyo objetivo es posibilitar la convivencia en un ambiente normal de una serie de disminuidos cuyo grado de minusvalía lo permite). -C. Plegart 3 y -C. Ocupacional Las Victorias (Talleres ocupacionales).
En las Residencias de AFAMAS, que cuentan con Servicio de Atención Médica, Enfermería, Asistencia Social y Atención Familiar, se ofrece atención especializada dirigida específicamente a dos tipos de minusválidos psíquicos:
– Minusválidos profundos, privados a menudo de las elementales funciones
humanas, a causa de su elevado grado de minusvalía y que, consecuentemente, requieren un cuidado muy especial.
– Minusválidos acogidos por circunstancias familiares: incapacidad de sus padres, inexistencia de la familia, etc.
Centros Especiales de Empleo
Los Centros Especiales de Empleo son empresas en las que se realizan actividades adecuadas a las posibilidades de una colectividad de minusválidos, capacitados para desarrollar determinadas labores, adaptadas a cada caso en particular; por ejemplo, algunas relacionadas con las artes gráficas, limpieza, jardinería u otras actividades manipulativas.
Los Centros Especiales de Empleo con que cuenta AFAMAS son los siguientes: -Industrias Gráficas (Trabajo de Artes Gráficas). -Jardiser 3, S.L. (Labor de jardinería). -Fundación LATEP(Limpieza de locales y edificios). -Trefemo, S.L. (Trabajos de retractilado).
Finalmente, fruto de una necesidad prioritaria, tal como lo es la de atender al colectivo cada vez mayor de minusválidos cuya avanzada edad exige cuidados especializados, se contempla el proyecto del Centro Geriátrico Torrelaguna, residencia geriátrica en promoción, donde se atenderá a estos minusválidos psíquicos de edad avanzada.
La Asociación AFAMAS ofrece además otro conjunto de Servicios Generales: Departamento de Atención Familiar y Asistencia Social, Gabinete Médico y Psicológico, Asesoría jurídica, Colonias de Verano, Ocio y Tiempo Libre.
Por otro lado, la Asociación edita una revista informativa.
Declaración de los derechos del deficiente mental
- El deficiente mental debe gozar, hasta el máximo grado de viabilidad, de los mismos derechos que los demás seres humanos.
- El deficiente mental tiene derecho a la atención médica y al tratamiento físico que requiera su caso, así como a la educación, la capacitación, la rehabilitación y la orientación, que le permitan desarrollar al máximo su capacidad y sus aptitudes.
- El deficiente mental tiene derecho a la seguridad económica y a un nivel de vida decoroso. Tiene derecho, en la medida de sus posibilidades, a desempeñar un empleo productivo o alguna otra ocupación útil.
- A ser posible, el deficiente mental debe residir con su familia o en un hogar que reemplace al propio, participando en las distintas formas de la vida de la comunidad. El hogar en que viva debe recibir asistencia. En caso de que sea necesario internarlo en un establecimiento especializado, el ambiente y las condiciones de vida dentro de tal institución deberán asemejarse en la mayor medida posible a los de la vida normal.
- El deficiente mental ha de poder contar con la atención de un tutor cualificado, cuanto éste resulte indispensable para la protección de su persona y sus bienes. 6. El deficiente mental debe ser protegido contra toda explotación y todo abuso o trato degradante. En caso de que sea objeto de una acción judicial, deberá ser sometido a un proceso justo en el que se tenga plenamente en cuenta su grado de responsabilidad, atendidas sus facultades mentales.
- Si algunos deficientes mentales no son capaces, debido a la gravedad de su impedimento, de ejercer efectivamente todos sus derechos o si se hace necesario limitar o incluso suprimir tales derechos, el procedimiento que se emplee a los fines de esa limitación o supresión deberá entrañar salvaguardias jurídicas que protejan al retrasado mental contra toda forma de abuso. Dicho procedimiento deberá basarse en una evaluación de su capacidad social por expertos cualificados. Asimismo, tal limitación o supresión quedará sujeta a revisiones periódicas, quedando reconocido el derecho de apelación a autoridades superiores.
Aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas (20 Diciembre 1971)
Testimonio
Al buzón de mi casa llegó accidentalmente una invitación para unas Jornadas que se celebraban con la finalidad de reunir a un importante número de familias con hijos subnormales (así se les llamaba hace años a los niños disminuidos). De aquellas jornadas salió la Asociación AFANÍAs. Eso fue el año 1960.
Mi hija mayor, que nació en el año 1956 con una parálisis cerebral, tiene ya 41 años. Yo he venido colaborando con la Asociación desde 1960. Desde 1987 trabajo en AFANÍAS como Gerente.
CARMEN NIETO
VENTANAS… DESDE INTERIOR
ABRIMOS una nueva sección, muy en línea de la anterior («Jóvenes vistos por Jóvenes»). Seguiremos centrados en el campo juvenil, partiendo de experiencias personales escritas por los mismos jóvenes. Ahora serán relatos desde el interior que, a modo de caja arquitectónica, ha sido perforada por puertas y ventanas.
Queremos contemplar las ventanas de todo joven, que nos permiten ojear a través de sus cristales -en ocasiones rotos o con brillos-; abrir espacios no siempre aireados; ventanas con vistas al mar, cubiertas de visillos y adornadas con flores, agrietadas por falta de calor, ventanas herméticamente cerradas, eternamente tapiadas…
Cada artículo irá acompañado de una fotografía en la 3.a de cubiertas, que bien puede utilizarse como material didáctivo o, simplemente, como una imagen para detenerse en su contemplación.
SIRO LÓPEZ
NIEBLA
EL mismo día que decidí escribir sobre mi experiencia con el alcohol, había quedado con los amigos para cenar en una casa, tomar unas copas y salir a bailar.
ESA noche traté de escuchar cuáles eran las razones por las que bebían todos los demás. Una vez en la discoteca, nos pusimos en un rincón del local. Poco a poco nos fuimos haciendo espacio entre la gente y conseguimos crear nuestro hábitat aislado, en donde solamente nosotros nos entendíamos con las miradas.
Las conversaciones eran escasas. Tardaron poco en llegar las copas para ocupar las manos. «¿Quieres?», se decían con un sencillo gesto. Entre tanto, me surgió la pregunta: «¿Cuándo fue la primera vez que te bebiste un copazo?»
No me acuerdo de esa primera copa, pero sí de que me la tomé. Y todo dentro de lo «normal».
«TOMAMOS dos o tres copas mientras bailamos un rato». «Nos cogemos un puntillo». «0… ¡es que llevaba una mierda… ! »
Los «botellones», las fiestas, las barras libres, los colegios mayores, las cañas, los vinos, los chupitos… Aquello que sí puedo contar son las sensaciones que produce el alcohol.
AL tragarlo, la garganta quema y pica, y es entonces cuando cae en el estómago. Poco a poco, las puntas de los dedos de los pies y de las manos están como más lejos del cuerpo, y todo él empieza a acartonarse.
Aunque la primera que sufre es la lengua. Después de tragar y tragar, la lengua está tan pesada que dice cosas que no quiere.
El cuerpo parece como si se bambalease y las piernas, para no perder el equilibrio, cada vez se separan más.
NO es una sensación agradable, porque además los ojos ven diferente. Una cosa es el brillo que tienen desde fuera. Desde dentro es una niebla que emborrona de tal manera que la gente y las cosas parecen distintas.
Empieza a hacer mucho calor y empieza el agobio. «¿Me tomo otra copa o paro ya …?»
¿NO, aquí no se acaba!, todavía queda la resaca. Al despertar pasa por mi mente la noche anterior, pero al poner los dos pies en el suelo me doy cuenta de lo mucho que me duele el estómago. Mi boca está seca, la cabeza me pesa, la nuca y el cuello parecen como si quisieran doblarse. Todo este malestar general me ciega tanto que solamente puedo comentar lo mal que me encuentro (y la gran variedad de juergas que el alcohol ha apartado de mi lado).
Pero ahora, he elegido otro camino: el alcohol no es mi valor. Mis amigos notaban que estaba cambiando y que,
cuando salíamos o quedábamos para hacer algún botellón, no bebía.
Los demás bromean y hacen chiste,, no se sienten cómodos, se ponen a la defensiva y todavía se asombran. Cada no che, extrañados, me abordan con preguntas -«¿Pero por qué no bebes?» «¿No te gusta el alcohol?», «¿Estás enfer ma …?»- o hacen comentarios de este es tilo: «¡Tía, no paras y eso que no bebes!» «¡Eres un poco rara!»
CIERTO día, un amigo me dijo qui le «cortaba el rollo» con eso de no beber porque como yo iba serena él se sentí tonto al pensar cómo a la mañana siguiente recordaría todo cuanto le sucedía.
Ver a mis amigos me ayuda a entende: muchas de las cosas que yo hacía antes por ejemplo, el hecho de justificarme coi argumentos como que me gustaba el sabor, que yo sí «controlaba», que el tomarme una copa no me cambiaba y qui seguía siendo la misma, etc.
AHORA me siento más auténtica más yo. Para mí ya es mañana; he despertado y lentamente escucho cómo m cuerpo saluda al nuevo día. Saboreo e aire, respiro hondo y noto cómo viaja través de mí, estirándome; me encojo acurrucada me aprieto, me relajo… ¡y¿ estoy preparada!. Mis ojos ahora sor transparentes y dejan pasar la luz qu( me permite enfocar las cosas de mi alrededor. La niebla se ha disipado, se ha levantado, se ha ido. Ahora puedo ver.
Marta Sebastián