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DESCUBRIR LA REALIDAD: DESCUBRIR LA VIDA DE LAS PERSONAS
Ofrecemos esta experiencia de las Comunidades de Adsis que trata de descubrir la verdadera realidad a la que fácilmente nos hacemos ciegos: las desigualdades sociales y, en definitiva, la injusticia que rodea la vida de muchas personas.
Para descubrir hoy la estrella guiadora,
habrá que mirar hacia los marginados
y excluidos del mundo entero
Antonio Gala
Un día le pregunté a un señor mayor dónde estaba la calle Ancha, porque la ciudad era nueva para mí. Me dijo que llevaba toda la vi da viviendo en la ciudad pero que, aunque había oído muchas veces el nombre de esa calle, nunca había pasado por ella, y lamentablemente no podía decirme dónde estaba. Me quedé defraudada pero, al doblar la primera esquina, comprobé sorprendida que el letrero de la calle decía: «Calle Ancha».
Mucha gente pasa por las cosas sin detenerse y pasa por la gente y por sus problemas como sin prestar atención; supongo que no quieren complicarse la vida. A nosotros también nos sucede que pasamos muchas veces de la realidad y caminamos por la vida como ciegos, sordos y mudos. Qué verdad es aquello de que «ojos que no ven, corazón que no siente».
Así nos vamos fabricando nuestro propio mundo conocido de lugares, relaciones, trabajo y diversiones, que con el tiempo se convierte en el único mundo que pensamos que existe. Pero la realidad está ahí por mucho que miremos a otra parte, con esos rincones de la ciudad donde se anega el sufrimiento, con aquellas pálidas ventanas tras las que se oculta la miseria, la soledad, la violencia.
En verano, muchos jóvenes buscan que su ceguera no se cure, y se lo montan en viajes exóticos y hasta solidarios para disfrutar como desconocidos del desconocimiento de la realidad. Es patético repasar algunos álbumes de fotos en los que puede verse en primer plano a fornidos y playeros jóvenes europeos y, al fondo, un paisaje natural maravilloso en el que se
incrustan varios negritos miserables, como para dar más realismo y colorido a la imagen.
Sin embargo, también hay jóvenes que no gustan de esas frivolidades y amnesias de humanidad y tratan de hacer de su tiempo libre un libre ejercicio de solidaridad. Por desgracia, hoy son los menos, pero afortunadamente son los más humanos y los que nos hacen abrigar la esperanza de una nueva historia.
En esta especie de corriente cálida se sitúa la experiencia de Contrapunto Social, que no consiste en salir en verano hacia alguna parte, sino que es el intento de entrar más al fondo de las cosas para ver, oír, tocar, sentir, como lo hace la gente real de nuestros pueblos y ciudades.
Queremos descubrir y padecer los escandalosos contrapuntos sociales que se dan entre nosotros, en nuestras propias narices, para ver si después tenemos estómago como para olvidarnos de ellos.
Queremos ser nosotros mismos contrapunto que, a través de apuestas concretas y sencillas, pongan color a la monotonía gris que nos venden cada día aquellos que comercian con los sueños de la gente, con sus trabajos, con sus viviendas, con sus estómagos.
Durante quince días recorreremos un camino exterior e interior que nos permitirá medir nuestro nivel real de humanidad, al comprobar directamente las condiciones de vida, costumbres, necesidades, de diversos grupos urbanos y rurales que, como un mosaico multicultural y económico, pintan el rostro de nuestra sociedad. El propio paisaje castellano, labrado y desgastado por los siglos, está conformado como un contrapunto natural de inhóspitos mares de seco cereal y frondosas riberas verdes, recios fríos y calores sofocantes, pueblos medievales y modernas ciudades.
Cada día buscaremos la sombra y el agua, trabajaremos por el pan, nos uniremos en la dificultad y en la necesidad como quien sabe que le va la vida en ello. Habrá de todo. También la fiesta y la alegría de los auténticos compañeros y supongo que alguna que otra pena. También Jesús, el Moreno, se ha apuntado a esta experiencia, como a él le gusta, como uno más; a compartir el Pan y la Palabra alentando los cansancios y urgiendo a la solidaridad.
- Motivación
En estos últimos años la Iglesia en Castilla y varios organismos públicos han promovido una exposición denominada «Las Edades del hombre» en las principales catedrales de la región. Una de las fases de la exposición lleva el título de Contrapunto, y es una especie de síntesis y recopilación de las anteriores.
Contrapunto quiere indicar que se presentan obras de arte antiguo, junto a obras modernas, para percibir ese contraste que constituye la propia realidad en la que convivimos con estilos, tiempos, materiales diversos. De esta forma se accede a una visión trenzada de la realidad de nuestra cultura.
Nos parece que esta idea es muy sugerente si la aplicamos, no ya a las obras de arte, sino a las situaciones socioeconómicas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Debemos posibilitar en los jóvenes, entre otras cosas, el desembarco en la realidad-real, que es compleja y está compuesta por contrapuntos sociales, económicos, culturales, que la explican y la acercan no sólo para el análisis teórico sino para el contacto efectivo.
Creemos que una experiencia de contrapunto social puede ayudar a los jóvenes que se acercan a nuestros grupos a interrogarse sobre la realidad y sobre su propia vida, y abrirse así a la necesidad de dar una respuesta solidaria y fraterna.
- Ideas fuerza
Las ideas-fuerza de esta experiencia son las siguientes: Contrapunto, Itinerancia e Identificación. Contrapunto social, descubierto desde la vivencia concreta y no sobre el papel. Itinerancia, como camino y proceso de abajamiento solidario hasta recorrer los caminos de los pobres. Identificación con las personas y grupos que sufren la marginación y la exclusión social, reconociendo en ellos a Jesús de Nazaret.
Se trata, por tanto, de convivir y experimentar durante unos días las diversas situaciones sociales que constituyen nuestra sociedad, haciendo el itinerario descendente desde la sobreabundancia hasta la marginación, identificándonos con los colectivos marginados, reconociendo en ellos al Jesús Paciente, joven y pobre, viviente en el hombre oprimido.
Pensamos que una de las claves de esta experiencia de contrapunto social está, no tanto en los colectivos que conozcamos o en los lugares que visitemos, sino en las dinámicas y experiencias concretas a realizar y en el formato que logremos diseñar, de modo que los jóvenes que realicen esa experiencia vivan en propia carne las situaciones de injusticia y desigualdad que conforman los contrapuntos sociales. Estas situaciones son la realidad de la que parte nuestra vocación Adsis y que es la base pedagógica-experiencial que queremos transmitir a los jóvenes.
Observamos que en los procesos y experiencias que se vienen diseñando en estos últimos años se da una sobreabundancia de elementos reflexivo-formativos por encima de los aspectos activo-experienciales. De ahí que esta iniciativa que proponemos quiera poner el acento en la experiencia, que implique directamente al joven en su propia vida concreta, desde la comida hasta la vivienda, para que experimente en sí mismo la vida real y sufrida de los pobres.
- Objetivos y estrategias
* General
Propiciar unas situaciones en las que los jóvenes puedan experimentar las desigualdades sociales y sus causas, de modo que se interroguen y comprometan su vida desde una fe liberadora.
* Específicos
– Conocer la realidad sostenida sobre la injusticia estructural.
– Sentir y vivenciar las situaciones y condiciones concretas en las que viven los diversos grupos sociales que componen la sociedad actual.
– Remover la conciencia y el estómago aplicando un estilo de vida durante la experiencia, acorde al lugar y a las personas con las que convivamos.
– Contar con los otros jóvenes para trabajar en equipo.
– Descubrir la presencia de Jesús y formular, desde el lugar de la experiencia, los compromisos y proyectos a los él nos mueva.
* Estrategias
Dividimos la experiencia en cuatro fases:
La primera, con una duración aproximada de tres días, se sitúa en una zona residencial de Salamanca (Urbanización Valdelagua).
La segunda es una ruta de Salamanca hasta Valladolid a lo largo de cinco o seis días, caminando, comiendo y durmiendo en el campo, ofreciendo nuestro trabajo para ganamos el pan de cada día.
La tercera se sitúa en Valladolid, en donde estamos en la calle descubriendo a la gente sin techo, procurando identificamos -si es posible- con ellos, conociendo su vida, sus trabajos, sus necesidades, sus alegrías.
Por fin, la cuarta, un día dedicado a la evaluación y encuentro de grupo.
Se trata de vivir en esos días las mismas situaciones de la gente y de los lugares en los que estemos; por tanto, las dinámicas se ajustarán en las diversas etapas de la experiencia a las necesidades de esa circunstancia.
- Desarrollo
* Primera fase: ¡Qué bien vivimos! En la tierra de la provisión
- Acogida y presentación del Contrapunto social. Búsqueda de un símbolo de esta experiencia itinerante.
- Vivir y disfrutar. ¡Qué sensación de vivir! Pasar unos días tomando el sol en la piscina, jugando al tenis, squash, baloncesto, ir de copas por la noche, etc.
- Revisión de la primera fase y motivación de la segunda.
*Segunda fase: Peregrinos por tierras de Castilla: su tierra, su gente, sus esperanzas
Cinco o seis días de itinerancia, haciendo de 23 a 30 km. diarios, según el trayecto: Pitiegua, Pedroso de la Armuña, Tarazona, El Campillo, Matapozuelos, Vana de Cega, Valladolid. El día transcurre de la siguiente manera:
6,00: Despertar y desayuno.
6,30: Salida y camino.
12,00: Llegada al pueblo y búsqueda de trabajo y comida.
14,30: Descanso o trabajo, si no se ha conseguido por la mañana Diálogo con la gente del pueblo.
18,30: Encuentro del grupo. Dinámica o juego.
19,30: Revisión del día. Oración o Eucaristía
20,30: Cena.
22,00: Descanso.
*Tercera fase: ¡Y no nos darnos cuenta! La trastienda de las ciudades y sus tribus
- Búscate la vida y conoce a las tribus urbanas. Invita a alguien a comer.
- Nos juntamos para comentar la experiencia y cenar juntos; quedamos en el barrio de las Delicias al lado del Benito Meni, junto a las chabolas.
- Conocemos la ciudad y a los sin techo en la noche. Vivimos sus destinos.
- Invitamos o nos añadimos a sus gentes a la hora de buscar la comida, el trabajo, el techo.
- Nos reunimos todos en el parque de losPajarillos.Cenamos y comentamos la experiencia. Esta noche dormimos todos juntos. Nos acogen en los Salesianos, en el centro de los Pajarillos (Valladolid). Allí nos comunican el trabajo que ellos realizan en el barrio y nos ayudan a tomar conciencia de la situación de la población gitana que habita este barro y de los jóvenes que van en busca de droga al barrio.
* Cuarta fase: La experiencia nos marca y la compartimos
Día de encuentro, diálogo y despedida.
Padre nuestro,
que estás en los voraces calabozos
y en las celdas vigiladas de los presos.
Que estás donde los hombres de hoy esperan
la promesa cotidiana de tu Reino.
Donde lloran o sueñan, trabajan o conspiran
los solos, los incultos, los hambrientos.
Donde el odio se combate y se supera
por el gozo del perdón y del encuentro.
Donde luchan los libres y los fuertes
contra el diablo del mal y sus enredos.
Que estás donde entre hermanos te decimos.
¡Padre nuestro!
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