Carta de un consumidor occidental a un habitante de un país en guerra

1 marzo 2003

Os escribo esta carta para pediros perdón porque, aunque nosotros del Norte del mundo decimos que todos los seres humanos son iguales, hemos considerado nuestra vida, la de nuestros hijos y amigos, más importante que la vuestra. Y lo que es más grave, hemos considerado nuestro bienestar más importante que vuestra vida: pues eso, que para nosotros vuestras madres y vuestros hijos, vuestros y viejos y vosotros mismos valéis menos que el petróleo, el cobre, el oro, los diamantes; valéis, no quisiera ofenderos, menos que nuestras aficiones, menos que el partido de fútbol, que las imbecilidades de la ‘Operación Triunfo’, que nuestros animales domésticos.
Quiero deciros también que no creáis que cuando os mandamos ayudas humanitarias nos interesa lo que os ocurre: estamos, una vez más, protegiendo nuestros intereses, mandándoos paquetes alimenticios de segunda mano. Sí, en Sierra Leona os mandamos un cereal, el “bolgo”, que en los Estados Unidos se utiliza como pienso para animales. La carne de calidad la usamos para producir comida para nuestros gatos.
Pido perdón a los habitantes del Congo: en 4 años de guerra y más de tres millones de muertos os hemos ignorado del todo. Nos hemos sobresaltado ligeramente sólo cuando el coltan (una arena asquerosa que se encuentra abundantemente en vuestra zona y que sirve para construir aparatos electrónicos) se ha puesto más difícil de extraer y la videoconsola 2 de la Sony ha retrasado su salida durante dos meses.  Vosotros trabajáis como esclavos, con salarios de hambre, y morís asesinados por las armas que nosotros os vendemos, para darnos la posibilidad de tener móviles más pequeños.
Pido perdón a los Chechenos: tenéis la desgracia de vivir encima de uno de los yacimientos de petróleo que nos interesa y sobre la trayectoria del oleoducto que transporta el oro negro desde el mar Caspio a Europa. Si os sirve de consolación, en el mismo trayecto viven los afganos, los kurdos, iraquíes, macedonios y kosovares: compartís la suerte terrible de quien se encuentra cerca de recursos interesantes. Además lentos hecho un intercambio con el gobierno ruso: ellos nos han dejado bombardear el Kosovo y nosotros nos callamos sobre la suerte de los civiles en Chechenia.
Pido perdón a los afganos: sabemos que un cuarto de vuestra población está invadida por las minas que nosotros producimos y vendemos, y que los toxicómanos son más de tres millones.
Sabemos también que sois uno de los países más pobres del inundo, pero hemos tenido que bombardearos para daros dar una señal de seriedad y de fuerza civil a vuestros países. Además de las bombas os llegará una expedición humanitaria, que aun nos dará más dinero. Posad para las fotos en posiciones que toquen la sensibilidad, en brazos de nuestros chicos, mostrar las piernas ortopédicas, vuestras sonrisas desdentadas…
 
Pido perdón a los habitantes de Sierra Leona: la guerra que os ha mutilado, quemado, violado; la guerra que ha enrolado, drogado, mandado a matar y morir como soldados a miles de vuestros niños tiene un sólido motivo: vuestros bellísimos diamantes fluviales. Nos habéis dado diamantes y  nosotros os hemos dado armas. La ONU no ha intervenido porque no podíais pagarla…
Pero, ¿qué gente somos?
 

Merche Mas

Alandar, enero 2003

 
Para hacer

 1.  Leer la carta. Todos los datos que se aportan son reales, no inventados. ¿Qué desconocíamos? O sea: tomar conciencia de esa realidad.
2.  Los datos cantan. Podemos buscar más. Y al menos comentar lo que aquí se dice… y tiene que ver con nosotros, y sobre todo, ver en qué sentido nuestra comodidad ocasiona guerras, catástrofe, injusticia…¿Qué podemos hacer?
3.  Escribir una carta de contestación como si se fuera un niño o adolescente  habitante en ese país en guerra.
4.  El artículo original llevaba un gran titular marginal: “Hacia una economía de justicia”. ¿Cómo tendría que se esta economía?
5.  Esta carta se puede usar como texto en una celebración: tomamos conciencia de la realidad, pedimos perdón, oramos, nos comprometemos, actuamos…
 

 

También te puede interesar…