A ritmo de Cuaresma

1 marzo 1998

Juan I. Villar – Daniel Izuzquiza

 REVISIÓN Y ORACIÓN

 Proponemos aquí dos sencillos bloques de materiales en torno a la revisión y la oración, que forman parte del compás esencial con el que se ha  de marcar  el ritmo de la Cuaresma. Ambos, evidentemente, deben dirigirse a nuevos comportamientos y compromisos ; desde ahí han de plantearse  en los grupos de adolescentes y jóvenes.

 UNA MIRADA AL INTERIOR

 ESTA primera parte de los materiales ha sido elaborada y experimentada por Juan I. Villar. La segunda, a su vez, tiene como autor a Daniel Izuzquiza en dos textos que ya publicó en los «Cuadernos de Oración» (cf. los números 136 y 139 de 1996, respectiva­mente en las páginas 26 y 24-25).

 1.1.          Pautas de revisión

 SE propone aquí una especie de «ITV» de la persona. Precisamente esa semejanza se presta a organizar el mate­

rial como si se tratara de una revisión al estilo de la que se hace con los coches, para la que se entrega la ficha inicial co­rrespondiente, la ficha-final con el resul­tado y la fijación de fecha de la próxima,  etc. Conforme a este dato, se podrán or­ganizar diversos materiales de apoyo al estilo de las revisiones automovilísticas.

Las cuestiones que aparecen a conti­nuación incluyen dos formas de res­

puesta: aquellas precedidas del recua­dro El se responden con SÍ o NO, el res­to exige el comentario explicativo apro­piado.

CONDICIÓN BIOPSÍQUICA

  •  Autoestima

 ¿Imagen positiva de ti mismo/a?

¿Cómo te valoras?

  • Corporalidad

 ¿Reconciliado con tu cuerpo?

¿Aceptas tu sexo, estatura, etc.?

¿Aceptas tus «defectos» físicos?

¿Preocupado/a por tu salud?

¿Miedo a perderla?

¿Qué te cuesta aceptar de tu cuer­po?

  • Psicología

 ¿Te conoces a ti mismo/a?

Escribe dos rasgos positivos y dos negativos de tu personalidad. ¿Sueles tener un estado de ánimo estable?

¿Conoces tus cualidades, capacida­des y habilidades?

¿Conoces tus limitaciones y defec­tos?

¿Aceptas tus limitaciones y defec­tos?

¿Qué valoran los demás de ti?

¿Qué aspecto de tu carácter te gusta me­nos?

¿Tienes fuerza de voluntad?

¿Eres perseverante?

Dos actitudes a las que eres más sen­sible.

¿A qué personas admiras más?

¿Complejos por tu nivel cultural? ¿Dónde pones tus mayores esfuer­zos?

¿Dónde encuentras tus mayores sa­tisfacciones?

¿Dónde te sientes realizado/a? ¿Por qué?

¿Te sientes a gusto con tu trabajo, es­tudio o situación real?

¿Algún ideal tira de ti con fuerza?

¿Algún proyecto a la vista que te ilu­sione?

¿En qué aspecto te sientes fracasa­do/a?

¿Alguna pesadilla?

Miedos y temores de cara al futuro.

Nivel de autonomía personal.

¿Libre en tus decisiones? ¿Afectividad encajada?

Relaciones con el otro sexo.

¿Te relacionas desde los sentimien­tos o desde las ideas?

¿Qué quieres ser en tu vida?

¿Te preocupan las necesidades de los otros?

IDENTIDAD CRISTIANA Y VIVENCIA DE LA FE

¿Qué pinta Dios en tu vida? Imagen que tienes de Él.

¿Dios-mágico? ¿Practicas sin más, y eso te da tranquilidad o fundamentas tu confianza en el Dios de la gratuidad?

¿Dios-abuelo? ¿Recurres a Él sólo cuando te sientes mal o solicita tu responsa­bilidad? ¿O quizás lo consideras un padrazo que tranquiliza tu conciencia?

¿Dios, Padre de Vida? ¿Dios Salvador? ¿La salvación depende de Él o de tus es­fuerzos?

¿Separas a Dios de su Voluntad? ¿Ilumina y motiva tus opciones fundamentales?

¿Dios: una idea o un tú personal?

Tu vocación, en proceso de búsqueda. ¿Has experimentado alguna crisis? Re­cuérdala.

Momentos centrales de tu experiencia de Dios y de tu entrega a él. ¿Qué ha su­puesto Dios en las crisis de tu vida, en la enfermedad, en el fracaso, en la muer­te de alguna persona querida?

¿Cuáles son los «signos de tus tiempos», por los que Dios te ha ido llamando? • ¿Qué lugar ocupa la oración en tu vida?

¿Cómo vives la relación con Dios en tu trabajo-misión?

¿Consigues unificar tu vida de creyente en la vida ordinaria y en el trabajo co­tidiano?

¿Qué te impide la entrega incondicional? ¿Cuáles son tus resistencias o temores?

Le preguntas alguna vez al Señor: «¿Qué quieres que haga?» ¿Qué es para ti ser cristiano?

¿Qué es lo que más te atrae de Jesús?

¿Cómo entiendes desde la fe el tema de los «pobres»?  ¿Qué te dicen los sacramentos y cómo los vives?

1.2.          «Lotería Primitiva»

  • Objetivo

Descubrir las actitudes y valores de la persona y del grupo. Los destinatarios -adolescentes y jóvenes- deben conocer­se personalmente y existir cercanía.

  • Dinámica

Paso 1°: Se entrega una hoja a cada par­ticipante, con el cuadro que aparece a continuación. De las 48 posibilidades, ha

de seleccionar las 7 que considere que definen mejor su persona-vida. Las es­cribe en el cajón A y guarda su hoja.

Paso 2°: Se vuelve a entregar otra hoja a cada participante. Se seleccionan pare­jas. La persona A tiene que definir cómo le parece que es la persona B, y vicever­sa, escribiéndolo en la hoja recibida. Lo hacen por separado y en silencio

Paso 3°: Una vez concluidos los dos pa­sos anteriores, las parejas se reúnen y co­mentan lo que han escrito. Buscan las coincidencias. En el cajón B anotará cada uno lo que el compañero ha opinado so­bre él.

Paso 4°: El animador pregunta al grupo si existe algún pleno, es decir, si en algu­na pareja todas las palabras que ha escri­to A coinciden totalmente con B. Es fácil

que ninguna pareja haya hecho pleno. Se trata, por tanto, de saber qué pareja ha tenido más coincidencias. Por parejas van contestando. El animador interpre­tará los resultados y valorará la interre­lación y conocimiento mutuo que tienen los miembros del grupo.

 

1.      Inteligente.

2.      Eficaz.

3. Alegre.

4. Espontáneo/a.

5. Constante.

6. Creativo/a.

7. Profundo/a.

8. Sensato/a.

17.Sociable.

18.Espiritual.

19.Comunicativo/a.

20.Indagador/a.

21.Espíritu crítico.

22.Sincero/a.

23.Acogedor/a.

24.Tolerante.

33.Comprometido/a.

34.Arriesgado/a.

35.Imaginativo/a.

36.Equilibrado/a.

37.Intuitivo/a.

38.Justo/a.

39.Dinámico/a.

40.Sensible.

9. Decidido/a.

10. Control emocional.

11. Ágil.

12. Fuerte.

13.Aceptación personal.

14. Ordenado/a.

15. Sentido de Dios.

16. Enamorado/a.

25.Humilde.

26.Emprendedor/a.

27.Positivo/a.

28.Solidario/a.

29.Afable.

30.Servicial.

31.Utópico/a.

32.Simpático/a.

41.Impresionable.

42.Respetuoso/a.

43.Razonable.

44.Responsable.

45.Honesto/a.

46.Seguro/a.

47.Fantástico/a.

48.Radical.

 

1.3.          Quiniela de valores

  •  Objetivo

Descubrir los valores-actitudes que existen en la persona y en el grupo-aula.

  • Dinámica

Se entrega la quiniela que sigue a cada participante, insistiendo en que la res­puesta ha de ser personal y muy sincera, de acuerdo con lo que cada uno vive. El animador puede introducir otros valores ­actitudes, según lo considere oportuno. Una vez contestada, se comunican los resultados «oficiales» que se dieron, se dan y se darán en la vida de Jesucristo, en los que, por supuesto, no existe nin­guna X puesto que nunca se puede `Ju­gar a medias tintas». Son los siguientes, conforme al orden de las columnas: 1-1­2-1-2-1-2-1-2-1-1-1-2-1-1.

Los resultados pueden ayudar a des­velar el camino que todavía queda por

recorrer. Además se pretende descubrir la escala de valores que vive el grupo. Por ejemplo: se pregunta: «¿Cuántos ha­béis puesto un 1 en gratuidad?» Se cuen­tan (10), y el total se multiplica por (3), como los puntos en los resultados de fút­bol, apuntando el total (30). Así sucesi­vamente con todos los valores-actitu­des. Al final aparecerán unos resultados que el animador ha de interpretar y dis­cutir: «Estos resultados, ¿apuntan a un compromiso de Evangelio?»

1 X 2

1 X 2

  1. Gratuidad – Interés.

02.Verdad-Apariencia

  1. Sofisticación -Sencillez.

04.Alegría-pena

  1. Ostentación – Solidaridad.

06.Servicio-Poder

  1. Indiferencia – Cercanía.
  2. Evangelio-Cumplir
  3. Rastrero – Noble.
  4. Amor-Miedo
  5. Modestia – Vanidad.
  6. Fe- Incredulidad
  7. Irritable -Pacífico.

14.Bondad- Injusticia

  1. Dios – Dinero.

DELANTE DE DIOS

AL colocarnos «delante de Dios» en el inicio de la Cuaresma, dado el contexto de la preparación del jubileo del 2000, puede servirnos inicialmente echar una ojeada al Espíritu. El decálogo que sigue se propone como ayuda para la incursión.

2.1.          ¿Aire acondicionado o viento?

 UN (ANTI)DECÁLOGO SOBRE EL ESPÍRITU SANTO

 El aire acondicionado lo maneja­mos a condición, según nos intere­sa, según nos conviene, a nuestro gusto.

En invierno nos hace estar calenti­tos.

El Espíritu Santo «te llevará adonde no quieres» (In 21,18).

Es siempre un viento ardoroso; nos quema, nos abrasa, nos inflama, nos incendia (Hch 2,2: viento y llamaradas de fuego).

En verano nos hace estar fresqui­tos, ser unos frescos (¿…?).

Es artificial, programado, surge de fuera.

Nos recluye en el grupo donde es­tamos a gustito (comunidad-estufa = comunidad con aire acondiciona­do).

Está controlado, no sopla, no se mueve.

Dice la publicidad: «Aire acondi­cionado gratis». Pero es mentira. La letra pequeña dice: «A condi­ción de comprar X o pagar Y».

El aire acondicionado consume energía.

Siempre es igual, no tiene capaci­dad de sorpresa.

En definitiva, hay que mandarlo «a tomar viento».

Siempre nos invita -con frescura y ale­gría- al compromiso serio, riguroso, re­cio (Hch 2,2; Ef 3,16-17).

Es natural, espontáneo, brota de nues­tro interior (In 7,38-39).

Nos empuja, nos saca, nos dinamiza (dinamis =fuerza, movimiento, Espí­ritu. Mc 12,12).

El Espíritu sopla donde quiere, no sa­bes de dónde viene o adónde va (In 3,8).

r> El Espíritu es gratuito. No barato, si­no gratuito (Hch 2,38; 8,20; 10,45).

El Espíritu da energía, otorga fuerza (1 Cor 2,4), energía que unifica (Ef 4,3) y empuja (Hch 9,31).

El Espíritu es el sorprendente-por-de­finición; puede ser «brisa tenue» (1 Re 19,22) o «viento recio» (Hch 2,2).

 En definitiva, es el que nos hace tener un «aire de familia»,que no es otro que el «aire de Jesús» (Hch 10,38; 4,8.13­14).

 2.2. Letanías al Dios «PC»

HACE veinte años, las siglas PC significaban inequívocamente Partido Comunista; hoy más bien se refieren al Personal Computer. Y es que, si entonces había que estar políticamente comprometi­dos, hoy intentan convertirnos al lengua­je políticamente correcto. Supongo yo que estos cambios también afectarán a la imagen que nos forjamos de Dios y a nuestra relación con él.

Por mi parte, tengo la impresión de que el Dios de la Biblia y de la Historia no habla el lenguaje políticamente co­rrecto, sino que prefiere comprometerse llamando a cada cosa por su nombre, ahorrando eufemismos. Así, habla de li­berar a los oprimidos, vestir a los desnu­dos, acoger a los inmigrantes, dar la vis­ta a los ciegos y dar libertad a los presos, anunciar buenas noticias a los pobres, denunciar a los ricos, etc. (Pueden ver, por ejemplo, Lc 6,20-26; Mt 25,35-46; Sal 71; Is 58,6-7). Entretanto, otros usan ex­presiones como: estar situados bajo el um­bral de la pobreza, minusvalías físicas de ca­rácter visual, personas de color, etc. Seguro que Dios valora el intento de considerar a cada persona como tal persona humana, sin etiquetas, pero no estará a gusto con camuflar las injusticias, discrimina­ciones y opresión bajo la capa de su­puesta neutralidad lingüística.

En todo caso, aquí están, formulados como letanías, algunos de los mil nom­bre de mi Dios PC, el que Parece Contra­dictorio:

Señor, Dios nuestro:

– personal y comunitario, – presuroso y calmado, – persistente y concreto, – perpetuo cambiante,

– permanente corredor, – pacífico contundente, – profano celestial,

– profeta contemplativo, – príncipe cercano,

– pueblerino cósmico, – providente y creativo, – piadoso y contestatario, – potente y cariñoso,

– parcial y conciliador,

– protector comprometido, – puntual y comprensivo, – pobre cautivo,

– cautivado por los pobres, – poeta callado,

– pasivo comunicador, – poderoso confiado,

– prudente y combativo, – prójimo continuo,

– peleón y cálido,

– público y clandestino, – principio completo,

– profundo en la cúspide, – permeable y compacto, – parado caminante,

– peón y capataz,

– perdonador condenado,

– con tu primoroso corazón, – perfecta caridad,

– palacio callejero,

– proyectil caudaloso, – peso colmado,

– pieza clave,

– pan para el camino, – perla colectiva,

– piedra central,

– principal compañero, – pastor cuidadoso,

– paciente y compasivo, – padre crucificado,

haznos como tú,

Señor, Dios nuestro, paradójico y claro, haznos como tú.

Misión Joven 254 (199£3), 55-61