A Mónica, una chica de hoy, con cariño

1 diciembre 1999

Querida Mónica:
 
Hace ya algunos meses se acercó a hablar conmigo tu madre. Venía muy preocupada, con una revista en la mano (casi todas las madres llevan alguna vez una revista en la mano, aunque sólo sea en la sala de espera del dentista). Me conocía desde hace tiempo y sabía que era educador tuyo, además de tu profe de diversas materias.
Airosamente, y con un rostro que mostraba preocupación, casi sin saludarme, me abordó: “Mire usted esta revista y dígame qué le parece. A mí me da idea que no es buena”. Era una revista de junio, cuando ya empieza la calor, pero tampoco era para encontrarse lo que ahora diré.
Sentí ganas de decirle que no pasaba nada, que era una revista de adolescentes, de esas que vendían en los quioscos cada semana y que yo veía encima del mostrador cuando iba a comprar el periódico. Pero… lo pensé rápidamente y no dije nada. ¿Por qué? Porque me llamaron la atención algunos títulos de portada, y yo mismo me sorprendí, a saber: «Dossier Sexo: ¿Das la talla?»  o «Tom Cruise, Matt Dillon, Joseph Fiennes ¡En pelotas!».
 
Entenderás por qué tomé mi tiempo para examinar la cuestión; además, en alguna ocasión, a ti y a tus amigas ya os había pillado en clase otras revistas similares.
Todavía no he contestado a tu madre, lo hago ahora para ambas y para cuantas adolescentes os lanzáis a comprar y leer este tipo de prensa. Eso sí, me he comprado —¡válgame Dios!— todas las revistas de la última semana de octubre para ver mejor qué se cuece en sus páginas. La verdad es que, ya han bajado mucho en calidad y «morbo» con respecto a las de hace unos meses. Permíteme que te cuente cuanto he visto.
 
 
            1 Las portadas
 
Se mantienen casi en la misma línea que la que me dejó tu madre. Todas ellas traen en portada títulos de artículos —si se les puede llamar así— que aparecen en su interior. Veamos algún ejemplo.
 
n Revista «Nuevo Vale»: «Especial: lo bueno y lo malo del sexo»; «Compañeros: Eloy e Isabel van de éxtasis»; «Mariano Alameda: Las chicas se acuestan con Íñigo y se levantan con Mariano»; y más.
n Revista «Ragazza» (he comprado la pequeña, que cuesta 100 pts. menos y, te advierto, sale lo mismo, sólo que más pequeñito): «Descubre cómo es según como besa»; «Yago Lamela: Desnudamos a nuestro atleta más sexy»; y algunos consejos para estar más guapa.
n Revista «Nuevo Super Pop»: «BSb nos hablan de las chicas españolas que los han enamorado. ¿Eres tú una de ellas?»; «Leo Di Caprio, ¡¡Indignado!! Van a estrenar la película de sexo y desmadre que rodó antes de ser famoso»; e información sobre series de TV.
n Revista «Bravo ¡Por ti!»: «BSB y el amor. Toda la verdad», y mucha cosita de cantantes y famosos sin más aliciente.
 
Quizá, lo primero que te llame la atención es que yo pongo todo el título y tú las reconoces por menos palabras; voy de legal. Un primer aviso: ninguna contiene nada de lo que aparentemente dice contener; la portada es lo que vende —¡bien lo saben quienes explotan vuestros sentimientos y deseos con ellas!—, y tú compras esperando encontrar desnudo a tu ídolo o la palabra oportuna —aunque venga de una falsa declaración—, que quieres escuchar como palabra de consuelo. ¡Pobre de ti! Justamente, las dos revistas que presentan desnudos, son las dos que no lo dicen en portada, o sea, ¡todo  un engaño!
Algunas portadas ofrecen también sus regalitos. Si eres seguidora de BSB, estás de enhorabuena con Super Pop y su mundo de pegatinas. Y si te gusta el juego, casi todas te ofrecen algún concurso de los que, por cierto, no veo listas o premiados en números anteriores (¿existen?).
 
 
2 Las fotonovelas más «cutres»
 
Siempre siguen la semana que viene y remiten a la anterior; así que te quedas sin saber qué pasa. ¿Te has dado cuenta de lo que nos cuentan? Pues, mira, ahí va el relato de algunas de sus historias.
 
Marta va —en una de tus revistas— va sola al concierto de BSB. La soledad le entristece y necesita amigas. Conoce a Raquel. Les une la pasión por el rubito del grupo. Y… se pintan nombres, bailan. «¿Me mira a mí o a ti?» —seguramente a nadie porque los focos del evento no permiten miraditas—. Salen ilusionadas y quedan. La buena de Raquel (¿qué pretenderá?) le manda a la cita a Toni, un chico muy majo y complaciente. Tras una tarde juntos, claro, surge «algo» en ella.  Al día siguiente Marta descubre a Toni besándose con otra. Y… continuará la semana que viene, y la otra, y el mes siguiente. ¡50 fotos para todo esto!
 
En otra revista, «él y ella» aprovechan para pasar un fin de semana juntos, «a solas» —pero con una cámara de vídeo que va grabando—. A ti te lo dan en foto, por supuesto, mucho más clarito y estudiado. Además, si no sabes qué ponerte para una ocasión así, en los márgenes tienes el PVP y la tienda de cada prenda (¡hay que ver lo que se cambian de ropa, gafas y otros enseres, la bendita pareja en un fin de semana! ¿Publicidad?).
¡Vamos a lo nuestro! Es una fotonovela difícil. No hay palabras, puedes imaginar lo que quieras, no será difícil cuando hay besos —y más—, posturas, imágenes sugerentes, torsos desnudos, color de filtro fotográfico, guitarra y tienda de campaña… ¿Sabes lo peor? Que se acaba el fin de semana y no nos cuentan qué hacen, sienten, viven, estudian o trabajan, durante el resto de la semana.
 
 
3 Del sexo a la droga, pasando por los «padres carcas»
 
Que algunas «cosillas» de las que pone la revista existen, no te lo voy a negar; lo sabes mejor que yo. Pero de ahí a que la oferta «sexual», casi pornográfica en algunas fotos e ideas, sea la más apta para una chica de 15-16 años como tú, va mucha diferencia.
¿Que los padres son «carcas»? Pues sí, mira. Los tuyos, los míos y los de Abraham. Pero, tranquila, si eres madre un día, tú lo serás tanto o más con tus hijos: los tiempos cambian cada vez a un ritmo mayor. Pero, tampoco debe ser como para se tenga que estar muriendo el padre y así poder reconocerlo como tal, como dice un testimonio en una de tus revistas.
 
Proclamas como «Mamá: hoy no vendré a dormir. Cómo salirte con la tuya y sin bronca» (en «Vale»), para indicarnos —como explica el artículo— que se trata de acostarse,evidentemente no convencen ni a los padres ni al más tonto de los cómics de Mafalda. Te lo digo yo: ni amigas que llamen por teléfono, ni estudios en casa de nadie, porque si son tus padres —salvo excepciones— no se creen ni una.
Lo peor: las drogas, aunque ahora le llamemos «éxtasis» por ser diversas. No sale en ninguna revista un alegato claro a favor (esto sería denunciable), pero no les es extraño el lenguaje, sobre todo refiriéndose a modelos de series televisivas. El espacio de este artículo no me da para meterme con las series de TV, tipo «Compañeros» o «Al salir de clase», pero mucho de lo dicho y analizado sucintamente, podemos verlo de otra forma, con la fuerza y capacidad de sugestión de las imágenes, en series juveniles de TV.
 
 
4 Conclusiones para darte que pensar
 
En todas las revistas, los chicos y chicas que son guapos y guapas. Seguramente te gustan mucho por eso mismo. Pero, ¿has pensado cómo eres tú? ¿Te has encontrado con alguno por la calle y has percibido cómo, a pesar de ser «guapillo», en muchos casos, por ejemplo, mide 1’65 y la realidad defrauda un «mogollón»?
Amiga Mónica, no todos somos así de guapísimos, afortunadamente. Ni somos tan famosísimos, gracias a Dios, pues perderíamos mucho tiempo en saludarnos cada día. Pero, seguramente, muchos —y quizá tú y tus amigas— hacemos lo que queremos, cantidad de cosas buenas, sin que nos persigan los paparazzi y sin tener que vender exclusivas y cuerpos de papel para poder comer.
 
Las páginas andan llenas, a rebosar, de la cultura del sexo fácil. ¡No me extraña que tu madre se preocupe! (¿Podrán conseguir esos fines de semana románticos, esos cuerpos que dicen poner a tu alcance, aquellos «ligues»… que realmente encuentres un chico que te quiera, respete y con quien vivir algo más de cuanto dicen esas páginas?).
Como es lógico, no faltan las recomendaciones para estar «enferma-de-moda», es decir, delgada, anoréxica, o similar. En el fondo, en este y otros temas, se te propone que no te aceptes como eres, salvo que seas ya muy guapa y esbelta. Y yo, que te conozco desde hace tiempo, te digo: Mónica, estás estupenda con tu metro setenta y tus 80 kilitos. ¡Qué sí, mujer! ¡Que lo esencial no es lo de fuera! Si tener menos kilos es tener más problemas, abandona la idea. Si tomar el sol es enfermar de piel, mejor estás un poco más blanquita.
 
Y como soy tu profe de religión, aprovecho para decirte una palabra sobre esto. Me encuentro con artículos enteros, estos sí, sobre brujería, hechizos y horóscopos que aluden a las claves del éxito en el amor. Si el amor te ha de llegar por las cartas de una baraja, la bolita azul o un hechizo de luna menguante, seguramente no será un amor verdadero.
No pocas veces —que ya me he encontrado en estas lides—, hay sectas o grupos sectarios tras tales afirmaciones. Hay que andar con cuidado. En definitiva, puedes resultar una presa fácil para cuantos persiguen tu atención, basándola en ídolos, bellos cuerpos de ellos y ellas u otras maravillas de la naturaleza. Quizá encontrarás un amor —no tan guapo pero sí más humano y auténtico— cultivando tu interior, tus valores, tus sanas aficiones, tu entrega a tareas más humanas y constructivas. No contestes, ya sé la respuesta: ¡el rollo de siempre! Por eso es de siempre, porque la gente experimenta que es el que vale, y no el de «Vale».
 
Lo que no se sabe, porque no lees la letra pequeña, es que de estas revistas, tres cuartas partes pertenecen, de un modo u otro (publicidad, editorial, etc.) a la misma firma: Ekdosis, S.A. ¿Competencia? ¡Ni por casualidad! Las mismas fotos, trucajes, ideas…, están sugeridas por personas de un entorno común para crear una «supuesta» rivalidad que no hace sino multiplicar las ventas. ¿Qué ibas a hacer si sólo existiera una?
Una observación general y final: detrás de las revistas se masca un tipo de feminismo (?) que poco tiene que ver con la auténtica igualdad del hombre y la mujer. Se te ofrece ser consumidora de «tíos buenos», alguno de los cuales, incluso, canta o baila. Quizá de «objetos» os quieran pasar ahora a «consumidoras de objetos» —seguiríamos entre guatemala y guatepeor—.
 
Querida Mónica, te dejo porque el papel no da para más y estoy mareado de ojear tanta revista e indicarte estos aspectos. Además, no creo que hayas llegado hasta el final sin insultarme: ¡me suenan los oídos! Si la carta no te sirve hoy, guárdala y, cuando pasen unos años, léela.
Tu amigo, por encima de todo, y tu profe que te quiere,
Mario
 
 
 
Para seguir dando vueltas al asunto
 

  1. Reflejar aquí todo los titulares de las revistas es imposible. Con los señalados, analizar qué cabe esperar de estos artículos, qué cultura ofrecen, qué esperanzas a la adolescente que compra o lee.
  2. Debatir, formando un grupo a favor y otro en contra, los elementos conclusivos del punto 4. ¿Cabe destacar alguno más que no señala el autor?
  3. Tomar revistas de este tipo y entresacar otras conclusiones a partir de nuevas ideas. Fijarse, por ejemplo, en la maquetación y su importancia… Hacer ejercicios similares con series de TV de las llamadas «juveniles». Entresacar los valores y contravalores que muestran.
  4. Redactar un manifiesto, fruto de la reflexión, que integre todas las cuestiones tratadas. ¿Lo hacemos llegar a las redacciones de las mismas?

 
 Es de imaginar que el artículo pueda dar que hablar. Quien lo ha escrito, gustosamente entraría en diálogo al respecto, tanto si son cartas personales como de grupos que «trabajen» el artículo. Podéis enviar la correspondencia a Misión Joven o al autor del texto (Salesianos. C/ Sagunto, 188, 46009 Valencia).