Agua, luz, panMa DOLORES ORTIZ DE PINEDO

1 septiembre 2001

Esta oración nos invita a poner toda nuestra confianza en el Señor. Él es la fuerza que anima nuestro caminar y con la que podemos ayudar a los demás.
o Él es manantial de agua vida para reponer nuestras fuerzas. o Él es pan partido y repartido que da vida a todos.
o Él, luz en el camino de la vida y nos enseña a ser luz.
o Por eso recordamos a Jesucristo que ha compartido nuestra existencia humana hasta dar la vida.
La oración la podemos hacer toda seguida. O dividirla en tres, terminando siempre con el párrafo final.
 

  • Para orar

 Deseo, Señor, tu agua viva.
Yo creo, Señor, que tu eres para mí,
y para cada uno de nosotros, el manantial  de agua viva.
 Yo  creo, Señor, que no nos dejas nunca,
ni siquiera en el momento en que nos sentimos sedientos,
extenuados, perdidos en el desierto.
Cuando el camino nos parezca demasiado largo,
 Tú, Señor, no nos abandonarás.

  1. Como manantial vivo,

nos refrescas en cada instante de nuestro camino.
Señor, enes mi pan, y sin ti no puedo vivir.
¿A dónde podré ir sin tu Alimento?
No sabría hacer ni  decir nada sin tí.
Tú eres la fuerza que alienta
y con la cual puedo yo alentar a los demás.
Transfórmame  en pan partido y repartido
 que da vida al mundo
Señor. Tu eres mi luz
Sin ti camino en tinieblas,
me siento perdido y no se adónde voy,
como un ciego, que, a veces, quiere guiar a otros ciegos.
 Si tu me abres los ojos, Señor, veré la luz,
y mis pies caminarán por el camino de la vida.
 Señor, si tu  me iluminas, yo podré iluminar.
Si tu iluminas. Harás  de nosotros la luz del  mundo.
 
Señor Jesucristo, quieto vivir injertado en ti,
 como el sarmiento en la  vid
En ti está la fuente  viva y tu luz  nos hace ver la luz.
Concédenos tu amor y enséñanos o amar.
A ti  acudimos. Señor, ahora y siempre.
Por los  siglos de los siglos. Amén

Ma DOLORES ORTIZ DE PINEDO

 
Para orar
Esta oración nos invita a poner toda nuestra confianza en el Señor. Él es la fuerza que anima nuestro caminar y con la que podemos ayudar a los demás.
Él es manantial de agua vida para reponer nuestras fuerzas.
Él es pan partido y repartido que da vida a todos.
Él luz en el camino de la vida y nos enseña a ser luz.
Por eso recordamos a Jesucristo que ha compartido nuestra existencia humana hasta dar la vida.
La oración la podemos hacer toda seguida. O dividirla en tres, terminando siempre con el párrafo  final.
 

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