Muchas veces escuchamos a padres, profesores o amigos opinar sobre que la Religión ya está anticuada. Que a sus hijos, jóvenes o alumnos no les atrae para nada la Religión y mucho menos Jesús de Nazaret.
Es difícil entender para mí esta lectura sobre la Religión pero mucho más difícil entender que los jóvenes no se sientan atraídos por Jesús de Nazaret puesto que creo que todos los jóvenes lo buscan desde pequeños.
En la etapa de Primaria, los niños van iniciando sus grupos de amigos y van escogiendo año tras año compañeros para afianzarlo en la adolescencia. Y que buscan:
Es difícil entender para mí esta lectura sobre la Religión pero mucho más difícil entender que los jóvenes no se sientan atraídos por Jesús de Nazaret puesto que creo que todos los jóvenes lo buscan desde pequeños.
En la etapa de Primaria, los niños van iniciando sus grupos de amigos y van escogiendo año tras año compañeros para afianzarlo en la adolescencia. Y que buscan:
- Personas que los defiendan: personas que no sean capaces de ayudarlos cuando se meten con ellos, personas que los protejan ante las injusticias y situaciones en los que se sientan débiles.
- Personas que los perdonen en sus fallos: saben que no son perfectos, saben que se equivocan que tienen días malos. Amigos a las buenas y a las malas.
- Compañeros que los quieran: sin esperar a que sean los mejores: Los mejores en notas, los mejores en deportes, los mejores en música… simplemente que los quieran como son.
- Personas que les ayuden a respirar: a desconectar del mundo, a tranquilizarse, a hablar sin palabras, a cerrar los ojos y calmarse durante un buen rato.
- Personas que les escuchen siempre: que les oigan todo lo que tiene que decir, sin juzgarlos, queriéndolos, escucharlos sin más.
- Personas que luchen por un mundo mejor: tenemos una generación de jóvenes muy amplia que quieren cambiar el mundo: mejorando el cuidado de nuestro planeta, mejorando la vida de las personas que no tienen lo básico (comida, vivienda…) mejorando el entorno de su barrio y ciudades y sobre todo, esa ilusión, esa energía, esa ganas de cambiar el mundo que se nos desinfla cuando somos adultos.
¿Acaso esas personas que están buscando no son Jesús de Nazaret?
Laura Valcárcel Márquez