Así te habla Dios

1 enero 1999

Si nadie te ama, mi alegría es amarte.
Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y energía.
Si nadie te necesita, yo te busco.
Si eres inútil, yo no puedo rescindir de ti.
Si estás vacío, mi plenitud te colmará.
Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas.
 
Si quieres caminar, iré contigo.
Si me llamas, vengo siempre.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
Si estás cansado, yo soy tu descanso.
Si pecas, soy tu perdón.
Si me hablas, trátame de tú.
Si me pides, soy don para ti.
Si me necesitas, te digo: “¡Aquí estoy!”
Si te resistes, no quiero que hagas nada sin amor.
Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy fiel.
Si quieres conversar, yo te escucho siempre.
Si me miras, verás la verdad de tu corazón.
Si estás en prisión, te voy a visitar y liberar.
Si quieres conversar, yo te escucho siempre.
Si te manchas o marchas, no quiero que salves las apariencias.
Si piensas que soy tu rival, no quiero quedar por encima de ti.
Si estás excluido, yo soy tu aliado.
Si eres silencio, mi palabra habitará en tu corazón
Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote.
Si has perdido el camino, recuerda que Jesús te ama.
 

Hermanas de la Caridad o de Madre Teresa de Calcuta

Palabras que presiden la sala de estar de la Casa-Hogar (Madrid)

 

Para hacer
1. Para meditar: leer cada frase. ¿Qué nos recuerda cada una? ¿Con cuál nos quedamos?
2. Para orar: no pedir por los demás, sino por nosotros mismos, para que seamos capaces de ser «palabra» de Dios.
3. Para comprometerse: Ver lo que cada uno está dispuesto a hacer para que nosotros seamos las manos de Dios. Concretar con quién.
4. Para difundir. Al final del mensaje se dice: «Da a conocer este mensaje». Hacerlo. Buscar formas originales y creativas.

 

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