Asamblea Parlamentaria de Jóvenes Europeos

1 enero 2000

ASAMBLEA DE JÓVENES DE LA UNIÓN EUROPEA

 
En el pasado mes de septiembre tuvo lugar en Estrasburgo la «Asamblea Parlamentaria de los Jóvenes de la Unión Europea». 650 jóvenes pertenecientes a 26 países diferentes se juntaron para dialogar sobre el sentido y horizonte de la «ciudadanía europea». Uno de los participantes —en representación de las Asociaciones Juveniles Europeas «Don Bosco»— nos relata su experiencia y las conclusiones de dicho encuentro.
 
 

  1. Mi experiencia en la «Asamblea de Jóvenes»

 
Me sorprendió aquella nota que venía de Bruselas: “Tenemos el placer de comunicarte —decía— que tu candidatura para la «Asamblea de los Jóvenes de la Unión Europea» ha sido seleccionada. Te felicitamos y contamos contigo para que contribuyas de modo constructivo al trabajo de la asamblea. Mediante la presente, te invitamos a Estrasburgo los días 17, 18 y 19 de septiembre de 1999, para participar en los trabajos de la Asamblea Parlamentaria y desempeñar así tu papel de joven diputado”.
Iba en representación de la Federación de Centros Juveniles «Valdoco», de Madrid. Allí tuve la oportunidad de conocer al resto de los participantes españoles, entre ellos a los que, como yo, procedían de un ambiente salesiano —representantes de las Provincias Religiosas de León y Bilbao—. El número total de españoles ascendía a 72.
 
Todo este proyecto salió de las manos del «European Movement», organización que se creó después de la Segunda Guerra Mundial para  conseguir la unidad de los Estados de Europa. Una de las actividades más importantes que lleva a cabo es la difusión del espíritu de unidad europea y, para ello, se sirve de congresos, conferencias, publicación de documentos, etc.
La «Asamblea de los Jóvenes de la Unión Europea» persiguió este objetivo principal: hacernos tomar conciencia de que todos somos y tenemos algo que aportar para conseguir esa unión. A partir de ahí, uno mismo podía fácilmente darse cuenta de otros objetivos: intercambio cultural e ideológico (había un amplio abanico de tendencias ideológicas, que salían a relucir en las diversas intervenciones de las sesiones), conocer un poco más de cerca la realidad de la Unión Europea desde el puesto de un «joven diputado»…
Al «encuentro» asistimos un total de 625 jóvenes de todo el continente europeo (Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Portugal, Rumania, República de Eslovaquia, Eslovenia, España, Suiza, Suecia, Turquía, Reino Unido y Países Bajos).
 
La asamblea se desarrolló en el edifico del Parlamento de Estrasburgo. Además de conocer y tomar contacto con diversas personalidades de la política europea, el trabajo parlamentario en cuanto tal se desarrolló en torno a cuatro temas que, en primer lugar, analizamos en otras tantas comisiones:
 
¡ Comisión 1: Ciudadanía y democracia en Europa.
¡ Comisión 2: Una Europa económica y social.
¡ Comisión 3: La dimensión multicultural  de la integración europea.
¡ Comisión 4: Europa en el mundo.
 
Respecto a la cuestión de «Europa en el mundo», se trataron, entre otros, los temas de la política exterior común, las relaciones con el resto del mundo, consecuencias de la unificación de Europa, el futuro de la Unión Europea y Europa y la cultura. En esta última sección se estudiaron cuestiones como la libertad y la igualdad, cómo promover la cultura europea, etc.
Sobre la «Europa social y económica» se lanzaron una serie de cuestiones como base para la reflexión: ¿Cómo intentarías cambiar el estatus social de las minorías en los países europeos, o crees que se las está tratando bien? ¿Tienes alguna idea sobre cómo reducir el número de gente que está trabajando sin pagar impuestos sobre la renta y sobre cómo mejorar las condiciones de los jóvenes a los que se utiliza a menudo como mano de obra barata?
En lo referido a «Europa y sus ciudadanos», estudiamos varias cuestiones: Qué es un ciudadano europeo, las actitudes de los ciudadanos, la política del Gobierno, los derechos y deberes de los ciudadanos, temores-identidades-símbolos…; concluyendo con una pregunta muy directa: ¿Deberíamos estar unidos? y si fuera así, ¿hasta qué punto?
 
Tras dos reuniones de comisiones, de las que surgieron las enmiendas a debatir y votar en asamblea, ésta se desarrolló no sin cierta tensión —ante propuestas, como la de los jóvenes del Reino Unido de hacer del Inglés la única lengua oficial de la UE— hasta concluir con la aprobación del manifiesto que se entregaría tanto a la opinión pública como al Parlamento Europeo. Dicho sea de paso, en esta última sesión se hizo notar la presencia española. En fin, personalmente fue una experiencia increíble, en la que pude descubrir lo que realmente es Europa, lo que se  quiere conseguir con su unión, y «algo» que sentí profundamente: conocer la (mala) opinión que tienen en el resto de Europa, o mejor dicho en el Reino Unido, de nosotros, los españoles.
 
Por ahí anda la nota más negra del encuentro. El comentario reinante entre los españoles fue la diferencia de trato que tuvimos con respecto al resto de los parlamentarios de otros países. Entre las múltiples vejaciones que sufrimos, cabe destacar: el albergue donde nos alojaron, el hecho de no estar en hoteles céntricos, como el resto de los miembros, no contar con traductores profesionales contratados por la organización (menos mal que entre nosotros se ofreció gente para traducirnos…), desplazamientos en un autobús de cuarenta y dos plazas para setenta personas y, por si fuera poco, escuchar frases como «España no es de Europa, es la cabeza de África», «Típicos españoles». ¡Qué pena!
 

  1. Manifiesto

 
Ofrecemos un extracto textual del «Manifiesto de la Asamblea de Jóvenes de la Unión Europea».
“Europa se extiende más allá de la Unión Europea. Se trata de un grupo de pueblos unidos por la tradición histórica y la cultura. […] Europa está cada vez más unida y tiene un papel cada vez más importante, tanto en el plano político como en los planos sociales y económicos.
 
Europa en el mundo
 
La Asamblea de los jóvenes cree que, en tiempos de crisis, es necesaria una política exterior común […]. Los países miembros de la Unión Europea deberían concentrar sus presupuestos de defensa en el objetivo de ser independientes de Estados Unidos en sus intervenciones en conflictos locales. […] No queremos que Europa se convierta en una especie de «sargento internacional».
Estados Unidos tiene una influencia en la cultura de Europa; de ahí la necesidad de defender nuestra identidad. […]
Hay que apoyar a los Estados del Tercer Mundo. […] Son las compensaciones y las deudas las que conducen a la pobreza y las posibles causantes de guerras. Así pues, para prevenir la pobreza, las guerras y los sufrimientos ulteriores y para que los países del Tercer Mundo puedan desarrollarse, deberíamos suprimir la carga de deudas que pesa sobre esos países. […]
Nosotros como Asamblea Parlamentaria de Jóvenes, somos conscientes del hecho de que éste es nuestro mundo y de que tenemos la obligación de velar por nuestro futuro en él. Puesto que cada cosa que utilizamos y consumimos es extraída, originariamente, de nuestro medio ambiente, reconocemos el peligro de su contaminación continua como una pesada carga para nuestro futuro. Desde luego, estropear la Naturaleza aporta beneficios económicos a corto plazo, pero a largo plazo es preferible prestar atención a lo que tenemos para que pueda sernos útil en el futuro.
 
 
Europa y la cultura
 
El ser humano es un ser de cultura. Al haber crecido en una sociedad, ha interiorizado sus normas y valores. Nada es natural; todo es cultural. […] La cultura es, pues, una identidad. Europa no se ha forjado con un único molde identidad. No hay una, sino unas culturas europeas.
A pesar de la diversidad cultural, existe un crisol común a todos los países europeos. Los valores democráticos son, en efecto, compartidos por todos. Citemos, por ejemplo, el sufragio universal, el respeto del ser humano, y también el sistema representativo. […] Los valores democráticos de tolerancia, libertad e igualdad deben reunirse en una política cultural común.
¿Qué medios emplear para promover la cultura europea? Tras largo debate, se han elegido numerosos medios. Se sitúan en dos ámbitos: social e individual. En el primero: creación de nuevas estructuras, proporcionar a todos los europeos los medios para acceder a todas las culturas y crear nuevos estatutos que protejan al artista. En el segundo ámbito: favorecer los contactos entre las diferentes culturas, reforma de la enseñanza —sistema de equivalencia de diplomas, igualdad de oportunidades, programas escolares abiertos a todos los países, etc.— y subrayar la importancia de la educación.
 
 
Europa desde el punto de vista social y económico
 
Europa ha cambiado […]. En algunos estados miembros de la comunidad, el equilibrio social ha sido perturbado por el neoliberalismo y las tendencias de derecha de los partidos socialistas. Han aumentado las diferencias sociales y económicas entre las personas, lo cual podría traducirse en un malestar social. Deseamos la puesta en práctica de soluciones que garanticen el bienestar a cada ciudadano europeo. […]
Creemos que la diferencia salarial entre hombres y mujeres debería ser abolida mediante la más firme persecución de los empresarios que practiquen esta discriminación. La discriminación por razones religiosas, de raza, de preferencia sexual, de edad o de habilidad física deben también ser abolidas mediante una legislación europea más estricta. Para hacerlo, hay que destinar más fondos para educar a las minorías y a las mayorías en la creación de un gran nivel de comprensión mutua.
Sabemos que hay jóvenes que son explotados, se les paga mal […]. Habría que dar prioridad a una legislación social y económica destinada a lograr el pleno empleo. […]
 
 
Europa y los ciudadanos
 
Queremos menos fronteras, es decir, no queremos sentirnos extranjeros cuando viajemos a otro país europeo o cuando debamos pasar por una aduana. […]
Debería exhortarse a todos los ciudadanos europeos, mediante campañas de sensibilización, a que utilizaran su voto y combatir de ese modo la apatía democrática. […]
Los ciudadanos europeos tienen también la responsabilidad de la acción de supresión de la deuda del Tercer Mundo y debemos concretar nuestro empeño en esta campaña. […]
La Asamblea Parlamentaria de los jóvenes no quiere que Europa se convierta en un Estado europeo; quiere que se amplíe lo más rápidamente posible en unión, sin ser un Estado”.