Solos

1 junio 2012

El 3 de abril de 2012 fallecía en Madrid el gran dibujante y humorista Antonio Mingote, de quien tomamos esta imagen. Procede de su libro Hombre solo (Myr Ediciones, Madrid, 1970), obra con la que se alineó de nuevo a la altura de los maestros de fama mundial, y de la que podríamos haber tomado otras muchas, todas geniales. Se resumía entonces en la contraportada: “En un mismo dibujo aparecen los lenguajes de Freud, Kafka, Ramón, Bécquer, Poe… y el cómic”. (Es curioso a quién se cita). Con ella podemos ver en qué sentido nosotros somos también náufragos, cada uno personalmente y como sociedad. Y sobre todo, qué podemos hacer para cambiar esa realidad.
La imagen
Vemos la imagen. Nos dejamos llevar por lo que nos llega y lo vamos comentando:
–         ¿Qué pasa ahí?
–         ¿Qué nos dice?
–         ¿Qué sentimientos nos produce?
–         ¿Qué puede representar?
Nos vamos centrando después en cada elemento.
Una isla… con piscina
Nos centramos en el lugar. Antes que nada es… una isla.
–         ¿Dónde está?  [Podría haber otras islas cerca.]
–         ¿Qué puede simbolizar? [La isla como lugar simbólico: ese sitio adonde somos arrojados, como a la vida…]
Es una isla bien agreste, rocosa y sin playas…
–         ¿En qué se parece a nuestra vida?
–         ¿En que se parece a nuestra sociedad?
Pero es una isla… con piscina. Una piscina bien trazada, con todas las comodidades (tiene hasta escalera)… y que ocupa toda la isla.
–         ¿Qué puede simbolizar?
–         ¿En qué se parece a algo de nuestra realidad?
–         ¿A qué dedicamos nuestros esfuerzos e intereses de modo que llenan nuestra vida sin dejar espacio para otras realidades?
Destacan dos palmeras… Al menos ellas sí que están en compañía.
El hombre solo
Hasta ahí la llegado… ¡un náufrago!
–         ¿O no es un náufrago?
–         ¿Qué le ha sucedido?
–         ¿Cómo ha reaccionado él?
–         ¿Qué le pasa ahora?
–         ¿Qué piensa, qué siente…?
–         ¿Qué hace o qué no se decide a hacer? ¿Por qué?
El personaje está solo.
–         ¿En qué nos parecemos a ese personaje?
–         ¿De qué somos náufragos nosotros?
A pesar de estar solo, parece activo: mueve las piernas…
–         ¿Tiene todavía esperanza?
–         ¿Qué nos pasa a nosotros?
Parece que llegó en una balsa…
–         ¿O la balsa está preparada para el regreso?
–         ¿Cuáles son los cinco palos que nos pueden salvar en los momentos de dificultad?
–         ¿Y qué es lo que les une? [Lo aplicamos a nuestra vida.]
Toda balsa que se precie ha de tener bandera. También aquí la hay:
–         ¿Qué señales damos nosotros en nuestros naufragios para que nos busquen?
El personaje está solo solo. [Y en este caso no es una mujer ni hay mujeres…]
–         ¿En qué piensa?
–         ¿Qué espera?
–         ¿Qué teme?
–         ¿Qué le gustaría hacer?
–         ¿Sería lo mismo si el personaje fuera mujer? ¿Por qué?…
Es un personaje de antes de la invención del GPS o de la entrada del móvil (celular) o de la invasión del reciente whatsapp…
–         ¿Cómo ha cambiado nuestra sociedad que ya no nos deja prescindir de todo eso?
Y sin embargo podría, por ejemplo, orar.
–         ¿Cuál es la oración que podría decir? La escribimos.
Nosotros
Reconducimos al final todos los comentarios que hayan salido para aplicárnoslos a nosotros mismos.
–         ¿En qué se parece todo esto que ha salido a mí, a lo que yo vivo, a experiencias que he tenido, a los miedos que me habitan, a los deseos incumplidos, a los sueños frustrados…?
–         ¿En qué se paree a nosotros, a nuestra sociedad?
–         Pero algo se podrá hacer… ¿O no? Concretamos qué.

Herminio Otero