“Es el Señor quien, pidiéndonos valorar el momento,
nos invita interpretar lo que se avecina al mundo de hoy en profundidad,
de acoger las preguntas y los deseos del hombre de hoy”
(Educar a la vida buena del Evangelio n. 7, CEI)
El título de nuestra revista para este mes, “Jóvenes en serie…”, es suficientemente ambiguo como para ser llamativo. ¿De qué queremos hablar… de los jóvenes o de las series de televisión? De ambos. Por una parte queremos hablar de los jóvenes, que de ordinario se encuentran en situaciones de gran complejidad social, y por otra parte queremos hablar de las series de televisión que despiertan el interés de los jóvenes que buscan orientación y sentido.
Cuando preparábamos este número, al Consejo de Redacción de nuestra revista se le amontonaban los interrogantes. ¿Los jóvenes que aparecen en las series son los mismos jóvenes con los que convivimos día a día? ¿Tienen influencia las series de televisión en su manera de ver la vida y de interpretar las costumbres? ¿Marcan tendencias? Las preguntas son comprometidas.
Las series… gustan
El reciente informe de la Fundación Santa María, Jóvenes 2010, al hablar de los gustos televisivos de los jóvenes, hace un listado de preferencias. Lo que más les gusta son las películas, a continuación las series españolas, después las series extranjeras, los informativos… Como puede verse el gusto por las series es grande entre nuestros jóvenes. Esto ya lo sabían padres, educadores y agentes de pastoral… sin necesidad de que lo dijera la estadística.
Pero los sociólogos dicen más cosas. Por ejemplo, que hay mayor seguimiento de las series entre las chicas y los adolescentes que entre los chicos y los jóvenes mayores. Es decir, tienen importancia el género y la edad.
El gusto por las series, los criterios de edad y de género… nos invitan como educadores a dedicar tiempo a este tema.
José J. Llorente hace un repaso a las series que más se están viendo en estos momentos, las que más influyen en los adolescentes y jóvenes. Está claro, para nuestro autor, que las series evolucionan en el tiempo, creciendo en medios técnicos y argumentales, pero vaciándose de contenido y de valores. Además otra característica que hay que tener en cuenta es que el espectador reelabora la propuesta estereotipada que le es ofrecida a través de la pantalla.
José Joaquín Gómez Palacios habla de la narración. Las series son narraciones con un nuevo formato con características peculiares: sensorial, narrativo, dinámico, emotivo, sensacional. Aquí ofrece ya unas pistas educativas para tener en cuenta en nuestro lenguaje educativo.
Francisco Javier Valiente presenta en su artículo interesantes consideraciones para educadores. La narración encierra en sí un gran potencial pedagógico. De aquí el interés de los educadores por estos productos.
Educar en un mundo que cambia
Nuestro mundo parece estar en continuo cambio. Una de las claves para entender este cambio está en la comunicación, nueva frontera también para la pastoral. Los Medios de Comunicación Social, entre ellos la televisión, están jugando un papel importante en este proceso de cambio. Están actuando de hecho como nuevas agencias educativas.
La pasión educativa nos invita a estar atentos a la vida de los jóvenes. Estamos llamados a educar sin miedos en este mundo que cambia. La educación siempre es desafiada por la novedad cultural y social.
Pero educar hoy no es fácil. Hay quien habla de crisis en la educación. Ven difícil colaborar a la formación de personas sólidas, capaces de abrirse a los otros, que vivan con sentido y con esperanza.
El Papa Benedicto, en este sentido, ve más necesario que nunca el compromiso por la educación. Propone un “humanismo integral y trascendente” (Caritas in Veritate, 18). Un humanismo que exige fidelidad al hombre (ayudar al hombre a ser persona) y fidelidad a Dios (una historia que no se puede callar). No podemos olvidar que Jesucristo (Dios y hombre verdadero) y su evangelio representan la meta decisiva de nuestra propuesta educativa.
El reto educativo de la nueva cultura mediática irá tomando cada día más fuerza y consistencia, mayor importancia en la misión evangelizadora de la Iglesia.
Discordancias y oportunidades
El educador sabe distinguir, en las series, valores discordantes con la propuesta cristiana y otros que pueden convertirse en oportunidades educativas.
Las series actuales destacan la tendencia de la cultura contemporánea a reducir el bien a lo que es útil, la verdad a la racionalidad empírica, la belleza al disfrute. Así se va generando una forma muy concreta de plantearse la vida. Pero nosotros, “estamos en el mundo con la conciencia de ser portadores de una visión de la persona que, al resaltar la verdad, la bondad y la belleza, se convierte en alternativa al sentir común” (Educar a la vida buena del Evangelio n. 8, CEI).
Y sobre las oportunidades educativas: la libertad y el amor son grandes anhelos del ser humano de hoy y de todos los tiempos. Estos anhelos encuentran en el mensaje cristiano una respuesta definitiva.
KOLDO GUTIÉRREZ