Aldeas Infantiles “SOS”

1 marzo 1997

  1. Origen de Aldeas Infantiles SOS

 
Después de la Segunda Guerra Mundial numerosos niños quedaron huérfanos y mu­chas mujeres se encontraron sin marido ni familia. Hermann Gmeiner (1919-1986), descendien­te de familia numerosa de campesinos, huérfa­no de madre a temprana edad, cuando era estudiante de medicina en Innsbruck, trató de buscar la solución a las miserias de los jóvenes y adolescentes que habían quedado desampa­rados tras el conflicto bélico. Trabajó con ellos y encontró la solución a través de las madres sin familia o de las que habían perdido a sus hi­jos en la contienda.
Es así como en 1949 decidió construir la pri­mera Aldea Infantil en Imst (Tirol) con el fin de dar acogida a estos huérfanos y mujeres (ma­dres Sos) que carecían de hogar. De esta ma­nera, fundó una Organización Internacional pri­vada, que hoy es la más importante del mun­do dedicada a ofrecer a niños y niñas desampa­rados una familia y hogar estables y una prepara­ción sólida para poder alcanzar una vida autó­noma.
 
SOS KINDERDORF INTERNATIONAL (Aldeas Infan­tiles Sos Internacional) hoy día es miembro de la UNESCO y tiene un asesor permanente en el Consejo Económico y Social de la ONU.
En España la organización está presente desde 1967, aunque se constituyó como Aso­ciación en 1981. Está inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones con el n° 41723, NIF G-28821254. En 1983 fue declarada de Utili­dad Pública por el Consejo de Ministros. S.A.R., el Príncipe de Asturias, ostenta su Pre­sidencia de Honor.
 

  1. Naturaleza, objetivos y principios

Aldeas Infantiles SOS de España es una organización social de carácter privado, sin áni­mo de lucro, independiente de cualquier orienta­ción política o religiosa, y es miembro de la or­ganización cúpula Sos Kinderdorf Intemacional (Aldeas Infantiles Sos Intemacional).
Esta entidad, de alcance mundial, tiene co­mo principal objetivo ofrecer a niños y niñas desamparados una familia y hogar estables y una sólida formación que les pueda permitir un futuro seguro y autónomo, respetando las pe­culiaridades socioculturales de cada país en que se desarrolla su actividad.
En concreto, las cuatro principios básicos de la, organización, provenientes de la filosofía del fundador (H. Gmeiner) son los siguientes: la madre, los hermanos, la casa y la aldea.
 

  • Madre

Todo niño o niña acogido en Aldeas Infantiles tie­ne una madre SOS, responsable del hogar, que de­be proporcionarle todos los sentimientos y afectos que se requieren para su buen desarrollo y correcta educación: cuidarle, orientarle, darle cariño, ense­ñarle a madurar. En definitiva, su labor vocacional es la propia de cualquier madre con su hijo. En España el niño está además incluido en su cartilla de la Seguridad Social.
El papel de la madre SOS es el más delicado den­tro de la aldea. Se trata de mujeres sin compromi­sos sentimentales ni hijos propios, que previamente reciben una formación técnica adecuada a través de un curso de aprendizaje en la Escuela de Formación SOS de Granada.
 

  • Hermanos

La familia de Aldeas Infantiles esta compuesta por una madre SOS y de seis a ocho hermanos. Nunca se separan los hermanos naturales; los niños y niñas de diferentes edades crecen juntos, de ma­nera que los mayores pueden enseñar también a los más pequeños.
 

  • Casa

Cada familia SOS vive en su propia casa, cual si de un hogar estable se tratara, concebida y edificada de forma que se facilite la educación de los niños.
 

  • Aldea

La aldea comprende generalmente de ocho a do­ce casas. Se trata de una comunidad colectiva ma­yor que la familia, donde el niño desarrolla más los contactos sociales que luego le han de llevar a su mejor integración en la sociedad. Un director, res­ponsable de su administración y organización, diri­ge la aldea, asesora a las madres SOS y actúa como figura paterna para los niños y niñas. Hay un equipo técnico permanente compuesto por educadores, pedagogos, psicólogos, asistente social, y otros pro­fesionales externos que colaboran con aquél.
 

  1. Los niños y niñas en Aldeas Infantiles SOS

En Aldeas Infantiles SOS son acogidos to­dos aquellos niños y niñas desamparados con edades entre cero y nueve años que, no pudien­do ser adoptados, requieren de una vida familiar nueva o de una estabilidad, mientras dure la cau­sa que ha motivado tal desamparo. No obstante, también se acoge a niños mayores de la men­cionada edad cuando son hermanos de otros más pequeños admitidos en la aldea, dado que un principio fundamental para Aldeas Infantiles es el de no separar a los hermanos biológicos.
Los niños y niñas asisten a los colegios y centros educativos de la comunidad en que es­tá ubicada su aldea; de esta manera, la forma­ción del niño se desarrolla con arreglo a las características de su entorno -religión, creen­cias, etc.– según el país o lugar de que se trate.
«Todos los niños son nuestros niños», es una frase del fundador, que resume los princi­pios de igualdad y universalidad de Aldeas In­fantiles SOS.
La atención que en Aldeas Infantiles se ofrece a los niños no acaba con su mayoría de edad, sino que los chicos y chicas mayores siguen teniendo el apoyo necesario hasta que puedan llegar a independizarse. Dispondrán de las Re­sidencias Juveniles en tanto dure su forma­ción profesional o estudios superiores y conti­nuarán siempre en contacto con su madre SOS y sus hermanos.
En los Estados, como es el caso de España, en que la Administración tiene el control y tute­la de los niños desamparados, éstos llegan a la aldea a través de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas. Aldeas Infantiles SOS cuida de los niños y niñas que le son confiados por los Servicios Sociales de la Administración, hasta que no adquieran la independencia y sean capaces de valerse por sí mismos; a no ser que su propia familia biológica se recupere y la Ad­ministración dé conformidad para que puedan volver a ella.
 
 
 
 
 
 
 

  1. La «realidad» de Aldeas Infantiles SOS

Desde que en 1949 se construyó la prime­ra Aldea Infantil en Imst, la organización ha ido creciendo incesantemente. Hoy día esta organi­zación se encuentra presente en más de 125 pa­íses, con 361 aldeas y más de 1.103 dispositivos SOS -hospitales, escuelas, guarderías, talleres de formación, residencias de jóvenes, etc.-, que dan acogida a más de 200.000 niños y jóvenes.
También se actúa a través de programas de emergencia en aquellos casos -catástrofes na­turales, guerras- que así lo requieran. Recien­temente se ha actuado mediante este sistema en Somalia, Ruanda, Bangladesh y la antigua Yugoslavia.
En España en la actualidad existen ocho Al­deas Infantiles SOS: en Barcelona (Sant Feliu de Codines), Pontevedra (Redondela), Madrid (San Lorenzo de El Escorial), Zaragoza, Cuen­ca, Granada, Tenerife (El Tablero) y Gran Ca­naria (Telde). En ellas ya se han acogido a más de mil niños y niñas procedentes de familias rotas o desestructuradas. También se cuenta con otros dispositivos SOS, por ejemplo:

  • Residencias de jóvenes:Barcelona, Cuenca, Granada, Madrid, Pontevedra, Tenerife y Zarago­za; en proyecto, Jaén y Sevilla. En ellas se pre­para a los jóvenes para una vida independiente en tanto completan su formación. Varios educadores acompañan este proceso.
  • Guarderías-Cuenca y Pontevedra; en proyecto Tenerife- y bibliotecas -Barcelona, Cuenca, Gra­nada, Madrid, Pontevedra y Tenerife-. Sirven para apoyar y preparar a los niños y niñas en el desa­rrollo de sus capacidades antes de y durante su etapa escolar.
  • Talleres de Iniciación Profesional:Barcelona, Cuenca, Granada, Pontevedra y Zaragoza; en pro­yecto, Madrid y Tenerife. En dichos centros los jó­venes desarrollan sus habilidades e intereses profesionales mediante un sistema de enseñanza en el que el aprendizaje de tareas es base esencial.
  •  Escuela de Formación: Granada. En esa escue­la las madres SOS, Directores y otros colectivos

reciben la formación necesaria para desempeñar con eficacia su labor.

  • Punto de Encuentro:Barcelona; en proyecto Ma­drid. Es un recurso para apoyar la formación y ac­ceso de los jóvenes al empleo.

 

  1. La financiación

Aldeas Infantiles SOS cuenta con más de seis millones de socios colaboradores en todo el mundo, de los que aproximadamente ochenta mil son españoles, que aportan sus cuotas, siempre voluntarias, sin máximos ni mínimos1.
La mayor parte de los fondos con que se fi­nancian Aldeas Infantiles SOS de España pro­cede de esta fuente, y también de padrinos y donantes. Pero igualmente la Administración, a través de las Comunidades Autónomas (ca­da una tiene asignada una cantidad niño/día) y, en algunas ocasiones, Aldeas Infantiles SOS In­ternacional, contribuyen a su mantenimiento.
Los donativos y cuotas de socios desgra­van el 20% en el IRPF; para las empresas, en el Impuesto de Sociedades, hay un límite del 10% sobre la base imponible. Mensualmente son remitidos a SOS Kinderdorf International los estados de cuentas, que son revisados por una Comisión de Coordinación, Finanzas y Revisión de la Oficina Central.
La Asamblea General de Socios de Aldeas Infantiles SOS de España aprueba anualmente los presupuestos y cuentas. Asimismo se rea­lizan Auditorías externas, que son presentadas a los correspondientes organismos oficiales y que están a disposición de los socios.
Existe un sistema informático, denominado SOS GLOBAL que, además de los habituales sis­temas de control, garantiza la transparencia administrativa y de gestión de Aldeas Infantiles SOS de España.
 
 

TESTIMONIOS

 
– ¡No somos diferentes!
 
Llevo siete años como madre SOS y lo único que puedo decir es que soy una persona enor­memente afortunada. Por poco que abramos los ojos y los oídos a nuestro alrededor, nos daremos cuenta de que gran número de personas se sienten insatisfechas con su vida. Yo, en cambio, he sido y soy feliz. Con esto no quiero decir que no me falten problemas o que tenga todo cuanto de­seo. !Gracias a Dios!, porque así siempre tendré algo por lo que luchar, algo con que soñar, una uto­pía que conseguir. Me siento contenta con lo que soy, lo que hago y lo que tengo.
 
En estos años me he dado cuenta de que mucha gente tiene una idea equivocada de las ma­dres SOS. Nos ven así como seres celestiales al servicio de nuestros hijos; yo quisiera gritar bien fuerte que no es así. A veces me siento tremendamente egoísta, porque si estoy ejerciendo esta la­bor es, en primer lugar, por mí, porque con ellos me siento feliz y como consecuencia puedo hacer felices a los que están conmigo; me siento realizada, por ello puedo ayudar a que se realicen los que me rodean; me siento segura de mí misma.
 
Yo no he venido a dar sino a compartir, compartimos el mismo tiempo que estamos juntos, las ilusiones, alegrías y también los momentos difíciles. No he renunciado a nada cuando acepté ser madre SOS, sólo cambié una forma de vida por otra, y considero que he salido ganando.
 
Cuando vine a Aldeas no lo hice por caridad ni tampoco por ganarme el Cielo; estoy aquí por dos razones fundamentales, una ya la he dicho: por mi felicidad, y la otra por justicia. Nadie elige el sitio, la familia ni el entorno donde quiere nacer, eso nos viene impuesto. Por lo tanto los que hemos tenido la suerte de nacer en el seno de un hogar en el que hemos tenido calor, seguridad, protección y amor, te­nemos el deber de compartir eso que hemos recibido, porque no es justo que unos seres inocentes, que no han escogido venir a este mundo en un ambiente adverso, se queden sin saber lo que es el ca­lor de un hogar, sin tener un punto de apoyo para aprender a caminar. Los problemas que algunas fami­lias sufren, no son sólo por falta de responsabilidad personal, sino también por las consecuencias de­rivadas de unas determinadas circunstancias del entorno y, en general, de toda una sociedad.
Si queremos construir una sociedad responsable, justa y feliz, tendremos que aportar cada uno nuestro ladrillo. Yo me veo como un simple ladrillo que está en el sitio que le corresponde, ni más ni menos importante que todos los demás que queremos un mundo mejor.
 
Considero que las madres SOS somos exactamente iguales que los médicos, abogados, fon­taneros, arquitectos, barrenderos, economistas, albañiles, pedagogos, comerciantes, psicólogos, jardineros, profesores, gobernantes, carpinteros, etc., que luchan por un mundo justo, humano y en paz. Para terminar quisiera hacerlo citando parte de un poema de Douglas Malloch: Si no eres un camino, sé al menos un sendero. / Si no eres el sol, sé la estrella que titila. / No busquemos el tamaño en la pelea, / sino ser lo mejor en nuestra fila.
Mª José de la Paz

Madre SOS de la Aldea de San Lorenzo de El Escorial

1 La Oficina Nacional de Coordinación de Aldeas In­fantiles SOS de España se encuentra en: Lorenzo Sola­no Tendero, 3 – 28043 MADRID (Tifno. 91-3884549 – Fax 91-3886747).