Estamos comenzando un tiempo muy especial para los que seguimos a Jesús de Nazaret, el tiempo de Adviento, un tiempo de espera y preparación para la ‘venida-llegada’ del Señor. Toda gran fiesta tiene una preparación y nosotros estamos comenzando esa preparación. Podemos tener en cuenta una serie de ideas para que esa fiesta sea plena, no sólo por fuera, sino también por dentro:
En este Adviento, lleva la iniciativa estando alerta durante estas cuatro semanas para pensar en el presente apuntando hacia el futuro; y cuando llegue la Navidad celébrala en familia para que el resto del año Jesús esté presente en lo cotidiano, día a día.
- Lleva la iniciativa…: para preparar una fiesta es necesario tener disposición y ganas para afrontar ese gran evento. No dejes que sean los demás los que participen de esa preparación, lleva la iniciativa y toma partido en casa, en el colegio, en el trabajo de cómo preparar la Navidad para que todos puedan disfrutarlo.
- Estate alerta…: a veces la “parafernalia” que rodea las fiestas, hace perder el sentido de la celebración. ¿Cuántos se centran en el banquete de una boda sin pensar en la propia celebración? Pues que la preparación “externa” del entorno acompañe a la preparación “interna” del alma.
- Piensa en el presente apuntando hacia el futuro…: La llegada de Jesús significa algo en tu vida, ¿no es así? Pues proyecta esa fiesta que estás preparando para el año nuevo que comienza. ¿Qué planes de la vida de Jesús puedes mejorar en tu día a día a partir de la Navidad? Puede ser un buen momento para ponerlo en práctica
- Celebra en familia….: la Navidad es la celebración por excelencia de la familia; una familia que crece; un Padre que nos envía a su hijo. ¿No puede ser un buen momento para disfrutar aún más de los momentos con la gente que más quieres? Que el gozo de la fiesta abrigue el sentido familiar de la celebración
- Que Jesús esté presente en lo cotidiano…: los profetas anunciaban la llegada de un salvador que iba a liberar al pueblo de Israel. ¿Para qué llega Jesús a tu vida? Si otros que no lo conocían ya lo anunciaban: ¿cómo puedes anunciarlo tu? El mejor anuncio es trasladarlo a la vida de cada uno de nosotros y anunciar también a Jesús con su vida y su ejemplo.
Ayuda, reza, ofrece, obedece, comparte, cumple, da gracias, dona, pide, saluda, lee… pero sobretodo abre el corazón a Jesús para que él nazca también en tu corazón. Que, al igual que el vídeo con el que finaliza esta reflexión, la Vida se conviertan en MOMENTOS inolvidables que consigan una navidad de 365 días. ¡Feliz Adviento!
Rubén F. Santiago (Profesor en Salesianos Coruña)