[vc_row][vc_column][vc_column_text]Uno tiene la impresión, al seguir la Navidad a través de los ,medios de comunicación, de que su sentido tradicional ha desaparecido. Gabriel Albiac escribía sobre la «agresión cristiana» de estos días contra el mundo laico. Y, sin embargo, somos muchos los cristianos que nos sentimos también agredidos en estas fiestas: por el consumo, la indiferencia, el silencio.
Es llamativo el silencio y la indiferencia hacia la Navidad cristiana, que no se percibe tan agudamente en otros países de nuestro entorno. Javier Sádaba afirmaba que la Navidad «es una mezcla de costumbres cristianas y paganas». En los últimos años raro es el periódico que no saque a relucir lo de la fiesta del sol en el solsticio de invierno para desacreditar la celebración de la Navidad cristiana, que ocurrió en una fecha imposible de precisar. Sin embargo, !o que hizo entonces la iglesia fue modélico y hoy lo calificaríamos como «inculturación». Y es verdad que hay otras tradiciones no cristianas asociadas a estos días -sea el Olentzero vasco o la Befana italiana- pero es absurdo no ver que lo específicamente cristiano es desbordante en esta tradición que posee una belleza y una humanidad extraordinarias.
Un no creyente puede hablar de la Navidad de los cristianos meramente como el «supuesto aniversario de la venida de su dios en carne mortal al mundo» y considerar al cristianismo «un pintoresco anacronismo digno de tanta atención cuanto los bisontes de Altamira…» Pero ese «pintoresco anacronismo» sigue moviendo los corazones de millones de personas. Este mismo periódico titulaba, hace unas semanas, su información sobre la tragedia de la región de los Grandes Lagos: «Sólo se quedan los misioneros». Los bisontes de Altamira producen admiración estética, pero no mueven los corazones paró quedarse y sacrificar la vida, como hicieron los cuatro hermanos maristas españoles. Un ex-ministro socialista agnóstico reconocía que el voluntariado que funciona en España es el cristiano.
Y es que la Navidad, como afirmaba Boff, es la fiesta en que el Dios solitario -el de los filósofos, el del big-bang…- se hace solidario. Ya sé que no es fácil aceptarlo y asumirlo. Pero, ¡cuántas páginas de solidaridad se han escrito y se escriben aún hoy en nombre de ese Dios solidario de la Navidad! ¡Qué lógico es que, en tomo a esa fiesta, nos sintamos algo mejores, se intensifique nuestra vida familiar y hayan surgido todas esas bellas tradiciones navideñas! Por favor, que se respete todo esto. Los cristianos no queremos agredir a nadie, pero que no nos roben la Navidad.
Javier Gafo
(Catedrático de Teología
Universidad Pontificia de Comillas)
«El Mundo», 3.1.97
PARA HACER
- ¿Por qué oporquién nos sentimos agredidos nosotros estos días de Navidad? ¿Consumo, indiferencia, silencio?
- ¿Qué anuncia lapublicidad en Navidad?¿Qué símbolos usa? Analizar algunos anuncios.
- Ver lo que dicenalgunos periódicos este año sobre ello. ¿Se les puede escribir como hizo el autorde este texto?
- Al margen detodo eso, ¿es verdadque «en nombre de ese Dios solidario de la Navidad se han escrito y se escriben aun hoy las mejores páginas de solidaridad»?
- Tomar postura:Para mí,lo esencial de la Navidad es… Y debería ser…
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