Presentamos una actividad para todas las edades con motivo del día escolar de la no violencia y de la paz —30 de enero— o para incluir en el eje transversal de la educación en valores. «Señales por la paz» consiste en diseñar unas señales del estilo de las de tráfico que nos ayuden a potenciar la paz en nuestros ambientes. Esta experiencia se realizó hace varios años por las calles del Barrio de San Pedro, en Santiago de Compostela, donde tiene su sede el Centro Xuvenil «Don Bosco». Los objetivos de esta actividad son los siguientes:
¡ Reflexionar sobre qué aspectos del valor «paz» están ausentes en nuestro ambiente.
¡ Seleccionar los más urgentes para sensibilizar, trabajar y llevar a la práctica.
¡ Realizar una campaña llamativa para darlos a conocer.
La actividad supone y exige un trabajo previo sobre el lenguaje gráfico de las señales de tráfico (sobre todo, si los que van a realizarlas son niños y niñas pequeños) para comprender el significado de las formas —circulares, triangulares, cuadradas, rectangulares— y de los colores —blanco, azul, y rojo—.
Antes de llevar a la práctica este proyecto de educación por la paz, debemos situarlo en un contexto concreto: ¿dónde colocaremos las señales por la paz?, ¿en nuestra casa, en el colegio, en los locales de la asociación juvenil; en el centro parroquial, en nuestro barrio…? La respuesta, lógicamente, es donde nosotros actuamos y vivimos. En el lugar elegido, será donde hagamos la reflexión sobre nuestras actitudes y comportamiento públicos y donde tratemos de sensibilizarnos y cambiar de conducta los no pacíficos.
Para realizar educativamente la actividad, tendríamos un par de reuniones en pequeños grupos para tratar de descubrir entre todos esas actitudes, estilos, comportamientos… que no construyen paz: actitudes personales o grupales nuestras, las de nuestra entidad (colegio, asociación…); pueden estar más en las personas o en las estructuras, al descubierto u ocultas en inercias malsanas, etc. Dependiendo de la realidad y edad de los componentes del grupo, se puede hacer un análisis de la realidad en mayor o menor profundidad.
Una vez detectados esos comportamientos, actitudes, estilos… hacemos una selección de los que nos gustaría que se eliminasen de nuestro ambiente; los escribimos. Reunidas todas las aportaciones de los pequeños grupos, seleccionamos aquellas en las que hay confluencia o coincidencia. Se reparte, encargándose cada grupo de una o dos.
A partir de ese momento, cada pequeño grupo tiene que diseñar una señal —al estilo de las de tráfico— por cada actitud, comportamiento, estilo, etc., elegidos, realizándola en clave positiva (recomendación, información) o negativa (obligación, prohibición).
En la realización de las señales se puede usar cartulina u otro material como, por ejemplo, placas de ocurren (conglomerado usado en marquetería, de poco peso y fácil de conseguir en los centros educativos). En cuanto al color, serviría cualquiera, desde rotuladores hasta acuarelas y pasando por otro tipo de pintura. Si se instalan en exteriores, recomendamos también plastificarlas con plástico adhesivo o con un barniz protector. Así mismo, es conveniente llegar a un acuerdo respecto al tamaño, dependiendo de los lugares donde piensen colocarse. Si han de situarse en lugares públicos como calles o plazas es necesario el permiso municipal, etc.
Una vez preparadas las señales, se buscará el «gran día» de la inauguración del Proyecto «Señales por la paz», que puede coincidir con el propio día de la muerte de Gandhi. Todos los participantes, familiares y amigos irán instalando una a una las distintas señales (atención a los materiales necesarios: escalera, soportes, etc.). Al inicio y/o al final se puede hacer un gesto colectivo y participativo por la paz.
Cuando acabe el mes de febrero, por ejemplo, se pueden recoger todas las señales y guardarlas para ir creando nuestro propio «museo por la paz»; con el tiempo, se estaría en disposición de realizar una buena exposición de señales por la paz (a la que se podría añadir una unidad didáctica para crear nuevas señales y trabajar las ya realizadas).
Xulio C. Iglesias