A quien quiera unirse a mi denuncia: J. M. E. F. (¿y los abajo firmantes?), mayor de edad y con domicilio en una ciudad muy parecida a la vuestra, comparece y como mejor en Derecho proceda,
DENUNCIA
Primero: Que, a escasos días de celebrar el gran misterio del Nacimiento del Salvador, una tarde, al regresar a mi ciudad, me encontré con el desvalijamiento de las Navidades. No sé cómo pudieron entrar, lo cierto es que lo pusieron todo “patas arriba.” La ilusión de los más pequeños, la alegría de los jóvenes, el orgullo de los adultos y la sorpresa de los más grandes fue arrebatada y, en su lugar, dejaron un montón de bolsas de supermercado y muchas caras largas, caras desencajadas, caras de prisa y estrés.
Segundo: Que al tratar de averiguar el paradero de las Navidades, los mayores me miraron con cara de pocos amigos y, a mis indagaciones, me contestaron con expresiones tales como: “A ver quién friega los platos estas Navidades” o “Todo el año trabajando para gastarlo en un santiamén” o “A ver si pasan pronto estos días.” Y al preguntar a los más pequeños…, bueno estaban demasiado ocupados con la Play o con el ordenador…
Por lo expuesto,
SOLICITA
Teniendo presente este escrito, se sirva admitirlo y atender la denuncia presentada y, en concreto me devuelvan íntegramente las Navidades o, al menos, me informen de su paradero, para poder ir a su encuentro.
Justicia pedida en Valladolid, Diciembre del 2005
Firmas (todos aquellos que este año estén dispuestos a recuperar las Navidades, como ese tiempo ideal para estirar la sonrisa, serenar el corazón y descubrir cuán amados somos sin apenas enterarnos)
José María Escudero