Edita Sánchez
DES-CUBRIR LA REALIDAD
En estrecha relación con el material «De Toledo al Cielo», publicado en el número pasado de Misión Joven, ofrecemos ahora éste que propone -a través de una experiencia desarrolla por las Comunidades Adsis con «formato juego»- las estructuras básicas para que los jóvenes des-cubran la ciudad o pueblo donde viven. Evidentemente, los procesos implicados se encaminan a la propuesta de valores y a propiciar relaciones que, poco a poco, ayuden a desvelar el sentido de la vida.
La Comunidad Adsis en Salamanca ha llevado a cabo durante estos años una serie de iniciativas encaminadas a evangelizar a los jóvenes que residen en esta histórica ciudad. Entre ellas se encuentra un juego de pistas denominado Camanlasa que sirve para descubrir, correo su propio nombre indica, Salamanca silábicamente al revés, o sea, Camanlasa.
Es un modo diferente de des-cubrir la realidad. Esta experiencia con formato de juego nos hace recorrer las calles, visitar lugares, entrevistarnos con personajes, etc., que representan la verdadera Salamanca: no la que sale en las postales ni esa eterna candidata a ciudad cultural, sino la Salamanca oculta, marginada, la real.
- Objetivos
- Proporcionar a los jóvenes, a través del juego, un conocimiento más real de la ciudad donde viven.
- Favorecer el conocimiento del barrio, el contacto con la gente, el descubrimiento de otras situaciones para hallar la imagen de la Salamanca no oficial.
- Potenciar la colaboración y cooperación entre los propios participantes.
- Propiciar momentos de encuentro entre todos los participantes, para favorecer el conocimiento de los jóvenes y la creación de grupos a través de las oportunas dinámicas.
- Animar a los jóvenes participantes a comprometerse permanentemente con los pobres, dejándose interpelar por ellos.
- Metodología y desarrollo
Los jóvenes que desean participar en esta iniciativa se inscriben en grupos. Estos grupos deben ser formados, salvo excepciones, por tres personas como mínimo y seis como máximo.
En todo momento, se impulsa la participación de los jóvenes. Se intenta favorecer que sean protagonistas en la realización de la propia actividad y de sus acciones, para que den rienda suelta a su expresión y creatividad.
Esta actividad consta de cuatro pruebas que cada equipo deberá ir superando a lo largo de un mes. Cada prueba consta de dos partes:
- Prueba-enigma: resolver un jeroglífico, hacer una sopa de letras, buscar el lugar donde se puede encontrar la prueba-experiencia, etc. Es necesario descifrar el enigma para poder realizar la prueba-experiencia, porque a través del enigma el grupo descubre en qué consiste dicha prueba.
- Prueba-experiencia: conocer barrios, contactar con grupos, asociaciones e instituciones que trabajan en línea solidaria y comprometida, visitar barrios, frecuentar algunos lugares de confluencia de grupos, etc. La realización de pruebas ha de estar acompañada de la acreditación correspondiente. A cada grupo se le asigna un acompañante, que se convierte en punto de referencia e intenta iluminar al grupo aportando su experiencia personal.
Este «juego de pistas» tiene tres fases:
- Primera fase
En la primera reunión que se tiene con todos los grupos, se realizan dinámicas de presentación y conocimiento de los participantes, y un juego de simulación como motivación y explicación de esta experiencia. Se reparten entre los equipos las pruebas-enigma y se les asigna un acompañante.
- Segunda fase
Durante las restantes semanas se irán desarrollando las pruebas. Para ello, cada grupo se pone de acuerdo con su acompañante y tiene la libertad de realizar su prueba cuando mejor convenga a todo el grupo. Al final de la semana se reúnen todos los grupos para poner en común la experiencia realizada. Es necesario que todos los grupos estén presentes en estas reuniones, ya que el compartir la experiencia realizada enriquece a todos los participantes.
- Tercera fase
Cada grupo hace una exposición creativa de la experiencia Camanlasa por medio de un vídeo, fotografías, documentos, etc., resaltando las implicaciones personales y grupales surgidas como consecuencia de la experiencia vivida.
Con este juego de pistas se intenta que los jóvenes se internen en el mundo social de la ciudad. En las distintas pruebas irán descubriendo los contrastes humanos y sociales, los recursos de la ciudad, los grupos y asociaciones que se implican en la transformación de la realidad, los personajes de altura y bajura, etc.
Las pruebas-experiencias son de este tipo: entrevistar a un mendigo, vivir un día con algún transeúnte, entrevistar a un banquero, visitar un hotel de lujo y pedir presupuestos, comer en el comedor social de la ciudad, compartir una experiencia solidaria con algún grupo implicado en la lucha contra la pobreza, visitar un hogar de deficientes y pasar un día con ellos, etc. Esas pruebas-experiencias han de ser compartidas posteriormente con el gran grupo y presentadas de la forma más clara y documentada posible. El gran grupo hará su valoración y extraerá sus propias consecuencias.