Camino Vivo 200: una experiencia de fe más allá de la catequesis.

1 octubre 2009

Tomás Duran Sánchez y José Vicente Gómez Gómez.
 
“¡Señor, esta mañana… escojo la vida!” Con esa sencilla oración, cada jornada, un poco antes de la salida del sol, empezábamos el camino. El “Camino Vivo 2009: un campamento itinerante”. Unas jornadas para marchar y llegar juntos, para cantar y reír juntos, para pensar y dialogar juntos, para convivir y soñar juntos… para disfrutar unidos de un encuentro con el evangelio de Jesús, de una experiencia familiar de Iglesia y de una propuesta sencilla de Vida nueva. Se trataba en definitiva de una “experiencia viva” de iniciación a la fe.
 
Éramos un grupo de 17 jóvenes (nueve chicas y 8 chicos) de entre 14 y 22 años, con nuestro Obispo a la cabeza y otros sacerdotes y monitores hasta completar una columna de 25 caminantes que, mochila al hombro, hemos recorrido 150 kms en 10 etapas (del 6 al 15 de julio) por pueblos y aldeas del noroeste de Salamanca (zona de los Arribes del Duero y Vitigudino) y de la Sierra, hasta llegar al Santuario de Nª Sra de la Peña de Francia.
 
La mañana la dedicábamos a caminar. Hacer camino juntos día tras día es algo fundamental. Y sufriendo algo, si es necesario. Es la manera de que poco a poco vayan saltando cerrojos y abriéndose puertas de nuestro misterioso corazón que solo el esfuerzo codo con codo posibilita. El rostro sereno del comienzo, que luego se vuelve mas tenso, cansado y sudoroso según avanza la marcha, acaba esbozando una sonrisa abierta al llegar a la meta y da pie a un diálogo más y más fraternal cada jornada.
 
La tarde tenía dos partes.  Estaba ocupada, en primer lugar, por los Talleres: de percusión africana, de naturaleza y medio ambiente, de energía hidroeléctrica, de dramatización y cuenta cuentos, de música sin fronteras, de comercio justo, de solidaridad y compromiso, de historia antigua, y de arte religioso. Tal vez haya sido la parte de la jornada que más haya enganchado a los jóvenes por lo sorprendentemente atrayentes que fueron las propuestas. Y, en segundo lugar, loa tarde estaba ocupada por el tiempo de Iniciación a la oración con catequesis para aprender a mirar y escuchar, o tiempo de Celebración de la fe participando en la Eucaristía que celebramos 3 de los 10 días.
 
La noche la empleamos en distintas “actividades nocturnas” también muy variadas: ginkana, teatro de calle, mesas redondas sobre qué buscan y qué encuentran los jóvenes, fuego de campamento, velada musical con la tuna universitaria, cine forum, representación nocturna de leyendas populares,…  Y todo, nuevamente hemos de reconocerlo, resultó verdaderamente ilusionante para los participantes.
 
El encuentro con el Peregrino de las Sendas
Es admirable comprobar que la primera palabra de Jesús en el 4º evangelio está dirigida a los jóvenes y que ésta sea una pregunta que estremece a aquellos que la escuchan de sus labios: “¿Qué buscáis?” (Jn 1,38). Y mas admirable todavía es comprobar que esa pregunta hoy sigue haciendo temblar el corazón de muchos de ellos cuando se dejan preguntar por el mismo Señor. Y eso es lo que ha querido ser esta experiencia del Camino Vivo 2009 de este verano de la pastoral juvenil y vocacional de la diócesis de Salamanca. Facilitar un encuentro entre Jesús y los chicos y chicas que se animaron a este campamento itinerante, para dejarse interpelar mutuamente. Porque al interrogante de Él está la respuesta de ellos con otra pregunta: “Maestro, ¿dónde vives?” (Jn 1,38).
 
Los jóvenes de hoy y de siempre son eternos buscadores. Buscan la libertad, el amor y la alegría. Y si con alguien desean encontrar lo que de verdad buscan, es con un amigo que comparta a corazón abierto su vida con ellos, que recorra con ellos su misma aventura. Por eso, arrancando de esa experiencia fundante de la búsqueda según el evangelio de san Juan, pasamos a tomar como hilo conductor del día a día del “Camino Vivo” la andadura compartida del relato de Emaús, el relato de la peregrinación más sobrecogedora que conocemos. Y a raíz del Encuentro del primer día, con nuestro cuaderno de ruta titulado “Jesús  en  persona se puso a caminar con ellos”en la mano, empezamos a Marchar, Ad-mirar,Contar, Escuchar, Acoger, Compartir, Anunciar y Darse. Y al terminar la experiencia todos acabamos convencidos de que si la camino había sido un éxito se debía a que realmente Él había andado en medio de nosotros.
 
La vivencia familiar de la Iglesia
Los 25 caminantes, con nuestro Obispo a la cabeza, recorriendo los pueblos y aldeas de esta tierra, soportando el peso y el calor de la mañana, conviviendo con las gentes que nos acogían en cada lugar, compartiendo las tareas de intendencia al “acampar”, participando en los talleres por la tarde, celebrando la fe con la oración y la eucaristía,… ha sido una pequeña parábola de lo que es la Iglesia. Algo fundamental para los jóvenes de hoy que tantas veces manifiestan sus dificultades de fe por causa de la misma Iglesia. Y es que a lo largo de las jornadas del Camino Vivo, los chicos y chicas que han participado, se han encontrado con la sencilla vida eclesial “desde dentro”: al Obispo, como un padre y pastor, pero sobre todo como un amigo que sufre, se cansa, come, juega y canta con ellos; a los sacerdotes y monitores que se dejan preguntar en el camino y en la mesa y están todas las horas del día dispuestos a ayudarles; a las gentes de los pueblos por donde hemos pasado, fieles cristianos laicos, que los han acogido sin reservas en sus hogares para ducharse y reponer fuerzas y como auténticas madres, sin conocerlos, hasta les han lavado la ropa; y a ellos mismos rezando y cantando sin fingimientos y sin haberse percatado hasta ahora de lo fácil que es comunicarse con Dios como con un padre y convivir con los que te rodean como verdaderos hermanos.
 
La propuesta sencilla de Vida nueva
El ritmo diario de camino-convivencia-celebración-alegría, fue creando una “dinámica interna” de confianza y comunicación que acabó haciendo de todo el grupo una piña para todo y dispuestos a todo. Muchos que al principio creían imposible separarse por unos minutos de su móvil, su PC, su TV y su música, descubrían de pronto que llevaban varios días caminando y seguían respirando sin estar enganchados a tantos aparatos. Incluso reconocían que respiraban mejor. Habían descubierto que el aire que de verdad hace vivir es el que va impregnado de solidaridad, desprendimiento, sinceridad, servicio, responsabilidad, disciplina, ¡y austeridad! Porque lavarse la ropa cada día y dormir en el suelo, y a veces no muy limpio, noche tras noche, es algo que abre extraordinariamente las vías respiratorias y ensancha la mirada. Y que todo eso no quitaba la alegría sino todo lo contrario. ¡Porque hay que ver cuánto nos hemos reído juntos…! Y es que además hubo también piscinas fantásticas tres días y hasta un crucero por el río Duero que hace frontera con Portugal.
 
Para resumir. Ha resultado lo que pretendíamos: una “experiencia viva” de Iniciación a la fe. Nos da la impresión de haber adelantado en 10 días más que en varios meses, por no decir todo un curso, de  catequesis, charlas doctrinales y convivencias puntuales. En estos días los chavales y chavalas del Camino Vivo han quedado abocados al fondo de su alma. Se han asomado a las fuentes de su corazón. Han comprobado y vivido (no solo aprendido intelectualmente) cómo se puede ser libres, alegres y encontrar la amistad. Y han asimilado y hecho realidad (no solo como una doctrina que se aprende de memoria) una experiencia de fe sencilla que les posibilita el encuentro con Jesús, como un compañero de camino ligero de equipaje, y con la Iglesia, como un corro de hermanos siempre contentos y siempre dispuestos a servir.  Por eso el deseo de todos era que no se acabase la marcha, que no llegase el día final.  Y en realidad esto no ha hecho nada más que empezar. El Camino Vivo continuará.
 

TOMÁS DURÁN SÁNCHEZ

JOSÉ VICENTE GÓMEZ GÓMEZ

DIÓCESIS DE SALAMANCA