En muchos pueblos y ciudades se realizan en el mes de junio, por la fiesta del Corpus, las alfombras de flores. Creemos que es una actividad a potenciar, no solamente en esta fiesta sino en momentos que queramos dar un realce especial, por ejemplo, a fiestas colegiales, patrono de nuestra ciudad, finalización de un campamento, etc.
Muchas veces no nos animamos a realizarlas por todo el trabajo previo de conseguir flores de distintos colores, el almacenaje o el miedo a que se pudran o estropeen con el paso del tiempo. Una solución interesante para solucionar problemas de este tipo es intercalar flores con otros elementos llenos de color —como puede ser serrín de distintos coloreado con tintes— o, simplemente, intercalar diversos productos naturales de distintos colores: harina, café, virutas plateadas de aluminio, etc. Así lo realizan en Foz, pueblo de la costa de Lugo.
Como todos suponemos, ha de ser un trabajo en equipo para el que se necesita la colaboración de todos. Antes de iniciar su realización, se realiza el diseño de la alfombra en papel y a todo color. Calculamos el tamaño y decidimos el lugar donde se realizará. Con suficiente antelación se buscarán las flores de colores necesarias para la alfombra, que se extenderán en una zona donde la humedad no las estropee; además buscaremos otros elementos que nos proporcionen colores que no consigamos con las flores como azúcar, cacao… (son interesantes también los olores que producen).
Si el dibujo es muy complejo, nos podemos ayudar de patrones de cartón. Igual que si se repiten dibujos geométricos u otra clase de dibujos. Recomendamos que para iniciarse en este arte empecemos por una alfombra sencilla, tras la experiencia adquirida o los ensayos realizados… irla complicando en dibujos, mezclas de colores y sustancias distintas de flores, tamaños, etc.
Para conseguir serrín de diversos colores el proceso es sencillo: comprar tintes de distintos colores y mezclarlos muy bien con el serrín. A mano, lo que supone mucho tiempo y esfuerzo, o a máquina —por ejemplo, en una hormigonera—. Pueden salir colores muy vivos y originales. Intercalando con gusto flores y serrín se realizan alfombras preciosas y significativas para la fiesta que celebremos.
En centros educativos con alumnado suficiente se podrían realizar por niveles, cursos o aulas y convertir todo un pasillo, un pórtico o un patio en un auténtico camino lleno de alfombras con un mismo motivo —fiesta del colegio, por ejemplo— o que nos recuerdan un acontecimiento que trabajamos comotransversal durante todo el año.
Xulio C. Iglesias