¡Qué cabeza!

1 septiembre 1997

[vc_row][vc_column][vc_column_text]«¡Qué cabeza!» Cuántas veces nos lo hemos dicho a nosotros mismos o nos lo han echado en cara los demás por culpa de nuestros despistes. En estos casos, no nos molestamos demasiado. Pero, extrañamente, nos senti­mos ofendidos si alguien pone en duda nuestra inteligencia, aunque casi siempre estamos dispuestos a admitir que tenemos poca memoria.
Sin embargo, también los pequeños descuidos tienen su importancia. En su obra Psicología de la vida cotidia­na, S. Freud explica que los olvidos no hay que achacarlos a la pura casualidad, sino que han de ser atribuidos a una acción del subconsciente. Si, por ejemplo, olvidamos la cita que hemos concertado con una persona -y ese caso se da con frecuencia-, es posible que, en realidad: NO tengamos ganas de verla. Los olvidos pueden ser se­ñales importantes que hemos de interpretar para comprendernos mejor a nosotros mismos. ¡Dime de qué te olvi­das y te diré quién eres! Si quieres saber algo más sobre este asunto, responde a las siguientes preguntas, toma­das de un test de M. Dansel.
 
– Cuestiones
SI    NO
A/1   ¿Andas siempre buscando las llaves o las gafas?…………………………………….
A/2   ¿Sueles olvidar tus cosas en lugares públicos o en casa de amigos?…………..
A/3   ¿Llegas habitualmente tarde a la cita concertada con otras personas?………..
A/4   ¿Es frecuente que no recuerdes en qué lugar has guardado un objeto?……….
A/5   ¿No tienes necesidad de anotar tus compromisos para recordarlos?…………..
 
B/1    ¿Tomas demasiado alimento durante el día y, sobre todo, en la cena?……….
B/2    ¿Duermes poco o mal?…………………………………………………………………………
B/3    ¿Pasas días enteros sin hacer ningún tipo de actividad física?……………………
B/4    ¿Te tomas las cosas tan en serio como para estar nervioso/a?……………………
B/5    ¿Sientes, con frecuencia, una sensación de fatiga, apenas te levantas?……….
 
C/1   ¿Recuerdas cuáles fueron tus primeros juguetes?…………………………………….
C/2   ¿Y la primera canción que aprendiste?……………………………………………………
C/3   ¿Y la primera carta que has escrito en tu vida?………………………………………..
C/4   ¿Recuerdas la causa que provocó la primera reprimenda recibida?…………….
C/5   ¿Y cuál fue tu primer gran miedo?…………………………………………………………
 
– Análisis y Resultados
(Cada grupo de preguntas se refiere a un aspecto de tu vida)
 
A/ La vida cotidiana
Si has respondido sí a casi todas las preguntas, es señal de que con frecuencia tienes faltas de atención, te cuesta concentrarte y organizarte. Procura ser más preciso. La memoria se ejercita precisamente a través de las pequeñas cosas de cada día.
B/ El estilo de vida
Si has respondido sí al menos a tres preguntas, ten en cuenta que tu actual estilo de vida no favorece preci­samente la memoria. Esta facultad, como todas las demás, depende del buen estado de salud de cada per­sona, que se favorece siguiendo sencillos hábitos de vida, por ejemplo: dormir bien, al menos ocho horas por noche, respetando, a ser posible, un horario regular; alimentarse de modo sano y equilibrado, evitando, sobre todo, cenar demasiado; eliminar el tabaco, las bebidas alcohólicas o excitantes, como el café, té o Coca Cola; practicar todos los días alguna actividad física, aunque sólo sea un breve paseo.
 
C/ El pasado
Si has respondido que sí a casi todas las preguntas, significa que gozas de una buena memoria por lo que se refiere a tu pasado, o también que tienes unos tíos pesados que, cada vez que te ven, ¡te repiten las anécdo­tas referentes a tu infancia! En cualquier caso, para mantener esa capacidad, recuerda que se fijan mejor en la memoria las cosas que se han comprendido bien y que interesan. Por tanto, es importante mostrar siempre una actitud de apertura y de curiosidad en relación al mundo que nos rodea.
 
Annamaria Ferrero
Dimensioni Nuove 7(1994), 48.
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