[vc_row][vc_column][vc_column_text]APASIONAMIENTO POR LA VIDA DE TODOS
Ofrecemos aquí, en primer lugar, unas cuantas imágenes sufrientes, seguidas de otros tantos testimonios de vidas apasionadas; por último, algunas oraciones para avivar la compasión y apasionarse por la vida, porque todos tengan una vida digna y profundamente humana.
COMPASIÓN Y PASIÓN DE ÁNGELES PERDIDOS
q María Tukamara, «reina» de los mendigos
Los largos e intensos años de guerra, guerrilla y violencia siguen marcando a los niños y niñas de Sierra Leona. María Tukamara, la niña de catorce años a la que la guerrilla amputó hace pocos meses ambas manos, convirtiéndola en mendigo a perpetuidad, es una muestra de ello.
Suele pedir en la explanada que existe ante la Mezquita de Fretown. Cuando el canto del muecín convoca a la oración, no sólo acuden los fieles. La plaza se llena de un enjambre de niños huérfanos sin casa, tullidos, paralíticos carcomidos por la poliomielitis… hermanos en el sufrimiento vestidos con andrajos que les anclan a una misma miseria. Allí está María Tukamara. «Me cortaron las manos sobre la superficie dura de un matwudüi, el recipiente de madera que utilizamos los campesinos para moler el maíz. Fue un niño de mi edad el que lo hizo. Después le tocó el turno a mi hermana. Luego lanzaron las cuatro manos sobre el cadáver del esposo de mi hermana, a quien habían asesinado minutos antes de un tiro en la cabeza. Nos acusaban de ser las novias de los kamajors, es decir, de la otra guerrilla que defiende al gobierno»
Cuando salen los musulmanes de la oración, todos los niños mendigos se arremolinan, como movidos por un oscuro resorte, entorno a los fieles. Hay uno de ellos que reparte billetes de unas cien pesetas. Pero María Tukamara no participa en el tumulto. «Es difícil pedir cuando no tienes manos», me explica. Y deja caer un silencio denso y demoledor. Un fiel se acerca a ella para dejarle, en el interior de la bolsa de plástico que sostiene con sus muñones, cerca de 190 pesetas.
Luego, cuando la plaza haya quedado desierta y se haya perdido el rumor de las oraciones de los musulmanes, aparecerá la furgoneta que conduce a los niños amputados y heridos a su barrio. Allí seguirá su vida de rutina: Por las mañanas mendigar, luego ayudar a cocinar para que coman los dieciséis miembros de su familia y escuchar la radio esperando que termine esta guerra absurda. Antes de subir a la caja de la furgoneta, María Tukamara sonríe y muestra sus dientes blancos. La reina de los mendigos nos dice adiós agitando al aire el muñón de su mano derecha.
q Ángeles en el horror de las guerras
Katiric tiene ya diecinueve años, es muda y guapa, de boca grande y ojos negros. Cuando tenía catorce años, durante la guerra de Bosnia, vivió una experiencia que marcó para siempre su vida: «No olvidaré nunca aquel 27 de julio de 1992. Apenas había salido de la escuela cuando comenzaron a disparar al aire. La gente corría enloquecida. Entonces se pusieron a disparar sobre los que huían: niños, mujeres, viejos… Vi a una mujer enemiga cómo ponía el fusil sobre la boca de un muchacho de doce años que se negó a arrodillarse ante ella. Nosotras corrimos en dirección a casa, pero ellos ya estaban dentro. Habían tomado preso a mi padre y a mi hermano y a otros veinte vecinos del pueblo. Los obligaron a comer hierba como animales. Una cosa sabían hacer bien aquellos soldados enemigos: humillar como nadie a los hombres. A un muchacho, casi un niño, le rajaron la piel con una navaja barbera y después le cortaron a trozos con un cuchillo de carnicero. Ante todo este horror vi algo que me resistí a creer; en medio de aquellos esbirros reconocí a Kifla, el conductor del autobús de nuestra escuela. Era uno de los más activos, de los más sádicos.
No bastó con hacer comer hierba a los prisioneros, porque les hicieron comer las heces. Mi padre y mi hermano fueron ejecutados porque no pudieron tragar sus excrementos. No me pidan que recuerde más. Sólo sé que me levanté y que alguien vino a ordenarme que diera sepultura a aquellos dos «perros», a mi padre y a mi hermano que por aquel entonces tenía dieciocho años. «No tengo una pala, nada con qué cavar una fosa» «Pues hazlo con tus manos que las tienes muy hermosas», respondió Kifla. Lo hice, abrí la zanja con mis propias manos».
q La «Ciudad de las Gallinas»
Cerca de la capital de Tahilandia se halla «La ciudad de las Gallinas», una población destinada a almacenar a las niñas prostitutas que, al llegar la noche, son diseminadas por los prostíbulos infantiles, entre parpadeos de neón. La encargada del burdel utilizaba el método de Pavlov, llamando a las pequeñas prostitutas con una campanilla. Era una mujer gruesa, medio china, medio tai. Una niña reconocía: «Ya me he acostumbrado. Mi vida está regida por el toque de la campanilla. Me he convertido en una máquina. Cuando suena la campanilla, casi desnudas, debemos salir a cuatro patas para que nos contemplen los clientes.»
Yuwarath, la niña prostituta gritaba: «Quiero morir. Mi padre me vendió por dos mil baths a un «chulo» de la capital cuando tan sólo tenía once años. Estoy encadenada, de por vida, a este prostíbulo. Los clientes tienen lástima de mi tristeza, pero se acuestan conmigo». Ella vive en una cárcel, como tantas otras menores que han caído en las redes de trata de niñas. Yuwarath lleva un número a la espalda, como llevaban los prisioneros de los campos de exterminio nazis: es la número 42. Un chino viejo pagó por su virginidad alrededor de ciento veinticinco mil pesetas, de las que tan sólo trescientas fueron para la niña. No tiene derecho a quejarse. Si lo hace, si grita, si se resiste a lo que el cliente le pida, entrará el guardián del prostíbulo en su habitación para ordenárselo a golpes. Si se deprime la animan con droga. Si intentas escapar, y si eres reincidente, podrás acabar degollada en un oscuro callejón, junto a los cubos de basura.
q «Nadie es perfecto»
Los padres de Hirotada le dieron la bienvenida al mundo a pesar de nacer sin piernas y sin brazos. «Es encantador», fueron las primeras palabras que pronunció su madre. Desde pequeño recibió una educación como cualquier niño sin minusvalías. Quizás el sentido positivo de su vida radica en que tanto sus padres como sus profesores y compañeros, siempre le ayudaron a crecer de forma positiva, sin ningún tipo de exclusión. Adaptaron juegos y situaciones para que el joven minusválido pudiera participar y sentirse uno más de la clase.
A la edad de 20 años tomó conciencia de su minusvalía, y una noche pensó que debía trabajar en la vida para hacer aquellas cosas que tan sólo él era capaz de hacer y comprender. Actualmente está graduado en Ciencias Políticas y Económicas por la Universidad de Tokio. Ha protagonizado multitud de campañas para eliminar las barreras físicas y psíquicas que impiden el desarrollo a los discapacitados. Dirige un programa de televisión de máxima audiencia desde su silla de ruedas.
Sus grandes aliados son los niños. No cesa de dar conferencias y charlas en los colegios, educando a los hombres y mujeres del futuro para que vivan con esperanza, eliminando no sólo las barreras físicas, sino también las mentales. Su libro «No One’s Perfec» es un canto de alegría y esperanza. La gente busca el libro con avidez; desea beber en un oasis de paz y esperanza. «Hay personas que nacen con un cuerpo perfecto y van por la vida llenos de negra desesperación. Otros, a pesar de no tener brazos ni piernas, llevan una vida llena de paz y sin preocupaciones. La incapacidad física no tiene nada que ver con ellos». «Cuando la gente trata en profundidad con minusválidos, sabe que la incapacidad física es un accidente y que lo esencial no cambia». En su libro relata lo importante que fue comprometer su vida por una causa que fuera útil a los demás. Aquí radicó el principio de su felicidad y realización personal.
APRENDER A MIRAR PARA VER
Los testimonios no necesitan más palabras. Se trataría de orientar la mirada, aprender y enseñar a mirar para poder ver. El camino: ejercitar la «razón compasiva». Con los textos precedentes, por lo tanto, habría que tratar de reconocer los rostros sufrientes de sus protagonistas y ser capaces de «patire cum» o compadecerse, de descubrir rostros semejantes que están a nuestro lado. Y sentir, sentir que se me revuelven las entrañas. Y pasar de la compasión al apasionamiento por la causa de los más desfavorecidos.
TESTIMONIOS DE VIDAS APASIONADAS
q Ludwing van Beethowen, pasión por la música
Ludwig van Beethowen estrenó su Novena Sinfonía un 7 de mayo de 1823. En ella cabe resaltar el cuarto movimiento del que se ha inmortalizado la «Canción de la Alegría», considerada como una de las piezas clásicas mejor construidas, actual himno de la Comunidad Europea. Pocos saben que Beethowen nunca escuchó esta sinfonía. Cuando la estrenó hacía años que estaba sordo. Tan sólo la imaginó en su mente. Un discípulo suyo dirigía la orquesta. Nacido en Bonn (Alemania), las primeras lecciones las recibió de su padre, quien al ver la inclinación de su hijo a la música, comenzó a instruirlo en este arte cuando el niño tan sólo contaba cuatro años. El pequeño Beethowen a los siete años ya daba conciertos de piano. En 1787, fue a Viena para recibir clases de otro músico genial: Mozart. Sin embargo estas clases duraron muy poco, debido a la penuria económica de Beethowen y al fallecimiento de su madre en la ciudad de Bonn. Allí hubo de trasladarse urgentemente y alternar su dedicación a la música con el cuidado de sus hermanos, para los que ejerció de padre y madre.
La vida de Beethowen fue una vida muy dura. Trabajó incansablemente como músico y, aunque le fue reconocida su valía como compositor, en el plano afectivo tan sólo cosechó fracasos. Varias veces estuvo enamorado, pero ninguna de ellas cuajó en matrimonio y vivió solo, ensimismado en sus composiciones. Aunque era un genio, trabajaba con mucho esmero sus obras. Del primer movimiento de la Quinta Sinfonía se conservan más de quince borradores con otras tantas versiones. Beethowen probaba diversas posibilidades, corregía muchas veces, perfeccionaba… para quedarse al final con lo mejor.
El problema que marcó terriblemente la vida de Beethowen fue sin duda su sordera. Cuando tan sólo contaba treinta y cinco años, y se hallaba en lo más alto de su carrera, comenzó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad. A la edad de treinta y ocho años tuvo que abandonar su carrera de pianista y profesor del conservatorio. Diez años más tarde tan sólo podía mantener conversaciones utilizando papeles escritos. Este problema le hizo huraño y alejado de la gente. Sin embargo, supo sobreponerse a las dificultades y desprecios y continuó creando música, cultivando su interior para ofrecer lo mejor de sí mismo. Lo más admirable es que compusiera la Novena Sinfonía al final de su vida, hallándose completamente sordo. El día del estreno simuló dirigir la orquesta, aunque quien realmente dirigía era un discípulo suyo: Beethowen nunca pudo escuchar cómo sonaba su Novena Sinfonía, tan sólo imaginó los sonidos en el interior de su mente.
q Charles Chaplin, pasión por la vida y derechos de la humanidad
Su verdadero nombre era Charles Spencer Chaplin pero popularmente se le conocía como Charlot. Quedó huérfano a los ocho años de edad y conoció la pobreza y la soledad. Trabajó años enteros en el circo, donde aprendió el esfuerzo y el oficio del espectáculo. Cuando consiguió el éxito nunca olvidó los avatares sufridos en su infancia. Siempre comunicó al mundo una mezcla de ternura, humanidad y tristeza.
Un característico bombín, un pequeño bigote, levita algo desastrada, pantalones anchos y bastón configuraron su personaje. Representó la sencillez y la humildad no sólo en sus películas sino también en la vida real. En sus películas mezclaba la ironía con el humor, la risa con la sátira, el lado dulce de la vida con el amargo. Real como la vida misma, hizo sentir profundas emociones al público. Poco a poco se fue abriendo camino en los Estados Unidos y en 1917 comenzó a producir sus propias películas, de este modo podía ser actor y director al mismo tiempo y explotar al máximo sus dotes artísticas. «La fiebre del oro», «El circo», «Luces de la ciudad», «El gran dictador»…, en todas ellas expresaba sus vivencias por medio de gestos, pues todavía no había nacido el cine sonoro. Cuando se estrenó «Tiempos modernos», ya se estaban produciendo las primeras películas sonoras, pero Chaplin se resistía a un cambio brusco. Con un fino humor y una gran dosis de ironía denunció aquellas situaciones que amenazaban a la persona humana: La creciente mecanización de la sociedad, el atropello de los Derechos Humanos, el sufrimiento de los débiles… Su cine es comprometido.
q Leonardo da Vinci, pasión por la ciencia y el arte
Noviembre de 1452: Comienza sus andanzas por este mundo un niño llamado Leonardo, criado en la finca que los Vinci tenían en la ciudad italiana de Florencia. Con el tiempo llegará a ser la persona de cultura más completa que ha dado la historia de la humanidad. Nunca conoció a Caterina, su madre. Dibujaba muy bien y fue enviado como aprendiz al taller de un famoso pintor: Verrochio. De la mano de este maestro se inició en: pintura, arquitectura, escultura, música… Estuvo al servicio de grandes señores, que admirados por su creatividad le mandaban organizar fiestas espectaculares en sus palacios.
Sin abandonar la pintura se dedicaba a observar el mundo que le rodeaba. Contemplaba con gran detenimiento la naturaleza, los hospitales, las personas que pasaban… Así fue como se apasionó por la anatomía y demostró que nuestros músculos son como palancas, que nuestro ojo es como una lente, que el corazón es como un aparato que bombea constantemente la sangre. Inventó puentes colgantes y portátiles, bombas para sacar agua… Dirigió la construcción de la red de alcantarillado y conducciones de agua potable para su ciudad… Ideó la forma de construir 33 cañones juntos, once de los cuales disparaban al mismo tiempo. E incluso hizo los planos de un carro de combate que se movía de forma autónoma. Pensó en volar y dibujó múltiples bocetos de alas de cuero cosido y hélices similares a las de los modernos helicópteros para elevar a las personas por los aires como si fueran pájaros. Inventó casas portátiles y prefabricadas. Ideó hasta una especie de submarino, cuyo proyecto destruyó, pensando que seguramente sólo sería utilizado para hacer el mal.
Exploró geológicamente la tierra, hizo estudios de fósiles… Escribió fábulas, poemas, libros de anatomía y de ciencias naturales…Y pintó cuadros tan importantes como «La última Cena» y «La Gioconda». Este enigmático cuadro retrata a Lisa Gherardini, una mujer de 21 años que había perdido hacía pocos meses a su primer hijo. Leonardo da Vinci sabe poner en el rostro de esta mujer toda la tristeza, quebrada tan sólo por una imperceptible sonrisa llena de nostalgia. Siempre llevó consigo este cuadro, incluso cuando tuvo que huir perseguido y refugiarse en una aldea de Francia.
La inteligencia de Leonardo quiso escudriñar también el mundo de la energía e imaginó la fuerza atómica, llegando a escribir acerca de ella: «Surgirá del suelo algo cuyo aterrador estruendo espantará a cuantos se hallen cerca, matará a las personas con su soplo, y devastará ciudades y castillos. Los hombres creerán que una nueva destrucción se cierne sobre ellos en el cielo, y las llamas descenderán de las alturas…». Vivió siempre en soledad. Durante los últimos años de su vida sintió la tristeza de tener las manos paralizadas, aquellas manos que tanto habían construido.
q Amundsen y Scott o la pasión de las grandes exploraciones
Hasta el 14 de diciembre de 1911 el corazón de la Antártida era un lugar tranquilo e inexplorado. En esta fecha el noruego Roald Amundsen, de 39 años, al frente de un equipo integrado por cuatro hombres, fue la primera persona en llegar al Polo Sur. Pero la gloria no hay que otorgársela tan sólo a él. Simultáneamente a su viaje, el inglés Robert Falcon Scott, se propuso seguir la misma hazaña, aunque no llegó nunca a conseguir su propósito. Durante todo el otoño de este año, ambas expediciones encabezadas por Amundsen y Scott lucharon encarnizadamente y compitieron hasta la extenuación por ser los primeros en conseguir el objetivo del Polo Sur.
Amundsen escogió como punto de partida la base antártica de Likttle América: desde allí partió el 28 de octubre utilizando 4 trineos tirados por 56 perros. Scott, por su parte, emprendió el arriesgado viaje por una ruta a partir de Cap Evans, situado en el mar de Ross. El capitán inglés eligió un itinerario más largo, pero utilizó trineos tirados por caballos y trineos a motor. Amundsen, utilizando medios más tradicionales y apropiados al clima terminó por conseguir su objetivo. La mala suerte se ensañó con Scott: los caballos no se adaptaron al clima y fueron sacrificados; los motores de los trineos se averiaron. Finalmente una tormenta obligó a parte de la expedición a replegarse… Admira la capacidad de esfuerzo y sacrificio de estos dos exploradores. Son conocidas las penalidades que ambos exploradores hubieron de sufrir en su camino hacia el Polo Sur.
q Johannes Kepler, pasión por la ciencia
Nació en Alemania, el 27 de diciembre de 1527. A los cuatro años Kepler perdió una mano y su vista quedó muy debilitada a causa de un ataque de viruela. Quien estaba llamado a mirar con profundidad los astros y planetas, tuvo una vista defectuosa, que suplió con coraje y dedicación. Estudió en un colegio religioso. Su propósito era ser pastor protestante pero, al asistir a un curso de astronomía y leer las obras de Copérnico, se entusiasmó con los astros. A los veintitrés años fue profesor en una escuela de Austria donde dio clases de matemáticas. Estos años fueron muy dichosos pues gozó de la amistad de sus discípulos y supo contagiarles su entusiasmo por la geometría y la astronomía.
Realizó estudios encaminados a demostrar la influencia de la luna en las mareas y compuso la obra «El cosmos misterioso». Sus análisis le llevaron a comprender que la Tierra gira alrededor del Sol… A causa de ello fue perseguido y debió huir de Praga. Le acogió su amigo Brahe, que era matemático al servicio del emperador Rodolfo II. Cuando murió Brahe el emperador le nombró astrónomo de la corte. Escribió interesantes libros que fueron ignorados por los sabios de su tiempo.
A pesar de las dificultades que siempre tuvo con su vista, fue un incansable observador y estudioso de los astros, a los que contemplaba con un rústico telescopio. Ya pensó que podía existir vida en otros planetas, y así lo manifestó. Cuando estalló la guerra de los Treinta Años, tuvo que escapar con su esposa, sus seis hijos y las planchas de lo que sería su último libro. Murió en 1630. Incluso después de muerto fue perseguido a causa de sus ideas: se le negó la sepultura en la ciudad de Ratisbona y le enterraron fuera de la ciudad.
q Magallanes, pasión por la aventura
Hernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano consiguen dar por primera vez la vuelta al mundo navegando a través del Océano Atlántico, Pacífico e Índico. Cristóbal Colón quería ir al Oriente, en busca de especias… pero descubrió el continente americano. Pasaron varios años y alguien seguía con el sueño de llegar hasta extremo oriente siguiendo el Oeste. Era un joven portugués llamado Magallanes quien se presentó ante el rey de Portugal, afirmando que conocía un paso, a través del continente americano para llegar hasta Oriente. El rey portugués no le hizo caso y Magallanes pidió ayuda a Carlos V, emperador español, quien le escuchó y preparó cinco naves para la expedición.
Cinco naves y cerca de 265 marineros zarparon de Sanlúcar de Barrameda en 1519. La mayoría de ellos perecerían a lo largo del viaje. Primeramente se dirigieron hacia América del Sur, cruzando todo el Océano Atlántico. Comenzaron los problemas y los motines. Magallanes supo mantener su idea y su autoridad. Llegados a América del Sur no encontraban paso alguno… Bajaron hasta el sur y hallaron un estrecho… Tormentas, vientos huracanados, nieve que amenazaba con su peso el velamen, arrecifes… Durante estas semanas de travesía temieron morir, pero descubrieron el «estrecho de Magallanes», ya camino del polo Sur. Perdieron dos naves.
No acabaron aquí las dificultades. Se internaron el Océano Pacífico, llamado así porque no encontraron tormentas. Pero escaseaban las provisiones y los marineros iban muriendo de hambre y enfermedad. Cuando llegaron a Filipinas y Malasia creyeron estar salvados, pero varias tribus de indígenas les atacaron. Murieron muchos, entre ellos Magallanes, que nunca vería su sueño cumplido. La tripulación de las dos naves que quedaba, eligió a Juan Sebastián Elcano como jefe para seguir la expedición. Pero una nave no pudo seguir y se hicieron a la mar tan sólo con una, «La Victoria».
Tres años después de haber emprendido viaje llegaban a las costas de España que les habían visto zarpar. De los 265 marineros tan sólo arribaron 18. Hambrientos y extenuados, no quisieron recibir alimento, sino que descalzos se dirigieron a la iglesia más cercana para dar gracias a Dios por haberles permitido regresar y para rezar por su capitán Magallanes que no podía contemplar aquel momento de gloria. Las grandes hazañas cuestan muchos esfuerzos y sacrificios. Las grandes páginas de la historia han sido escritas por personas comprometidas y esforzadas que han arriesgado mucho, sufriendo penalidades por conseguir sus propósitos.
q Marie Sklodowoska (Madame Curie), pasión por la investigación
Sus actividades como científica se iniciaron en el otoño de 1891, cuando una joven polaca llamada Marie Sklodowoska se matriculaba en la universidad de París. Era una chica tímida. Siempre se situaba en los primeros bancos de la clase de física. Llamaba la atención su esbelta figura y su pelo rubio, que durante mucho tiempo fue el único rasgo de su personalidad que conocieron sus compañeros. Su vida de estudiante era muy austera. Tenía que pasar el día con tres francos. Para poder ahorrar un poco, no encendía la estufa y pasaba horas y horas escribiendo números y fórmulas sin apenas darse cuenta que sus dedos entumecidos y sus hombros temblaban de frío. Llegó a pasar semanas enteras sin tomar otro alimento que té con pan y mantequilla. Y cuando quería celebrar algún acontecimiento compraba un par de huevos o una pastilla de chocolate.
Cuando contaba 26 años conoció a Pierre Curie, científico francés, dedicado en cuerpo y alma a la investigación. Juntos compartieron su vida y su pasión por la investigación. Vivieron en un pequeño y estrecho piso con unos pocos muebles, estanterías llenas de libros y algún jarrón de flores que ponía Marie. Tuvieron dos hijas: Irene y Eva. Pero los esposos Curie hicieron el esfuerzo de cuidar de sus hijas sin abandonar las investigaciones. Obtuvieron por dos veces el premio Nobel de Física investigando en su pequeño piso y en un sótano de la Escuela de Física, lugar de pocas condiciones que mermó la salud de Marie. Primero Marie descubrió la existencia de un nuevo elemento químico, al que llamó «polonio», en recuerdo de su querida tierra de Polonia. Al radio le llamaron así por su enorme radioactividad. Al conocer que iba a tener muy buenas aplicaciones en la cura del cáncer, dudaron entre aprovechar para sí económicamente el descubrimiento o revelar sus investigaciones a otros científicos.. Titubearon un poco, pero eligieron comunicar sus descubrimientos a cambio de nada… Luego cogieron sus bicicletas y se fueron a dar un paseo por el bosque, sabiendo que serían simplemente unos científicos… que ofrecieron su ciencia en bien de la humanidad.
q Miguel Ángel Buonarotti, pasión por la vida
Miguel Ángel Buonarotti ha pasado a la historia como el mejor escultor que haya producido la humanidad. Su madre murió cuando él apenas contaba seis años y su infancia transcurrió en un ambiente hostil y sin ternura. Se refugió en el dibujo. En la escuela gastaba todo el tiempo dibujando y, al llegar a casa hacía otro tanto. Su padre le pegaba para corregirle… y las palizas se hicieron más frecuentes y más duras, pero el espíritu artístico del muchacho permaneció incólume.
Comenzó como aprendiz de grandes maestros. Sus primeros trabajos consistieron en desbastar bloques de mármol en los jardines de los «Medici». Día a día se fue entrenando y sus músculos cobraron vigor, y su vista y su tacto se hicieron más seguros. Amplió su cultura con numerosas lecturas y se aficionó a escribir poemas y sonetos. Cuando ya era un artista famoso, le humillaron: Había nevado y el hijo de los Medici le mandó que esculpiera un muñeco de nieve… Pero se sintió tan humillado que huyó y se fue a Roma. En Roma, dolido por la humillación, produjo una de sus obras maestras: La Piedad. Consiste en una imagen de la Virgen que tiene en su regazo el cadáver de Cristo descendido de la cruz.
Se sentía muy orgulloso de esta obra… Pero un día escuchó a varias personas atribuir su escultura a otro artista. Esto le ofendió, y amparándose en las sombras de la noche, entró en el Vaticano y, provisto de un mazo y un cincel grabó estas palabras en la banda que rodea el pecho de la Virgen: «la hizo Miguel Ángel Buonarotti, de Florencia» Fue la única vez en su vida que firmó una escultura. También realizó las pinturas de la Capilla Sixtina, en el Vaticano. Se trata de una serie magnífica y compleja de pinturas que van desde la Creación de Dios hasta el Juicio Final, adornando el techo de una gran sala. Las complicadas formas curvas del techo le supusieron a Miguel Ángel una dificultad añadida. Ha sido uno de los mejores artistas que ha tenido la humanidad. Sin embargo, sus biógrafos subrayan lo agrio de su carácter y un altivo orgullo que le acompañó casi hasta el final de sus días, cuando conoció a Vittoria Colonna, una mujer que le comprendió y ayudó a dulcificar su carácter.
q Albert Einstein, pasión por la paz
El 8 de abril 1955 falleció, en la ciudad universitaria de Princeton, Estados Unidos, Albert Einstein, un científico al que la humanidad debe tanto como a Galileo y a Newton. Era hijo de un químico alemán, de origen judío. Había nacido en la ciudad de Ulm. Cursó estudios, de forma no muy brillante en Suiza. Terminados sus estudios contrajo matrimonio y tuvo dos hijos. En 1902 comenzó a trabajar como funcionario en una oficina de patentes. Pero al mismo tiempo que desempeñaba su trabajo, iba profundizando en física teórica. En 1905, fruto de investigaciones y esfuerzos, tuvo lugar el descubrimiento de su teoría de la relatividad, a la que dejó perfilada en 1911.
Aunque es uno de los grandes genios que ha conocido la humanidad, también conocía el desánimo, aunque tenía fuerza de voluntad y tesón para superarlo. Horas antes de descubrir su famosa teoría de la relatividad, dijo a un compañero de su oficina: «Me voy a dar por vencido». Siguió trabajando y perfilando sus investigaciones. Recibió el reconocimiento de todo el mundo. Catorce universidades de todo el mundo le concedieron el título de «doctor honoris causa». En 1921 recibió el premio Nóbel de Física.
Sin embargo, Einstein compaginó sus investigaciones acerca del mundo físico con un esfuerzo constante por la paz, la tolerancia y los derechos humanos. Aunque muchos creen que era ateo, siempre mantuvo una fina e inquebrantable fe en Dios. Empleó todo su prestigio en trabajar por la paz, dejando escritos muy importantes acerca de este tema. Pacifista convencido escribió en el año 1933, un libro con el título: «¿Por qué la guerra?», aunque nada pudo hacer por detener el curso de los acontecimientos que desencadenaron la Segunda Guerra Mundial. Cuando los nazis se hicieron con el poder hubo de abandonar precipitadamente Alemania, a pesar de ser uno de los exponentes más importantes de la cultura alemana.
Cuando, terminada la segunda guerra mundial, se creó el moderno Estado de Israel le ofrecieron la presidencia del mismo. Pero Einstein, con humildad y reconociendo sus propias limitaciones, exclamó: «No tengo condiciones para desempeñar un cargo que implique relaciones interpersonales. Prefiero seguir estudiando el mundo físico, del cual ya tengo alguna que otra idea». Sus investigaciones fueron utilizadas para la fabricación de la bomba atómica. Preocupado por el horror, gastó tiempo de su vida en advertir sobre el uso pacífico de la energía atómica. Terminó sus días enseñando en la universidad estadounidense de Princeton, donde le sobrevino la muerte. Fue apreciado y admirado por el mundo entero, no sólo por sus aportaciones al mundo de la física, sino por su humanidad profunda.
q Juana de Arco, pasión por su pueblo
En el año 1429 las tropas francesas, capitaneadas por una muchacha de diecisiete años llamada Juana de Arco, vencieron a los ingleses e iniciaron un camino victorioso que les llevará recuperar territorios arrebatados por los ingleses. Había nacido en una pequeña aldea francesa. En aquel tiempo la guerra azotaba al país francés. Los ingleses querían apoderarse de Francia… Por este motivo mantenían una sangrienta guerra que ha pasado a la historia como «La Guerra de los cien años». Cuando Juana de Arco apenas tenía trece años sintió una fuerte llamada para ayudar a su pueblo. Fue madurando la idea, y a los 17 años, tras haber sido nombrada general en jefe de los ejércitos franceses, se puso una armadura, se cortó el pelo y capitaneó las tropas francesas.
Con la guía de Juana de Arco los franceses recuperaban la ciudad de Orleáns e iniciaron una victoriosa campaña que les llevaría a reconquistar todos sus territorios. Una flecha le hirió en plena batalla, pero tuvo valor para aguantar el dolor y seguir al frente de su pueblo. Todos la admiraban por haber sido capaz de devolverles la esperanza. Pero en una batalla, Juana de Arco fue hecha prisionera por los ingleses. La encarcelaron y fue juzgada. Tuvo un juicio injusto: testigos falsos le calumniaron, acusándola de brujería, herejía e idolatría. Tan sólo contaba con 19 años cuando fue condenada a morir en la hoguera. Pero no perdió ni la valentía ni la serenidad que había caracterizado su vida. Su última voluntad fue morir con una cruz en la mano… Treinta años más tarde comprendieron el error que habían cometido ajusticiando a una muchacha valiente que tan sólo había amado y defendido a su pueblo: la rehabilitaron y perdonaron la condena. En 1920 Juana de Arco fue declarada santa.
q Florence Nightingale, pasión por la calidad de vida
Pertenecía a la alta sociedad inglesa; nació en 1820. Ya de niña salía de las calles de su barrio acomodado para adentrarse en lugares donde yacían mendigos y necesitados. Ayudaba a todos. Cuando todavía era una muchacha dedicaba su tiempo libre a estudiar anatomía y a visitar hospitales. Siendo muy joven consiguió un trabajo como enfermera en Londres pese a la oposición de su familia. Este trabajo le iba a dar la experiencia que necesitaría en el futuro. En 1854 estalló una guerra que enfrentaba a Inglaterra, Francia y Turquía contra Rusia. Como en todas las batallas los enfermos y heridos eran abundantes y pocos los médicos. En estas circunstancias se le sugirió a Florence Nightingale que fuese a Crimea, que era el lugar donde se hallaban combatiendo las tropas inglesas, con un grupo de enfermeras. La señorita Nightingale aceptó la propuesta. A los pocos días llegaron las treinta y ocho enfermeras para prestar su ayuda.
En el hospital la situación era desoladora: Los enfermos se hacinaban, la comida tardaba tres horas en ser servida, el ambiente estaba impregnado de un hedor espantoso e insoportable… La llegada de las enfermeras no produjo gran entusiasmo, pues la presencia de mujeres en la guerra no gustaba a los hombres, pero pronto tuvieron que agradecer su inmensa labor humanitaria en el hospital. Florence Nightingale no sólo fue una buena enfermera sino que organizó clases para los enfermos, educó a sus enfermeras y fue una gran organizadora. A ella también le cabe el honor de haber inventado un prototipo de ambulancias sanitarias para el traslado urgente de enfermos.
En 1856 se firmó el tratado de paz y regresó a Londres: todos la esperaban y querían conocerla pero ella llegó de forma anónima. Los dos años de guerra habían debilitado su salud y necesitaba descansar. El gobierno inglés, queriendo premiar su destacada actuación, la recompensó con 50.000 libras esterlinas. Con esta cantidad Florence fundó en 1857 la Escuela «St. Thomas» de enfermería, primera del mundo en su género. Nightingale dirigió los trabajos y la formación de las enfermeras con auténtica dedicación heroica. Desde la silla de ruedas en la que se hallaba dio las primeras clases. Trabajó sin descanso hasta los noventa años.
AVIVAR LA PASIÓN
¿Qué me dicen estos testimonios? ¿Siento pasión por algo…? ¿Cuál es la pasión por laque merece la pena gastar mi vida? ¿Se puede vivir sin pasión? ¿Qué podemos hacer…?
CELEBRAR LA PASIÓN Y COMPASIÓN
Conforme se trabajen estos materiales, se pueden cerrar las reuniones con algún encuentro celebrativo o de oración. Sería posible revisar tanto los textos evangélicos donde aparece la imagen más compasiva de Jesús, así como su pasión por la causa del Reino, el modo de obrar que implicaba y las consecuencias que le acarreó.
q Contra el culto y la doctrina vacíos
Así dice el Señor a los educadores cristianos:
¿Qué me importa a mí que os afanéis para que niños y jóvenes
aprendan que Jubileo viene de la palabra hebrea «yobel»?
¿Creéis que me interesa que vuestros chicos y chicas sepan que «yobel»
era el cuerno con el que se proclamaba el año Jubilar?
¿Acaso pensáis que ando contabilizando indulgencias plenarias?
Por favor: No me traigáis más dones vacíos ni siquiera a la iglesia catedral.
Aprended que el Año Jubilar es ante todo un tiempo
para perdonar deudas y liberar esclavos; tiempo para practicar la misericordia
y levantar el yugo de los hombros que están a punto de quebrarse.
Detesto vuestros rituales vacíos concebidos para cumplir con la doctrina.
Cuando extendéis vuestras manos, cierro los ojos…
cuando al amanecer musitáis salmos, me tapo los oídos.
Aprended a celebrar con dignidad el año Jubilar:
levantad la esperanza del chico que, a fuerza de fracasos escolares,
está a punto de sumergirse en el fracaso personal.
Tratad con cariño a la nena pequeña
que llega por las mañanas dormidita a vuestra clase porque su familia anda mal,
y ya conoce el poso amargo que el desamor dejó entre sus padres.
Llenad el vacío que hay en el adolescente
que no halla motivos para encontrar gusto a sus días,
y busca calor entre las luces frías de la discoteca Light.
Condimentad los saberes fríos del programa académico, con los sabores de la vida.
Ofreced la oportunidad de una mano amiga
a los niños oprimidos que transitan hincados de rodillas a causa de los motes.
Plantad un bosque con raíces de solidaridad
sobre el desierto yerto del consumo, el elitismo y la competitividad.
Cuando hayáis hecho todo esto, venid y hablaremos.
Porque aunque vuestros pecados sean rojos como la sangre, blanquearán como nieve.
Si desplegáis mi proyecto de amor entre los jóvenes,
aunque no entendáis eso del «Año Jubilar»,
vuestros nombres estarán en mi corazón.
Lo ha dicho El Señor.
(Adaptación del libro de Isaías 1, 10-20)
q No quebrará la caña cascada…
Mirad a mi amigo el educador a quien sostengo,
mi elegido a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu para que sea
como una luz que brilla en medio de la larga noche
por donde fueron dispersados tantos niños y jóvenes.
No gritará por las calles que ayudar a crecer a los jóvenes
es un asunto sin sentido.
No andará por ahí proclamando que todo está perdido
y que los chicos y chicas de hoy no tienen solución.
Mi amigo, el educador, la educadora, no quebrará la caña cascada,
ni romperá las frágiles esperanzas
de esos niños y jóvenes que están a punto de romperse,
porque no tienen una mano amiga que les ayude a crecer,
o porque su familia es frágil y desmembrada.
Mirará con atención el fondo de sus corazones
e inventará mil cosas nuevas para devolver las ganas de vivir
a los pequeños y adolescentes que sufren la soledad y el abandono.
Mi amigo, el educador, la educadora no apagará la mecha que aún humea.
Ofrecerá nuevas oportunidades -de la mañana a la tarde-, a quienes,
teniendo como tienen pocos años, ya saben de la dureza de la vida.
Promoverá , a un mismo tiempo, exigencia y comprensión.
Aguantará esfuerzos y fatigas hasta hacer clarear un nuevo amanecer
en el que los jóvenes hallen motivos
para crecer confiando en un futuro mejor.
Yo, el Señor, le he llamado para transformar la realidad.
Le he cogido de la mano para que no tenga temor.
Le he formado y hecho luz para el camino de los jóvenes,
buena noticia y sonrisa joven de Dios.
Yo, el Señor, quiero que mi amigo, el educador, abra los ojos
de quienes andan cegados por el brillo de las cosas.
Quiero que saque de la prisión vacía del sin sentido
a los jóvenes cautivos que andan como ovejas sin pastor.
Deseo firmemente que libere de la mazmorra de la apatía
a quienes habitan en las tinieblas de un tiempo difícil.
Así dice el Señor, santo y redentor del pueblo de los jóvenes.
(Adaptación del libro de Isaías, 42, 1-7)
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Avivar la compasión y la pasión