Probabilidades de supervivencia en la jungla humana

1 julio 1997

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  • No nos engañemos: la naturaleza ya no existe. Las celebridades del reino animal (las que aparecen en las revistas dedicadas a la vida salvaje y en las pe­lículas de Disney) no son más que reliquias bioló­gicas. Los ecologistas dicen que sólo el 3% de la superficie no sumergida del planeta sigue siendo auténticamente salvaje (es decir, libre de las incur­siones de los humanos). Lo que significa que el fu­turo del reino animal reside en las especies que se han adaptado a la jungla humana: es decir las que se reproducen en los campos de golf, las que se alimentan con basura y las que viajan por autopis­ta. A juzgar por su triunfo, la selección natural ha sido suplantada por un principio de nuevo cuño: la selección humana. Cada vez que se construye una nueva autopista, que se tala otro bosque, que se educa otra central eléctrica, la selección huma­na está en marcha. Quizá no seamos siempre conscientes de ello, pero estamos constantemen­te decidiendo qué especies permanecerán y cua­les desaparecerán.
  • La especie con mayores probabilidades de super­viviencia es relativamente nueva y la constituyen los animales domésticos. Han sabido trabar amis­tad con nosotros, convertirse en miembros de la familia, en entidades políticas (hablamosa veces de sus «derechos y, por encima de todo, en enti­dades consumidoras pos gatos opulentos pueden escoger actualmente entre un dentífrico con sabor a pollo o pescado). Los estadounidenses, por ejemplo, gastan 17.000 millones de dólares anua­les en sus animales de compañía, lo que equivale a decir que su futuro ofrece muchas más garantías que el de muchas poblaciones humanas.

No todos los animales aceptan ser domestica­dos, es cierto. La mayoría de ellos no domina el ar­te de la vida social. Pero un animal todavía puede hacerse un hueco en la jungla humana si es capaz de suscitar nuestra compasión. Según un estudio reciente, una tercera parte de las especies que ha­bitan en los océanos está actualmente en peligro de extinción (el océano es el final de recorrido de casi toda la polución creada por los humanos).
Todas esas especies desempeñan un papel en el delicado ecosistema submarino, pero ninguna de ellas fascina a los humanos como las ballenas. Así como otras especies perecen ahogadas bajo la ba­sura y se desvanecen de nuestra memoria, las ba­llenas se han ganado el valioso apoyo de los orga­nismos de defensa medioambiental y nadan en océanos cada vez más despoblados.

  • Las probabilidades de un animal en la jungla hu­mana son muy escasas si los hombres lo conside­ran poco agraciado. El lirón y la rata de alcantarilla son roedores, ambos residen en el Reino Unido y ambos están en peligro de extinción, aunque las si­militudes se detienen ahí. El lirón es una moneda. Es más, lo es tanto que goza de su propio progra­ma público de concienciación (Semana Nacional del Lirón). La rata de alcantarilla, en cambio, es ho­rrenda. En la mente humana, va asociada a la en­fermedad y a un sinnúmero de miedos irracionales. En la actualidad existen varias campañas activas para eliminarla de sus últimas guaridas en el Reino Unido. La supervivencia de los animales más aptos ha sido sustituida por una nueva ley; la de la super­vivencia de los más agraciados.
  • Para una especie empeñada en sobrevivir, sólo existe una cosa peor que la de ser un adefesio: la de ser invisible. En los últimos siglos, los científi­cos han clasificado 1,5 millones de especies dife­rentes. Quedan por descubrir, documentar y com­prender entre 10 y 100 millones más. Muchas de ellas moran en las selvas tropicales quelos huma­nosallanan a razón de 5 km2 diarios. En otras pa­labras, eliminaremos a la mayoría de las especies del planeta antes siquiera de haberles encontrado nombres.

La selección natural estimula la biodiversidad, mientras que la selección humana estimula la aparición de aparcamientos; es el reflejo de nues­tros valores, nuestros prejuicios y, por encima de todo, de nuestra ignorancia respecto a otras for­mas de vida.
«Colors» 19 (1997), 71
 

PARA HACER

  1. Leer ese texto, sin más. ¿Qué nos parece? ¿Qué nos dice?
  2. Decir después que es un editorial tomado de la revista «Colors», distribuida gratuitamente por la cadena de tiendasBenetton.¿Qué pensamos?
  3. El texto terminaba comparando lo que dice con el racismo. Comparadlo vosotros.

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