Uso de la televisión y publicidad en Navidad

1 diciembre 2005

Gaseoso
En su ensayo Los usos de la televisión, John Hartley diferencia el vistazo de la mirada. Es un matiz que ya prevé el diccionario, pero no está de más recordarlo. La diferencia estriba en la intensidad y la atención del espectador.
Los que miran están más atentos que los que sólo echan un vistazo, y, además, para interpretar lo que se ve, el vistazo se fija en detalles superficiales e inmediatos. Viendo según qué programas, parece que sus responsables estén más pendientes del espectador-vistazo que del espectador-mirada.
Otra interesante reflexión de Hartley:
«La televisión utiliza medios premodernos (modos orales y visuales) para comunicar verdades modernas (el progreso racional hacia la libertad y el confort) a sociedades posmodernas (formadas por consumidores y audiencias con identidades móviles)».
Sólido
La publicidad navideña promociona los pecados capitales. El famoso espíritu de la Navidad, tan exprimido por el sentimentalismo, ha sido secuestrado por el mercado y produce en el espectador emociones y satisfacciones inmediatas.

  • La gula, generada por esos desfiles de turrones, jamones, aceitunas y polvorones.
  • La lujuria, gaseada por anuncios de perfumes cargados de un erotismo implícito, explícito, descapotable y con tracción trasera.
  • La avaricia, a lomos de planes de pensiones y prestamistas mañaneros.
  • La envidia, que nos hace desear el coche, la casa, los abdominales o el teléfono del prójimo.
  • La soberbia, resumida en la dependencia a una hipoteca de la que somos capaces de presumir como si de un alargamiento de pene se tratara.
  • La pereza, objetivo final de un premio de lotería que nos libraría de la esclavitud del trabajo.
  • Y, por último, la ira, el sentimiento que nace al comprobar que te has comprado un teléfono móvil de última generación o un aspirador megaguay y que ni siquiera eres capaz de entender el manual de instrucciones.

Sergi Pàmies, Alcoholemias

El País, 24.12.04

Para hacer
He aquí dos fragmentos de una crítica de televisión. Son distintos y los podemos tener en cuenta especialmente en estas Navidades para ver mirar los programas de la televisión y los anuncios o comerciales de todo tipo (también de prensa y radio).
Aplicar especialmente el esquema de análisis a los anuncios de productos navideños. Elegir siete anuncios y ver cómo están presentes en cada uno de ellos los siete pecados capitales
 

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