Claves para una pastoral del noviazgo

1 julio 2010

Antonio Ríos es médico psicoterapeuta, director del Centro FAYPA de Orientación y Terapia de la Familia y Pareja en Alicante
 
SÍNTESIS DEL ARTÍCULO
La etapa del Noviazgo tiene como objetivos: conocerse, comprenderse, ser sinceros, tener buena comunicación, afianzar el amor, fidelidad,  desarrollar la habilidad del perdón. El autor se fija en aquellas habilidades (individuales y de pareja) que favorecen la vida común. También plantea algunas herramientas a desarrollar desde la etapa del noviazgo. Se pregunta qué aporta la fe a la vivencia del noviazgo. La Presencia del Dios de Jesús no resta sino que es un plus: consolida, pacifica, nutre, impulsa.
 

“El amor es una de las más intensas

y deseables de las emociones humanas.

Las personas pueden mentir,

engañar y aún matar en su nombre

y desear la muerte cuando lo pierden.

(Sternberg, R. 1.999)

Introducción
El término noviazgo hace referencia a una relación transitoria entre dos personas la cual les brinda la oportunidad de conocerse más afondo para decidir en un determinado momento pasar o no a la siguiente fase de matrimonio o vida en común. El noviazgo es por tanto una etapa transitoria. Se trata de un periodo durante el cual dos personas mantienen una relación amorosa con el objetivo de avanzar en el conocimiento mutuo. Si el noviazgo resulta satisfactorio para ambos, la pareja terminará casándose o viviendo juntos, y en el caso contrario, ambas personas se separarán y cada una seguirá su camino.
Al ser el noviazgo una etapa, lo entendemos como un periodo que tiene un comienzo y un final y que está encaminado a tomar una decisión: si continuar con la persona con la que mantienes la relación de noviazgo o si por el contrario es mejor dejarla. Con ello estoy indicando que la etapa de noviazgo se agota en sí misma, no puede perdurar en el tiempo, no existe el estado de novios, por lo que será muy importante en el proceso de acompañamiento a una pareja de novios, el ayudarles a que vayan descubriendo si la persona con la que mantienen la relación de noviazgo es con la que se vislumbran haciendo un proyecto de vida o no, y ayudarles a tomar decisiones.
Los noviazgos no tienen una duración pautada de antemano ni se mantienen durante el mismo tiempo en distintos casos. No existe una garantía de que a mayor duración más seguridad de éxito en el matrimonio o en la vida común. Hay noviazgos efímeros que concluyen en matrimonio o en vida común,  mientras que otros se extienden durante muchos años y no logran llegar a éste estado.
Durante el noviazgo se da el fenómeno humano del enamoramiento, por el cual una persona pasa a ser significativa de un modo cada vez más exclusivo y con mayor primacía para la persona que lo/a ama. Dicho proceso de enamoramiento conlleva, a su vez, un proceso de idealización de la persona amada, por el cual se percibe a ésta de un modo distorsionado, incompleto o parcial, que en determinadas ocasiones lleva a forjarse una imagen no real de la persona que amamos o decimos que nos ama. Uno de los objetivos de la etapa de noviazgo constituirá el proceso de des-idealización de la persona amada para ir descubriéndolo/a desde sus cualidades, capacidades y destrezas amorosas que se concretan en una serie de conductas amorosas que pueden presagiar una vida en común lo más gratificante y ajustada a la realidad, con la que hemos de contar siempre.
El término pareja, en el ámbito de las relaciones humanas, suele ser asociado a la relación sentimental que existe entre dos personas. El noviazgo o el matrimonio suponen la existencia de una pareja. Cabe destacar que la pareja hace referencia al vínculo amoroso que se establece entre dos personas y que sustenta y da sentido a la relación de pareja, y no tanto al estatus jurídico de la relación.
El término matrimonio proviene del latín matrimonĭum. Se trata de la unión de un hombre y una mujer que se concreta a través de determinados ritos religiosos o a través de trámites legales. El lazo matrimonial es reconocido a nivel social, tanto a partir de normas jurídicas como por las costumbres. Es posible distinguir, al menos en el mundo occidental, entre dos grandes tipos de matrimonio: el matrimonio civil (que se concreta frente a una autoridad estatal competente) y el matrimonio religioso (que legitima la unión de los miembros de la pareja ante los ojos de Dios y de la comunidad creyente que les acompaña).
Para abordar el tema que nos ocupa, presuponemos la existencia de una vinculación amorosa lo suficientemente consistente como para sentirse unido/a a otra persona, con el/la que se va planteando la posibilidad de una futura vida común. En este contexto se plantean los objetivos, habilidades y herramientas que paso a continuación a comentar.
 
Objetivos a conseguir en la etapa de Noviazgo
El periodo de noviazgo tiene como finalidad  el poder ir discerniendo acerca de la posibilidad de un futuro común con la persona amada, bien sea como matrimonio o bien como vida en común. Para poder llevar a cabo este discernimiento puede ser útil el tener como marco de referencia una serie de pasos u objetivos a desarrollar para poder fomentar una relación sana y perdurable.
 
1.- Conocerse y aceptarse mutuamente
Es importante que una pareja vaya dándose a conocer progresiva y mutuamente al mismo que tiempo que van creciendo en la aceptación personal y del otro/a miembro de la pareja. Han de ir descubriendo sus gustos, preferencias, pensamientos, sentimientos y emociones, respecto a ellos y la vida en general.  Conocer los diferentes estados de ánimo, rasgos de personalidad, los criterios de vida, el estilo de vida personal, descubrir capacidades necesarias para la vida común que predispondrán a una experiencia futura más feliz, darán una visión más completa de cada miembro de la pareja de novios. Para este conocimiento y aceptación es necesario perder los miedos y arriesgarse a ser conocido/a desde la verdad y lo real. También será importante conocer a la familia de origen del futuro compañero/a de la vida, ya que muchos de los patrones de conducta y estilos de vida son aprendidos desde el modelo educacional de cada familia de origen. Este conocimiento mutuo demanda tiempo. Es imposible conocer a una persona si no se pasa tiempo con ella o él.
2.- Comprenderse mutuamente
Hay que conocer la manera de pensar y de actuar del otro miembro de la pareja, estudiar sus reacciones, su razonamiento, sus puntos de vista y tratar de comprenderlo/a, sin que por esto tengamos que justificar lo injustificable. Es importante tener paciencia, amor, prudencia, control de la impulsividad y tratar de ponernos en el lugar del otro para comprender de una mejor manera lo que nos está queriendo transmitir, es decir, ser empáticos, aunque esto no conlleva el que yo cambie o modifique mis criterios o puntos de vista en aras de evitar un conflicto.
 
3.- Sinceridad y apertura
En una relación de noviazgo es muy importante que los dos miembros de la pareja se vayan manifestando desde la verdad y la sinceridad. En un principio se tiende a ser prudente a la hora de opinar, de decir los gustos, de rebatir opiniones, de exponer sus criterios, etc… pero es de gran importancia que se vayan quitando los miedos a manifestarse tal cual es cada uno, sin aparentar, para que el vínculo amoroso se vaya afianzando sobre lo real y no sobre lo ideal o lo incompleto o no certero.
Es necesario ser honestos, sinceros, abiertos y transparentes. Si pretendemos ser lo que no somos, nos estamos engañando a nosotros mismos y a la pareja, esto va a influir negativamente en un posible futuro común. El hecho de ser abiertos y sinceros es uno de los grandes secretos para garantizar un futuro común feliz.
 
4.- Buena comunicación
Es una de las grandes herramientas y objetivos a desarrollar durante el noviazgo, ya que la comunicación interpersonal es necesaria para poder vivir con otro ser humano bajo el mismo techo. Capacidad de escucha activa y capacidad de verbalizar son objetivos prioritarios a desarrollar durante el noviazgo. Durante el noviazgo se tiende a pasar largas horas de charla con la persona amada, no obstante, es importante que esta comunicación vaya profundizando y no se quede en planos superficiales. Esta habilidad la desarrollaré un poco más extensamente más adelante cuando hable de las herramientas a utilizar en el noviazgo.
 
5.- Ir afianzando el Amor
No basta con el amor para la vida común, hay que aprender a amarse día a día y para esto hacen falta destrezas y habilidades. El amor es lo indispensable, pero no lo suficiente. No basta con amar. Hay que optar por amar al otro/a de un modo claro y explícito, sin tener que “intuir” o “saber” que me ama. Hay que sentirlo y percibirlo.
 
6.- Fidelidad
Es una consecuencia de la dinámica de exclusividad y primacía que se da en el modelo de pareja más extendido en el mundo occidental. La fidelidad no es una atadura, sino una consecuencia de la vinculación amorosa que hace que el/la otro/a sea exclusivo/a y ocupe un lugar de primacía para mí.
 
7.- Desarrollar la habilidad del perdón
La relación de pareja no es una relación entre dos personas perfectas. De ahí que ambos miembros de la pareja tengan limitaciones e imperfecciones. Una de los grandes objetivos que han de desarrollar y conseguir durante esta etapa es la capacidad de perdón hacía los límites y errores de la pareja.  No obstante, cuando se otorga perdón hay que esperar que se enmiende y se corrija la conducta objeto del perdón.
Tipos de Noviazgo
Existen varias clasificaciones de los tipos de noviazgo, pero para ser concretos y sintéticos voy a dividir los tipos de noviazgo básicamente en dos tipos: Constructivo y Destructivo.

  • Constructivo: Es aquella experiencia de noviazgo que lleva a crecer como persona, a aprender a relacionarse mejor con los demás, que ayuda a conocerse, aceptarse, comprenderse, y sentirse amado/a con respeto y dignidad.
  • Destructivo: Es el noviazgo que te empobrece como ser humano, que te lleva a hacer cosas con las que no estás de acuerdo, o que implica un estilo de vida que no es acorde a lo que tú quieres o deseas. Suele ser el noviazgo en el que se presenta la violencia, tanto física como verbal, los descalificativos, el desprecio,  es el que te hace sentir menos, es el que te quita dignidad como ser humano.

Hay límites al amor y no todo sentimiento amoroso es sano. Walter Riso, en su libro “Los límites del amor” expone de una manera clara los límites de un amor sano que puede convertirse en un amor enfermizo. “El límite lo define tu integridad, tu dignidad y tu felicidad” (Riso, W. 2006).
Hay tres situaciones, según Riso,  en las que se tendría que plantear la validez de una relación amorosa: “Cuando no te quieren, cuando tu realización personal se ve obstaculizada por la otra persona y cuando relacionarte con la otra persona vulnera tus principios” (Riso, W. 2006).
Es importante dejarnos un trocito de cerebro racional durante el enamoramiento para poder ver con la mínima claridad cuando nos aman de una manera sana o cuando amar o ser amados se convierte en una transacción con un alto precio. En este último caso, lo
mejor y más valiente es hacer la maleta y marcharte cuanto antes de estar junto a la persona que no te quiere con un amor sano que te haga crecer, desarrollarte, amar más a los demás y ser fiel a lo que tú consideras muy importante en tu vida.
“La inclinación ciega hacia un amante suele estar impregnada de urgencia, nos impide reconocer a la otra persona en toda su dimensión, nos impulsa a desatender sus defectos, produce obcecación y no permite distinguir las señales que preludian una desavenencia inevitable” (Vallejo-Nájera, A. 2001).
El amor no puede ser ciego, aunque hemos de contar con que el enamoramiento nos coloca unas gafas delante de nuestras narices que nos hace ver y creer la realidad de un “color” que no es el único con el que se da la realidad. Éste es un riesgo que toda pareja de novios corre, de ahí la gran importancia de mostrarse tal cual son cada uno, incluso asumiendo el riesgo de que “no te guste y dejes de quererme”. Es mejor y más saludable que la relación se noviazgo se vaya afianzando sobre lo real de cada uno de los miembros de la pareja,  a que se construya sobre terreno movedizo y no seguro.
 
Habilidades individuales que favorecen la vida común
Son habilidades personales que predisponen a una vida común sana y gratificante y que se pueden tener o se pueden ir adquiriendo en el proceso de crecimiento de la relación de pareja durante el noviazgo. No es necesario que se tengan todas las habilidades o se disponga de todas las destrezas para optar por el matrimonio o la vida común, pero sí es necesario que se esté dispuesto/a trabajarlos en la medida de sus posibilidades y de las necesidades de la relación de pareja.
 
1.- Búsqueda de una propia identidad estable: Implica un mínimo conocimiento de sí mismo y de las cualidades y limitaciones personales. Con una capacidad de aceptación suficiente que le lleve a ir progresivamente armonizando su existencia.
 
2.- Control de las pulsiones instintuales: Hace referencia a la capacidad de control sobre lo instintivo, lo básico de nuestras reacciones. Implica capacidad de control sobre lo impulsivo de nuestra conducta.
 
3.- Tener y conservar una buena estima de sí: Es una de las grandes habilidades a desarrollar por parte de todos los seres humanos para poder adquirir un grado mínimo de satisfacción y gratificación en nuestra existencia. Implica la capacidad de reconocimiento de las cualidades y permitirse el derecho a sentir bien con quien somos y lo que logramos. Se trata de la capacidad para amarnos y respetarnos a nosotros mismos.
 
4.- Capacidad de controlar la reacción a las frustraciones: Es una cualidad necesaria para la vida común, ya que la existencia humana está surcada de frustraciones y de objetivos que no podemos alcanzar o que tenemos que aplazar, y no por eso hemos de sentirnos desdichados o inferiores.
 
5.- Capacidad de resistir a la gratificación inmediata: Es un rasgo de maduración personal el hecho de ser capaces de aplazar, dirimir o renunciar en determinados momentos a un deseo, un placer o un plan personal, por otro deseo, plan o placer de otro/a o de otros/as y sobre todo cuando se vive en pareja o se tiene hijos.
 
6.- Capacidad de proyectar planes alternativos: Como rasgo de creatividad ante los imprevistos de la vida, y sobre todo cuando se tienen hijos. Indica flexibilidad y capacidad de adaptación, las cuales son habilidades que fomentan de manera saludable la vida común.
 
7.- Capacidad de mantener la distancia óptima deseada en  las relaciones interpersonales: Indica un desarrollo mínimo de la autonomía y la independencia necesarias para mantener unas relaciones sociales e interpersonales saludables,  sin que se conviertan en elementos amenazadores a la vida de pareja.
 
8.- Formación de un cuadro de valores propio: Necesario para poder saber si los objetivos vitales de cada miembro de la pareja son compatibles y/o complementarios, de cara a poder vislumbrar un futuro proyecto de vida compartido.
 
 
Habilidades de relación de la pareja que favorecen la vida común
Se trata de habilidades que se han de ir desarrollando durante el noviazgo y los primeros años de la vida común. Es por esto que no son habilidades que se han de tener de un modo preciso e indispensable,  para poder pensar y decidir una vida común. Pero sí se han de tener en cuenta como parte de un proceso que favorece el proyecto de vida común.
 
1.- La formación de la identidad de pareja: Hace referencia a ir creando un estilo de relación de pareja en la que ambos miembros estén satisfechos y no suponga para uno de ellos una renuncia importante en su vida.
 
2.- Diferenciación y desapego de la familia de origen: Proceso necesario para ir consolidando el espacio, tiempo y estilo de relación de pareja. Favorecerá la creación del “nosotros” como modelo diferenciado de relación respecto a los progenitores.
 
3.- Redefinición de las relaciones con los progenitores, con los amigos y con la red social propia de cada miembro de la pareja: Implica situar la relación de pareja en el lugar que ambos deseen y desde este lugar resituar las relaciones sociales y con las respectivas familias de origen.
 
4.- Voluntad de asumir roles diversos en la vida de pareja y familia respecto a los roles vividos y aprendidos en su familia de origen: Se trata de estar dispuestos a asumir patrones de conducta diferentes a los que han vivido en sus padres y hermanos, creando un estilo de relación nueva y dependiente de los criterios y necesidades de la pareja creada.
 
5.- Disponibilidad a dejarse modelar por el compañero/a, aceptando su influjo sobre la propia vida:Indica la disposición a aceptar que la convivencia con otra persona implica un modelaje mutuo.
 
6.- Tolerancia de los diversos modos de pensar y actuar: Viendo la compatibilidad y adaptabilidad de un modo progresivo.
 
7.- Capacidad de diferir (o renunciar) a un placer personal por el placer del compañero/a, o bien por un deber personal o de pareja: Es una de las manifestaciones más importantes de la intensidad del vínculo amoroso.
 
8.- Capacidad de desarrollar intimidad: Capacidad de compartirse y de que compartan contigo. Saber abrir el corazón y mostrar su yo más profundo de un modo progresivo, sin miedos y sin prejuicios. “Cuando percibo tu aceptación total, entonces y sólo entonces puedo mostrarte mi yo más amoroso, mi yo más creativo, mi yo más vulnerable. (Rogers C., 1.990)
 
“La intimidad es algo que se da cuando, en una relación de dos, a ambos les están pasando estas tres cosas: nos queremos, confiamos en el otro y nos sentimos atraídos. A partir de aquí el resto lo podemos construir” (Bucay, J. 2001)
 
Conductas y actitudes incompatibles con el amor sano y saludable. Para ir discerniendo
“Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti. Cuando alguien te quiere, sus acciones dejan ver claramente cuánto le importas” (Bucay, J. 2001).
 
Paso a hacer un elenco de actitudes o conductas que son incompatibles con un amor sano y verdadero. Existen muchos modos de amar y no todos son sanos o provocan bienestar en la persona amada. En la etapa de noviazgo es muy importante que se puedan ir descubriendo actitudes o patrones de conducta que pueden llevar a una experiencia de infelicidad en un futuro.
No se trata de abandonar la relación cuando descubrimos estas actitudes insanas o inmaduras. Tenemos derecho a darnos oportunidades de crecimiento y de maduración acordes a las posibilidades de cada uno/a. Pero, en el caso de que no se madure y no se llegue  controlar estas actitudes, es mejor, y más sano pensar en poner un interrogante al futuro de la relación. ¿El problema? Que el enamoramiento nos pone las “gafas del color” que nos gustaría ver la realidad, nos convencemos que es así y nos equivocamos, creyendo que con el tiempo todo cambiará y mejorará.
 
Algunas actitudes NO SALUDABLES A DETECTAR:
 
1.- No te merece quien te hace sufrir frecuentemente y de un modo repetido.
 
2.- No te merece quien te humilla, te lastima o te desprecia. Eso no es amor sano.
 
3.- No te merece quien no te atiende, no te escucha, no da valor a tus opiniones o propuestas.
 
4.- No te merece quien no te ayuda a crecer, quien no tiene en cuenta tus deseos y proyectos.
 
5.- No te merece quien no te otorga el espacio de libertad suficiente para ser tú.
 
6.- No eres posesión de nadie. Solamente tuyo/a. Los demás pueden gozar de ti, pero no por ello pasas a ser posesión de nadie.
 
7.- No te ama quien no te cuida y no se preocupa de ti.
 
8.- No te ama con amor sano quien te manipula y deposita toda la responsabilidad de la infelicidad de la pareja en ti.
 
9.- Si alguien te hiere reiteradamente “sin mala intención”, puede que te merezca pero no te conviene. Hay que ser valientes, decididos y no consentir que destruya la  dignidad personal.
 
10.- No te merecen como pareja si no te aman, no te respetan o te subestiman.
“El amor saludable no es un amor completo y definido de una vez para todas, más bien se trata de una orientación que nos permite reinventarnos junto a la persona amada. Es una exquisita mezcla de razón y emoción al servicio de una vida de pareja apacible” (Riso, W. 2008)
Herramientas a desarrollar desde la etapa del noviazgo para una vida de pareja feliz y saludable
Se trata de herramientas en forma de habilidades que favorecen el crecimiento en la pareja, el conocimiento y la aceptación mutua, que van descubriendo las capacidades de cada uno/a y las limitaciones personales de cara a la convivencia común. Estas herramientas sin la vinculación amorosa necesaria, sana y en proceso de maduración no tienen mucho sentido. Un pareja de novios que no mantenga una vinculación amorosa saludable no verá necesario utilizar ni profundizar en el manejo de estas herramientas.
Parece que hablar de estas herramientas, desmitifica la importancia del amor y de la espontaneidad y naturalidad que todos anhelamos en las relaciones de pareja. Pero la realidad se impone y la experiencia nos dice que no basta con el amor, sino que hay que aprender a amar y a amarse. Que una cosa es enamorarse y otra bien distinta es convivir con la persona enamorada, y que para esto último son necesarias destrezas y habilidades que hagan lo más fácil y gratificante la convivencia. Enumero alguna de estas herramientas que, creo pueden ser de gran utilidad para la pareja y para aquellos que acompañen procesos de crecimiento en pareja en la etapa de noviazgo e incluso durante los primeros años de la vida común o de matrimonio.
 
1.- Conseguir una buena habilidad en comunicación interpersonal.
Desarrollando capacidades para la comunicación verbal, no verbal y física. Es necesario que una pareja sea capaz de comunicar verbalmente lo que siente, necesita, quiere, espera, anhela, desea, sufre, ilusiona y preocupa. Hay que saber comunicar en lo que está de acuerdo y en lo que no, los puntos de vista, los criterios, los proyectos… Y para esto es necesario que exista un interlocutor/a activo/a implicado/a en la escucha activa. La comunicación no verbal incluye la mirada, la expresión facial, la sonrisa, los gestos, la postura, la distancia, la apariencia personal, las actitudes y los comportamientos que concretan un mensaje hacia el otro/a. La comunicación física implica la capacidad de expresión física del amor en todos sus aspectos. Los tres tipos de comunicación tienen que mantener una coherencia entre ellos, de tal forma que lo que comunicamos verbalmente se corresponda con los mensajes no verbales y los físicos.
 
2.- Habilidades para negociar.
Es importante que una pareja desarrolle un modelo eficaz de negociación, en la que ambos estén dispuestos a ceder de un modo claro y sin manipulaciones. En la vida de una pareja es muy frecuente la negociación como herramienta para la convivencia. La intransigencia, la no flexibilidad y el posicionamiento rígidos no conducen a una vida común gratificante. La capacidad de ceder y en ocasiones de renunciar serán dos actitudes básicas para una buena negociación.
 
3.- Buen modelo de solución de conflictos.
Al igual que la anterior, ésta es una herramienta muy útil a la hora de convivir y de crear un proyecto de vida, de pareja y de familia. Donde intervienen los humanos es frecuente la aparición de conflictos. Es por esto que es importante el que una pareja en etapa de noviazgo aprenda progresivamente a hablar de sus dificultades, a analizarlas, a buscar alternativas de solución y la puesta en funcionamiento de alguna alternativa que crean más acertada. Siendo capaces de evaluar posteriormente los resultados.
 
4.- Capacidad de ir desarrollando un proyecto común de pareja compatible con el proyecto personal.
Esto pone en funcionamiento la capacidad de interacción, de contar con el otro/a, de introducir en mis horarios, planes, proyectos,…. al otro/a, dejándome modelar e influir por su presencia en mi vida. Deja entrever la capacidad de cada miembro de la pareja para aplazar, renunciar, ceder, dirimir,….a algo personal por un proyecto común, y al mismo tiempo la capacidad para respetar la autonomía e independencia personales.
 
5.- Cuidar la relación de pareja, dejando espacios y tiempos para la misma.
Y esto hacerlo compatible con las tareas profesionales, red social, red de familia de origen, hobbies, etc… Aprender a cuidar la relación de pareja es una de las herramientas que más van a favorecer el éxito de una futura vida común. Buscando momentos para la diversión, poniendo novedad en la relación, compartiendo hobbies o ilusiones comunes.
Aprender a darse sorpresas que estimulen el vínculo amoroso. Aprender a encontrar momentos para la diversión de los dos solos.
 
 6.- Aprender a construir y no a destruir.
Implica el desarrollo de capacidades diversas que favorecen el mantenimiento de la relación tales como la capacidad para reconocer méritos y logros de cada uno/a; mostrar interés por el otro/a y por lo que hace, consigue, vive… No comparar y no compararse, sin utilizar términos absolutos en la comunicación que impidan el buen entendimiento como por ejemplo: nunca, nada, jamás, todo, siempre…No utilizar expresiones despectivas o humillantes.
 
7.- Fomentar la complicidad y la empatía.
La empatía es la capacidad de percibir la realidad como la percibe el interlocutor. La habilidad de experimentar emociones ajenas como si fuesen propias es la base de la empatía. Intentar ponerse en el lugar del otro/a, intentar ver la realidad desde el prisma que la ve el otro/a hace que una persona sea empática. Es una de las grandes habilidades para las relaciones interpersonales. El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro/a o sentir lo mismo que el otro/a. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro, sino que, manteniendo las propias, ser capaz de comprender las de los demás.
 
8.- Desarrollar la Estima Mutua (valoración positiva y confianza recíproca)
Implica la capacidad para valorar lo positivo del otro/a, haciendo hincapié en valorar positivamente lo vivido y creado juntos, lo que el/la otro/a le aporta a tu vida. Capacidad para seguir admirando al otro miembro de la pareja, descubriendo en él/ella lo que le hace significativo para cada uno.
 
9.- Vivir la intimidad.
Se trata de permitir que el/la  otro/a entre en mi vida. La relación íntima permite, como ninguna, el ejercicio absoluto de la autenticidad. La intimidad es un espacio vulnerable por definición y por lo tanto inevitable con riesgo. Con el corazón abierto, el daño que me puede hacer aquel con quien intimo es mucho mayor que en cualquier otro tipo de vínculo. Por eso, la intimidad es una relación que no se da rápidamente, sino que se construye en un proceso permanente de desarrollo y transformación. En este proceso, despacito, vamos encontrando el deseo de abrirnos, vamos corriendo uno por uno todos
los riesgos de la entrega y de la autenticidad, vamos desvelando nuestro misterios a medida que conquistamos más espacios de aceptación y apertura.
 

“Intimar es darle al otro las herramientas y la llave para que pueda hacerme daño teniendo la certeza de que no lo va hacer(Bucay, J. 2001)

 

 Noviazgo en clave de fe
Vivir el noviazgo en clave de fe no resta nada a lo anteriormente expuesto. Todo lo comentado más arriba entra dentro de la vivencia de un noviazgo donde los miembros de la pareja son creyentes. Nada humano escapa a lo cristiano, todo lo humano queda englobado dentro del plan de salvación de Dios y todo se convierte en presencia de Dios cuando somos capaces de vivirlo, sentirlo y entenderlo así. ¿Qué aporta la fe y en concreto la fe en Jesús de Nazaret a la vivencia del noviazgo? Pues lo que aporta es un plus, una vivencia que convierte paradójicamente la relación de pareja en una RELACIÓN  A  TRES, sin que el tercero menoscabe, amenace, deteriore, destruya,…el vínculo amoroso de los otros dos. No es un “amante” que compita, amenace, segregue, aparte, destruya….sino que es un Tercero que une, consolida, pacifica, nutre, impulsa.
La presencia del Dios de Jesús de Nazaret en la vida de los novios es un plus, nunca una resta o una división. La presencia del Dios revelado en Jesús de Nazaret les proporciona a los novios la ventaja de contar con la fuerza del Espíritu para poder crecer, superar, reconducir, perdonar, comprender, soportar, limitar, aceptar, gozar, sentir, lo que tal vez, humanamente no sería posible. De tal modo que el vínculo amoroso que los novios van madurando a través de todas las vicisitudes, dificultades, procesos, etc… utilizando todas las herramientas y todos los resortes que están a su alcance,  se convierte en signo de la presencia de Dios entre ellos.
El vínculo amoroso se convierte de este modo en sacramento, signo de la presencia de Dios entre los novios y entre los que les rodean. El amor, el vínculo amoroso, la conexión emocional expresada como relación amorosa entre dos personas, vivida en clave de fe, se convierte para ellos y para todos los que le contemplamos en signo del amor que Dios nos tiene. Ellos, los novios y posteriormente los esposos, se convierten en signos visibles del Dios de Jesús de Nazaret, el Dios que nos ama. Y esto, solamente se puede entender y lo pueden entender aquellos/as que viven en clave de fe.
Acompañar a una pareja durante su noviazgo, es decir, ejercer una pastoral de acompañamiento durante el noviazgo, conlleva fomentar todas las actitudes escritas más arriba, intentar ir consiguiendo los objetivos que nos hemos ido trazando, aprender a poner en funcionamiento y a utilizar las herramientas que están al alcance de cada uno/a con el fin de ir nutriendo, hacer crecer y madurar el vínculo amoroso que un día se estableció entre los miembros de la pareja de novios; y al mismo tiempo, simultáneamente, ir descubriendo cómo entre todo este entresijo de vivencias está Dios, allí, encarnado entre los amantes, apoyándoles, animándoles, consolándoles, indicándoles en muchos momentos el camino, ayudándoles a discernir sobre su vida y su futuro.
No hay que empeñarse en que una pareja de novios tienen que seguir juntos. Ese no es el objetivo del acompañamiento pastoral del noviazgo, sino sobre todo, que descubran si ambos están llamados a una vida común lo más feliz y plena posible, sabiendo que esto no se puede saber con anticipación, pero sí se puede ir vislumbrando contando con las cualidades y destrezas personales y de la pareja que la pueden hacer posible.
Dios nos quiere felices, y éste ha de ser nuestro empeño. Empeñarnos en no ser felices no es compatible con el plan de salvación que Dios tiene sobre los humanos y que nos ha revelado en Jesús de Nazaret. Éste ha de ser el objetivo de la pastoral del noviazgo: ir descubriendo y madurando el plan de salvación que Dios tiene sobre cada persona e intentar constatar y comprobar que ese plan está ligado o va unido a una relación con otro ser humano que hace que mi persona y mi vida adquiera una calidad que no tendría de otro modo.
En esto les va la felicidad a los novios. Y esto ha de ser el motivo y contenido de la oración de los novios, el motivo y contenido de la celebración gozosa de que Dios en Jesús de Nazaret se hace pan y vino que alimenta su caminar como novios, y les da la fuerza para seguir creciendo, madurando y consolidando el vínculo amoroso que da sentido a la vida. Que ellos, los novios, descubran si pueden hacerse felices de un modo sano, gratificante y lo más pleno posible, es el objetivo de una pastoral del noviazgo. La metodología para ir descubriéndolo, discerniéndolo y tomando opciones dependerá de los recursos que estén a su alcance.

Antonio Ríos Sarrió