En muchos centros educativos se realiza en el mes de diciembre la campaña de solidaridad «Operación kilo» (OK), enmarcada en la actitud continua que trabajamos todo el año de la promoción del valor solidaridad. Suele centrarse en recoger alimentos, juguetes y ropa para las familias más desfavorecidas de nuestro entorno próximo, como es nuestra ciudad, villa o pueblo.
La ambientación se realiza con pegadas de carteles de la OK en vallas y establecimientos de la ciudad; también se pueden colocar carteles de la OK en la parte trasera de los autobuses urbanos; igualmente, pueden solicitarse anuncios gratuitos tanto en los periodicos, como radios y televisiones locales.
Los medios que se crean son principalmente: contar con empresas de nuestra ciudad para que regalen productos que comercializan; poner mesas o recipientes en los super e hipermercados donde sus usuarios depositan, de entre sus compras, algún producto en el mismo centro comercial; colocar huchas en bancos y cajas de ahorro para que depositen alguna cantidad de dinero; abrir una cuenta corriente para que toda persona que lo desee pueda participar en la OK; poner un teléfono a disposición para que los que tengan en sus casas productos para la OK se puedan recoger en coches o por personas de la organización; etc.
En los centros educativos que hay que realizar todo esto a pequeña escala. La ambientación consistirá en pegar carteles, junto con grandes dibujos, frases, y gráficos referidos al tema. También en colegios se puede escribir en la pizarra de cada clase una frase significativa diaria o el eslogan de la OK.
Crear pequeñas unidades didácticas para trabajar en la hora de tutoría grupal, y en clases del área de Ciencias Sociales, Religión, Filosofía y Ética, sobre todo, para dar una visión interdisciplinar al tema.
La participación en nuestros centros educativos de los más pequeños no suele presentar ningún problema. Ellos y ellas son los que anuncian la noticia en su casa y traen (o hacen traer a sus padres) algún producto para la campaña. Son los grandes protagonistas de la campaña por su ilusión y contagio.
Es con los chicos y chicas mayores donde se presentan los problemas: falta de motivación, vergüenza por que te vean traer paquetes, olvido, falta de interés, pasotismo, la excusa de «ya lo lleva mi hermano/a pequeño»… Ante este panorama, si se presenta como una actividad bien enfocada y contextualizada, puede dar buenos resultados: ir el grupo de tiempo libre con el animadora o el aula con el tutor/a a un supermercado cercano y que los que lo deseen, libremente, compren un kilo de algún alimento básico no perecedero.
Es una experiencia muy interesante, pues hay vivencias de todo tipo: chicos/as que no saben desenvolverse por un súper; que se sorprenden de los precios, o de la diferencia de precios por las marcas; de la distribución del súper; el tema del cajero y el ticket; el no conocer ciertos productos básicos (lentejas, por ejemplo); el no distinguir productos por su embalado etc.
Creemos que es bueno para valorar lo que tenemos y que con muy poco podemos comprar un kilo o varios de comida para los más desfavorecidos de nuestra ciudad.
Organizativamente si van muchos grupos se puede avisar a los supers cercanos para que no colapsen el establecimiento ni se sorprendan y hasta para que el mismo establecimiento pueda colaborar con alguna aportación.
XULIO C. IGLESIAS
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