“Perdona, María, pero necesito desahogarme contigo. Te cuento, hoy al entrar en una parroquia he oído cómo te alababan con atributos tan merecidos como estrambóticos: Trono de Sabiduría, Casa de Oro, Reina de la paz, Torre de marfil... El caso es que, por más que lo he intentado, no he podido imaginarte sentada en un trono, ataviada con suntuosas joyas y rodeada de decenas de sirvientes… Más bien creo que Tú estés ocupada en otras tareas: en tantos hijos tuyos que te necesitan. Por eso me he permitido salir a la calle y recoger estas letanías, que tal vez a algunos les molesten, pero reflejan a la perfección tu oficio: el de una Madre, que sufre en cada uno de sus hijos más desfavorecidos”.
Niña de la custodia repartida
Niña obligada a mendigar
Niña con síndrome de Down
Niña objeto de abusos sexuales
Niña de orfanato, que nadie adopta
Joven sin ganas de vivir
Joven con trastornos alimenticios
Joven emigrante engañada y obligada a trabajar en un prostíbulo
Joven contagiada de sida
Joven del trabajo temporal y explotador
Hija no deseada
Hija de los padres que no se entienden
Hija de la infancia robada
Hija sin Reyes Magos
Hija en una silla de ruedas
Madre antes de tiempo
Madre del cáncer terminal
Madre del hijo fallecido en un accidente de tráfico
Madre del hijo drogadicto
Madre luchadora por la custodia de sus hijos
Esposa del marido ludópata
Esposa del maltratador sin escrúpulos
Esposa humillada y “encarcelada” en la cocina
Esposa del marido enfermo, postrado en una cama de por vida
Esposa sufridora en silencio de las infidelidades del marido
Mujer utilizada como un trapo sucio
Mujer “de sopetón” sin infancia ni adolescencia
Mujer obligada a prostituirse para sacar adelante a su familia
Mujer divorciada y criticada
Mujer de las arrugas prematuras
Anciana con una irrisoria pensión
Anciana sola y desamparada
Anciana peregrina, de casa en casa, de mes en mes, de hijo en hijo
Anciana con demencia senil
Anciana sin recuerdos ni esperanzas
José María Escudero