“Estoy completamente convencido de que una de las mejores sorpresas de la vida eterna
va a ser descubrir que Dios es inmensamente más divertido de lo que imaginamos.
Porque si Dios fuera como uno de esos señores que se han tragado una escoba,
la eternidad sería sencillamente insoportable”
J. L. Martín Descalzo
No estés todo el día lamentándote por el año pasado, ni te preocupes por los años venideros… Ante ti un nuevo año, un nuevo día, una nueva oportunidad reclaman tu atención: ¡No lo desperdicies!
- No te marques grandes objetivos, casi imposibles de alcanzar: “bajar 15 kilos de repente,” “no volver a enfadarme con los amigos,” “abandonar por completo la TV”… Tú eres el que mejor te conoces y sabes en qué plazas debes “torear” con la máxima prudencia para que no te vuelva “a coger el toro”.
- Ríe mucho y sonríe más y, cuando algún hermano esté a punto de sacarte de tus casillas, respira profundo y cierra inmediatamente tu corazón. No dejes que entren en él retazos de amargura y odio. A continuación piensa en las causas del problema. Seguramente serán ridículas si las comparas con el daño que te ocasionará dejar que el rencor despliegue en tu vida todo su potencial.
- Por cada excusa que te pongas del tipo “no lo voy a saber hacer”, “ya he fracasado un montón de veces”, “no tengo tiempo”…, date un pequeño coscorrón o un buen tirón de pelos… y después ¡inténtalo!
- Cree en las pequeñas cosas, ten fe en Dios, en tu familia, en los amigos, en la vida y, sobre todo, cree mucho en ti. No olvides nunca que la grandeza de tus sueños guarda estrecha relación con la cantidad de fe que tienes.
- ¡Apúntate a la aventura! Haz “eso” que no te atrevías porque eras demasiado viejo o excesivamente joven pero que te morías de ganas por intentarlo… ¡Hazlo y punto!
- No te fijes continuamente en los obstáculos, en las dificultades… Fíjate sobre todo en el deseo que tienes de conseguirlo. Ya verás cómo después todo resulta mucho más fácil.
- “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.” Tú no te preocupes si lo haces 15 veces a lo largo de una mañana. Lo importante es que, si te has caído en 15 ocasiones, en otras 15 te vuelvas a levantar, sabiendo que el peor esfuerzo es el que no se hace.
- No te angusties porque no te salgan las cosas bien… Tú únicamente pon los colores sobre la paleta… Ya se encargará Dios de mezclarlos en perfecta armonía.
- No pierdas la esperanza cuando pienses que Dios te ha abandonado a tu suerte… Más bien cambia de estrategia: deja de pedirle cosas y de increparle su falta de atención para contigo, y espera simplemente que Él, al final de cada jornada, te acaricie y te demuestre lo mucho que te quiere.
J. M. de Palazuelo