[vc_row][vc_column][vc_column_text]1.-   La vía del hombre superior consiste en tres cosas que yo no he conseguido: la virtud de humanidad, que elimina toda inquietud; la sabiduría, que disipa toda incertidumbre, y la valentía, que libera de todo temor.
«Es todo un plan de vida lo que propone Confucio en este aforismo. La virtud de hu­manidad yo la relaciono con el plantea­miento de los humanistas europeos: el hombre como fin en sí mismo. El hombre como centro de todas las cosas, a la ma­nera de los griegos… El saber es para la acción, para no cometer disparates, hacer lo que hay que hacer y medido… Valentía es la capacidad de cambiar, la capacidad para lanzarse al vacío. No tener miedo. Es lo contrario a la pereza. Como decían los ingleses: «Un caballero no está obligado a ganar un duelo, sí a afrontarlo»».
2.-   El hombre superior presenta tres as­pectos: de lejos parece serio; de cerca, amable; al hablar, riguroso.
«Imagen y norma. Un hombre nada fácil de encontrar. Hoy en día, conozco poquí­simos hombres con esas características. ¿Serios? Ni de cerca. ¿Amables? Ni de le­jos. ¿Rigurosos? Ni hablar».
3.- El duque Ai preguntó: «¿Qué debo hacer para ganar el respeto del pueblo?» Con­fucio respondió: «Eleva a los rectos y colócalos por encima de los corruptos».
«La cuestión es saber quién, además de ser recto, tiene suficiente cabeza. Lao-tse decía que gobernar era como freír un pes­cado pequeño… Primero hay que conocer qué es lo recto y luego conocer a las per­sonas».
4.-   Hacer preguntas es el verdadero rito.
«Hay que hacer preguntas a unos y a otros. Hay que cuestionar la realidad, es­tando bien abiertos. No sólo hay que estar dispuesto a escuchar lo que se quiera oír. Y sin ideas preconcebidas».
5.-   Lo que se prepara con antelación tiene éxito; lo que no, fracasa.
«Aquí, que nos gusta improvisar, esta máxima nos es imprescindible. Que el fu­turo nos sorprenda lo menos posible».
6.-   El éxito es estar dispuesto a cambiar.
«Tenemos que estar dispuestos a dejar una serie de seguridades para adquirir nuevas posiciones».
7.-   Un buen caballo es apreciado por su virtud, no por su fuerza.
«Volvemos a nuestro Renacimiento. A Florencia. A los neoplatónicos. A la concep­ción de la virtud como energía vital. Sana, armonizada y bien dirigida. Limpia. Sí, des­de luego, un caballo armonioso y bien inten­cionado. ¿Qué es la fuerza sin la nobleza?»
Aforismos: Confucio
Comentarios: Luis Racionero
 
 

PARA HACER

1. Leer estos aforismos y sus comentarios y aplicarlos a nuestra realidad.
2. Luis Racioneroha prologado una reciente edición de los aforismos deConfucio. (Aforismos. Confu­cio, Temas de hoy, Madrid 1997), de donde entresacamos los que aquí ofrecemos. En ellos analiza el impulso vitalizador de las filosofías y religiones orientales y presenta las aportaciones de éstas al pensamiento actual y a la sociedades modernas. El autor manifiesta que «estamos desorientados. Por eso hemos de mirar a Oriente, a la tradición oriental -no a lo que está pasando ahora- para llevar a cabo una reorientación». ¿Qué reorientación nos puede venir desde Lao-tse, Buda o Confucio? ¿Qué datos, noticias, hechos… conocemos de esa realidad?

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]