HOGARES DON BOSCO

1 julio 2011

Chema Moreno y Anabel Benito
Vocales de Hogares Don Bosco
 
El movimiento Hogares Don Bosco como nos dice su nombre es un movimiento de hogares, de familias, su nombre también nos dice otra cosa: Don Bosco. Nos mueve el espíritu salesiano, la manera que tenía Don Bosco de entender la educación, las relaciones humanas y las relaciones con Dios, nos sentimos en comunión con la Familia Salesiana.
Somos, pues, un movimiento eclesial de matrimonios y apostolado familiar, por ello nos hacemos presentes en el seno de la Iglesia, trabajando en el ámbito de la pastoral familiar.
No es un movimiento nuevo, Los Hogares Don Bosco nacieron hace 46 años, en 1965, fue la respuesta que dieron los Salesianos Cooperadores en el ámbito de la Pastoral Familiar.
 
Necesidades y respuestas
Nuestro movimiento quiere dar respuesta a varias necesidades que tienen los matrimonios y las familias:

  • queremos profundizar en la experiencia y en la vivencia de nuestro matrimonio,
  • también queremos compartir las situaciones y los problemas, desde una visión cristiana y salesiana, compartir con otros matrimonios para enriquecernos mutuamente y progresar juntos,
  • tenemos la voluntad de profundizar en los temas relacionados con el hecho de ser padres y madres, y de este modo contribuir en la educación plena de los jóvenes, empezando por nuestros propios hijos,
  • y porque sabemos que nuestro mundo y nuestra sociedad cambia, queremos formarnos para dar mejores respuestas a las necesidades que vemos en nuestro derredor y en nosotros mismos.

En general nos interesa todo lo relacionado con la familia: su espiritualidad, su problemática diaria, los nuevos retos que las familias cristianas debemos abordar, la educación de nuestros hijos e hijas, la transmisión de los valores y de nuestra experiencia de fe.
En otras palabras, nos interesa especialmente el crecimiento del matrimonio, a todos los niveles: humano, cristiano y salesiano. Para favorecer este crecimiento tenemos que establecer espacios de diálogo donde profundizar las realidades del matrimonio y de la familia.
No buscamos hacer grandes teorías, queremos ser mejores esposos y esposas, padres y madres en el día a día.
Cuatro son los ejes que estructuran nuestra vida cristiana y salesiana: espiritualidad, vida de relación, compromiso apostólico y formación.
 
Nuestra espiritualidad
La espiritualidad nos lleva a vivir nuestra vida según el Espíritu, a vivir acordes con sus valores, a construir el Reino de Dios en nuestro entorno.
Nuestras relaciones, nuestro compromiso y nuestra formación son una respuesta a este Espíritu de Dios.
Cristo es el centro de nuestra espiritualidad y punto de partida de nuestra misión como padres y esposos, queremos vivir “una profunda espiritualidad matrimonial y familiar”.
María y Don Bosco son ejemplos que nos inspiran para dar respuesta al Espíritu que nos interpela.
María nos anima a afrontar las dificultades y retos de la vida cotidiana: en la familia, en el trabajo, en la sociedad,… a ser capaces de mantenernos siempre en unión con Cristo.
La “espiritualidad salesiana” nos hace vivir el amor imitando a Cristo desde la aceptación de las personas, la amabilidad y la familiaridad, buscando la realización plena de quienes nos rodean.
Como don Bosco nos apoyamos en la fuerza del amor, de la razón y la vida de fe (sistema preventivo).
Queremos hacer partícipes a nuestros hijos de las razones de nuestro modo de vivir, comportarnos, relacionarnos con Dios y darle respuesta, buscamos crear las condiciones que les permitan “conocer y amar a Jesús”: tener una experiencia de fe.
 
Vida de relación
Queremos hacer de nuestras familias comunidades de vida y amor, a imitación de la Sagrada Familia.
Sabemos que el mundo que nos rodea tiene otros valores, otras motivaciones: prestigio, mercantilismo, utilidad, eficacia, rendimiento… Estos valores son diferentes de los que inspiran una comunidad familiar tal como la queremos construir nosotros. Pues buscamos que la gratuidad, el amor, el perdón, el apoyo, la comprensión, el diálogo, el encuentro… sean sus motores y formen parte de su esencia fundamental.
Hacer de nuestras familias comunidades de vida y amor no es tarea sencilla, exige un esfuerzo para que este objetivo no quede en un simple sueño, debemos poner los medios para conseguirlo.
Promover el crecimiento personal continuo de cada uno, es importante para conseguir nuestro objetivo. El crecimiento personal nos ha de llevar a superar las deficiencias, los egoísmos y otras limitaciones.
Junto al crecimiento personal, el diálogo sincero y continuo, compartiendo sentimientos, ideas y aspiraciones, facilitando la comunicación. Así de este modo, entre todos los que formamos la familia podremos ir acercándonos a nuestro objetivo de hacer de nuestro un hogar un reflejo de la familia de Nazaret.
 
Formación
La formación, para los HDB, es, ante todo, un medio para afrontar con eficacia las realidades de nuestro entorno inmediato.
Desde la organización del movimiento tenemos el proyecto de proporcionar unos materiales comunes de formación, será necesario adaptarlos a las características específicas de cada grupo, para que el trabajo de reflexión hecho por los matrimonios, les permita responder a las situaciones concretas de su situación y su entorno.
Tenemos organizada la formación en varias etapas: inicial, profundización y permanente.
No debemos olvidar la formación para el apostolado. Una formación que nos debe permitir dar respuesta a las exigencias específicas del compromiso que tenemos en el movimiento y en nuestro entorno.
Compromiso apostólico
El seguimiento de Cristo y de su Buena Noticia, siempre va asociado al compromiso apostólico, no puede ser de otro modo, para los matrimonios que formamos los HDB también.
El compromiso apostólico “es índice de crecimiento integral como personas, como padres y como cristianos”. Los HDB aportamos nuestra especial sensibilidad por la familia y su entorno.
Nuestra familia y la construcción de una convivencia que ayude a todos sus miembros a realizarse integralmente, será el primer ámbito al que atenderemos. Pero tampoco descuidamos ser “presencia activa” en los campos de misión de la Iglesia y de la Familia Salesiana.
Los matrimonios de los HDB trabajamos preferentemente en la Pastoral Familiar de nuestras parroquias y de las obras salesianas: preparación de novios, escuelas y asociaciones de padres, catequesis en todos sus niveles, ayuda a familias con necesidades especiales,…
Identificados con el proyecto apostólico de Don Bosco hacemos del sistema preventivo una herramienta eficaz en nuestro modo de hacer.
Nuestra acción pastoral tiene unas características específicas que nos lleva a ofrecemos como movimiento de Pastoral Familiar. Nuestra integración dentro del proyecto apostólico de Don Bosco es plena. Actuamos en el entorno de la familia con el carisma de Don Bosco, por ello creemos que hacemos una aportación enriquecedora para toda la Familia Salesiana.
 
El grupo de Hogares Don Bosco
Todo lo visto hasta ahora no se consigue fácilmente, especialmente mantener la ilusión y las fuerzas iniciales, a lo largo de los años. Las dificultades, la rutina, los retos, en ocasiones difíciles, pueden hacernos perder la fuerza, la decisión y el empuje inicial. El grupo es aquí un elemento básico.

  • Compartir con otros matrimonios nuestra vida, nos permite sentir la felicidad y la certeza de que nos encontramos en las manos del Padre.
  • Compartir nuestras dificultades y crisis, nos ayuda a buscar un enfoque correcto a todas estas situaciones, un enfoque que nos permita afrontarlas.
  • El análisis de los compromisos y de los retos que se nos plantean, es motivo para formarnos juntos, analizar y buscar las respuestas más acordes al Evangelio.
  • Revisar juntos nuestras acciones y compromisos, es motivo para renovar la decisión por mantenernos fieles a nuestro ideario a lo largo de los años.

Así pues, el grupo, para los miembros de los HDB, es un elemento referencial en nuestra vida cristiana y humana.
La familiaridad reina en nuestras relaciones personales, de modo que crezca la amistad entre todos los que lo formamos, una amistad que nos ha de permitir crecer humana y cristianamente.
También nos gusta compartir momentos de fiesta y alegría, encuentros de amistad, que hagan crecer la sintonía entre todos los que participamos, por esto, programamos encuentros de amistad, donde también participan nuestros hijos e hijas.
 
Situación actual
En la actualidad el movimiento está formado por unos 650 matrimonios, distribuidos en las diferentes inspectorías, lo que nos hace presentes en buena parte del territorio español. Estamos organizados en inspectorías, que agrupan diversos centros locales, que a su vez reúnen a todos los grupos de matrimonios de una zona.
 
El futuro
Nuestro movimiento quiere dar respuesta a los nuevos retos que se le plantean a la familia. Estos retos van cambiando con el tiempo, lo que nos hace estar en disposición para cambiar, para profundizar en los cambios y hacer nuestra aportación desde la lectura del evangelio.
Queremos hacernos presentes en todas aquellas situaciones en las cuales podamos aportar algo a las familias, quisiéramos  que las familias que se acercan, especialmente, a las obras de la Familia Salesiana, puedan encontrar un espacio en el que profundizar en su realidad familiar y matrimonial.
La familia ha sido, es y tiene que seguir siendo un elemento esencial para nuestra sociedad y para la iglesia. Por sus características es fundamental en la educación de las nuevas generaciones, en la transmisión de los valores de nuestra sociedad. Los cristianos no podemos ausentarnos en este proceso. Estamos llamados a ser la levadura que haga presentes los valores evangélicos en la educación y la formación de los jóvenes.
Desde que Don Bosco empezó su trabajo pastoral, la Familia Salesiana ha sentido de manera muy viva la llamada a trabajar por los jóvenes, especialmente los más necesitados, esta llamada sigue siendo actual y debemos renovar el impulso evangelizador del principio, también lo debemos adaptar a las nuevas necesidades. En el momento presente, la construcción de unas familias transmisoras de los valores cristianos, que hagan presente en nuestra sociedad estos valores (gratuidad, amor, respeto, comunicación, diálogo, aceptación de los demás….) es una de las  mejores aportaciones que podemos hacer a los jóvenes de hoy en día.

Chema y Anabel