Concurso de cortometrajes

1 enero 2011

Recordando que san Juan Bosco es el patrono del cine, puede ser interesante desde el inicio del año lanzarnos a la aventura de ser directores y directoras de cine. Eso sí, con un estilo más creativo y sencillo que los de la meca del cine, allá por los EE. UU.
Nuestra propuesta es convocar un concurso de cortometrajes a partir de la fiesta de san Juan Bosco, el 31 de enero.
Alrededor de esa fecha comenzaría a funcionar el concurso.
Destinatarios: Primero tendremos que poner límites a los destinatarios del concurso: sería solamente para nuestra comunidad educativa del colegio, para nuestros destinatarios y destinatarias del centro juvenil, parroquia, plataforma social, familia salesiana… O, si somos algo intrépidos, podemos abrirlo a nuestro barrio o ciudad.
Convocatoria: En cualquiera de las opciones anteriores hay que elaborar un cartel llamativo y poner unas bases sencillas y muy claritas. Estas bases se distribuyen en papel y en formato digital a todos los que queremos convocar.
Las bases. En las bases no debe faltar:

  • Fecha tope de entrega.
  • Formatos: Datos para clarificar muy bien los formatos en que se pueden presentar (hoy en día, dada la pluralidad, el conocimiento y el avance tecnológico de estos medios por parte de nuestros destinatarios, es muy bueno cerrar y concretar al máximo los formatos que queremos que se realicen para evitar problemas posteriores en la selección y visionado del jurado. También es bueno indicar una dirección para consultar dudas sobre nuestra propuesta de formatos o de otras alternativas que se nos propongan desde los participantes).
  • Duración del corto: Desde tres hasta veinte minutos, por ejemplo.
  • La temática puede ser libre o centrarla en nuestra realidad colegial o incluso en la actualización de un hecho de la vida de Don Bosco adaptada al siglo XXI, por ejemplo. Puede ser de valores que queramos potenciar, de acontecimientos significativos de nuestro pequeño o grande mundo, de situaciones o realidades juveniles o educativas, o de lo que se le ocurra a los organizadores.
  • Las categorías deben también quedar claras y tendría que haberlas si queremos dar juego a los más pequeños de nuestros centros.
  • Los premios, aunque sean simbólicos: es muy importante indicarlos.
  • Autorización para los menores: Es un tema que no puede faltar: si aparecen menores en los vídeos, deberá adjuntarse una autorización para una exposición pública del vídeo en internet o en una proyección abierta al público en un salón de actos, por ejemplo.

La entrega de premios: Para la entrega de los premios se pueden visionar algunos cortos seleccionados y los ganadores, y entregar en ese acto los premios con la presencia del jurado y de los responsables del concurso. Además se puede dar de regalo a todos los participantes un cd con una selección de los vídeos presentados.
Periodicidad: En estas dinámicas de concursos que iniciamos en un ambiente educativo hay que recordar que tenemos que intentarlo, como mínimo, durante tres años consecutivos… y no desanimarnos por la baja o nula participación la primera vez que lo convocamos. Si al cabo de tres años no se ha conseguido tener una buena participación, entonces deberíamos plantearnos el cambio de concurso o su eliminación… pero en este mundo de resultados inmediatos debemos no quemarnos en el primer año y esperar varios a ver si resulta nuestra propuesta.
Que estas ofertas de concursos audiovisuales nos ayuden a “ver” el mundo, nuestro mundo, desde ópticas más humanizadoras y que tocan nuestra realidad (la mía, la de nuestra tribu, la de nuestra aldea y la de nuestro mundo).

Xulio C. Iglesias

xuliocib@hotmail.com

 
 

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