[vc_row][vc_column][vc_column_text]“Una de las más grandes injusticias
de este mundo contemporáneo consiste precisamente
en que son unos pocos los que poseen casi todo,
y muchos los que no tienen casi nada…”
(Encíclica Sollicitudo rei socialis)
Cada vez son más las acciones que se llevan a cabo con ocasión de la Jornadas contra el Hambre, en el mes de febrero, en los centros educativos, parroquias y organizaciones de todo tipo.
Muchos tienen la tentación de que es imposible luchar contra determinadas situaciones de nuestro mundo: el hambre, por ejemplo.
Nosotros, sin embargo, creemos que podemos ir haciendo más de lo que pensarnos. Reproducimos y hacemos nuestras las siguientes acciones individuales, familiares o grupales que contribuyen a ir cambiando ciertos modos de vida. Los tomamos de Juan Bosco Sancho, un educador que los señalaba en la revista Don Bosco comunicación, órgano de comunicación de la Federación de Centros Juveniles Don Bosco.
Individualmente
– No multipliques tus exigencias cuando otros ni siquiera tienen lo necesario.
– Si amas tu vida y la de los otros rechaza el mito del «siempre más».
– Utiliza el agua necesaria. Revisa tus hábitos ante este elemento indispensable en nuestra vida.
– Entra en contacto con Instituciones de tu confianza que realizan proyectos de solidaridad con el Sur del mundo.
En la familia
– Colaborad en iniciativas de ayuda.
– Apreciad los productos no por la marca comercial, sino por la fatiga de quienes los han elaborado.
– Comprad productos elaborados sin el uso de insecticidas, productos perjudiciales e inútiles usados solamente por la estética del producto.
– Muchas cosas usadas conservan un valor. En la naturaleza todo se recicla. Tira los desperdicios de forma que puedan ser reutilizados. Separa el papel del plástico, vidrio, hojalata… Utiliza los contenedores adecuados.
En la Escuela
– Valora la presencia de actividades relacionadas con el Tercer Mundo.
– Colabora en iniciativas que pretenden compartir los bienes con quienes no tienen lo necesario.
– Inventa iniciativas de ayuda mutua.
– Valora el trabajo de quienes están contigo y día a día te atienden.
– Participa en tareas de voluntariado (puntual o permanente).
Estas y otras acciones, algunas de ellas señaladas en este mismo número de Misión Joven y en este Cuaderno Joven, ayudarán a tomar conciencia y actuar ante esta realidad.
Cuaderno Joven
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]