Claves para vivir con sentido y solidaridad

1 julio 1998

Cada persona ha de recorrer el camino de su propia vida. Esa tarea no la puede delegar en nadie, pero muchos le pueden ayudar a descubrir las claves fundamentales de ese proceso interior. Ofrecemos aquí algunas de ellas en una serie de textos que nos pueden ayudar a darnos cuenta de lo que nos pasa, descubrir las causas que nos motivan y afianzar los sueños que nos ilusionan. O sea, unos textos para guiarnos en la vida de modo que nos ayuden a vivir con sentido, caminar con esperanza y avanzar con ilusión en todo tiempo y lugar.
 
El aprendizaje de la vida va por un camino que ha de recomer cada uno. Este canino pa­rece perderse de vista a veces, sobre toda la encrucijada de la adolescencia y en los cru­ces de otras etapas. Es entonces cuando más pacientes debemos ser. Sólo así podremos tender que a veces tenemos que perdemos para encontramos, tantear en las sombras pa­ra descubrir por fin la luz, buscar e indagar en la noche para gozar con el sol de amanecida… Y todo ello aún a riesgo de perdernos definiti­vamente. Sólo eso nos conducirá a la meta de ser personas. En esa tarea puede servir de gran ayuda la experiencia de otras personas
para llegar a descubrir el sentido de las propias experiencias y retomar el camino.
 
Los documentos que aquí presentamos ofre­cen grandes pautas que pueden guiamos para descubrir el propio rostro en el de los demás, comprometernos y llenar el corazón de amor. Siguiendo las claves que en ellos se dan, po­dremos ejercitarnos como personas y realizar aquella gimnasia interior que nos permite estar en forma: encontrarnos como personas, des­cubrir al Otro en los otros… y actuar.
Son textos tanto para educadores como pa­ra jóvenes. Servirán tanto para revisar la propia vida como para ofrecer un camino a los demás.
 
Por eso mismo pueden ser textos especial­mente válidos para los adolescentes y jóvenes. Después de un tiempo de tanteo -alguien lo puede llamar también tonteo, pero sólo des­pués
de haberlo pasado-, las luces de la sere­nidad vienen a aclarar muchas cosas. Las pro­puestas aquí sugeridas pueden ayudar a dar sentido y canalizar las experiencias por ellos vi­vidas. Así se convertirán en la base adecuada para educar en la experiencia.
 
Estos textos -como los que aportarnos en otra ocasión - son espejos en que mirarse, indicadores y señales para recorrer el camino de la vida y descubrir el proceso interior. No llevan pautas de trabajo. Cada persona ha de establecer un diálogo interior para descubrir donde es­tá, dónde quiere ir y cómo ha de hacerlo. Cada grupo puede dialogar sobre cada señal y com­partir cómo ha sido y cómo es ese recorrido per­sonal y colectivo que es nuestra vida.
Estas claves y pautas hay que traducirlas en actitudes y especificarlas en acciones concre­tas que ayuden a crecer en sensibilidad y a comprometemos con acciones transformado­ras ante situaciones cada vez más acuciantes para mayor número de personas, cercanas o lejanas a nosotros. Todo ello exige un proceso lento, alimentado por concreciones específi­cas de cada punto. Así llegaremos a adquirir cada vez mayor sentido personal y traducirlo en acciones de solidaridad.

  1. LIBERARSE PARA CAMINAR

 
Ofrecemos en primer lugar este decálogo para acondicionar el corazón y actuar desde dentro. Incluye grandes pautas para iniciar el camino interior y aporta algunas claves para el caminante que va en busca de su propio yo. Por eso se recalca inicialmente lo que se ha de evitar, lo que no tenemos que hacer. Es el primer desbroce o purificación que nos ayudará a liberamos para caminar. Con­cretar los aspectos de los que tenemos que liberamos nos ayudará a descubrir la vida que hemos de vivir y nos facilitará seguir el camino que hemos de recorrer. Todo ello exige un proceso lento, ali­mentado por concreciones específicas de cada punto. Así llegaremos a ser eficaces de verdad.
Condiciones para la paz del corazón
 
Si no busco el poder,
ningún poderoso podrá hacerme daño.
 
Si no ambiciono riquezas,
jamás me sentiré amenazado por la miseria.
 
Si no corro tras lo honores,
convertiré toda humillación en humildad.
 
Si no me comparo con nadie,
seré feliz con lo bueno que hay en mí mismo.
 
Si no me dejo invadir por la prisa,
encontraré tiempo para todo lo necesario
 
Si no soy esclavo de la eficacia,
daré el fruto que los demás esperan de mí.
 
Si no me enredo en la competitividad
estaré en comunión con lo bueno que hay en todo.
 
Si vivo a fondo el momento presente,
seré dueño absoluto del pasado y del futuro.
 
Si acepto el fracaso de mi vida,
habré librado mi vida de toda frustración.
 
Si vivo para el amor,
el amor estará siempre vivo en mí.
 

TOMAR CONCIENCIA

Ante las situaciones difíciles pueden hacerse dos cosas: o quejarse, en espera absurda de que la situación mejore por arte de magia, o poner manos a la obra de forma razonada, prudente y ordenada, pero firme y eficaz. Sabiéndolo, cada uno puede elegir. En todo caso estos puntos, ela­borados a partir de Mateo Andrés, nos ayudarán a tener clara conciencia de la realidad.
No te quejes
No te quejes, pues cuando te quejas
esperas neciamente que otros hagan
la tarea que tiene que ser hecha,
pero tú no aportas el más mínimo esfuerzo.
 
No te quejes, pues cuando te quejas
esperas absurdamente recoger el fruto
allí donde no has sembrado.
 
No te quejes, pues cuando te quejas
te conviertes habitualmente en un parásito
que paralizas también a los demás.
 
No te quejes, pues cuando te quejas
envenenas el ambiente, que se vuelve
menos respirable y menos sano.
 
No te quejes, pues cuando te quejas
nada haces en concreto
para enmendar la situación dolorosa
y en cambio la empeoras fuertemente
con palabras irresponsables e ineficaces.
 
No te quejes, pues cuando te quejas
lanzas un veneno deletéreo
que a largo plazo tiene efecto.
 
No te quejes, pues cuando te quejas
eres un iluso: crees que dejándote
logras algo positivo,
pero sólo logras oscurecer el horizonte.

CLARIFICARNOS Y DESCUBRIR LO ESENCIAL

Descubrir lo que nos llena sin llenarnos (lo que nos sobra, lo que nos estorba, lo que nos ocu­pa …) es un paso clave para seguir liberándonos. Descubrir a la vez lo que nos falta (lo que necesi­tamos; lo que nos llena colmándonos, lo que nos puede ilusionar…) es el paso clave para actuar. De nuevo ofrecemos estos puntos en los que se contraponen actitudes que pueden ayudamos a clarificamos y descubrir lo esencial. Están tonadas de la revista «Militante» (295, enero 1997).

Lo que nos sobra y lo que nos falta

 
Estamos sobrados de todo
nos falta tanto…
 
Estamos sobrados de ocupaciones y actividades
y nos faltan acciones que transformen de verdad.
 
Estamos sobrados de palabras
y nos falta comunicarnos y entendernos.
 
Estamos sobrados de ruidos y alborotos
y nos falta oír y entender las llamadas de los otros.
 
Estamos sobrados de risas y pamplinas
y nos falta sentir una alegría permanente.
 
Estamos sobrados de penas y dramas televisivos
y nos falta encontramos con pasión con la tristeza del vecino.
 
Estamos sobrados de sermones y consejos
y nos falta pensar juntos y decidir en común.
 
Estamos sobrados de oportunidades y ofertas parra comprar
y nos falta regalar gratis nuestras cualidades.
 
Estamos sobrados de publicidades y anuncios
y nos falta entender lo necesario para la vida.
 
Estamos sobrados de novenas, misas y procesiones
y nos falta sentir como Jesús y vivir su Evangelio.
 
Estamos sobrados de que no nos tengan en cuenta
y nos falta hacemos oír y que escuchen nuestras inquietudes.
 
Estamos sobrados de estas sociedad injusta
y nos falta participar en favor de la justicia y de la paz.
 
Estamos sobre de este mundo egoísta
y nos falta solidarizarnos de forma concreta.
 
Estamos sobrados de prejuicios, pesimismo y miedos
nos falta poner confianza, esperanza y libertad.
 
Estamos sobrados de que nos utilicen
y nos falta ser nosotros mismos.
 
Estamos sobrados de pensar así
y nos falta ponemos manos a la obra.
 
¡Que alguien me acompañe!
¡Que yo os acompaño!

  1. NI LAMENTARSE NI QUEJARSE: ACTUAR

Los tiempos nos parecen difíciles y la realidad complicada. Pero somos nosotros quienes atemos difíciles las cosas y quienes complicamos la realidad que, más que complicada, es compleja. Hay frases peligrosas que bloquean las mejores ilusiones y paralizan las posibles re­alizaciones, conduciendo al desánimo, a la pasividad y al fracaso. A partir de esas frases para­lizantes, que hemos tomado de G. MATEO (La aventura de ser joven, Atenas 1993, 161 s), proponemos actitudes ilusionantes que pueden convertir nuestra vida, y especialmente la de los jó­venes, en una apasionante aventura de generosidad. Frente a los pensamientos negativos y frustrantes que paralizan los mejores talentos, frente a las lamentaciones que ensombrecen la vida…, podemos proponer metas concretas que alimentan la esperanza. Y se puede seguir tra­bajando con este esquema: cada uno recuerda otras frases paralizantes; entre todos concreta­mos más actitudes ilusionantes y transformadoras, etc.
 
 

No digas nunca… y actúa

Es intentado lo imposible como se realiza lo posible (Barbusse).
No digas nunca: «Es imposible».
Tú propón soluciones concretas.
 
No digas nunca: «No soy capaz de lograrlo». Tú busca cómo dar pequeños pasos.
 
No digas nunca: «No me acompaña la suerte».
Tú ten en cuenta que la suerte la haces tú, no ella a ti.
 
No digas nunca: «Lo dejaré para mañana». Tú recuerda que el hoy es lo que importa.
 
No digas nunca: «¿Qué van a decir los otros?. Tú actúa y, si dicen, que digan.
 
No digas nunca: «No me van a comprender». Tú explica lo que quieres una y otra vez.
 
No digas nunca: «No servirá de nada».
Te sorprenderás de lo que te sirve a ti y a los demás.
 
No digas nunca: «Me he decidido muy tarde».
Tú recuerda que nunca es tarde si la dicha es buena.
 
No digas nunca: «Lo he intentado muchas veces». Te falta siempre la siguiente. Y la definitiva.
 
No digas nunca: «No tengo capacidad para ello». Tú actúa y mira lo que vas logrando.
 
 
No digas nunca: «Nadie me apoya».
Tú cuenta contigo mismo y los demás te ayudarán.
 
No digas nunca: «Ya no puedo más».
Tú puedes si quieres: rebaja y revisa las metas.
 
No digas nunca: «Todo es un desastre».
Tú busca dos cosas que te agraden y comienza a trabajar.
 
No digas nunca: «Todos lo dicen».
Tú piensa por tu cuenta y critica el pensamiento común.
 
No digas nunca: «Se reirán de mi”.
Y si se ríen, ¿qué? Tú sigue adelante y reirás el último.
 
No digas nunca: «Paso de todo».
Porque entonces puede pasar de todo… a ti y a los demás.
 
No digas nunca: «Si tú supieras…»
Tú comunica lo que te pasa y encontrarás solución al final.
 
No digas nunca: «Presiento que no me va salir».
Tú piensa primero y hazlo después. Y revisa cómo ha salido.
 
No digas nunca: » No hay nada que hacer».
Tú, más bien, recuerda que está todo por hacer…
 
No digas nunca… (Concreta lo que dices tú). Tú… (Concreta cómo debes actuar).
 

  1. OTRA MANERA DE ACTUAL

 
Las presiones que recibimos de los demás nos llevan a veces a actuar en contra de lo que pen­samos, a no sentirnos libres, a no obrar con libertad. Pero el camino del proceso interior pasa por «hacer el bien y dejar que canten los pájaros». Los demás no tienen por qué condicionar nuestra manera de actuar, sobre todo cuando podemos iniciar o seguir nuevos caminos que nos conducen a la realización personal y a la adquisición del sentido global.
 

De todas las maneras

La gente es a veces egocéntrica y egoísta…
De todas las maneras, quiérela.
 
Si haces el bien, la gente te acusará
de motivos ocultos e intereses inconfesables…
De todas las maneras, haz el bien.
 
Si eres afortunado, ganarás falsos amigos
y verdaderos enemigos…
De todas las maneras, intenta prosperar.
Si obras bien, sabes que el bien que hagas hoy
será olvidado mañana…
De todas las maneras, haz el bien.
 
 
Si actúas con honestidad y con franqueza
te vuelves vulnerable…
De todas las maneras, sé honesto y franco.
 
Lo que hayas construido durante años,
puede que se destruya durante una noche…
De todas las maneras, construye.
 
Si ayudas a la gente, aunque lo necesiten de verdad,
te pueden atacar.
De todas las maneras, ayúdalos.
 
Ofrece al mundo lo mejor que tienes
y ten por seguro que el mundo no te lo reconocerá.
De todas las maneras, ofréceselo de verdad.
 

  1. APRENDER A PENSAR

Muchas personas no viven felices, aunque quisieran: todo les preocupa. Se lían a la hora de pensar, dan vueltas a todo lo que hacen y no logran salir airosas y adelante. Es como si les pudie­ran las circunstancias que viven. Pero lo cierto es que no somos lo que las circunstancias nos ha­cen, sino lo que nosotros dejamos qué nuestras circunstancias nos hagan. Porque no son los acon­tecimientos los que nos afectan, sino la valoración que cada uno hace de lo que le ocurre. Depen­de de lo que pensemos de nosotros mismos o de los demás para que seamos más o menos feli­ces. Por eso es necesario librarnos de los pensamientos automáticos e ideas irracionales que nos llevan a ver el mundo con una visión negativa y nos hacen sufrir. He aquí algunos principios que nos ayudarán a evitar lo que os hace sufrir. Están elaborados a partir de R. J. ALVAREZ (Para salir del laberinto, Sal Terrae, Santander 1993).
 

Cómo librarse de los pensamientos irracionales
  1.  No creas que «para ser feliz, es necesario que todo el mundo nos aprecie, nos apruebe y nos trate son simpatía». Es imposible caer bien a todo el mundo… Intenta hacer las cosas bien y no te preocupes de si no contentas a todos.

 

  1.  Para considerarte valioso, no te sientas en la obligación de tener que demostrar que en­tiendes de todo y que eres competente en todo. Acepta tus limitaciones y recalca lo que sa­bes hacer bien.

 

  1.  Rechaza el pensamiento de que «algunas personas son malas y merecen un escarmien­to»(sobre todo si te incluyes a ti. mismo en esa categoría de personas). Desarrolla, sin em­bargo, la capacidad de aceptar los propios errores y ajenos.

 

  1.  Líbrate de la opinión de que «es horrible que las cosas no salgan como a uno le gustaría». Si no salen una vez, ya saldrán a la siguiente. Lo que importa es que tú mantengas la es­peranza.

 

  1.  No creas que muchas desgracias se originan porque así está escrito. No creas tampoco que nosotros tenemos poca capacidad para controlar los acontecimientos. Nada está escrito y podemos lograr más de lo que nos creemos.

 

  1.  No estés siempre preocupado y esperando lo peor por si algo puede salir mal o resultar pe­ligroso. No vas a arreglar nada y te empeora mucho a ti mismo.

 

  1.  No pienses que es mejor evitar las responsabilidades que enfrentarse a ellas. Al contrario, mientras antes te enfrentes a ellas, todo irá mejor.

 

  1.  No creas que necesitamos apoyarnos en alguien más fuerte en quien poder confiar. Nos apoyamos mutuamente. Tampoco pienses que los demás siempre saben más que tú. Ellos también pueden equivocarse.

 

  1.  No llegues a pensar que lo ocurrido en el pasado nos ha afectado de tal manera que no se puede borrar, y que por eso determina nuestra conducta pasada y futura. Lo pasado, pa­sado está y se puede integrar.

 

  1. No creas que existe una solución precisa y concreta para cada situación y que, si no la en­cuentras, sobreviene la catástrofe… Puede haber varias soluciones, a veces contrapuestas. Y si no se hallan a la primera, ya saldrán a la segunda o a la tercera.

 

  1. ACTUAR CON BUEN ANIMO

Hemos seleccionado este decálogo de entre los 35 puntos que señala L. ALISO-LEWIS (Elogio del buen humor, San Pablo, Madrid 1997) para mantener el espíritu a tono. Faltan muchos y éstos son muy generales. Pero de nuevo pueden guiar el proceso en el camino interior para actuar con autonomía y mantener la ilusión. De nuevo se necesita también concretar cómo actuar en cada ca­so.
 
Decálogo para mantener tu espíritu a tono
 

  1. Mantén en tu vida una actitud optimista.

Es más sano que un buen plato de comida.
 

  1. Cultiva tu sentido del humor.

La risa se esconde en los lugares más extraños.
 

  1. Vive con sencillez.

Tendrás más tiempo para disfrutar.
 

  1. Perdona a aquel con quien estés enfadado.

Te sentirás más libre y liberado.
 
 

  1. Saca el mayor provecho de lo que tienes.

Te sorprenderás de su gran valor.
 

  1. Busca la paz interior.

Es la más intensa de las gracias.
 

  1. Cuando estés pasando un mal día, cuéntaselo a alguien.

El peso compartido resulta más ligero.
 

  1. Nunca te compares con otro.

Fuiste formado con gran exactitud.
 

  1. Acepta a los demás sin condiciones.

En ello consiste la esencia misma del amor.
 

  1. Proponte una meta sencilla de alcanzar.

Llegar a la meta produce satisfacción.
 

  1. MADURAR PASO A PASO

E1 proceso de convertirse en persona pasa por el camino de la ilusión. Y el camino de la ilusión se alimenta de proyectos. Alguien dice que la juventud es una enfermedad que se pasa con la edad, pero esa enfermedad puede dejar rastro para el futuro: los valores e ideales vividos en ella siguen alimentando los días venideros. Alimentar la juventud de ideales y proyectos es asegurar un futuro de ilusión.
 

Guía para madurar

No renuncies nunca
a buscar la verdad,
a querer la libertad,
a realizar la fraternidad.
 
Rompe
todas las rutinas,
no aceptes ninguna resignación.
 
Reivindica
el orgullo de ser libre,
expresa la voluntad de vivir.
 
Y hazlo
lleno de frescor e intrepidez,
de ternura y esperanza.
 
La ternura
es lo más humano de lo humano.
 
La esperanza es apostar
por el porvenir del ser humano,
por un futuro que podemos inventar
porque el futuro no está determinado
ni por el pasado
ni por el presente.
 
Que tu esperanza sea tan grande
como para esperar
y luchar
por lo que sabes que no verás.
 
No te complazcas
en el error
ni en la injusticia.
 
No estés conforme
con lo que has logrado,
ni satisfecho contigo mismo…
 
Inicia siempre nuevos caminos,
comienza hoy un nuevo proyecto.
 
Cuando dejes de hacer todo esto,
ya estarás maduro para la muerte,
aun cuando sólo tengas veinte años.
 
EZEQUIEL ANDER-EGG
 

  1. SUPERARSE EN CADA OCASION

Si los ideales del presente alimentan los sueños del futuro, el autoconcepto y la autoestima ele­vada son garantía de la permanencia en la tarea de transformar el mundo transformándose a sí mis­mo. Frente a pesimismos y desánimos, frente a desencantos y frustraciones, el pensamiento posi­tivo es alimento del entusiasmo y garantía de éxito. El fortalecimiento de la voluntad no es cosa del pasado: corrientes actuales de psicología y pedagogía inciden en la importancia de educar en la voluntad y estimular el pensamiento positivo.
 

Superación

Si piensas que estás vencido, lo estás.
Si piensas que no te atreves, no lo haces.
Si piensas que perderás, ya has perdido.
Porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza
con la voluntad de la persona.
 
Todo está en el estado mental.
Porque muchas carreras se han perdido
antes de haberlas corrido…
Y muchos cobardes han fracasado
antes de haber comenzado su trabajo.
Piensa en grande y tus hechos crecerán.
Piensa en pequeño y quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Todo está en tu estado mental.
Tienes que esforzarte por elevarte.
tienes que estar seguro de ti mismo
antes de que puedas ganar un premio.
 
La batalla de la vida no siempre va
al hombre más fuerte o al más débil,
pero, tarde o temprano, el hombre que gana
es aquel que cree poder.
 

  1. BARNARD

 

  1. DESCUBRIR AL OTRO

Descubrir el «rostro del otro» es el mejor camino para ir descubriendo el sentido de ser per­sona y definir un proyecto de vida adecuado. Descubrir el «rostro del otro» supone una experien­cia que cada uno ha de vivenciar entroncando con los caminos transitados durante siglos por las personas más sensibles y que han sido fieles a sí mismos y a los demás.
Él siempre es el primero
 
Iba a ponerme en camino
cuando ya venías Tú hacia mí.
 
Quería yo correr hacia ti,
pero vi que corrías a encontrarte conmigo.
 
Yo deseaba esperarte,
pero supe que me estabas esperando.
 
Llegué a pensar: “Eh, te he encontrado», pero me sentí encontrado por ti.
 
Cuando yo quería decir «Te amo»,
te oí decirme «¡Cuánto te quiero!»
 
Yo quería elegirte
y ya me habías elegido tú.
 
Yo quería escribirte
cuando tu carta llegó a mis manos.
 
Deseaba vivir en ti
y te descubrí viviendo en mí.
 
Iba a pedirte perdón,
pero tuve la certeza de que me habías perdonado.
 
Quería ofrecerme a ti
cuando recibí el don de ti mismo entero.
 
Anhelaba ofrecerte mi amistad y recibí el regalo de la tuya.
 
Yo quería llamarte «Abba, Padre»
y te adelantaste a decirme «Hijo mío».
 
Yo quería desvelarte toda mi vida interior
y te encontré velándome las profundidades del ser.
 
Deseaba invitarte al corazón de mi vida y recibí tu invitación a entrar en la tuya.
 
Deseaba regocijarme de haber vuelto a ti y te sentí regocijado por mi retorno.
 
…Dios mío, ¿seré yo alguna vez el primero?
 

  1. DESCUBRIR AL “OTRO” EN EL “OTRO”

El descubrimiento del «otro» y de » lo otro» es el mejor camino para redescubrir al «Otro». Los más necesitados nos dan las claves; la contemplación de la naturaleza, del arte, de la vida… nos abre a mundos interiores desconocidos. Cada día podemos aprender a leer la vida de forma que en ella escuchemos su voz. Adaptamos estas ideas de un texto aportado por J.M. NÚÑEZ y tomado del «Bo­letín Salesiano» (Enero 1997, 19). Y continuamos: ¿Dónde escucha cada uno hoy su voz?
 

Escucho hoy su voz

Yo estoy hoy a la escucha.
Escucho atentamente
qué dice, qué quiere, qué pide.
 
Me llama desde la celda de la cárcel
y me habla con los temblores
del moribundo de sida.
 
Me habla en la cantata de Bach
y en el gemido de los abandonados.
 
Me llama en el concierto de rock
y en una marcha contra el paro
y en las consignas en favor del cerosiete.
 
Me llama en los que no le conocen
y en los que aún no saben que los ama.
 
 
Su voz anda suelta por el aire,
su llamada está escrita en las paredes y en los rostros.
 
Es cuestión de vista.
Es cuestión de oído.
 
Yo estoy hoy a la escucha.
Escucho hoy su voz.
 
No habla Él con voz de trueno:
sugiere, insinúa, habla al oído.
 
También habla en la calle,
en la voz de los que no la tienen.
Me habla cuando me siento
ante la puesta de sol,
cuando paseo en el limpio atardecer.
 
Me habla en el rostro dolorido del enfermo,
en la espalda encorvada del anciano,
en los ojos vivos de los niños.
 

  1. DESCUBRIR LOS ROSTROS… Y ACTUAR

El, descubrimiento del «otro» y del «Otro» nos lleva a tomar conciencia de la realidad, y esto nos conduce a actuar. Pero a veces buscamos excusas o nos disculpamos con olvidos conscientes. Hasta que nos toca a nosotros… cuando ya no hay remedio. Estos dos textos, más conocidos y contundentes a la vez, siguen siendo denuncia, anuncio y compromiso. Con el texto de B. BRECHT podemos concretar «a quiénes se llevan hoy» y ver cómo eso a la larga repercute también en no­sotros. Con el de M. BENEDETTI podemos tomar conciencia de la responsabilidad colectiva y perso­nal ante una situación que se actualiza y agranda cada día.
 

Antes de que sea tarde

Primero se llevaron a los negros,
pero a mí no me importó
porque yo no lo era.
 
Enseguida se llevaron a los judíos
pero a mí no me importó
porque yo no lo era.
 
Después detuvieron a los curas
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó.
 
Luego apresaron a unos comunistas
pero como yo no soy comunista
tampoco me importó.
Ahora me llevan a mí,
pero ya es tarde.
 
BERTOLT BRECHT
 

Sencillamente atroz

Si cuarenta mil niños sucumben diariamente
en el purgatorio del hambre y de la sed,
si la tortura de los pobres cuerpos
envilece una a una a las almas,
y si el poder se ufana de sus cuarentenas
o si los pobres de solemnidad
son cada vez menos solemnes y más pobres…,
ya es bastante grave
que un solo hombre
o una sola mujer
contemplen distraídos el horizonte neutro.
Pero en cambio es atroz,
sencillamente atroz,
si es la humanidad
la que se encoge de hombros.
 
MARIO BENEDETTI
 

  1. CAMBIAR LA VISA PARA CAMBIAR EL MUNDO

El lema de la campaña de «Manos Unidas» (Cambia tu vida para cambiar el mundo) resume mejor que ningún otro cuál ha de ser nuestra actitud fundamental. A recordarlo y celebrarlo nos puede ayudar las canciones de LUIS ALFREDO, editadas por «Al Alba» y «Manos Unidas« en un dis­co del mismo título. De ese disco extraemos el texto de una canción, una adaptación contempo­ránea del texto del evangelio de Mateo 25. A fuerza de imágenes chocantes y actuales intenta des­pertar nuestra conciencias. Para ello servirán también varias canciones más del mismo disco (Los nadies, Muerte por Hambre, Vida, El ayuno que yo quiero, Hoy por ti mañana por mí…).
 
 
 
 

Cuándo, dónde y con quién

Tuve hambre y tú comías caviar,
tuve sed y brindaste con champagne.
Fui forastero y cerraste tus fronteras.
Tuve hambre, tuve sed y fui extranjero.
 
Estuve desnudo y renovaste tu ajuar.
Estuve enfermo y te extirpaste un lunar,
en la cárcel y te escapaste a Disneyland.
Estuve desnudo, estuve enfermo y en la cárcel.
Y tú dirás:
Cuándo, dónde y con quién…
Y tú dirás:
Cuándo, dónde y con quién…
Cuándo, dónde y con quién…
Cuándo, dónde y con quién…
 
LUIS ALFREDO BRITO
 

  1. SIEMPRE AMAR

Un último texto del Talmud nos servirá para meditar y orar sobre la fuerza del amor. ¿Cuál ha sido el proceso de cada uno hasta llegar a ese amor, que es lo que queda? ¿Qué cosas han su­plantado y vencido a otras cuando las creíamos definitivas? ¡Lo que queda es el amor!
 

La fortaleza del amor

Hay diez cosas fuertes…
 
El hierro es fuerte,
pero el fuego lo derrite.
 
El fuego es fuerte,
pero el agua lo apaga.
 
El agua es fuerte,
pero las nubes la evaporan.
 
Las nubes son fuertes,
pero el viento se las lleva.
 
El viento es fuerte,
pero el hombre lo vence.
 
El hombre es fuerte,
pero el miedo lo derriba.
 
El miedo es fuerte,
pero el sueño lo vence.
 
El sueño es fuerte,
pero la muerte es más fuerte.
 
… Pero el amor bondadoso
sobrevivirá a la muerte.