Aproximación al concepto y al mundo de la pobreza

1 marzo 2007

Carlos Caballero Alemany es responsable de Cooperación de Jóvenes Tercer Mundo
  
SÍNTESIS DEL ARTÍCULO
El artículo propone un acercamiento al concepto y al mundo de la pobreza, analizando especialmente tres elementos: concepción, medición y políticas de lucha contra la pobreza. Busca, ante todo, la concepción y significación de la pobreza en relación a los recursos económicos, al desarrollo y al bienestar social. Analiza la evolución del concepto teniendo en cuenta tanto los síntomas y efectos como las causas de la pobreza. Y señala las posibilidades de su erradicación subrayando la necesidad  de una redistribución justa de los presupuestos, de la disminución de los gastos militares, de posibles impuestos sobre los flujos financieros especulativos.
 
Cuando se aborda el tema de la pobreza se debe tener en cuenta tres elementos muy importantes:
– la definición o concepto de pobreza, a partir del cual se pueda proceder a conocer su magnitud e investigar sus procesos de generación, expansión, reducción o enquistamiento
– la medición de la pobreza, que permita delimitar y contabilizar su extensión, analizar su evolución en el tiempo y comparar la realidad de la pobreza entre países
– la lucha contra la pobreza, que debe tener en cuenta los elementos clave para el diseño de estrategias políticas que tengan como finalidad la eliminación de la pobreza.
Una forma de caracterizar los diferentes acercamientos al concepto de pobreza, es precisamente, teniendo en cuenta el énfasis que se pone en estos tres elementos: concepción, medición y políticas de lucha contra la pobreza. Seguidamente vamos a analizar estos tres elementos, además de revisar las causas que generan pobreza, pero antes veremos algunos datos que nos acercan al problema de la pobreza y nos hacen reflexionar.
Más de 1.300 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable (el 80% de las enfermedades del mundo se deben a beber agua no potable).1.000 millones carecen de vivienda digna; existen 840 millones de personas mal nutridas, de los cuales 200 millones son niños menores de cinco años; 880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud; y 2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales.
– Una cuarta parte de la humanidad vive en estado de pobreza absoluta, es decir más de 1.200 millones de personas no pueden adquirir el alimento necesario para llevar una vida activa; 35.000 niños mueren cada día por causas directamente relacionadas con la pobreza. 130 millones de niños no reciben educación básica (de estos el 70% son niñas); la distribución de la riqueza en el mundo es terriblemente injusta: un 15% de la población posee el 79% de la riqueza mundial y el 85%, el 21 % restante.
– La población de los países industrializados representa aproximadamente un 20% de la población mundial, pero consume 10 veces más energía comercial que la de los países en desarrollo, y produce un 70% de las emisiones mundiales de monóxido de carbono y el 68% de los residuos industriales del mundo; un 70% de las personas que viven en pobreza extrema son mujeres. En resumen, nada menos que el 80% de la población mundial vive en la pobreza.
 

  1. Definición de pobreza

 
Definir la pobreza no es sencillo dada su relatividad (espacio/tiempo) y su carácter pluridimensional.  A lo largo de la historia (tiempo) y de las diferentes culturas (espacio) se han dado muchas definiciones de pobreza, por lo que no resulta fácil encontrar una definición única que tenga validez universal. Veremos varios acercamientos al concepto de pobreza:
 
1.1.Pobreza y recursos económicos
 
Etimológicamente la palabra pobreza deriva de pobre, que proviene del latín pauper, y significa necesitado, menesteroso. En castellano la palabra pobreza tiene varias acepciones. Puede significar necesidad, estrechez, carencia de lo necesario para el sustento de la vida y, en este caso, coincide con indigencia. También puede significar falta, escasez en general. Cuando la pobreza es extrema se denomina miseria. Estas acepciones corresponden a una situación de hecho y tienen un significado socio-económico.
Otras definiciones de la pobreza en sentido socio-económico son:
– La pobreza es la carencia de recursos necesarios para satisfacer las necesidades de una población o grupo de personas especificas.
– La pobreza es la carencia de bienes materiales para el desarrollo de la vida humana.
– La pobreza es la situación de una persona cuyo grado de privación se halla por debajo del nivel que una determinada sociedad considera mínimo para mantener la dignidad.
Todas estas definiciones aproximan al concepto de pobreza, pero la percepción que es tiene de la pobreza, varía según el contexto social y económico. Sin embargo, a pesar de esta variedad de definiciones, cabe destacar un denominador común: la pobreza hace referencia a determinadas privaciones o carencias que se considera que, cuando las padecen las personas, ponen en peligro su dignidad.
Por tanto, una de las formas más sencilla y más clara de definir la pobreza (socio-económica) y sobre la que puede haber un consenso más generalizado, es aquella que hace referencia a la falta de elementos básicos para la vida íntegra del ser humano.
 
1.2. Pobreza y desarrollo
 
Además de estas definiciones “economicistas o materialistas” de la palabra pobreza, basada en necesidades básicas, cabrían otras definiciones que nos aproximan a diferentes enfoques de la pobreza.
En la década de los noventa, surge un nuevo enfoque al plantearse la necesidad de adecuar el concepto de pobreza a las nuevas circunstancias y de buscar una definición que contemple los valores que se reconocen a la persona y sus posibilidades de desarrollo. En este sentido se puede definir la pobreza como la ausencia de oportunidades o posibilidades entre las que elegir; pobreza es no poder determinar si queremos emigrar o no, pobreza es no poder determinar si queremos sembrar un tipo de semilla u otro.
Otro elemento de interpretación de la pobreza, sería el que la traduce como la privación de dignidad del ser humano, aquello que le hace esclavo, que le coarta su libertad, que le impide un desarrollo coherente.
Pobreza se entiende también como el proceso de exclusión, aquel que margina sistemáticamente. Avanzando un poco más en este concepto, la pobreza incorpora vulnerabilidad, es decir, no solamente el no tener o ser ya víctima de un sistema que somete, sino el que refuerza la vulnerabilidad de los propios pobres; cuanto más pobre se es más vulnerable, más capacidad de ser más pobre se tiene.
Un decálogo de elementos que constituirían los derechos básicos de cualquier ser humano para poder llevar una vida digna son:
– acceso a agua limpia y potable
– vivienda digna
– alimentación suficiente para una nutrición adecuada
– un entorno y medio ambiente seguro
– protección contra la violencia
– igualdad de oportunidades
– tener derecho a opinar sobre su propio futuro
– acceso a medios para el sustento cotidiano
– salud
– educación
Estos diez puntos constituyen un decálogo de derechos básicos a tener en cuenta, y cuando estos no se dan en su integridad, o alguno de ellos está ausente, podríamos hablar de pobreza. Así pues, podríamos hablar de la pobreza como algo pluridimensional, definiendo tres ejes:

a) La pobreza material, aquella que hace referencia a la ausencia de bienes y servicios básicos.

b) La pobreza intelectual, aquella que condiciona el desarrollo cultural, ideológico, de pensamiento y político de las personas.

c) La pobreza social, aquella que afecta a la integración dentro de un colectivo referencial con plenos derechos, la participación dentro de la sociedad, la identidad diferenciada y respetada dentro del colectivo de inserción.

Por lo tanto cuando hablamos de la multidimensionalidad de la pobreza hay que tener en cuenta su diversidad y complejidad, de forma que cuando se aborde la lucha contra la misma, se haga desde esta mismamultidimensionalidad.
 
1.3.           Pobreza y bienestar
 
El economista indio Amartya Sen ha tenido gran influencia en la formulación del nuevo concepto de bienestar y pobreza. Su propuesta supone una crítica a la economía del bienestar convencional y pone de relieve las reducidas bases en torno a las que se ha construido la idea de bienestar y de calidad de vida. La apertura del concepto de bienestar hacia nuevas dimensiones más allá de la mera acumulación u opulencia, supone una visión alternativa del bienestar que se traduce en conceptos igualmente alternativos de desarrollo y pobreza. Sen afirma que el espacio crucial para evaluar la calidad de vida se encuentra en las capacidades de las personas, para poder optar ante diferentes opciones. La pobreza sería la incapacidad de realizar funciones esenciales para la vida humana. Estas funciones se refieren al alimentarse, vestirse dignamente, tener un techo, no padecer enfermedades evitables y tener una esperanza de vida lo más larga y sana posible. Además se refiere también a las posibilidades de instruirse, de participar plenamente en la sociedad, sobretodo con su trabajo, su participación política y sobre todo de relaciones sociales.
Lograr realizar todas estas funciones dependen en gran medida de los recursos económicos de que se disponga, pero también de otros factores, como son: conocer quiénes somos, qué características tenemos, en qué contexto económico, social y familiar vivimos…
El objetivo prioritario es asegurar que las personas puedan vivir como personas. La pobreza se define al precisar cuándo la persona dispone o no de las capacidades que le posibilitan para emprender el camino que le lleve a elegir la combinación deseable y a esforzarse para conseguir los recursos necesarios para que se haga realidad. Según esto, determinar dónde empieza y dónde acaba la pobreza, implica establecer las capacidades básicas y qué funcionamientos son los realmente necesarios y valiosos para que la persona se realice.
 

  1. Medición de la pobreza

 
Como decíamos anteriormente, la percepción de la pobreza ha ido variando con el tiempo. Las distintas concepciones de pobreza pueden agruparse en dos grandes enfoques: uno que analiza la pobreza desde los síntomas o efectos y otro que se preocupa de conocer las causas. Si se parte de la primera (síntomas), la medición y las políticas sociales irán más focalizadas hacia los pobres; sin embargo, si se parte de la segunda (causas), el análisis se centrará en los procesos donde se originan esas situaciones de carencia.
La hegemonía de la primera concepción ha sido evidente en el siglo XX y se corresponde con la seguida por los organismos internacionales. Esta visión estrecha de la pobreza ha permitido que tradicionalmente la medición de la pobreza se base en el nivel de renta per capita. Esto es así porque la concepción dominante en el siglo XX se ha basado en un concepto absoluto de pobreza, definido a partir de lo que se denomina el umbral de pobreza. Este umbral se determina en función del nivel de ingreso necesario para poder sobrevivir una persona, y una vez fijado, se convierte en la referencia para poder determinar quiénes son pobres. Realizada la identificación de los pobres, se procede a su medición. El umbral que estableció el Banco Mundial es el de un ingreso de un dólar-día por persona.
Sin embargo, en las últimas décadas se estableció un nuevo consenso, pero que no supone mucha variación del enfoque tradicional. Este nuevo enfoque establece una definición de pobreza absoluta basada en el consumo, de manera que el umbral de pobreza se establece en el consumo de un dólar-día por persona. A partir de ahí la medición de la pobreza se realiza a través de tres indicadores:
–          Incidencia: porcentaje de personas por debajo del umbral de la pobreza
–          Intensidad: distancia entre el ingreso de los pobres y la línea de pobreza
–          Severidad: compuesto a partir de los 2 indicadores anteriores.
Con este enfoque se establece una canasta mínima de consumo representativa de las necesidades de la sociedad que se pretende analizar. Esta metodología permite detectar la pobreza crítica, y dentro de ella la pobreza extrema. La línea de pobreza crítica se determina en base al costo total de la canasta de consumo, que incluye losgastos de alimentación, vivienda, salud, vestido y otros. La línea de pobreza extrema considera sólo los gastos de alimentación.
En los últimos años el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) da un paso más allá estableciendo un Índice de Pobreza Humana que se compone de varias dimensiones relacionadas con las oportunidades de opción de las personas, es decir, con sus posibilidades de Desarrollo. Este Índice se revisa todos los años y se establece así una clasificación de los países según el Índice de Pobreza. Un detalle importante, que muestra una vez más la relatividad del concepto pobreza, es que se ha establecido un índice de pobreza humana para Países en Vías de Desarrollo, diferente del índice de pobreza humana de los países desarrollados:
– El índice de pobreza humana para los países en vías de desarrollo: se calcula a partir de la media de las siguientes tres dimensiones, dando mayor peso a la que sea más desfavorable:
Pobreza en la esperanza de vida: % de individuos con una esperanza de vida media inferior a 40 años.
Pobreza en conocimientos: % de adultos analfabetos
Pobreza en el estándar de vida decente: que se halla de la media de tres variables:

  • % de población sin acceso a agua potable
  • % de población sin acceso a servicios sanitarios
  • % de niños menores de 5 años con escasez de peso

 
– El índice de pobreza humana para los países industrializados, considera las tres mismas dimensiones, pero utiliza variables y tasas diferentes.
o        Pobreza en la esperanza media de vida: % de individuos que no llegan a los 60 años.
o        Pobreza en conocimientos: % de adultos analfabetos funcionales.
o        Pobreza en el estándar de vida decente: % de individuos que no llega al 50% de la renta per capitanacional.
o        Añade también el índice de exclusión social: % de población en paro de larga duración (un año) entre la población activa.
 
Estos indicadores ya nos permiten clasificar y comparar países, así como medir sus evoluciones. Así vemos que 92 países en vías de desarrollo tienen al menos un tercio de su población con niveles de pobreza; en 11 países de África, más de la mitad de su población tiene niveles de pobreza extrema; también se ve que más de un tercio de la población mundial no llega a una esperanza de vida de 40 años…  Además nos permite conocer las bolsas de pobreza que hay en países considerados como desarrollados. Así, excepto Noruega, Suecia y Holanda, en los demás países hay un 10% de población que vive en pobreza.
 

  1. Causas de la pobreza

 
Como hemos indicado, la pobreza es pluridimensional, pero si buscamos el origen último de las causas que generan la pobreza, podríamos resumirlo básicamente en dos causas primarias:
– Pobreza debida a los efectos de la naturaleza: terremotos, tsunamis, huracanes… que provocan desastres para gran parte de la humanidad, con mayor gravedad en los países en vías de desarrollo, los cuales no cuentan con sistemas de prevención; de hecho en estos países la magnitud del desastre se mide por el número de víctimas, mientras que en los países desarrollados se mide por los miles de dólares de pérdidas.
– Pobreza debida a los efectos antrópicos; es decir, debidos al hombre: políticas económicas injustas, corrupción, dictaduras, guerras… uno de los factores que más ha provocado pobreza ha sido el de las guerras, las cuales handejado ,y dejan, devastadas las zonas que actualmente sufren extrema pobreza.
Sin embargo, cuántas veces hemos oído decir que los recursos disponibles en el planeta son suficientes para evitar la pobreza en el mundo. Incluso, aún habiendo desastres naturales, el hombre debería ser capaz de compartir sus recursos, su educación, su cultura, su bienestar… y así evitar que hubiera pobres.
La realidad es que no sólo no conseguimos una distribución justa de los recursos, sino que:
– al contrario constatamos que la transferencia neta de recursos de países del Sur a países del Norte es positiva. No sólo a nivel de capitales financieros, sino también a nivel de recursos humanos cualificados (fuga de cerebros).
– el hombre incluso provoca efectos negativos en la naturaleza, como ahora se constata con el calentamiento de la tierra debido a las emisiones de gases y el efecto invernadero.
Algunas causas de esta injusta distribución de los recursos son las siguientes:
 
Relaciones comerciales desiguales
Las economías de todos los países dependen cada vez más del comercio internacional. Las reglas del mercado juegan cada vez más a favor de los países más ricos. Los países del Norte y las empresas transnacionales imponen a los países del Sur sus intereses (proteccionismo, baja del precio de las materias primas, incremento del precio de las manufacturas, dependencia financiera…). Como se puede observar en los siguientes ejemplos, el mercado libre es más libre para unos que para otros:
– La política agrícola europea subsidia la producción de los agricultores europeos y cuándo se producen excedentes subsidia su exportación. Existe un organismo responsable de proteger la industria textil del Norte (el MFA). Los países del Norte imponen cuotas a la importación de los productos textiles del Tercer Mundo, pero no a la de otros países del Norte.
– La participación del África subsahariana en el comercio internacional se ha reducido a una cuarta parte del nivel que registraba en 1960. Los pobres tienden a irse quedando al margen del mercado, ya sea a nivel nacional o internacional.
– Además, las compañías transnacionales ya no responden al esquema clásico de explotación de los países del Sur por los países del Norte. Los intereses de éstas, están por encima de intereses nacionales. Instalan sus fábricas en aquellos países en los que las condiciones laborales son peores o las leyes medioambientales más permisivas e instalan sus sedes centrales en paraísos fiscales dónde no pagan impuestos. Las transnacionales están convirtiendo a muchos países del Sur en el basurero tóxico del mundo. El control de las empresas transnacionales y el pago de impuestos de sus beneficios son condiciones imprescindibles para la erradicación de la pobreza.
– La internacionalización de la economía la ha hecho mucho más dependiente de la inversión extranjera y de decisiones externas. La entrada al mercado mundial está tutelada por las grandes instituciones de la economía internacional: Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM), de las que los países del Sur dependen en virtud de la deuda externa. Dominadas por las corrientes neoliberales, estas instituciones promueven transformaciones en la política económica estatal entre las que podemos incluir: el aumento de la solvencia estatal para el pago de la deuda externa, la reducción del gasto social y la reducción del proteccionismo estatal.
– Los efectos de estas políticas de ajuste recaen sobre los más pobres: aumenta la tasa de desempleo, disminuye la capacidad adquisitiva de los salarios y disminuyen las inversiones sociales (especialmente salud y educación). «Es inaceptable que quienes son menos capaces de ajustarse a los cambios deban soportar la carga más pesada de la transformación económica y social de nuestro mundo». La política neoliberal se ha demostrado incapaz de afrontar los grandes problemas que encara el mundo actualmente.
 
Una deuda externa inmoral
Muchos de los países más pobres están atrapados en una deuda externa que no podrán pagar. Las tasas de interés han subido y los precios de las mercancías de las que dependen para pagar la deuda han bajado.
Aunque en algunos países la carga de la deuda ha disminuido (como Brasil y México), el total de la deuda de los países en vías de desarrollo se ha multiplicado por 7 desde 1970. En el África subsahariana el 25% de los ingresos por exportaciones se dedican a fondos de amortización de su deuda externa.
 
Distribución injusta de la riqueza en el interior de los países
Además de las causas internacionales y de relación Norte Sur de la pobreza, existen causas de orden nacional. De hecho el esquema de relaciones injustas internacionales, muy frecuentemente se reproduce a escala nacional: unos pocos acaparan la riqueza en perjuicio de la mayoría. El acceso de las personas que viven en la pobreza al crédito, la tecnología y otros insumos de producción en sus países es limitado.
Generalmente los gobiernos nacionales de los países del Sur responden a los intereses de las minorías privilegiadas. Esto repercute de forma directa en el desinterés por la aplicación de políticas redistributivas(reformas agrarias, reformas fiscales…) y los sesgos en las distribuciones presupuestarias (falta de servicios básicos, gasto excesivo en defensa…).
La corrupción Gubernamental es el modelo de robo moderno, donde no se dejan huellas ni rastros de lo que se robo o se alteró. Es casi legal la forma como se produce, existiendo amnistía tanto política como diplomática para los autores de los hechos. Esto crea una incertidumbre y un quebranto en la economía nacional, y un desfalco en los presupuestos. Esto deriva en un desequilibrio de clases, y un desequilibrio en el gasto publico, generando pobreza y un bajo desarrollo humano.
Las guerras no son más que el reflejo de todas estas problemáticas. Podemos ver como ellas, desde el nacimiento de la humanidad, se derivan por problemas de tierras, recursos, agua, y no muy distante la religión. Las guerras dejan las zonas devastadas, y con una problemática de hambre, escasez de recursos, falta de medicamentos, etc.
       Pobreza, medio ambiente y población
Cada vez es más evidente que la pobreza, el deterioro del medio ambiente y la sobrepoblación son fenómenos estrechamente relacionados. El daño que ha sufrido y sufre el medio ambiente nos afecta a todos y puede llegar a «empobrecernos» a todos sino se le pone remedio. Las tendencias insostenibles del consumo y la producción, especialmente en el Norte agravan la pobreza y los desequilibrios ecológicos.
 

  1. Pobreza en países en vías de desarrollo

 
La situación en el mundo es extraordinariamente desigual. Cuando hablamos de países en vías de desarrollo (PVD), estamos hablando de ese 80% de personas del planeta que sobreviven con apenas un 20% de la riqueza mundial. Cuando hablamos de PVD, nos referimos a aquellos países, la mayoría del planeta, donde la pobreza alcanza proporciones nacionales y con base estructural externa al propio país, es decir, no se trata de bolsas aisladas o colectivos marginales. Características que nos pueden ayudar a comprender mejor la pobreza en los PVD son:
– En estos países la pobreza alcanza a la mayoría de la población, y se acentúa sobre los grupos más vulnerables, por su condición social, de género, etnia o edad. Es decir los grupos sociales más marginados, perpetúan su marginación; las etnias, clanes o castas refuerzan su status de inferioridad dentro del Tercer Mundo. La condición de género, (ser mujer), es un factor clave de discriminación en los PVD. Si bien es verdad, que tal y como afirma el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), actualmente no hay ninguna sociedad donde las mujeres dispongan de las mismas oportunidades que los hombres, la brecha es mucho más patente en los PVD que en los países industrializados.
– Por otra parte y como ya hemos dicho, la pobreza en estos países tiene una base estructural muy fuerte cuyas raíces muchas veces se encuentran fuera del país, o al menos las más importantes, es decir en el Norte, y dichas causas se combinan con las del propio país.
– Otro de los elementos que caracterizarían la pobreza en el los países en vías de desarrollo, es que se manifiesta en todas sus dimensiones, y no sólo en las de índole material, es decir,  que tienen igual o mayor peso los aspectos de pobreza intelectual y social que los referidos a la pobreza material, si bien esta última es la más visible y la más apremiante dentro de la pirámide de necesidades. Además las manifestaciones de la pobreza en los países en vías de desarrollo tienden a reforzarse entre sí, creando la llamada espiral de irreversibilidad de la pobreza, también llamada “cultura de la pobreza”, que tiende a transmitirse de generación en generación haciendo cada vez más difícil la salida de la misma.
 

  1. La lucha contra la pobreza

 
La erradicación de la pobreza en los PVD, no es planteable desde opciones que pretendan el retorno a situaciones anteriores. Debe hacerse mirando hacia adelante, asumiendo los procesos históricos ya consolidados, y buscando nuevas vías de futuro para las comunidades del llamado Tercer Mundo.
Erradicar la pobreza, no es sinónimo de aliviarla, es forzar la superación de un umbral limite que permita un nuevo sistema de relación. Es asumir la lucha contra las causas que la provocan y no sólo contra sus consecuencias. Ello supone, de facto, la confrontación con los grupos de poder que la generan.
Nuestra sociedad, en muchos casos, es cómplice de estos grupos de poder y por lo tanto es un deber ético comprometerse en una militancia activa para conseguir cambios radicales. Ello pasa por un compromiso para un Nuevo Orden Mundial, no sólo económico, sino también político y social a nivel internacional justo. Ello implica lareestructuración de Naciones Unidas, y su forma de intervención. Y un mayor compromiso político a nivel internacional de actuación de denuncia, incluso boicot, ante las situaciones de violación de los derechos humanos en el mundo. No se trata tan sólo de repartir con equidad las plusvalías que se generan, sino sus mecanismos de producción. Se ha de luchar por conseguir un gran pacto mundial para la erradicación de la pobreza. Los países industrializados se podrían ver beneficiados por este pacto, con una disminución del narcotráfico, del deterioro medioambiental, de la presión en la inmigración y de las amenazas nucleares.
Se ha demostrado que existen recursos suficientes para erradicar la pobreza. Estos podrían venir de la redistribución de los presupuestos, de la disminución de los gastos militares y de posibles impuestos sobre los flujos financieros especulativos. Dado que es técnicamente posible erradicar la pobreza y que existen recursos suficientes para ello, si no lo hacemos estamos optando deliberadamente por el mantenimiento de la pobreza.
 
5.1. Un nuevo orden mundial
 
La gobernabilidad del mundo
El nuevo orden mundial exige la creación de un sistema de gobierno internacional que garantice la seguridad mundial, que incorpore un sistema universal de seguridad social (una especie de Consejo de Seguridad del Desarrollo en NNUU) y que establezca un sistema de control de las compañías transnacionales. El funcionamiento de NNUU tendría que ser más democrático haciendo una profunda revisión del sistema de representación y voto y eliminando toda forma de veto, vigentes actualmente.
A nivel internacional no existe ningún sistema eficaz de redistribución del ingreso. Es necesario tasar los flujos económicos de origen especulativo. Por cada euro que se mueve para actividades comerciales a nivel mundial, mil lo hacen con fines especulativos. Un impuesto del 0,5% sobre las mismas reduciría los flujos especulativos y generaría 1,26 billones de euros al año que podrían emplearse para erradicar la pobreza.
 
Nuevas reglas de juego entre Norte y Sur
Abrir los mercados mundiales a los países del Sur y a sus habitantes. Establecer cláusulas sociales en las relaciones comerciales avaladas por marcas de garantía social que favorezcan un comercio justo. Condonar la deuda de los países más empobrecidos y renegociación con los países empobrecidos.
 
Políticas eficientes de ayuda al desarrollo
En ellas el objetivo de erradicar la pobreza debe prevaler sobre los intereses económicos y políticos de los países donantes.
– Aumento sustancial de la Cantidad: los países industrializados dedican aproximadamente un 12% de su PNB a satisfacer las necesidades de sus poblaciones, incluyendo las de los 100 millones de personas que viven en la pobreza en estos países. En cambio, para ayudar a satisfacer las necesidades de más de 1.000 millones de pobres absolutos en los países del Sur dedican 36 veces menos: por debajo del 0,35% de su PNB.
– Mejora de la Calidad: en este momento el 40% de los países del Sur menos pobres perciben el doble de ayuda por persona que el 40% de los países más pobres. Solo el 7% del total de las asignaciones de la ayuda bilateral, la realizada gobierno a gobierno, y el 16% de ayuda multilateral va a cubrir sectores prioritarios para la erradicación de la pobreza (educación primaria, salud, agua potable, saneamiento ambiental, planificación familiar y seguridadalimentaria). La propuesta 20/20 acordada en la Cumbre de Copenhague (1995), pretende corregir esta situación obligando a los países donantes a dedicar el 20% de la ayuda bilateral a los sectores prioritarios para la erradicación de la pobreza y a los países receptores a destinar el 20% de su presupuesto nacional a los mismos sectores.
 
5.2. Democratización de los recursos de los países
 
Frente a la ofensiva neoliberal de reducción drástica de la estructura del Estado hay que defender medidas de redistribución de la riqueza (reformas agrarias y fiscales) y el acceso de todas las personas a los servicios sociales básicos. Los países del Sur deben realizar sus propios esfuerzos para erradicar la pobreza. Además de reducir sus gastos militares, la descentralización de la gestión y la conformación de verdaderos poderes locales favorece la aproximación de las administraciones a las situaciones de pobreza y la participación de las personas en las decisiones que afectan su vida.
 
5.3. Relaciones entre las sociedades civiles y la cooperación para el desarrollo
 
La cooperación para el desarrollo es sólo un elemento inútil si no se tiene en cuenta el resto de los elementos presentados. Puede convertirse en un tranquilizador de conciencias y en un arma al servicio del poder.
Sólo un 3 ó un 4% del volumen económico de la Cooperación para el Desarrollo pasan por las ONGs, y sin embargo se nos atribuye una responsabilidad desorbitada. En el Sur la cooperación debe ser una herramienta de transformación social y de apoyo a los sectores marginados en su capacidad de incidencia en la distribución de riqueza y del poder en sus países. Además, debe construir símbolos creíbles de que la erradicación de la pobreza es posible y que los derechos humanos, la democracia y la participación tienen vigencia también para los pobres y los excluidos. Las ONGD tenemos una responsabilidad importante en esta tarea social.
 
5.4. Profundos cambios personales: tarea de todos
Sólo 358 personas del planeta poseen una fortuna “superior a los ingresos anuales de los países donde vive casi la mitad de la población de la tierra”. Esta afirmación lleva el riesgo de decir: si estas personas compartieran se solucionaría la pobreza en el mundo, sin embargo, la erradicación de la pobreza es tarea de todos. Algunas medidas personales que contribuyen a la erradicación de la pobreza:
– Conseguir que las injusticias y discriminaciones que se consideran intolerables en el interior de un país (por razón de etnia, creencia, género,…) se consideren igualmente intolerables en el conjunto del planeta.
– Favorecer un consumo responsable y austero, y apoyar el movimiento por un comercio justo.
– Combatir la mentalidad neoliberal de ofensiva contra todos los mecanismos de redistribución de la riqueza, y la acumulación de riqueza de origen especulativo.
– Asumir una implicación social activa militante y exigente ante las administraciones públicas, los partidos políticos, los sindicatos, las iglesias y organizaciones civiles. En particular las ONGD debemos sentir el apoyo, pero también la presión de la sociedad civil, para llevar adelante este compromiso integral para la erradicación de la pobreza.
En definitiva, lo único que se requiere es compartir lo que se tiene y lo que se es. La abundancia de bienes materiales, la riqueza, será un bien si se ordena al bien, si además de servir a las necesidades y sustentación del hombre se ordenan al socorro de sus semejantes. En realidad la generosidad con las riquezas y la libertad interior están íntimamente ligadas. Por tanto, el hombre que quiera vivir la virtud de la “pobreza” deberá luchar para permanecer libre ante las cosas que utiliza o que desea utilizar, frenando los deseos inmoderados de bienestar real o posible. La falta de desprendimiento da, de hecho, una verdadera esclavitud por la posesión o el simple deseo de bienes materiales.

CARLOS CABALLERO