Carta de Cuaresma, para amigos

1 marzo 1997

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Queridos amigos:
El pasado 12 de Febrero comenzó la Cuaresma `97. El mundo cristiano se moviliza. Es un tiem­po especial. Cuando yo era niño se notaba hasta en el ritmo de la vida del pueblo, por ejemplo, se suprimía el baile y ¡todos a pasear! ¡Nada de diversiones! Era la cuaresma por decreto. ¡Menos mal que todo aquello pasó! Ahora la cuaresma es sólo por convicción.
La cuaresma es presentada como tiempo triste. Y es una pena. Es el tiempo de recuperar la ver­dadera libertad. Encima, el texto del evangelio que se proclama el miércoles de ceniza, primer día de la cuaresma, es este: Cuando ayunéis no os pongáis mustios…, perfumaos, poneos guapos…, que no se note(Mt 6,16-18).
Para amigos, sólo para amigos, he intentado resumir algunas ideas sobre la cuaresma. Te llegan como amigo.
Cuaresma significa 40 días para la Pascua, fiesta central de los cristianos. Es, pues, tiempo de preparación para la Pascua del Señor. Conste: Dios no necesita nuestra preparación, ni nuestros ayunos, ni nuestras limosnas, ni nuestras oraciones. No nos preparamos para “aplacar” nosotros a Dios. Nos preparamos para cambiar nosotros y para que nuestro cambio llegue también al veci­no. Es decir, para poner un poco más de luz y de sal y de bondad en el mundo. Eso es lo que le gusta a Dios: el cambio.
Tradicionalmente la preparación típica de la cuaresma ha consistido y consiste en lo siguiente:
 

  • Ayuno

Hay dos fechas de ayuno: el miércoles de ceniza y el viernes santo. Hay unas normas por ahí, pero yo no las sé ni las voy a mirar. El sentido común me dice que ayunar es comer menos, pasar un poco de hambre un día. Así de sencillo. Y ¿por qué? También es sencillo: decido pasar un po­co de hambre para decirme a mí y decir a todos que yo no vivo sólo de pan; quiero recordarme y recordar a los que me vean que hay cosas más importantes que el pan y vivo olvidándolas. Por ejemplo: querer y ser querido; hacer la paz y recibir la paz; repartir algo de lo mío (no sólo algo de lo que me sobra) con otros, o ser solidario, ser humanitario, contribuir a un mundo más ecológico en todo sentido. Ayuno para recordarme que me tengo que alimentar de Dios y alimentar a los her­manos. Y el ayuno me sirve para revisar mi vida poniéndome en la situación del otro.
 
Con ayunos de hambre (huelgas de hambre) nos sacuden hoy en último extremo para sensibili­zarnos ante grandes problemas humanos y sociales… Con el ayuno recordamos causas y aconte­cimientos esenciales. En este caso el acontecimiento de qué alimenta nuestra vida, de qué nos ali­mentamos, dónde está nuestro hermano y Dios.
 

  • Abstinencia

También hay unas normas, tradicionalmente era abstenerse de carne. Pero si compras marisco y pescado, te sale más caro. ¡Se acabó la historia! Abstenerse es recordarse a uno mismo que no podemos vivir queriendo todo, probando todo, satisfaciendo todo. Sin límites, vamos «a la locura». Y necesitamos límites para ser y para que el otro sea. No ponerse límites es atropellamos y atro­pellar al otro. Hay algo más importante que quererlo todo y vivir de puro capricho, de antojos: ser y ayudar al otro e ser.
El ayuno y la abstnencia tienen como meta una reconversión personal al evangelio y a los otros. Lo que nos quitamos en tener lo ganamos en ser y en entrega a los demás. Esto es conversión y evangelio. Y esto tiene sentido, no es sólo normas frías.
 

  • Oración

Es charlar más con Dios, intimar, callar en su presencia para que Él hable. Hay que buscarse ra­tos, tiempos, momentos de oración. Hacer algo especial. También en familia, ¿por qué no? Rezar en las comidas; poner un velón en la casa, apagar la luz, la TV, poner un poco de música, dejar si­lencio, rezar una oración (el padrenuestro o lo que tú te inventes). No se puede ser cristiano sin ora­ción, como no se puede ser esposo o esposa sin comunicarse.
 

  • Biblia

El tiempo de cuaresma es el tiempo de la Biblia. En la comunidad cristiana se ofrecen los mejo­res pasajes de la Biblia para la lectura y meditación. Si hablamos de conversión es conversión al Dios de Jesús. Es decir, es hacer mi proyecto de vida de acuerdo con el Dios de Jesús de Nazaret. Inventarse la propia vida desde la óptica de lo que la biblia dice, de lo que Dios dice. Va creciendo el número de los que leen la biblia en casa en este tiempo o siguen las lecturas que se proponen para la eucaristía. Es bien sencillo. Se puede combinar con la oración que antes decía.
 

  • Limosna

Es una de las prácticas cuaresmales más antiguas. Tiene sentido si nace del corazón, si es sig­no de conversión interior.
No es limosna dar lo que sobra. Es limosna dar de lo que tenemos, decidimos a tener menos para que el otro tenga lo necesario. Es una decisión interior de reconocer al otro como hermano y ayudarle.
 
Para favorecer todo esto, las parroquias y colectivos cristianos suelen organizar retiros, con­ferencias cuaresmales, celebraciones penitenciales, celebraciones especiales del Triduo Pascual, etc. Tienes para todos los gustos. Son cosas que te pueden ayudar.
 
Merece la pena movilizarse y hacer algo. Y que lo vean los hijos. Es importante esto. Lo re­cordarán siempre. Es semilla de futuro. Es tiempo de «cristianizamos un poco», tiempo de «recor­dar nuestro bautismo». Merece la pena. Da alegría recobrar lo esencial. Nada más. Me gustaría que esta carta te lanzara a la creatividad y a inventar una manera seria de vivir la Cuaresma ´97.
Con mucho cariño, un abrazo.
Álvaro Ginel
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