Mario Pardos
1. A favor de la justicia y la paz
«Justicia y paz» fue creada en 1967 porPablo VI, extendiéndose pronto por todo el mundo. A España llegó un año después, en 1968, establecida por la propia Conferencia Episcopal Española con personalidad jurídica propia, tanto civil como eclesial. Nace con una clara y ambiciosa misión: promover y defender los derechos humanos, la justicia y la paz.
Este ámbito universal que le diera Pablo VI como Comisión Pontificia, fue pronto transformado por Juan Pablo II en Consejo Pontificio.
«Justicia y Paz» de España es miembro, entre otras, de las siguientes instituciones: Foro de Laicos, Coordinadora Española de ONGS para el Desarrollo, Comité de ONGS sobre la cuestión Palestina, Federación de Asociaciones de Defensa y promoción de los Derechos Humanos, Plataforma de Solidaridad con los Pueblos de los Grandes Lagos de África y, evidentemente, de la Conferencia Europea de Comisiones Justicia y Paz, cuya sede está, en estos momentos, en Holanda.
En nuestro país, «JUSTICIA Y PAZ» está implantada, a través de comisiones diocesanas o instituciones específicas en diversos lugares, a saber: Albacete, Barcelona, Bilbao, Girona, Madrid, Oviedo, Palma de Mallorca, Pamplona, Salamanca, San Sebastián, Sevilla, Solsona, Tarragona, Valencia, Valladolid, Vic y Vitoria1. Cada una mantiene su autonomía aunque actúen coordinadamente.
Desde distintos foros, en España, se le ha reconocido su importancia en los años de la transición política, bajo la presidencia de D. Joaquín Ruiz-Giménez, recordando, entre otras, las iniciativas tendentes a conseguir la amnistía de los presos políticos, la abolición de la pena de muerte en la Constitución de 1978, el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia y, más recientemente, la petición de la asignación del 0,7 % del PIB para ayuda a los países del llamado Tercer Mundo.
2. Convencidos y comprometidos en la lucha por la justicia
Como manifestaba su Secretario General, R Miguel Ángel Sánchez, O.P, en el Congreso de Pastoral Evangelizadora, celebrado en el pasado mes de septiembre, «la lucha a favor la justicia forma parte integrante de la evangelización, una parte de la que no sería posible prescindir sin frustrar, de esa manera, la misma fuerza que la Buena Noticia anunciada a los hombres tiene en su interior».
Y es que ya el mismo Sínodo de los Obispos de 1971 anunciaba y proclamaba que «la acción a favor de la justicia y la participación en la transformación del mundo se nos presenta claramente como una dimensión constitutiva de la predicación del Evangelio, es decir, de la misión de la Iglesia para la redención del género humano y la liberación de toda situación opresiva […]. En efecto, si el mensaje cristiano sobre el amor y la justicia no manifiesta su eficacia en la acción por la justicia en el mundo, muy difícilmente obtendrá credibilidad entre los hombres de nuestro tiempo» (La justicia en el mundo, Introducción y parte II).
La «lucha evangélica» es siempre una lucha presidida por la caridad, por el buen hacer en los discursos sociales; pero sin quedarse ahí, ejecutando más bien proyectos de solidaridad y de reivindicación en favor de los que sufren a causa de la injusticia. En este sentido y circunscribiéndonos al ámbito español, «JUSTICIA Y PAZ» desarrolla su actividad en los siguientes frentes:
- Los inmigrantes y solicitantes de asilo, provenientes, sobre todo, del Este de Europa y de los países del Tercer Mundo. En colaboración con la C. E. de Migraciones y otros organismos, trabajan por su integración social, el respeto en sus derechos fundamentales, laborales y sociales, así como para combatir en nuestro pueblo las actitudes xenófobas.
- El paro y la pobreza. En este sentido, está en marcha la campaña, recientemente lanzada, sobre el reparto solidario de la riqueza y del trabajo, tema de estudio de la última reunión de la comisión diocesana de Madrid.
- La participación de los seglares en la vida institucional de la Iglesia, no sólo desde el servicio catequético o una participación raquítica, sino también participando directamente en la toma de decisiones.
- La sensibilización en relación con el Tercer Mundo, que ha llevado a «JUSTICIA Y PAZ» a ser pionera en la petición tan acentuada recientemente, pero en la que esta Comisión lleva más de 20 años, de reclamar el 0,7% del PIB, así como en la sensibilización escolar, convencidos de que una educación solidaria forja personas solidarias.
- La defensa de los derechos humanos, aspecto central en toda misión eclesial y que «JUSTICIA Y PAZ» coloca en el punto de mira de toda su acción. De entre todas las injusticias que combate, esta Comisión tiene sus objetivos puestos en la mujer y la infancia.
- La cultura de la paz y la solidaridad, colaborando en la preparación y ejecución de la «Jornada de la Paz» del 1 de enero de cada año, institucionaliza por Pablo VI. Y, precisamente ahora, ilusionada y comprometida en la organización de la de 1998, que servirá para conmemorar el trigésimo aniversario de la jornada, y la publicación de un libro con todos los mensajes de estos años.
- El apoyo a la objeción de conciencia al servicio militar, que se deriva, además, en campañas de sensibilización de paz, relacionadas con la lucha contra las minas antipersonales o el comercio injusto de armas. Una vez más, privilegiando el aspecto de la educación con la elaboración de materiales escolares y educativos.
- Colaboración en la formación de voluntarios, tanto en la propia asociación como en la colaboración con otras entidades y ONGS.
Pero la actividad nacional no es todo, también ejerce un fuerte compromiso en Europa del Este con el trabajo por conseguir la democratización real de estos países; o en la zona de los «Grandes Lagos» de África, unidos a otras instituciones de voluntarios y ONGS, así como con mediadores en la cuestión palestina y, en fin, entregándose decididamente a la «lucha evangélica» por conseguir la paz y la justicia mundial.
Con todos estos ingredientes, también se mueven en el terreno de charlas y debates, conferencias, jornadas, talleres, y la presencia en los MCS. Cuentan con publicaciones propias de textos, carteles, material escolar y didáctico, así como con exposiciones específicas sobre los temas que les interesan.
3. Un «estilo» propio
Nacida y desarrollada bajo la inspiración del concilio Vaticano II y de su doctrina y reflexión postconciliar, «JUSTICIA Y PAZ» se puede definir en su estilo de actuación como una institución católica pero imbuida de un sentido ecuménico amplio.
La colaboración con personas de todas las religiones, en plano de igualdad, respeto y sinceridad, es parte constitutiva de su autocomprensión y quehacer. No caben, pues, la sospecha ni el afán de protagonismo, no se aspira a defender las propias posturas doctrinales o religiosas, sino, más bien, a trabajar unidos por aquello que espera del género humano un Dios de amor: la paz, la justicia, la igualdad de todos los hombres y mujeres.
«JUSTICIA Y PAZ» se sirve para ello de su colaboración y buenas relaciones con instituciones civiles, religiosas e interreligiosas: CONFER, Conferencia Episcopal Española en sus distintas Comisiones, Coordinadora de ONGDS, organizaciones humanitarias, tanto estatales como no estatales, etc.
Todo ello es posible gracias a la participación en sus diversas comisiones de personas voluntarias, muchos de ellos jóvenes universitarios o con sus primeros puestos de trabajo. Todos trabajan con ahínco y de forma desinteresada por realizar y llevar a cabo los objetivos que tan claramente se leen en el Evangelio y que forman parte del patrimonio más hondo del ser humano, siempre en contacto y atendiendo los reflejos de la sociedad actual, leyendo sus cambios, atendiendo sus achaques, cambiando sus formas injustas y ponderando aquéllas que la ennoblecen.
Su ya asentada evolución y edad como institución no impide a «JUSTICIA Y PAZ» mirar hacia el futuro con esperanza, porque siguen llegando jóvenes que renuevan y hacen más actual su inquietud. Así, hay objetivos que aún quedan por plantear seriamente: el compromiso de la Iglesia en materia laboral y social, tanto de los pastores como de los fieles cristianos, la persecución social, si no civil, de pequeños grupos que trabajan por la justicia, el desinterés por lo social, etc. Un futuro que promete más frutos, pero que no deja de proclamar que aún queda mucha injusticia y que sigue faltando la paz.
Mario Pardos
1 La Comisión General de España de «JUSTICIA v PAZ» tiene su Sede Central en: Francisco Silvela, 77 bis, 1 º dcha. 28028 MADRID. Tel. y Fax.: (91) 561 12 14.