Cruz Roja Española

1 marzo 1998

Manuel Patón

Cruz Roja Internacional:

su origen

LA idea de la creación de una orga­nización que auxiliara a todos los heri­dos de guerra surgió del suizo Jean Henry Dunant después de haber asisti­do, impresionado, al sangriento espectá­culo que se produjo tras la batalla de Sol­ferino (Lombardía, Italia), el 24 de Junio de 1859, entre los ejércitos francés y sar­do de Napoleón III y el austríaco de em­perador Francisco José. Esta terrible ex­periencia vivida en el campo de batalla, tratando de socorrer a los heridos de ambos bandos, con la única ayuda de al­gunas mujeres del pueblo de Castiglione y de cuatro médicos, le llevó a escribir el libro Recuerdo de Solferino, que tuvo gran repercusión mundial. Gustave Moynier, Presidente de la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública, dio un gran impulso a las ideas de Dunant sobre la convenien­cia de crear sociedades voluntarias de socorro que suplieran las carencias de los servicios de la sanidad militar.

La Sociedad Ginebrina de Utilidad Pú­blica constituyó el 9 de Febrero de 1863 el Comité Internacional de socorros a los militares heridos (posteriormente Comi­té de los Cinco), que convocó en Ginebra a gobiernos de dieciséis países en una conferencia internacional con la preten­sión de sentar las bases para el auxilio a los heridos de guerra en aquellos casos en que fuese necesario. En esta Confe­rencia se propició la constitución de co­mités nacionales neutrales en tiempo de guerra para los servicios sanitarios.

Un año después, en 1864, nació el Pri­mer Convenio de Ginebra (de protección a los heridos de los ejércitos en campa­ña), con el que se creó un marco jurídico que permitió desarrollar una acción efectiva de socorro a los heridos.

Actualmente, y desde 1949, son ya cuatro los Convenios de Ginebra en vi­gor: I / Para aliviar la suerte de los heri­dos y enfermos de las fuerzas armadas en campaña; II/ Para aliviar la suerte de los heridos, enfermos y náufragos de las fuerzas armadas en el mar; III/ Sobre el trato a los prisioneros de guerra; IV/ So­bre la protección de las personas civiles en tiempo de guerra.

A estos Convenios de Ginebra y sus Protocolos Adicionales se han adherido como Estados Partes 185 países. Otras fechas destacables en la historia de esta organización son las siguientes:

– Celebración en 1867 de la I Conferencia Internacional de la Cruz Roja (CICR). – Aprobación en La Haya de los Estatutos de la Cruz Roja Internacional en 1928. – Fundación, el 5 de mayo de 1919, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Ro­ja. Ambas comparten semejantes princi­pios agrupados en los lemas: Inter Arma Caritas y Per Humanitatem ad Pacem.

Proclamación de los Principios Funda­mentales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en 1965.

– Conferencia Internacional para la pro­tección de las víctimas de la guerra, en 1993.

– El Premio Nobel de la Paz ha sido con­cedido en varias ocasiones a personas y organismos relacionados con Cruz Roja:

  • A Jean Henry Dunant, que recibió junto al pacifista francés Frederic Passy el primer Nobel de la Paz, en 1901.
  • Al CICR en dos ocasiones, en 1917 y 1944.
  • Al CICR y a la Federación Interna­cional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja conjunta­mente, en 1963.

Cruz Roja Española: nacimiento y breve reseña histórica

 CRUZ Roja se organizó en España bajo los auspicios de la Orden Hospita­laria de san Juan de Jerusalén, aunque su creación oficial se produjo con la publi­cación de una R.O. de Isabel II, de 6 de Julio de 1864, reconociéndola como So­ciedad de Utilidad Pública.

Su primera intervención internacional se produjo en la guerra francoprusiana de 1870 y, en España, en la III Guerra Carlista, en 1872. Posteriormente las in­tervenciones se suceden, y en 1918 se crearon sus seis primeros hospitales.

Su actividad, fundamentalmente refe­rida entonces a la atención sanitaria, fue intensa durante la Guerra Civil Española de 1936-1939, y también en el período de posguerra. Pero no sólo se limitó a la re­alizada como consecuencia de conflictos bélicos, sino que se extendió, de manera que fue interviniendo en las ayudas y so­corros necesarios ante desastres natura­les, inundaciones, incendios, accidentes.

En 1922 se produjo el primer anteceden­te para la creación de la Cruz Roja de la ju­ventud, pero no fue hasta 1970 cuando es­ta organización adquirió entidad propia.

Desde 1985 se abre un periodo de cam­bio y, tras varias reformas, se culmina la democratización de la Institución cuando el 26 de enero de 1990 se procede a la elec­ción del primer presidente democrático.

Principios e identidad

 LA proclamación de los Principios Fundamentales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se produjo en 1965. La Cruz Roja España se acomodó en su ac­tuación a ellos, tal como se recoge en el artículo 2 de sus actuales Estatutos, aprobados por su Asamblea General el 28 de Junio de 1997. Estos Principios Fundamentales son:

  • Humanidad

Una preocupación fundamental es la de prestar auxilio, a nivel nacional e in­ternacional y sin discriminaciones de ningún tipo, a todos los heridos, así co­mo proteger la vida y la salud de todas las personas y favorecer la comprensión mutua, amistad, cooperación y paz entre todos los pueblos.

  • Imparcialidad y neutralidad

 El socorro a las personas se efectúa priorizando sus necesidades, sin distin­ciones de nacionalidad, raza, religión, condición social ni ideología.

El Movimiento se abstiene de tomar parte en todo tipo de hostilidades y de participar en controversias, sean políti­cas, raciales, religiosas o ideológicas.

  • Independencia y voluntariado

 Las Sociedades Nacionales, aunque sometidas a las leyes nacionales de sus respectivos países, conservan su autono­mía y actúan según los principios del Movimiento.

El Voluntariado es un movimiento de socorro voluntario y de carácter desinte­resado.

  • Unidad y universalidad

 Sólo puede existir una Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja en cada país.

Se trata de un Movimiento universal, en el que todas las Sociedades tienen iguales derechos y el deber de ayudarse mutuamente.

Junto a estos principios generales, Cruz Roja Española es una Institución humanitaria de carácter voluntario y de interés público que desarrolla su activi­dad bajo la protección del Estado Espa­ñol (Art. 1 de sus Estatutos).

Es de carácter nacional e internacional, posee personalidad jurídica propia y plena capacidad jurídica y patrimonial para el cumplimiento de sus fines y ejer­ce su actividad en todo el territorio es­pañol (Art. 3).

Objetivo, fines y miembros

 SEGúN el Art. 5 de sus Estatutos, «el fin general de Cruz Roja Española es la difusión y aplicación de los Principios Fundamentales del Movimiento Interna­cional de la Cruz Roja y de la Media Lu­na Roja». Sus actividades están orienta­das a la consecución de estos fines espe­cíficos (art. 5):

La búsqueda y fomento de la paz, así como de la cooperación nacional e in­ternacional.

La difusión y enseñanza del Derecho Internacional Humanitario.

La difusión y defensa de los derechos humanos fundamentales.

La actuación, en situaciones de conflic­tos armados, en favor de todas las víc­timas civiles y militares.

La atención a las personas y colectivos que sufren.

La protección y socorro a las personas afectadas por accidentes, catástrofes, calamidades públicas, conflictos socia­les.

La promoción y colaboración en accio­nes de solidaridad, de cooperación al desarrollo, de bienestar social en gene­ral.

El fomento y participación en progra­mas de salud.

La promoción de la participación vo­luntaria y desinteresada de las personas físicas y jurídicas, públicas o privadas, en las actividades de la Institución.

El fomento de la participación de ni­ños y jóvenes en las actividades de la Institución.

El desarrollo de acciones formativas encaminadas a la consecución de los anteriores fines.

Según el Art. 6 de los Estatutos, por otra parte, pueden existir tres clases de miembros: 1 / Activos: voluntarios, perso­nas físicas que prestan su servicio de for­ma solidaria y desinteresada; 2/ Suscrip­tores: personas físicas o jurídicas que sa­tisfacen una cuota determinada; 3/ Ho­norarios: personas físicas o jurídicas a quienes el Comité Nacional les confiere este título en consideración a los servi­cios excepcionales que hayan prestado a la Institución.

Organización y recursos

LA Cruz Roja Española se organiza en tres ámbitos territoriales, con sus co­rrespondientes órganos de gobierno (Art. 9,1 de sus Estatutos): 1 / Local: los Comités locales, comarcales o insulares; 2/ Provincial: Comités provinciales; 3/ Autonómico: Comités autonómicos.

La Asamblea General «es el máximo órgano de gobierno» y su voluntad, «ex­presada por la mayoría de sus compo­nentes, regirá el destino y actuación de la Institución» (Art. 13).

Las disposiciones de carácter econó­mico financiero se recogen en el capítulo VII (Arts. 2427) de sus Estatutos. Cruz Roja Española, en su gestión, trata de lo­grar una total transparencia. En concreto y según la Memoria Anual de 1996 ha te­nido unos ingresos de 41.497 millones de pesetas: 48% proveniente de prestación de servicios; 26% de subvenciones; 20% de captación de fondos; y el 6% restante, de otro tipo de ingresos.

Los gastos, que han ascendido a 39.272 millones de pesetas, se han repartido de la siguiente manera: 34% para centros sanitarios, bancos de sangre, etc.; 24% para programas sociales; 22% en ambu­lancias y salvamento marítimo; 7% en captación de recursos; 6% en formación; 5% para cooperación internacional; 2% para juventud.

El voluntariado en Cruz Roja Española

TODA persona mayor de 18 años puede ser voluntaria de Cruz Roja Espa­ñola. El perfil del voluntario es el de una persona que, de forma solidaria y desin­teresada, desarrolla una actividad en be­neficio de la comunidad y dentro del marco de fines y objetivos de Cruz Roja.

Existen varios Programas de Volunta­riado, y todo voluntario puede integrar­se en aquél que estime más conveniente según sus posibilidades o conocimien­tos, preferencias y disponibilidad de tiempo.

Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los Programas de Voluntariado no están sólo relacionados con el ámbito sanitario sino que se desarrollan con ma­yor amplitud en otros campos.

Los programas más significativos en la Comunidad de Madrid’ son los siguien­tes:

  • Salud mental

 Se trata de un programa dirigido a pa­cientes crónicos, incluidos en programas de rehabilitación y reinserción social de alguna institución pública, con el que se trata de lograr una mayor integración social de enfermos mentales. Las tareas que se realizan son de acompañamiento en actividades de tiempo libre, habilida­des sociales y actividades manuales, co­laboración con los miembros del Centro, etc. Requiere una dedicación mínima de cuatro horas semanales.

  • Atención a drogodependientes en centros ambulatorios

 Es un programa con el que se pretende mitigar los efectos del consumo de dro­gas y mejorar el entorno del drogode­pendiente, como paso intermedio para el abandono de la droga. También se re­alizan actividades de ocio y tiempo libre, así como de educación sanitaria, aten­ción domiciliaria a usuarios que no pue­den trasladarse a los centros ambulato­rios, intervención social y asesoría jurí­dica y acompañamiento en la gestión de documentos. Requiere una dedicación mínima de un día a la semana, en hora­rio de mañana.

  • Intervención en barrios

Es un programa de prevención del con­sumo de drogas y delincuencia derivada del mismo entre la población infantil y adolescente. Se realizan tareas variadas (juegos y deportes, talleres de diverso ti­po, ocio y tiempo libre, alfabetización) y requiere una dedicación mínima de dos días semanales, en horario de tarde.

  • Ayuda a domicilio

 Con este programa se trata de evitar el aislamiento de muchas personas mayo­res y discapacitados. Los voluntarios acompañan a estas personas de forma individual o colectiva y les ayudan en tareas tales como: compras, visitas o ges­tiones fuera de su domicilio, fomento de aficiones personales. Se requiere una de­dicación mínima de dos días a la sema­na, en horario de mañana o tarde.

  • Inmigrantes y refugiados

Hay cuatro programas de este tipo, di­rigidos a los siguientes campos: preven­ción y promoción de la salud; acogida en régimen de alojamiento temporal; fo­mento de la integración social; apoyo y reagrupamiento familiar de los inmi­grantes y refugiados. Las tareas que se realizan son: vacunaciones y promoción de la salud mediante campañas dirigi­das a estos colectivos; alojamiento tem­poral a inmigrantes, en tanto que buscan empleo o realizan trámites burocráticos: bolsa de trabajo, vivienda, asesoría jurí­dica, etc.; visitas domiciliarias y apoyo escolar; intérpretes en hospitales y comi­sarías.

  • Iniciación a los primeros auxilios y educación para la salud

 Son programas orientados a la difu­sión de Cruz Roja Española, a sensibili­zar a la población de la relevancia de prestar correctamente unos primeros au­xilios ante accidentes de cualquier tipo y a la prevención de diversas enfermeda­des e información sobre asuntos relacio­nados con la salud. A estos efectos, se imparten sesiones de iniciación a los pri­meros auxilios en centros escolares y de adultos, y se realizan encuentros, colo­quios, sobre los temas anteriormente

mencionados. Asimismo es posible rea­lizar la Prestación Social Sustitutoria dentro de esta institución, una vez acep­tada por Cruz Roja la solicitud de incor­poración del candidato (objetor de con­ciencia).

1 Para más información sobre Voluntariado, So­cios y Prestación Social Sustitutoria, dirigirse a C/ Pozas, 14. 28004 MADRID. Tlf. 91 – 532 55 55. El te­léfono de información general de Cruz Roja Espa­ñola es el 902 22 22 92.

Nuestra opinión

 ME llamo Mariano. Entré en Cruz Roja hace dos años. Mi primer contacto con es­ta entidad fue por medio de la Objeción de Conciencia. Hasta entonces, mi conoci­miento de la labor que realiza Cruz Roja era muy limitado. Sólo la asociaba a lo que piensa mucha, gente: transporte sanitario y protección civil; pero no sólo se limita a eso, tiene además otros programas de ayuda a varios colectivos.

Mi destino en Cruz Roja fue en el programa de inmigrantes. Cuando entré, me trata­ron como a uno más del equipo. Tenía muy poco conocimiento de este terna, pero po­co a poco me fue interesando, porque los inmigrantes son personas a las que mucha gente no las mira bien. Pienso que, por poco que se pueda hacer, siempre se aporta al­go. A la vez que me interesa el tema, también influye el trabajo en equipo que estamos realizando entre voluntarios, objetores y trabajadores. Pienso que se puede conseguir más, si vamos todos a una con un trabajo coordinado y conjunto.

Actualmente estoy como voluntario y pienso que dar algo de mi tiempo para ayudar a los demás es importante, por poco que sea. Ahora cedo la palabra a otro compañero.

ME llamo Alberto. Mi experiencia es menor que la de mi compañero y, sin em­bargo, ha sido suficiente para darme cuenta de lo mucho que se puede hacer por los de­más. A pesar de que tras mi intención de hacerme voluntario se esconde el deseo de acumular horas para la Prestación Social, quiero dejar muy claro que todas las funcio­nes que desarrollo las realizo por voluntad propia y con el único propósito de aportar soluciones a las muchas cuestiones que cada día encontramos.

Siempre he sabido que era necesario ayudar a los demás; pero no he sido consciente de cuánta ayuda es necesaria, hasta que no he empezado a desarrollar mi labor como voluntario en Cruz Roja. En el corto período de tiempo transcurrido desde mi incorpo­ración, ya he podido conocer historias cargadas, en algunos casos, de desesperación, que se unen a la impotencia de poder ofrecer pocas soluciones. Por eso la labor en la bolsa de trabajo, una de las áreas de las que consta este departamento, no sólo se redu­ce a intentar buscar trabajo a las muchas personas que lo solicitan, sino que exige una labor psicológica para paliar, en la medida de lo posible, la decadencia moral de una parte de los inmigrantes.

MARIANO BRIONES – ALBERTO E. LUCENDO