CON MARÍA, ALUMBRA LA ESPERANZA

1 noviembre 2004

Vigilia de la Inmaculada
 
Delegación de Pastoral Salesianos/as Madrid
 
La iglesia está poco iluminad .Mientras la gente va entrando y sentándose, suena “Pasa” y estará proyectado el cartel de la vigilia con el lema “Con María, alumbra la esperanza”. Cuando termina la canción se lee la monición de entrada.
 
Monición de entrada
 
Pasa, siéntete en casa…Entra … Entra en esta celebración en la que nos reunimos en torno a María para, con Ella, preparar la llegada del Señor. Entra también en tu corazón, mira a ver lo que encuentras: tantos rostros, situaciones, alegrías, dificultades…ven con todo ello a celebrar la esperanza que Dios nos trae y María nos alumbra.
La vigilia está dividida en tres momentos que corresponden con tres fragmentos de un texto del profeta Isaías que nos va a iluminar durante esta noche. Tres verbos nos van a “mover” y van a guiar esta celebración: consolad, allanad y anunciad….tres acciones que María vivió en plenitud y que vamos a descubrir en su historia. Con el lema que hemos escogido para esta noche de oración nos unimos a toda la Iglesia y nos comprometemos como María a alumbrar la esperanza que Dios nos trae en Cristo.
 
Salen procesionalmente el celebrante y algunos jóvenes (los lectores) mientras se cantas un canto de entrada
 
Canto: Jesucristo ayer, hoy y siempre
La historia milenaria
preñada de promesas
con labios de mujer
su seno a Dios le abrió:
un “hágase” de esclava
hace entrar al Eterno.
Dios quiso hacerse tiempo
y el Verbo se encarnó.
 
Al que es, al que era y al que vendrá,
Porque es Señor de la historia.
Por los siglos a Él sea la gloria.
Aunque cambie todo, Él permanece,
Jesucristo es el mismo
Ayer, hoy y para siempre (bis)
 
Sembrando el Evangelio
dos mil años pasaron;
la Iglesia que es tu esposa
te llama: “¡Ven Señor!”.
Entre luces y sombras
su historia se ha tejido
le sigue dando vida
Tu Espíritu de amor.
 
Al que es, al que era y al que vendrá…


Primer momento: Consolad
 
Saludo del celebrante
Lectura del profeta Isaías:
 
“Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle: que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados”
 
Canto: Consolad a mi pueblo
Consolad a mi pueblo, dice el Señor,
Hablad al corazón del hombre.
Gritad que mi amor ha vencido,
Preparad el camino, que viene tu Redentor.
Yo te he elegido para amar,
Te doy mi fuerza y luz para guiar
Yo soy consuelo en tu mirar
¡Gloria a Dios!
Consolad a mi pueblo, dice el Señor,
Sacad de la ceguera a mi pueblo.
Yo he sellado contigo alianza perpetua,
Yo soy el único Dios.
Yo te he elegido para amar…
Consolad a mi pueblo, dice el Señor,
Mostradles el camino de libertad.
Yo os daré fuertes alas,
Transformaré tus pisadas en sendas de eternidad.
Yo te he elegido para amar…
 
Proyección: después del canto se proyectan algunas imágenes de la realidad de nuestro mundo en las que se necesita el consuelo. Según se van sucediendo las imágenes, desde el lugar de la lectura se repite: “consolad a mi pueblo”
 
Palabras del celebrante: De forma breve, quien preside la celebración preside la celebración comenta: hay consuelo porque en María se cumplen las promesas de Dios. Viene, se hace uno de nosotros y cura nuestras heridas. Hay consuelo, hay esperanza porque Dios está de nuestro lado. Finalmente introduce el texto de la Anunciación que se proclama a continuación.
 
Lectura: Lc 1, 26-38
 
Silencio, música de fondo . Contemplamos el misterio de la Encarnación
 
Segundo momento: allanad
 
Canto: Preparad el camino
Preparad el camino al Señor
y escuchad la palabra de Dios.
Voz que clama en el desierto:
“Preparad el camino al Señor,
haced rectas todas sus sendas,
preparad el camino al Señor”.
 
Lectura del profeta Isaías:
 
Una voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que los montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos- ha hablado la boca del Señor-.”
 
Palabras del celebrante : Anima sobre la necesidad de preparar el camino a ese Dios que viene a nuestra vida: son palabras que motivan para el sacramento de la Reconciliación.
 
Monición al gesto de participación.
Es momento de allanar el camino, de igualar lo escabroso, de enderezar lo torcido. En clima de silencio y oración podemos acercarnos a celebrar el sacramento de la Reconciliación, podemos acercarnos al encuentro con nuestro Dios que llega y necesita un camino por el que entrar en nosotros. Después recibiremos del sacerdote una vela encendida. Lo que era oscuridad, tinieblas, pecado, lejanía… lo que eran piedras en nuestro camino…ahora es luz que ilumina nuestra vida y la vida de los demás. Nos dirigimos al pasillo central y hacemos el gesto de retirar una piedra de ese camino y poner la luz que hemos recibido.
 
Tiempo para la Reconciliación y Gesto
 
El pasillo central está lleno de piedras y los sacerdotes con velas se encuentran en liugares propicios para recibir a quienes se acerquen al sacramento de la reconciliación.. Después de recibir el perdón (haber allanado el camino al señor. volvemos con la vela encendida, la dejamos en el pasillo y retiramos una piedra. En cualquier caso, habría que situar otras velas en otro lugar para que todos puedan participar del gesto. Durante este tiempo, se pueden intercalar algunos cantos, sin romper demasiado el clima de oración: el coro canta, los participantes escuchan y rezan. Algunos posibles cantos: “Cosas de locos”, “María, mírame”. La transición con el tercer momento se hace con el canto del Aleluya.
 
Canto: Alleluia
Alleluia, alleluia, jubilate, alleluia (bis)
 
Tercer momento: anunciad
 
Lectura de Isaías
 
“Súbete a lo alto de un monte, heraldo de Sión, alza con fuerza la voz, heraldo de Jerusalén, álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios. Mirad: le acompaña el salario, la recompensa le precede. Como un pastor apacienta el rebaño, su mano los reúne. Lleva en brazos los corderos, cuida de las madres.”
 
Palabras del celebrante: Intenta poner este texto en relación con la experiencia de María. Ella también se hace consciente de la presencia de Dios en su historia (“en Dios , mi salvador, porque ha mirado, ha hecho obras grandes en mí….”) y en la Historia ( “auxilia, como lo había prometido a nuestros padres, por siempre….”)
 
Canto del Magníficat. Lc 1, 47-55.
 
Mientras se canta el magníficat, se proyectan imágenes de luz, de esperanza. Esa también es realidad de nuestro mundo.
 
Canto: Magnificat
Proclama mi alma la grandeza de Dios,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador,
porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones, todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho grandes cosas en mí,
todas las generaciones, todas las generaciones,
porque el Poderoso ha obrado en mí.
Mi alma glorifica a mi Señor
Mi alma glorifica a mi Señor (bis)
 
Ensalza al humilde, lo llena de amor
y al que no tiene nada acogerá,
y cumplirá siempre fiel su promesa.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones…
Mi alma glorifica a mi Señor,
Mi alma glorifica a mi Señor (bis)
 
Monición
Hemos llegado al final de nuestra celebración, si queremos podemos hacer que sea el comienzo…un volver a empezar en nuestro compromiso de anunciar cuál es nuestra esperanza. Un volver a empezar en nuestra tarea de mostrar con nuestra vida que nuestro mundo está herido, pero también salvado, tocado por el paso de Dios, de ese Dios que nos alumbró María. Por eso para terminar nos unimos todos en la oración final repitiendo: “alumbramos la Esperanza”.
 
Oración
La tierra que hoy pisamos, mañana será otra;
Un campo roturado, un dorado trigal.
Reguemos los desiertos, sembremos las montañas,
Que empiece a ser la casa que podamos habitar.
 
Con María, alumbra la esperanza
 
La tierra que hoy pisamos, mañana será otra;
Morada de trabajo construida en la paz.
Seguemos la cizaña, quememos sus raíces,
Que nazca el nuevo fruto del árbol de la nueva humanidad.
 
Con María, alumbra la esperanza
 
La tierra que hoy pisamos, mañana será otra:
Un pueblo para todos, una sola ciudad.
Quitemos alambradas, rompamos las fronteras
Que aíslan a los pueblos dejándolos en soledad.
 
Con María alumbra la esperanza
 
Canto: Padre nuestro
 
Es motivado previamente por quien preside la celebración.
 
Padre que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
Vega a nosotros tu Reino.
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Así en la tierra como en el cielo.
El pan danos hoy, nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos.
Y no nos dejes caer en tentación (bis)
Y líbranos del mal. Amén.
 
Bendición final
 
Canto: Como tú, María
 
Como tus brazos y manos de madre
Que curan y sanan como el buen pastor,
Son nuestros brazos, abrazos que acogen,
Son nuestras manos, detalle y canción.
Como tus ojos, llenos de luna,
Como tus labios, luz y sonrisa.
Sí, “paz y bien”, anuncian mis labios,
Sí, “paz y bien”, mis manos amigas.
Como tú, sí, como tú quiero ser,
Como tú quiero vivir, María (bis).
María, pastora y amiga,
María, que guías mi vida,
María, me invitas a amar, María (bis).