“ID, SIN MIEDO, PARA SERVIR”. REFLEXIONES SOBRE LA JMJ DE RÍO 2013

1 octubre 2013

Hugo Espinosa y Koldo Gutiérrez
Son salesianos de Uruguay y de España respectivamente.
 
En el ángelus del primer domingo de Agosto, una semana después de que concluyera la JMJ de Río de Janeiro, el Papa Francisco afirmaba que este encuentro de jóvenes no es un ‘fuego de artificio’, sino que forma parte de una etapa en el camino de la fe de los jóvenes.
Además decía: “Quisiera pedirles que recen conmigo por esta intención: que los jóvenes que participaron en la Jornada Mundial de la Juventud puedan traducir esta experiencia en su camino cotidiano, en los comportamientos de todos los días; y que también puedan traducirlo en decisiones importantes de vida, respondiendo al llamado personal del Señor”[1].
 

  1. La JMJ de Río de Janeiro

Es sabido que Juan Pablo II, asesorado por el Cardenal Eduardo Pironio, intuyó el potencial pastoral de la Jornada Mundial de la Juventud. Poco a poco esta ‘fiesta de la fe’ se ha ido abriendo paso, no sin dificultades, en la agenda de pastoral juvenil de la Iglesia, a través de una iniciativa para tiempos de globalización, que busca fortalecer la pastoral local concreta, la pastoral juvenil del día a día.
Cada nueva Jornada Mundial de la Juventud se presenta como un nuevo reto, dejando ver el perenne atractivo que Jesucristo y su evangelio tiene en los jóvenes de todos los tiempos, mostrando el deseo de renovación de una Iglesia que busca estar cercana a los jóvenes, y haciendo visible la situación concreta de la Iglesia local que acoge. Todo esto hace que cada Jornada Mundial de la Juventud sea un reto y traiga aire fresco al panorama pastoral. Es lo que hemos vuelto a vivir en Río de Janeiro.
 
Entre Benedicto XVI y Francisco
Benedicto XVI había convocado a los jóvenes del mundo entero bajo los brazos protectores de Jesús Redentor, simbólicamente visible en el monte Corcovado, en este año de la fe, para vivir una nueva Jornada Mundial de la Juventud. El Papa Francisco, calificado por algunos como Papa pastoral, sabedor de la importancia de los gestos, ha llevado adelante esta JMJ, dejando una huella imborrable en el recuerdo de muchos jóvenes que descubren en él cualidades de buen pastor como la autenticidad, credibilidad, humildad, sencillez y vigor.
 
Los jóvenes de la JMJ de Río 2013
La revista Vida Nueva ofrecía a finales del mes de Julio un estudio firmado porFrei Rubens Nunes, ‘pasado y presente de las Jornadas Mundiales de la Juventud’[2], donde afirmaba que el 14 % de los jóvenes participantes tienen una vivencia un tanto alejada de la Iglesia; un 37,1 % tiene un compromiso concreto; un 15,3 vive intensamente su fe; y un 32, 8% va a la JMJ por costumbre.
En palabras del Papa Francisco, estos jóvenes “provienen de diversos continentes, hablan idiomas diferentes, pertenecen a distintas culturas y, sin embargo, encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones, y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los aúna por encima de cualquier diferencia”[3].
En Río de Janeiro se ha dejado ver también la presencia de una juventud desencantada con las instituciones, un descontento no solo presente en América Latina; también se ha visto una juventud crítica con las dolorosas incoherencias de algunos miembros de la Iglesia.
La Iglesia tiene una gran confianza en estos jóvenes, a los que acepta como una bendición y a los que ve como un reto. El Papa dijo en uno de sus discursos que “la juventud es el ventanal por el que entra el futuro al mundo y, por tanto, nos impone grandes retos”[4].
A estos jóvenes, en su concreto contexto vital y existencial, el Papa Francisco les ha dirigido su palabra abogando por una cultura de la inclusión y del encuentro frente a la cultura del descarte, donde hoy han sido arrojados muchos jóvenes y curiosamente también muchos ancianos[5], invitándoles a ser constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia. “Chicos y chicas (decía el Papa), por favor, no se metan en la cola de la historia, ¡sean protagonistas! ¡Jueguen para adelante! ¡Pateen adelante! ¡Construyan un mundo mejor! ¡Un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor, de paz, de fraternidad, de solidaridad! ¡Juéguenla adelante siempre!”[6].
 

  1. Relectura de las catequesis del Papa Francisco en la JMJ de Río 2011

Don Pascual Chávez, Rector Mayor de los Salesianos, después de asistir a la JMJ de Río de Janeiro, ha escrito una carta a los salesianos y a los jóvenes delMovimiento Juvenil Salesiano con una petición concreta: “Os invito, salesianos y jóvenes, a retomar las intervenciones del Santo Padre, para asumir y llevar a la vida sus orientaciones espirituales y pastorales como tarea prioritaria de la pastoral juvenil en el camino al bicentenario”. Queremos responder a esta invitación con esta reflexión.
 
Un Papa pastoral
El momento de la historia presenta grandes retos que para quienes trabajamos en la misión juvenil son teológicos, pastorales y espirituales; quizás sea un único reto que podemos calificar como teológico, espiritual o pastoral dependiendo de la clave de interpretación donde nos situemos.
El Papa Francisco prefiere el enfoque pastoral, pero nos llevaríamos a engaño si no descubriéramos en este enfoque una sólida fundamentación teológica y una consistente propuesta espiritual.
Pastoral es toda acción que la Iglesia realiza para hacer posible el proyecto de la salvación de Dios entre los hombres y mujeres de hoy, deseosos de vida y esperanza. Nos hemos preguntado qué rasgos de pastoral privilegia el Papa Francisco y, para responder esta pregunta, nos hemos dejado iluminar por los textos de la reciente Jornada Mundial de la Juventud.
 

  1. a) Una pastoral que es ejercicio de la maternidad de la Iglesia

Es bien sabida la admiración que el Papa Francisco profesa al beato Juan XXIII, quien decía que la Iglesia es ‘madre y maestra’. La Iglesia es madre y engendra hijos a la fe mediante el anuncio de la Buena Noticia y el testimonio creíble, la vida de los sacramentos y el amor al prójimo, la celebración litúrgica y la comunión. La Iglesia es maestra y propone caminos pedagógicos para una consciente y madura adhesión a la fe.
El Papa Francisco, queriendo destacar la actitud materna de la Iglesia, de manera bella, ante los obispos de Brasil, hizo una interpretación pastoral del significado de la devoción mariana de Aparecida: “Dios ha dado en Aparecida una lección sobre sí mismo, sobre su manera de ser y actuar. Una lección de esa humildad que pertenece a Dios como un rasgo esencial, y que está en el ADN de Dios. En Aparecida hay algo perenne que aprender sobre Dios y sobre la Iglesia”[7]. ¿De qué se trata? Siguiendo la lectura del discurso descubrimos que está hablando del encuentro que Dios tiene con el hombre a partir de la necesidad humana; de la voluntad de Dios por mostrarse en el misterio y la sorpresa del hombre ante un acontecimiento que le excede; de la apuesta de Dios por recomponer y reconciliar; del camino que tiene que recorrer el hombre con paciencia hasta descubrir esta verdad.
En otro momento de esta intervención habló de la Iglesia como madre de esta manera: “La Iglesia da a luz, amamanta, hace crecer, corrige, alimenta, lleva de la mano… Se requiere, pues, una Iglesia capaz de redescubrir las entrañas de la misericordia”[8].
 

  1. b) Una pastoral de la misericordia

El Papa, en el primer ángelus que rezó el domingo de Pascua, habló de la misericordia de Dios, aludiendo a un libro del cardenal Kasper. La misericordia es una de las palabras más repetidas en el magisterio del Papa Francisco, quien ve en ella la clave del evangelio y de la vida cristiana, y por eso afirma que es éste un tema fundamental para la pastoral de la Iglesia del siglo XXI.
En todos los discursos que hemos escuchado en Río de Janeiro hay invitaciones a una pastoral de la misericordia. Vamos a fijarnos especialmente en las palabras que el Papa pronunció en el hospital de San Francisco de Asís de la Providencia, donde se acercó al sufrimiento humano, e hizo referencia a la alegría que sintió San Francisco de Asís al dejar tantas cosas y abrazar a Cristo sirviendo a los demás, acontecimiento especialmente visible en el abrazo al leproso: “Aquel hermano que sufría, marginado, era mediador de la luz para San Francisco, porque en cada hermano y hermana en dificultad abrazamos la carne de Cristo que sufre”[9].
La misericordia es el principal atributo de Dios y se ha manifestado de manera singular y plena en el rostro de Jesucristo. Dirige el Papa una catequesis a los jóvenes invitando a la fe, esperanza y amor: “Pon a Cristo en tu vida y encontrarás un amigo del que fiarte siempre… y verás crecer las alas de la esperanza para recorrer con alegría el camino del futuro… y tu vida estará llena de amor, será vida fecunda… y no quedarás defraudado… Dios es pura misericordia. Pon a Cristo…”[10]
Tenemos necesidad de mirar al otro con los ojos de amor de Cristo, “promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza de futuro”[11].
 

  1. c) Un pastoral que es misión permanente y fruto de una conversión pastoral

En la pastoral de la Iglesia la misión es una palabra clave. En América Latina se habla de ‘Misión Continental’. En este sentido la pastoral es una misión permanente.
La Asamblea del Episcopado Latinoamericano en Aparecida había hecho ver que si la Iglesia quiere responder a la invitación que ha recibido a la misión debe ponerse en actitud de conversión pastoral, dimensión paradigmática de la misión en palabras del Papa.
Este fue el mensaje que el Papa Francisco eligió para hablar al comité coordinador del CELAM, afirmando que “es la dinámica (misionera) la que provoca el cambio de la estructura de la conversión pastoral. Lo que hace caer las estructuras caducas, lo que lleva a cambiar los corazones de los cristianos es precisamente lamisionariedad”[12]. El envío, el mandato, la fuerza de quien manda es el motor que permite toda conversión pastoral.
Estar en actitud de conversión pastoral exige saber discernir algunas tentaciones presentes en la Iglesia de todos los tiempos: la ideologización del mensaje evangélico, la reducción socializante, la ideologización psicológica, la propuesta gnóstica, la propuesta pelagiana, el funcionalismo, el clericalismo.
La conversión pastoral exige también comprometerse en la renovación interna de la Iglesia, así como tener una actitud de diálogo con el mundo actual.
La conversión pastoral pide, por último, humildad, sencillez, cercanía, búsqueda de lo esencial, salir a las periferias, testimonio, alegría por ser enviado a la misión.
 
Aparecida: clave de lectura para la misión de la Iglesia
Las intervenciones del Papa Francisco en Brasil han estado iluminadas por el documento del Episcopado Latinoaméricano de Aparecida (2007). Precisamente el entonces cardenal Bergoglio fue uno de sus redactores. Podemos afirmar que en el documento de Aparecida (DA), como el mismo Papa expresó en Brasil, encontramos una clave de lectura para la misión de la Iglesia.
 

  1. a) Discípulos y misioneros

Todo bautizado recibe de Cristo, como los apóstoles, el mandato de la misión: “La misión es inseparable del discipulado, por lo cual no debe entenderse como una etapa posterior a la formación” (DA 278e).
Uno de los mensajes más repetidos de Aparecida es la indisoluble unidad entre la misión y el discipulado, entre la vocación y el envío, entre la llamada y la respuesta: “Discipulado y misión son como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva. En efecto, el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro” (DA 3).
A la base de estas afirmaciones hay una profunda antropología y una hermosa teología trinitaria de la misión.
Cuando situamos la acción pastoral en esta unidad es posible asentarse en la gracia, en el amor, en lo que no es fruto de mi esfuerzo. ¿Cómo lo ha expresado el Papa en estas jornadas de Brasil?: “Queridos hermanos, el resultado del trabajo pastoral no se basa en las riquezas de los recursos, sino en la creatividad del amor. Ciertamente es necesaria la tenacidad, el esfuerzo, el trabajo, la planificación, la organización, pero hay que saber ante todo que la fuerza de la Iglesia no reside en sí misma, sino que está escondida en las aguas profundas de Dios, en las que ella está llamada a echar las redes”[13].
 

  1. b) Los pobres y los jóvenes

“No te olvides de los pobres” es la expresión que el cardenal Claudio Hummessusurró al oído del entonces cardenal Bergoglio cuando fue elegido Papa.  “¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!”, dijo el Papa ante los periodistas en una de sus primeras intervenciones públicas. Está claro que el Papa Francisco no quiere olvidarse de los pobres. Tampoco quiere olvidarse de los jóvenes, cuenta con ellos, como expresó en la JMJ de Río de Janeiro.
En Aparecida se había dicho que “se nos pide dedicar tiempo a los pobres, prestarles una amable atención, escucharlos con interés… Solo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los pobres de hoy” (DA 397-398).
El documento de Aparecida distingue sabiamente cuando pone su mirada pastoral en niños, adolescentes y jóvenes. Saber distinguir es el primer paso para poder concretar propuestas pastorales: “Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados a ser centinelas del mañana, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del plan de Dios…” (DA 443).
 

  1. c) El icono de Emaús

En el documento de Aparecida se habla de Emaús como imagen de los discípulos de Jesús que se convierten en misioneros de su evangelio. En su encuentro con los obispos de Brasil el Papa Francisco habló de Emaús como clave de lectura del presente y del futuro.
El Papa habla de los discípulos que huyen de Jerusalén, alejándose de la desnudez de Dios, escandalizados por el fracaso del Mesías, como tantos cristianos que hoy se alejan decepcionados de la Iglesia. ¿Qué hacer?: “Hace falta una Iglesia que no tenga miedo a entrar en la noche de ellos. Necesitamos una Iglesia capaz de encontrarlos en su camino. Necesitamos una Iglesia capaz de entrar en su conversación. Necesitamos una Iglesia que sepa dialogar con aquellos discípulos que, huyendo de Jerusalén, vagan sin una meta, solos, con su propio desencanto, con la decepción de un cristianismo considerado ya estéril, infecundo, impotente para generar sentido”[14].
El Papa pide una Iglesia que sepa acompañar, ir más allá del mero escuchar, que se dé cuenta de las razones por las que la gente se aleja.
“En Jerusalén residen nuestras fuentes: escritura, catequesis, sacramentos, comunidad, la amistad el Señor, María y los apóstoles… Nada hay más alto que el abajamiento de la cruz, porque allí se alcanza verdaderamente la altura del amor”[15].
 

  1. Algunas sendas para transitar en pastoral juvenil

Queremos concluir este texto de colaboración concretando algunas sendas, orientaciones espirituales y pastorales, que podemos recorrer en la pastoral que hacemos con jóvenes, iluminados por las palabras del Papa Francisco en Río de Janeiro.
 

  1. a) Salir a las periferias existenciales

Una de las invitaciones que el Papa repite con frecuencia, y que ha calado en la opinión pública, no solo dentro de la Iglesia, es la llamada a ‘salir a las periferias existenciales del hombre de hoy’.
Al salir a las periferias miramos con humildad fuera de nosotros mismos, de nuestros grupos, incluso fuera de la Iglesia; dejamos ver una Iglesia portadora de un mensaje de amor para el mundo; una Iglesia convencida de que el evangelio es para todos; y propone el diálogo y la cooperación como tareas irrenunciables para cualquier proyecto pastoral.
¿Qué nos encontramos, en concreto, cuando salimos a las periferias existenciales de los jóvenes? Salir siempre es costoso. Pero cuando llegamos a esas periferias existenciales descubrimos con respeto la vida concreta de los jóvenes; descubrimos las preguntas sobre la verdad y el sentido que acompañan la vida de todo joven; acompasamos nuestro paso al paso de quien tiene más dificultades; proponemos un mensaje liberador del que somos mediadores.
El Papa Francisco, cuando afirma que “quien permanece en Cristo sale hacia los otros”, está fundamentando la razón por la que podemos ‘salir a las periferias existenciales’, y ésta no es otra que nuestra pertenencia a Cristo: Él nos envía.
 

  1. b) Ayudar a escuchar la llamada y a disponerse para la misión

‘La firmeza en la fe’ fue el mensaje de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011. Aquella JMJ hizo ver a muchos que ser joven y ser creyente es posible, también en este tiempo; además no pocos descubrieron, incluso personas no creyentes, que el joven cristiano es un aire de esperanza para este mundo complejo.
¿Cuál es el mensaje central que deja la JMJ de Río de Janeiro? En cada uno de nosotros quizás ha resonado con fuerza algún mensaje concreto. Pero desde nuestro punto de vista, después de reflexionar y contrastar pareceres, creemos que el mensaje central de esta JMJ es ‘la urgencia de la misión’, que no es algo nuestro, sino que es la misma misión de Dios, a la que nosotros acogemos con nuestra disponibilidad -‘deja que Dios y su Palabra entren en tu vida’-, y a la que respondemos con nuestra colaboración: “Les pido que sean protagonistas del cambio”.
El Papa Francisco, convencido de que la misión es pertenencia eclesial, ha dicho a los jóvenes en Río de Janeiro que “el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia”, ya que “nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia”. El Papa ha dicho con fuerza que “un joven es el mejor medio para evangelizar a otro joven”.
El último mensaje que el Papa dejaba a los jóvenes era este: “vayan, sin miedo, para servir”. La misión es urgente y difícil, pero no tengáis miedo, además hay que saber que la misión consiste principalmente en servir: “Lo mismo que este Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos” (Mateo 20, 28).
La misión es un mandato que envía al mundo, ‘salir a las periferias’, ‘vayan, sin miedo, para servir’; pero también esta misma misión invita a construir la Iglesia, sin desdeñar esa urdimbre que se teje en el trabajo conjunto entre los pastores y el resto del pueblo de Dios, como bellamente narró el Papa Francisco, recordando la conferencia de Aparecida.
 

  1. c) La alegría, la sorpresa y la esperanza

La alegría y la esperanza no son ninguna conquista, no son el resultado de nuestro esfuerzo. Son, más bien, el fruto que va brotando en el discípulo, cuando sorprendido se sabe siervo y es consciente de que solo ha hecho lo que tenía que hacer.
El Papa quiso hablar en la Basílica del Santuario de Nuestra Señora de Aparecida de la esperanza, la sorpresa y la alegría. Son tres palabras claves para todo proyecto de pastoral juvenil.
“Jóvenes, no se dejen robar la esperanza”, suele repetir con frecuencia el Papa. El Santo Padre no es ningún ingenuo y, siendo consciente de las dificultades con las que los jóvenes se enfrentan hoy, prefiere tener una visión positiva de la realidad: “Ante el desaliento que podría haber en la vida, en quien trabaja en la evangelización o en aquellos que se esfuerzan por vivir la fe como padres y madres de familia, quisiera decirles con fuerza- decía el Papa-: Tengan siempre en el corazón esa certeza: Dios camina a su lado, en ningún momento nos abandona. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en nuestro corazón”[16].
Quien es hombre y mujer de esperanza sabe que Dios actúa y nos sorprende en medio de las dificultades. “Dios nunca deja de sorprender… Guarda lo mejor para nosotros. Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos sus sorpresas. Confiemos en Dios”[17].
Y la última palabra es la de la alegría, cercana a muchos proyectos de pastoral juvenil, como no podía ser de otra manera: “El cristiano es alegre, nunca triste. Dios nos acompaña. Tenemos una Madre que intercede por nosotros… Jesús nos ha mostrado que el rostro de Dios es el de un Padre que nos ama. El pecado y la muerte han sido vencidos. El cristiano no puede ser pesimista. No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo…”[18].
 
Dejamos aquí estas reflexiones. Hemos querido solo subrayar algunas orientaciones pastorales y espirituales, después de leer los textos con las palabras del Papa Francisco en Río de Janeiro. Este texto no es tanto un estudio como un subrayado de textos. Sería bueno que nos dejáramos interpelar por las palabras del Papa, para así mejor servir a los jóvenes, quienes hemos sido convocados a la misión juvenil.
 

HUGO ESPINOSA

KOLDO GUTIÉRREZ

 
[1] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/angelus/2013/documents/papa-francesco_angelus_20130804_it.html
[2] Frei Rubens Nunes Da Mota, Pasado y presente de las Jornadas Mundiales de la Juventud, VN 2858 (2013) 23-30.
[3] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130722_gmg-cerimonia-benvenuto-rio_sp.html
[4] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130722_gmg-cerimonia-benvenuto-rio_sp.html
[5] Esta insistencia del Papa Francisco por atender pastoralmente a jóvenes y a ancianos es muy sugerente. El documento de Aparecida decía: “Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños porque llevarán adelante la historia, los acianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de la vida” (Aparecida, n. 447). Traigo aquí un recuerdo de la tradición salesiana. Uno de los veinte recuerdos que Don Bosco dio a sus primeros salesianos cuando partieron a Argentina decía: “Preocupaos especialmente de los enfermos, de los niños, de los ancianos y de los pobres, y os granjeareis las bendiciones de Dios y la benevolencia de los hombres” en Recuerdos de San Juan Bosco a los primeros misioneros, en Salesianos de Don Bosco, Constituciones y Reglamentos, Madrid, CCS, 1985, pp. 256-257.
[6] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-veglia-giovani_sp.html
[7] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile_sp.html
[8] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile_sp.html
[9] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130724_gmg-ospedale-rio_sp.html
[10] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130725_gmg-giovani-rio_sp.html
[11] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130724_gmg-ospedale-rio_sp.html
[12] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-celam-rio_sp.html
[13] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile_sp.html
[14] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile_sp.html
[15] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile_sp.html
[16] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130724_gmg-omelia-aparecida_sp.html
[17] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130724_gmg-omelia-aparecida_sp.html
[18] http://www.vatican.va/holy_father/francesco/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130724_gmg-omelia-aparecida_sp.html

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