CONSTRUIMOS NUESTRA CASA EN PAZ

1 diciembre 1998

[vc_row][vc_column][vc_column_text]A Paz es uno de los Ejes Transver­sales de la Educación según la Logse. To­da escuela, por otro lado, ha de ser una casa de todos cuantos la habitan. Por eso bien podemos decir que uno de los obje­tivos generales de la Educación para la Paz debe ser el de construir una «casa en Paz»1.
Una escuela cristiana, además, entien­de que construir la Paz de este modo es construir una «casa del Padre Dios», por lo que la naturaleza, las relaciones, la fa­milia, los amigos, en fin, todo el entorno de la escuela nos permite crecer como hi­jos de ese Padre fortaleciendo las relacio­nes fraternas y ecológicas. Juan Pablo 11 ha querido que 1999, en el camino hacia el Jubileo del 2000, sea el año de Dios Pa­dre. Nada mejor, pues, que la escuela se plantee un camino para construir según los planos de un Dios así.
 
Convivencias de apoyo tutorial
 
 
N nuestro centro, las convivencias de apoyo tutorial, cada año con dinámi­cas y temas propios, se vienen desarrollando desde hace tiempo con los alum­nos y alumnas que terminan Primaria. Estos son los criterios fundamentales por los que se rigen:
Centrarse en el tema que se ha de de­sarrollar y potenciar en las tutorías a lo largo del curso, a la par que servir co­mo punto de partida del objetivo.
Subrayar y vincular la dimensión cris­tiana del tema a la vertiente cívica del
 
Esta experiencia fue realizada por el Colegio Salesiano «San Juan Bosco» de Valencia. «Constru­yamos una casa en paz» es el objetivo general del Proyecto de dicho Colegio para el curso 1998-99.
 
mismo (fe y vida, creyentes que son honrados ciudadanos).

  • Participación activa de los diversos tu­tores, tanto en el planteamiento como en la ejecución de la convivencia.
  • La convivencia es el inicio para ir fijan­do objetivos específicos a partir del ge­neral. En la convivencia, cada tutoría deberá plasmar sus objetivos propios.
  • A lo largo del año, todas las activida­des, celebraciones, etc. girarán en tor­no al objetivo general y tendrán como referencia las especificaciones dadas en esta convivencia.

 
 
Objetivo 98-99: Construyamos la casa en Paz
 
CONFORME a este lema (Constru­yamos la casa en Paz), la convivencia tenía el objetivo de tomar conciencia de cómo en todas las situaciones de la vida hay motivos para el conflicto y motivos para crecer en la Paz, para ser pacíficos. Des­de esta constatación por parte de los alumnos y con algunas dinámicas espe­cíficas, se perseguía hacer la experiencia de que somos más felices cuando «todo termina en paz» que cuando destruimos a base de conflictos.
Los ambientes fundamentales en don­de se mueven los alumnos son el mun­do, en general, la ciudad o pueblo, la fa­milia y la clase-tutoría. En torno a ellos va a girar la vida. Ahí se desarrollarán las experiencias de conflicto y las expe­riencias de Paz. Este fue el cuadro-mar­co para la convivencia, desarrollada en el horario escolar de una jornada confor­me a este esquema:
 
Primer momento:
Dinámica «Motivos para el conflicto». Segundo momento:
Dinámica «Motivos para la Paz». Tercer momento:
Dinámica de comunicación. Cuarto momento:
Fijamos objetivos para el curso. Quinto momento:
Celebración de la Palabra.
 
Desarrollo de la convivencia
EN primer lugar, reunido el grupo que forma cada tutoría con el tutor y animador de la oración, se explica el sentido de la Jornada. Se concluye con la oración de san Francisco de Asís «Haz­me instrumento de tu Paz».
A continuación, se divide el grupo ge­neral en pequeños grupos de 4-5 perso­nas. A cada pequeño grupo se le asigna un ambiente (mundo, pueblo/ciudad, familia, clase). Se entrega a todos dos ho­jas, en las que aparece repetida una mis­ma parábola (cf. Anexo), con la particu­laridad de que no tiene final para que, una vez narrada, sea el pequeño grupo quien invente dicho final. Y son dos ho­jas, para construir dos finales: una con­clusión de conflicto y otra de paz.
Se comienza construyendo el final conflictivo, tras lo cual se ponen en co­mún en el gran grupo las parábolas de los distintos ambientes, tratando de ana­lizar los porqués: ¿Qué causas han hecho posible ese final conflictivo?, ¿qué expe­riencias similares se tienen o se han vivi­do de ese modo?, ¿cómo influye la fami­lia, por ejemplo, en ese tipo de histo­rias?, ¿se afectan unos a otros, cómo se interrelacionan los diferentes ambientes en que vivimos?
Lo mismo haremos, en un segundo momento, con las parábolas de «final en Paz». En la experiencia concreta que rea­lizamos en Valencia, ambos ejercicios nos ocuparon toda la mañana.
A la hora de terminar esos dos aspec­tos, habremos de concluir con una refle­xión igual o semejante a la apuntada a continuación. Todos, en nuestras propias vidas, vivimos en los ambientes conside­rados. Tenemos experiencias de situacio­nes conflictivas y armoniosas o pacíficas. ¿Verdad que, al final de cada una de nuestras historias, hasta en las más in­significantes, todo depende en gran par­te de cuanto hagamos personalmente? ¿Qué actitudes he de tener para acabar bien «mi historia»? ¿Qué actitudes he­mos de tener cada uno y la clase en su conjunto para acabar bien el curso, como amigos, con éxito humano e intelectual? Etc.
Posteriormente (por la tarde, en nues­tro caso) se intenta extraer unas cuantas conclusiones sobre todo lo realizado pre­cedentemente. Es decir:
¿Qué motivos de conflicto hay en el mun­do, pueblo/ciudad, familia y clase?
¿Cómo pueden tener un final de conflicto o un final en paz?
¿Qué hemos observado que hay que hacer para que se llegue a uno u otro de los fina­les?
¿Por cuál de los dos (conflicto o paz) opto yo en cada uno de los ámbitos analizados o en otros distintos?
Este momento se puede realizar de for­ma más rápida, dado que en gran medi­da el trabajo ya está hecho precedente­mente.
 
 Compromisos para el curso
Hay que llegar a compromisos concre­tos. Se entrega a cada «clase» una cartuli­na blanca, con la paloma de la paz, don­de también aparezcan las palabras «mun­do, ciudad, familia, clase». En cada una de esas palabras se irá especificando el compromiso del grupo. Puede indicarse un solo aspecto por ambiente, o varios, o distribuir unos cuantos por trimestres, etc. Por supuesto, que ha de procurarse que los objetivos y compromisos sean cla­ros y concisos, susceptibles de evaluar tri­mestralmente (cuando el tutor organice), en fin, asequibles a la edad y situación.
 
 
Conclusión:
Celebración de la Palabra
Apuntamos tan sólo el esquema de la celebración conclusiva. Es importante que introducción o presentación de la misma «recoja el trabajo del día», dejan­do claro que se trata ahora de celebrar nuestros esfuerzos e ilusiones, de poner­lo todo en las manos de Dios.
Palabra de Dios: Evangelio de Mateo (5,1-12).

  • Comentariode la Palabra

Jesús llama dichosos a los constructo­res de Paz. En este texto de las Biena­venturanzas nos damos perfectamente cuenta de que la paz va unida a la jus­ticia. Todas las acciones y actitudes que realizamos, cuando son injustas, pro­ducen injusticia… Trabajar por la paz es trabajar por la justicia, tratando de hacer desaparecer toda injusticia de unos hombres sobre otros. Por ahí está el Reino.

  • Canto de acción de gracias, oración con­clusiva…

 
Tanto aquí como en los anteriores mo­mentos es posible introducir aquellas variantes que simbólicamente ayuden a entender la jornada y esta conclusión. Por ejemplo, durante el canto de acción de gracias, las delegadas o delegados de cada curso pueden presentar en el altar las cartulinas con el compromiso. La oración final puede haber sido prepara­da previamente con intervenciones de todos los grupos. En la experiencia que recogemos, éstas fueron algunas de las peticiones:
– Presentamos ante Ti, Padre Bueno, todas las situaciones injustas que se dan entre los hombres en el mundo: guerras, hambre, en­fermedad, abusos, explotación, desastres… Haz que con el trabajo de todos los hombres en favor de la justicia y la paz, particular­mente con el nuestro que hoy hemos defini­do mejor, seamos capaces de ir construyen­do día a día tu Reino, un mundo justo y fra­terno. (Oremos /Padre, escúchanos).
– Por la paz en el mundo y especialmente por aquellos países, grupos y familias que su­fren los conflictos y discordias, para que en­cuentren en el mensaje de Jesús el camino de la reconciliación y de una vida en amor y amistad.
– Para que, si esa es tu voluntad, algunos de nosotros consagremos primordialmente nuestra vida y nuestras fuerzas al trabajo por los demás, por la paz y la justicia.
–          Te pedimos, Señor, por todos cuantos traba­jan en el mundo por anunciar tu Buena No­ticia, tu Palabra de amor y paz, de justicia y solidaridad, potenciando lo mejor de los pueblos y las personas.

Anexo: Parábolas
 

  1. Mundo

La duodécima guerra mundial, como todo el mundo sabe, trajo el hundimiento de la civilización. Capitales, ciudades y pueblos desaparecieron de la faz de la tierra. Hom­bres, mujeres y niños quedaron situados debajo de las especies más ínfimas. Libros, pinturas y música desaparecieron, y las personas sólo sabían sentarse, inactivos, en cír­culos.
Pasaron años y más años. Los chicos y las chicas crecieron mirándose estúpidamente extrañados. El amor había huido de la tierra. Un día, una chica que no había visto nun­ca una flor, se encontró con la última que había en el mundo. Y corrió a decir a las gen­tes que se moría la última flor. Sólo un chico la hizo caso. Ambos se encargaron de cui­darla. Y la flor empezó a renacer. Un día vino una abeja a visitarla. Después se acercó a la flor un colibrí…

  1. Pueblo/Ciudad

En aquel pueblo la gente era solidaria y se llevaba muy bien, sin más problemas que los que produce el roce diario, como en cualquier familia. Los pastores se reunían en el campo y pasaban momentos muy agradables, las horas se hacían menos largas. Pero un buen día, jugando a las cartas, uno de ellos no supo perder. Se enfadó como nunca en la vida, y en su interior prometió vengarse. Otras veces, por razones parecidas, le ha­bía pasado lo mismo, pero nunca fue tan fuerte ni le duró tanto.
 
Días más tarde, maduras ya las meses, y solamente para recordar que no olvidaba y que el rencor seguía vivo, sin ganas de hacer mal y sin prever los posibles daños, el ofendido ató una rama encendida al rabo del perro del ganador. El perro, nervioso y aterrorizado, corrió por campos, prados y sembrados, incendiándolo todo a su paso. En pocos minutos, todo el término del pueblo ardía en llamas. La gente dejó lo que estaba haciendo para salvar lo salvable. Esfuerzo inútil. Todo había ardido.
Enterados de la verdadera causa del aquel fuego, se encresparon los ánimos, el pue­blo se dividió en dos bandos, y hubo allí mismo una batalla campal…

  1. Familia

Entre dos países vecinos, la guerra se había hecho inevitable. Por ambas partes los se­ñores feudales decidieron enviar espías para averiguar los puntos más débiles de la frontera del enemigo. Tras un tiempo, los espías retornaron e informaron lo mismo por las dos partes. En toda la frontera había solamente un lugar adecuado para penetrar en el territorio enemigo.
Allí vive, informaron, un pequeño pero laborioso campesino en una diminuta casa con su encantadora esposa. Están muy enamorados. Se dice que son el matrimonio más feliz de la tierra. Tienen un hijo…
 

  1. Clase

El verano pasado, en la sierra, Jorge se perdió. Nadie lo había visto en las últimas ho­ras de la tarde. Poco después de comer, él solo había salido en bicicleta. Nadie supo de­cir en qué dirección. Los cinco de nuestro grupo, amigos hasta unas horas antes, deci­dimos colaborar en su búsqueda. Con otros jóvenes del pueblo hicimos varios grupos de rastreo. Como nadie lo encontró, sus padres se pusieron en contacto con la Guardia Civil.
Había muchos comentarios, como suele pasar en estos casos. Nosotros lo relacioná­bamos con la discusión de la mañana. Él nos tenía hartos por su cabezonería y por que­rerse salir siempre con la suya. Estábamos organizando una peña para las fiestas del pueblo y no había manera de que hablara civilizadamente. Acabamos mandándolo a paseo. Se fue muy humillado porque todos nos habíamos puesto frente a él. Evidente­mente, no podíamos sospechar que hiciera eso de irse; pero una vez que lo ha hecho, no nos extraña. Sabemos que lo que quiere es dar un susto y tener pendientes a todos de él. Aparecerá. Sin embargo, la noche fue muy dura: dudas, idas y venidas, cuchi­cheos y algo de culpabilidad. A nosotros nos preguntaba todo el mundo…
 
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