ADVIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS

1 noviembre 1998

[vc_row][vc_column][vc_column_text]HABRÁ UN DÍA EN QUE TODOS………¡HAY QUE ADELANTARLO!
 
TANTO el Adviento, como la Navidad en el próximo número de Mi, quere­mos que este año (en el que celebrarlos el 50 Aniversario de la Declaración Uní­versal de los Derechos Humanos) sean momentos para «empujar la justicia» che la que son portadores. En esta primera entrega, pues, nos preocupamos del Advien­to de los Derechos Humanos, de su aplicación respecto a los niños y niñas en la Es­cuela y, por último, proponemos un esquema para una Vigilia de la inmaculada. con la «Madre de los pobres y de los débiles»
 

  1. 50 AÑOS DE LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

 
El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas aproba­ba la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En ella se concentraba un capital utópico que ha pasado a vertebrar la civilización, al menos, la occidental. No para nada, el hito histórico estaba rubricado, sobre todo, con 55 millones de muertos de la Se­gunda Guerra Mundial, poco antes concluida, y con los casi 9 millones de la anterior. Tras el «Preámbulo» la Declaración afirma: «La Asamblea General proclama la pre­sente Declaración Universal de los Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse a fin de que, tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la ense­ñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades y aseguren, con medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y su aplicación uni­versales y efectivos».
 
Mínimo común ético-legal y referencia básica
 
Los Derechos Humanos que se recono­cían universalmente hace 50 años son el resultado de un largo y arduo camino, del que todavía falta un buen trecho por recorrer. Justamente por encontrarnos a medio camino, es posible poner una bue­na cantidad de reparos al significado del dato. Pero, sin duda, ya constituyen un buen mínimo común denominador ético y legal para todos los seres humanos y las distintas comunidades socio-políti­cas.
En tiempos de quiebra y debilidad de ideas y referencias, en tiempos en que las religiones sólo alcanzan integrar acti­tudes y creencias particulares o singula­res que no son compartidas universal­mente, el único lenguaje común que per­dura como marco referencial es el de los Derechos Humanos (cf. J.A. GIMBERNAT, Los Derechos Humanos, Sal Terrae, San­tander 1998).
El diálogo, dada la época de globaliza­ción que atravesamos, cada vez nos re­sulta más imprescindible. Para hacerlo posible hemos de contar con referencias comunes y universales, por encima de las discrepancias o peculiaridades de ca­da cual. La Declaración de los Derechos Humanos ofrece un marco inteligible, una referencia básica para entendernos, aún dentro de las diferencias, y marcar el rumbo de las sociedades humanas.
La Declaración consta de un Preámbu­lo y 30 artículos. Pueden diferenciarse en ella dos grandes partes: 1 / La primera, hasta el artículo 21, que enuncia los de­rechos y libertades individuales y los de­rechos de carácter cívico; 2/ Y la segun­
da, del 22 al 28, que proclama los dere­chos económicos, sociales y culturales de todos los ciudadanos. Los artículos 29-30 tienen simplemente un carácter conclu­sivo.
Antonio Cassese resume el contenido de la Declaración en cinco puntos: 1 / Los de­rechos de la persona (derecho a la igual­dad, a la vida, a la libertad, a la seguridad, etc.); 2/ Los derechos que corresponden al individuo en sus relaciones con los grupos sociales de los que forma parte (derecho a la intimidad en la vida fami­liar, a la libertad de movimientos de las personas por el mundo, a poseer una na­cionalidad, a la propiedad y a la libertad religiosa); 3 / Derechos políticos (liber­tad de pensamiento y reunión, derecho electoral activo y pasivo, derecho a tener acceso al gobierno y a la administración de la cosa pública); 4/ Derechos econó­micos y sociales, relacionados con el tra­bajo y la producción y referidos también a la educación (derecho al trabajo y a una justa retribución, derecho al descan­so, derecho a la asistencia sanitaria, etc.); 5 / Derecho a un orden social e interna­cional justo.
 
«Promesas rotas»
 
Por desgracia, para la mayoría de las personas los Derechos Humanos consa­grados en 1948 son poco más que papel mojado, una promesa incumplida en el caso de millones de seres humanos. Allá van algunos datos (tomados del último informe anual del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas -PDNU-)( para com­poner la imagen de la injusticia más atroz, para reconocer los rostros de los más olvidados.
 

El rostro de la pobreza

 

·         1.300 millones de personas del Tercer Mundo viven con menos de 1 dólar al día. * Unos 841 millones de personas sufren malnutrición. Diariamente mueren por des­nutrición y enfermedades vinculadas, fácilmente prevenibles, 35.000 seres huma­nos.

  • Un tercio de del Tercer Mundo no tiene agua potable; antes del 2050, el número de personas que no tendrán agua podría pasar de 132 a 2.500 millones.
  • En el mundo existen 885 millones de analfabetos; 2.000 millones viven sin elec­tricidad; el 22% de los niños en edad escolar (109 millones) no va a la escuela.
  • El Sida infecta cada día, sobre todo en el Tercer Mundo, a 16.000 personas. En el 2000, 40 millones de personas habrán contraído el virus del Sida.

 
 
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lecer comparaciones
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Mas rostro… para establecer  comparaciones

 

  • Una quinta parte de la población mundial consume el 45% de la carne y del pescado disponible; la quinta parte más pobre, sólo el 5%.
  • La quinta parte de la población mundial posee el 74% de las líneas telefónicas; la quinta parte de pobres, el l’5%.
  • Los ciudadanos europeos, por ejemplo, gastan cada año 11.000 millones de dó­lares en comprar helados y 50.000 en tabaco. Para garantizar la enseñanza de ba­se en todo el planeta harían falta 6.000 millones de dólares al año.
  • Las 225 personas más ricas del mundo poseen 1 billón de dólares, que equivalen a la renta anual del 47% más pobre de la población mundial (2.500 millones de personas).
  • En 1997, las compañías americanas se han gastado más de 100.000 millones de dólares en anuncios de televisión. En el mundo, gastamos más de 435.000 mi­llones en publicidad.

 
 
 

Otras injusticias desigualdades

 

  • En los últimos 10 años, los conflictos armados han matado a 2 millones de niños, han dejado discapacitados a 4,5 millones y han privado de casa a 12 millones. Por otro lado, con menos del 2% del gasto empleado en armas en el mundo desa­rrollado se salvarían los casi 40.000 niños que mueren diariamente por causa del hambre o la sed, la carencia de vacunas, etc.
  • Hay unos 110 millones de minas personales en 68 países. Cada mes, más de 2.000 personas mueren por esta causa.
  • 150 millones de mujeres sufren mutilaciones genitales. Existen 25 millones de re­fugiados. En el último decenio han sido deforestados al menos 154 millones de hectáreas de selva tropical. En 1997, los incendios han destruido unos 5 millones de hectá­reas de bosque.

 
 
Tres realidades particularmente inhumanas
 
Con todo, los Derechos Humanos nos permiten hoy, por un lado, descubrir mejor los problemas más hirientes en la humanidad y, por otro, contar con una plataforma común para encararlos.
Dicho directamente, tres son los pro­blemas más graves:

  • La pobreza y desigualdad entre los se­res humanos.
  • Las guerras y la permanente amenaza de la paz.
  • La degradación de la naturaleza y los desequilibrios ecológicos.

Concretamente aquí, es donde quisié­ramos colocar el «Adviento» y la «Navi­dad» de este año, para impulsar que los actuales derechos (y otros más que de­ben reconocerse) den vida a esas tres an­gustiosas muertes que acechan la exis­tencia de los hombres, particularmente en los países más pobres.
En esta ocasión, tocamos el tema de la pobreza, dejando para el próximo núme­ro de la revista los de la paz y la ecolo­gía. En concreto, articulamos esta prime­ra entrega en torno a la campaña de la «condonación de la deuda externa» (cf. los materiales que siguen: J.J. COMA, Deuda externa y clamor de los pobres), la es­cuela y los «Derechos del Niño» (el 20 de noviembre se celebra el Día Internacional de los Derechos del Niño) y el esquema pa­ra una vigilia de la Inmaculada y los de­rechos de los más débiles.
 

  1. DERECHOS HUMANOS EN LA ESCUELA DERECHOS DEL NIÑO

 
TOCAMOS aquí, brevemente, esos tres aspectos del título a través de dos senci­llas propuestas: análisis y reflexión, por un lado, de algunos Derechos Humanos Escuela y, por otro, de los Derechos del Niño.
 
 Escuela y Derechos Humanos
Respecto a los Derechos Humanos en la Escuela, antes de nada, podríamos dar un repaso a alguno de los contenidos pa­ra verificar su cumplimiento. Propone­mos cuatro aspectos a considerar a la luz de la Declaración: igualdad, castigos y sanciones, bromas y broncas, palabra y trabajo. No proponemos pautas para tra­bajar con ellos. El mejor ejercicio sería sentarse a dialogar entre profesores y alumnos sobre cada uno de ellos.

Igualdad

Según los Derechos Humanos (DH), todos los alumnos son iguales y no pueden ser dis­criminados por razón de sexo, religión, raza, opinión, etc. Sin embargo, es probable que en la Escuela no se trate a todo el mundo por igual, por ejemplo a los perezosos y a los apli­cados. Un fallo en un alumno bueno fácil­mente constituye una simple equivocación, mientras que en aquellos con fama de vagos se convierte en una prueba contundente de ignorancia, mal comportamiento, etc.

Castigos y sanciones

El artículo 5 de los DH previene contra cual­quier trato inhumano. En la escuela, sin em­bargo, es muy fácil caer en el chiste «ocurren­te» a costa del más infeliz o simplemente «pa­sar» olímpicamente de muchos o de pocos, por esto o por aquello. ¿Qué decir de otras co­sas …? Incluso, ¿hemos pensado si «organiza­mos» las seis o más horas que todos los días han de sufrir los alumnos de tal manera que no parezcan una especie de «condena amable»…?

Bromas y broncas

Los artículos 11 y 12 nos dicen que todos han de ser tenidos por inocentes, mientras no se pruebe lo contrario, y que todos tienen de­recho a la intimidad, buena fama y reputa­ción. En los centros escolares, por ejemplo, ¿cuántas veces se imponen sanciones colecti­vas, quién no ha protagonizado alguna filípica donde no salgan a relucir trapos sucios… ? Por otro lado, están los motes, las bromas, etc.

Palabra y trabajo

El artículo 19 de los DH afirma el derecho a expresarse libremente y a opinar. Cuesta creer que las Escuelas no se consideren, en general, como lugares propicios para que la expresión se prodigue a todos los niveles. ¿Será por privilegiar el orden, el silencio… que se mata un poco la expresividad y la es­pontaneidad? En cualquier caso, ¿se promue­ve la opinión personal, se crean momentos y espacios para su expresión, se fomenta el asociacionismo, se consulta…?

Derechos del Niño

La Convención de los Derechos del Ni­ño, cuyo Día Internacional celebramos el 20 de noviembre, afirma que el niño, «pa­ra el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad,
amor y comprensión». Por lo tanto, la ac­ción educativa de la familia, sociedad y escuela deben prepararle «para una vida independiente en sociedad […] en un es­píritu de paz, dignidad, tolerancia, liber­tad, igualdad y solidaridad».
Más que desarrollar el dato, para el que proponemos en concreto el artículo de Andrés Soriano en la sección de «Ex periencias» (El educador ante las situacio­nes de riesgo de la Infancia), nos limitamos a sugerir una sencilla dinámica con la que trabajar los Derechos Humanos con los niños. Para encarar específicamente el tema de los Derechos del Niño, suge­rimos el libro de J. TUVILLA, Educar en los Derechos Humanos (Ed. CCS, Madrid 1993); por ejemplo, trabajando el cuento del Patito Feo (pp. 71-87).
 Las necesidades de los niños
El objetivo de la «técnica»: iniciar a los niños y niñas en el conocimiento de sus Derechos, partiendo de las propias nece­sidades. Medios: Elaboración y análisis de la propia lista de necesidades y un texto de otros niños. Como materiales, además del texto de «Las necesidades de los ni­ños argentinos», recomendamos entre­gar la Declaración de los Derechos del Niño con un vocabulario muy simple o dibujos con los Derechos Humanos [cf. Misión joven 258-259(1998), 78 y ss.].
 
Desarrollo de la actividad

  • El Elaborar una lista con las necesidades más importantes de los niños y niñas para po­der vivir felices (se pueden formular las mismas cuestiones que aparecen en las res­puestas de los niños argentinos); compararla con la opinión de los niños argentinos y determinar qué necesidades son, de verdad, las más importantes.
  • Preguntar qué necesitan los niños para crecer. Escribir en una pizarra qué alimentos conocemos y hemos probado, qué otros desconocemos. Informarnos sobre la ali­mentación y el hambre en el mundo (algunos datos relevantes están citados al inicio de este mismo artículo).
  • Entregar y leer algunos artículos (2, 4, 5 y 8, por ejemplo) de la Declaración de los De­rechos del Niño. Cada cual elige el que mejor le parezca y trata de dibujar alguna si­tuación que lo refleje. Exposición y comentario de trabajos. Variante: trabajar directa­mente con algunos dibujos de los Derechos Humanos, concretando a partir de ellos cómo deben cumplirse en el caso de los niños, realizando dicha concreción a través de dibujos.

 

Respuestas de los niños argentinos sobre sus necesidades

 
¿Qué necesitan los niños para estar sanos?: Comer ensaladas. Vitaminas. Caramelos. To­mar sopa, carne, verdura. No tirar comida. Que esté limpia la escuela. No andar en la basura. No meterse en el agua contaminada. No comer cosas del suelo. Mirar los coches al cruzar. Tener botiquín en la escuela. Portarse bien. No tener paperas. No te­ner varicela.
¿Qué necesitan los niños para crecer?: Comida. Espinacas. Carne. Pollo. Postre. Fruta. Pa­tatas fritas. Acelgas. Leche. Vida. Coca-cola. Zumos. Puré. Corazón. Pulmones… ¿Qué necesitamos para estar contentos?: Recreos. Que en la escuela nos den lo que necesita­mos. Que haya biblioteca. No perder las cosas. Cuidar la escuela. Cuidar los libros y demás objetos personales. Tener juguetes. Regalos. Salir a jugar. Andar en bici con los amigos. Estar más tiempo al aire libre. Amor para jugar con todos. Que nos cuiden. Ll Si tuvieras que ir a otro planeta y pudieras pedir todo lo que te hace falta para vivir bien, ¿qué pedirías?: Oxígeno. Comida. Agua. Verdura. Frutas. Ropa. Leche. Televisor. Mi fami­lia. Huevos fritos. Platos y vasos. La cocina. La mesa. Libros para leer y estudiar. Una radio. Helados. Cama. Reloj.
 
3.VIGILIA: SANTA MARÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
 
PUNTAMOS un esquema para celebrar la Vigilia de la Inmaculada en torno al «Adviento de los Derechos Humanos», más concretamente, contemplando a María co­mo Madre de los más débiles.
El Magníficat y algunos datos que retraten el rostro de los débiles (como los señalados anteriormente) deben ser el hilo conductor de la celebración, que arranca con las pala­bras del Éxodo: «He visto la opresión de mi pueblo, he oído sus quejas contra los opre­sores… » (Ex 3,7-8).
 
El Magníficat y la foto actual de los Derechos Humanos
La propia ambientación del lugar de la celebración puede ya dirigirse en este sentido (con carteles, datos, etc. de am­bas realidades). En cualquier caso, la ce­lebración se estructura con estos dos ele­mentos. A continuación, señalamos sim­plemente alguna ideas, datos, etc. de ca­da uno de ellos, tanto para organizar concretamente el desarrollo de la vigilia como para dejar constancia de la reali­dad «en la que y desde la que» queremos celebrar.
 
Magníficat:
oración y canto revolucionarios
El evangelio de Lucas presenta con claridad a María como modelo de los discípulos de Jesús; discípulos que no se caracterizan por su dinero, poder o sabi­duría, cuanto por ser humildes y pobres.
En el Magníficat, además, María apa­rece no sólo como prototipo sino que se manifiesta también como portavoz de los discípulos. Éste es el canto y la ora­ción subversiva de los seguidores de Je­sús de Nazaret, el Cristo.
Para cuanto interesa directamente en la celebración (Madre de los pobres y de los débiles) habría que destacar, sobre todo, las siguientes frases del Magníficat: 1 / «Dios hace proezas con su brazo, disper­sando a los soberbios de corazón»; 2/ «Derriba a los poderosos y enaltece a los humildes»; 3/ «A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos» (pueden consultarse comenta­rios al respecto, por ejemplo, «Orar con júbilo y alabanza. Magníficat-Benedictus», Cuadernos Narcea, Madrid 1998).
«María de Nazaret (nos recuerda Pa­blo VI en la Marialis cultus) a pesar de es­tar absolutamente entregada a la volun­tad del Señor, lejos de ser una mujer pa­sivamente sumisa o de una religiosidad alienante, fue ciertamente una mujer que no dudó en afirmar que Dios es venga­dor de los humildes y oprimidos y derri­ba de sus tronos a los poderosos».
Nuestra oración, nuestras celebracio­nes… no pueden dejar fuera a tantos y tantos seres humanos ignorados y olvi­dados, injustamente tratados, margina­
dos y vencidos. Quien reza teniendo de­lante un mundo injusto no tiene más re­medio que saltar como María: ¡Dios hará proezas para derribar a los poderosos, para que los pobres y débiles terminen venciendo y dejando vacíos a los ricos…!
Miles y miles de creyentes proclaman el Magníficat como expresión de sus pro­pios sentimientos y luchas, a la par que hacen crecer la esperanza. Los cristianos reconocemos en María, por eso, el grito de los humillados y oprimidos de siem­pre, de ahora: ¡Dios quiere otra realidad!
Foto actual
de los Derechos Humanos
Amnistía Internacional nos recuerda en su último informe (Un año de promesas ro­tas, 1998) que en 141 países de todo el mundo se ha abusado de los derechos humanos en 1997:
África: ofrece la peor situación en la región de los Grandes Lagos. En Ruanda, aumen­taron de forma espectacular los asesinatos masivos, sin respetar a niños, mujeres y an­cianos. También se resalta, en la lista negra, al Congo (masacres de civiles inermes), Li­beria (impunidad legal), Sierra Leona (tor­turas), Somalia (caos), Mozambique y Su­dán (malos tratos), Sudáfrica, Nigeria y Uganda (terribles condiciones penitencia­rias).
América: México inquieta particularmente, pues allí han aumentado las desaparicio­nes, las torturas y ejecuciones sumariales a manos de las fuerzas de seguridad y los grupos paramilitares. En Colombia se han producido, al menos, 140 desaparecidos y cientos de asesinatos. Cuba mantiene cien­tos de presos políticos y condiciones peni­tenciarias crueles y denigrantes. También Brasil ha tipificado el delito de tortura, ge­neralizado en el país. En cuanto a EE. UU., se denuncia la ejecución de 74 personas en 1997 y la tortura a los detenidos.
Asia tiene en China el rostro más sombrío: amplio uso de la pena capital; práctica ge­neralizada de la tortura; juicios injustos; detenciones por manifestarse contra el Go­bierno. Myanmar sobresale por su presión política. Camboya y Afganistán son objeto de duras críticas.
Europa presenta en Rusia y Turquía el pa­norama más preocupante. La primera, por los malos tratos en las cárceles y en el Ejér­cito; la segunda, por la incomunicación y la tortura que aplica a los kurdos. También se acusa a las fuerzas de seguridad o a la Po­licía de malos tratos o torturas en 28 países, varios detenidos murieron a causa de los malos tratos. En otros tres, entre ellos Es­paña, las actividades de grupos terroristas dejaron 41 muertos.
Oriente Próximo y Magreb quizá sean los más catastróficos: las carnicerías de Arge­lia, la represión iraquí, las lapidaciones de Arabia Saudí, los procedimientos de Israel, la ocupación de Palestina.
A estos últimos datos y a los que abrían el artículo, pueden añadirse otros más directa­mente relacionados con España, con la zona
en que se vive, etc. Añadimos algunos nuevos elementos al respecto.
Pobreza en España
El último informe de CÁRITAS revela que más de la mitad de los pobres de España son jóve­nes y niños, al tiempo que muestra claramen­te cómo está cambiando el perfil de las vícti­mas de la pobreza: cada vez hay más pobres y cada vez son más jóvenes. El umbral de la pobreza extrema se fija en disponer de un mí­nimo de 13.000 y un máximo de 22.000 ptas. al mes; según ello, hay un millón y medio de personas en esta situación. El informe tam­bién desvela que una quinta parte de la po­blación española atraviesa graves dificulta­des económicas. En concreto, 8.509.000 de personas y 2.192.000 de familias se encuen­tran en situación de pobreza, considerando como tales a las que no alcanzan el umbral del 50% de la renta media en todo el Estado, esto es, disponen de menos de 44.000 ptas. al mes. Subraya también el informe de CÁRITAs que la población pobre acapara la mayoría de carencias sociales existentes en el país (paro, analfabetismo, toxicomanías, delincuencia y marginalidad en general).
Desarrollo de la Vigilia
Nos limitamos a citar lecturas y otros pequeños detalles (cantos, símbolos, etc.).
Lecturas: Éxodo 3, 1-12 y Evangelio de Lucas 1, 39-56.
La lectura del Éxodo puede hacerse poniendo delante (por ejemplo, con diaposi­tivas, rótulos, etc.) a aquellos que hoy sufren la esclavitud, como en su tiempo la su­frió el pueblo de Israel en Egipto.
La proclamación del Magníficat, a su vez, puede venir precedida y concluida con el canto de uno de los estribillos típicos con los que se suele acompañar… La ho­milía debiera estar llena de símbolos y lo más participada posible (puede dibujarse un gran mapa del mundo e ir colocando en él algunos de los rostros y países que más sufren por no respetarse los Derechos Humanos).
Cantos: «Magníficat>, (como leivmotif repetido de distintas formas y en las di­versas composiciones existentes); Con vosotros está; María, Tú, que velas junto a mí. ..; Gracias, Madre; Santa María del camino…
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