JÓVENES SIN EMPLEO

1 marzo 2012

“La caridad va más allá de la justicia, porque amar es dar, ofrecer de lo mío al otro;

pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es suyo,

lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar” (CiV 6).

 
Sobre la crisis económica, que padecemos desde el verano de 2007, se han escrito muchas páginas, también en publicaciones de pastoral. Misión Joven, que se define como una revista de pastoral juvenil, quiere mirar pastoralmente a los jóvenes y, en esta ocasión, de una manera particular a los jóvenes sin empleo.
 
Una alarmante situación
No es necesario hacer un gran esfuerzo para poder ver las dramáticas huellas que esta crisis económica está dejando en muchas personas, muchas de ellas jóvenes. Si nos fijamos en el contexto español basta recordar que más de un 48% de los jóvenes está hoy sin empleo. O también que, según un estudio del Consejo de la Juventud, un 20% de los jóvenes menores de 35 años que se había emancipado volverá a casa de sus padres porque se han perdido 650.00 empleos juveniles. La familia española, en opinión de algunos, está haciendo más soportable la crisis económica.
Sociólogos, educadores y agentes de pastoral se preguntan con inquietud sobre los efectos que la crisis está provocando en la autoestima de los jóvenes y en su valoración del esfuerzo intelectual y de la formación. Unos y otros buscan nuevas estrategias en la transmisión de valores, para que los sentimientos de desesperanza o de impotencia no bloqueen los procesos de maduración de adolescentes y jóvenes en el sentido de responsabilidad, en la apertura a los demás, en el discernimiento moral ante el bien o el mal.
 
Mirada pastoral
Los obispos vascos, en su carta pastoral para la Cuaresma y Pascua de 2011, decían que “existe un amplio consenso al afirmar que esta crisis se ha producido por una combinación de desenfoques teóricos, errores técnicos y faltas éticas”. Por todo ello, ofrecer una palabra, sobre este delicado tema, es una empresa compleja. Pero, al mismo tiempo, quienes nos dedicamos a la pastoral con jóvenes somos conscientes de que el grave problema del desempleo juvenil está pidiendo una reflexión pastoral, iluminada por la fe y la doctrina social de la Iglesia, y, por supuesto, propuestas concretas educativas y pastorales. Estas son las coordenadas que sitúan el contenido de este número de la revista.
 
La vía de la caridad
El apóstol Pablo, convencido de que somos criaturas nuevas en Cristo da, a su discípulo Timoteo, sencillos consejos para orientarse en las realidades de este mundo: “Tú en cambio, hombre de Dios,… busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la bondad” (1 Timoteo, 6, 11). La justicia es la primera de las virtudes anunciadas. Ante todo, la justicia. “Las normas de justicia deben ser respetadas desde el principio y durante el proceso económico, y no solo después o colateralmente” (CiV 37).
El Papa Benedicto, situándose en la lógica del don y de la gratuidad, afirma que “la caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia” (CiV 2). Por su parte, el ‘Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia’, desde unos valores (verdad, libertad, justicia y caridad) concreta grandes principios (dignidad de la persona humana, bien común, subsidiariedad y solidaridad).
 
Caridad intelectual y práctica
El momento presente se presenta exigente y pide cambios culturales, leyes justas, reformas en el mundo del trabajo y en el sistema educativo… Para abordar todos estos cambios necesitamos caridad intelectual, porque “no existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor” (CiV 30) y, también, caridad práctica.
¿Qué podemos hacer quienes nos dedicamos a la pastoral con jóvenes? Es posible que nos podamos ver como David frente a Goliat y, por lo tanto, sintamos que la empresa supera nuestras posibilidades. Sin embargo podemos aportar sugerencias e iniciativas. Por recordar algunas: favorecer una orientación personalista y comunitaria, abierta a la trascendencia, del proceso de integración planetaria; extender decididamente el humanismo cristiano; un compromiso por una educación en aquellos valores que posibiliten la relacionalidad, la gratuidad y la fraternidad…; el fortalecimiento de la educación, especialmente de la formación profesional; programas de inserción laboral; pequeñas iniciativas empresariales…
Catalina de Siena decía que “practicar la caridad es cuidar unos de otros”. Recordar esto no está de más. Parece que todo invita hoy al individualismo, pero no deberíamos olvidar que sin los demás no llegaremos nunca a ser nosotros mismos.
 
Sobre los artículos
El primer artículo lo firma el “Equipo de Empleo de Cáritas Española”. Nos hace ver la crudeza del grave problema del desempleo juvenil, se pregunta por las causas, hace interesantes propuestas para que los jóvenes puedan ejercer su derecho al trabajo, y marca el empleo de los más desfavorecidos como una prioridad.
El segundo artículo es de Monseñor Algora quien, iluminado por la Doctrina Social de la Iglesia y por el reciente magisterio del Papa Benedicto XVI, propone una actitud samaritana, y ve aquí un campo prioritario de nueva evangelización.
Pedro José Gómez Serrano, en el último artículo, propone a los educadores revisar algunas ideas educativas y formula interesantes claves para un acercamiento pastoral a este difícil problema.
 

KOLDO GUTIÉRREZ

 
 

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