Corazón solidario Propuestas para educar en la solidaridad

1 enero 1997

 

Herminio Otero

 

HÁBITOS DEL CORAZÓN DELCORAZÓN SOLIDARIO

Resume Machado que «un corazón solitario no es un corazón». Y el refranero, popular re­cuerda que el corazón no habla, pero adivina. Joubert lo resumía de otra forma: «Cuando} ama, es el corazón quien juzga».
Después de siglos recalcando el predominio de la razón, al final del segundo milenio vienen voces proféticas reivindicando la primacía del corazón: Y se habla de la inteligencia emocional como la que nos ayuda a desenvolvernos en la vida más allá de la sabida inteli­gencia racional y nos da las claves para llevar una existencia razonablemente feliz. Y va apa­reciendo lentamente la conciencia de un corazón nuevo, que ya no es un corazón solitario sino solidario.
 
– Corazón solidario
 
El clásico esquema de «ver, juzgar y actuar» va tiñéndose, en cada uno de sus pasos, con la fuerza del corazón.
 

  • Ver con corazónes acrecentar la concien­cia y sensibilidad para descubrir lo que no se ve desde otros ámbitos («Lo esencial só­lo se ve con el corazón», resumía elPrinci­pito).
  • Juzgar con corazónes tomar postura men­tal y vital, posicionarse de forma decidida, estar dispuesto a dar pasos ante las situa­ciones que nos apasionan (con la pasión del corazón, que asume el sufrimiento y lo trans­forma en gozo y alegría).
  • Actuar con corazónes dejarse llevar por la locura de decidirse a obrar como si todo de­pendiera de nosotros, con la conciencia de que nadie hará lo que nosotros no hagamos y con la seguridad de que nuestra acción per­sonal está ayudando a transformar las reali­dad global.

Todo esto es un objetivo y una tarea. Desde la educación se pueden tener unos plantea­mientos determinados que ayuden a realizar ese objetivo convirtiéndolo en tarea gozosa. Y sobre todo, se pueden llevar a cabo acciones concretas que ayuden a crecer en sensibilidad y a comprometernos con acciones transfor­madoras ante situaciones cada vez más acu­ciantes para mayor número de personas, cer­canas o lejanas a nosotros.
Recordamos algunos criterios generales y ofre­cemos algunas propuestas concretas que jóve­nes y educadores pueden llevar a cabo, cada uno a su nivel: unos animando y coordinando, y otros realizando y tomando conciencia. Lo im­portante es llegar a actuar con un sentido y un planteamiento claros para crear hábitos de co­razón solidario, traducidos en pequeños com­promisos diarios que los concreten.
 

“CORAZÓN SOLIDARIO”: CRITERIOS GENERALES

Para trabajar con estos u otros materiales hemos de tener claros algunos criterios previos:

  • Se trata de una tarea a largo plazo. Lo bueno es crear una sensibilidad que lleve a vivir de in­mediato de una manera concreta y que lleva a actuar después de una forma consecuente con lo que se ha vivido.
  • Se ha de ayudar a que cada uno decida y tome postura ante la realidad. Una forma de hacerlo es contrastar nuestras ideas con las de los demás y escuchar a quienes están más sensibiliza­dos. Ellos nos ayudarán a eliminar prejuicios o ignorancias, conocer nuevos datos, descubrir nuevos planteamientos, etc.
  • Por eso hay que conocer esa realidad, recobrar la conciencia ante ella. Para ello se ha de pre­sentar también en sus aspectos dramáticos, aunque sin dramatismos sino aprendiendo a leer (seleccionar y elegir) con esperanza.
  • Hay que tener un planteamiento claro y recordar algunas verdades de a puño: «Si hay pobres es porque hay ricos», por ejemplo. Y si hay países pobres es porque hay países ricos. Pero tam­bién podernos hacer algo: «Si estás mal, busca a alguien que esté peor que tú y te necesite; haz algo por él y los dos mejoraréis».
  • Nuestras acciones deben enmarcarse dentro del esquema dé «pensar globalmente y actuar lo­calmente». Tenemos que partir de las estructuras causantes de injusticia y de las situaciones en que se manifiesta, pero sin amargarnos ni desanimarnos: podemos actuar en nuestro campo más cercano.
  • Será bueno descubrir nuestras contradicciones entre lo que decimos o proponemos y lo que hacemos. Así comenzaremos a cambiar los hábitos del corazón y a actuar localmente. ¡Y per­sonalmente!
  • Las elecciones afectivas nos llevarán a aclarar nuestros comportamientos y a clarificar nuestras actitudes. Y sobre todo nos llevarán a actuar con clarividencia y con esperanza.
  • Ofrecemos, diversos tipos de materiales que son a la vez documentos de trabajo. Muchos de ellos están tomados de periódicos y revistas; otros proceden de libros y documentos. Recor­damos la importancia que tiene ser sensibles para recortar aquello que nos ayude en nuestra tarea educativa y pastoral y trabajar después con ello, pues es la vida de los seres humanos -y por lo tanto la vida de Dios- la que llega a nuestras manos. Biblia y periódico se unen para des­cubrir la acción de Dios hoy y poder concretarhábitos de corazónque abran nuevos caminos de solidaridad.

 

PROPUESTAS PARA EDUCAR EN LA SOLIDARIDAD

Las siguientes propuestas están formuladas a partir de diversos documentos y quieren ser a la vez un modelo de trabajo sabiendo aprovechar diversos materiales y textos de relativo fácil acce­so. Sólo se requiere la sensibilidad del educador para rescatarlos de entre la abundante informa­ción que nos llega y saber después trabajar con ellos.
No hemos hecho una lista de propuestas y actividades concretas, pero se pueden seguir en la sección «Solidaridad» de La Revista, suplemento dominical de El Mundo. En ella aparecen cada domingo ideas y experiencias concretas de solidaridad.
 

  1. Datos y claves

CLAVES DEL HAMBRE EN EL MUNDO

– Escasez de agua: 230 millones de personas de 26 países, de los que 11 son africanos y 9 de Oriente Medio, sufren graves problemas de abastecimiento de agua. La FAO advier­te que una mejora en la gestión de los recursos hídricos es fundamental para incremen­tar la producción agrícola, clave para lograr un mínimo grado de seguridad alimentaria.
– Más desnutrición: Nueve son los países europeos y de la antigua URSS que han ingre­sado en el desgraciado club de los 82 países cuya mayor parte de habitantes padece desnutrición crónica. De ellos, exactamente la mitad (41) son africanos, 14 asiáticos, 7 latinoamericanos, 6 del área del Pacífico y 5 de Oriente Medio.
– El umbral de la pobreza: 370 dólares (unas 45.000 ptas.) es la cantidad que el Banco Mundial fija como salario mínimo anual per cápita. En el Mundo, 1.300 millones de per­sonas no alcanzan esa cifra. Una de cada cinco personas del planeta vive en la miseria.
– Sobrealimentación y hambre: 13 millones de niños mueren cada año en el mundo an­tes de cumplir los cinco años por enfermedades que pueden prevenirse. Otros 220 mi­llones de niños sufren un estado avanzado de malnutrición. Esas cifras contrastan con el hecho de que el 70% de las causas de muerte en los países desarrollados están rela­cionadas con la sobrealimentación y el tipo de vida.
– Superpoblación: 8.700 millones de personas habitarán, según los datos de la FAO, el planeta en el 2030. Eso implicará una disminución de los recursos naturales, especial­mente del agua, y de la superficie arable.
– Más problemas, menos ayudas: En el decenio 1982-92 las naciones más desarrolladas han reducido un 38% las ayudas para el desarrollo de la producción agrícola de los paí­ses pobres. Este descenso corre paralelo a la disminución -entre 1974 y 1994- de un 25% de la aportación de los países más ricos en concepto de ayudas al desarrollo en general.
«La Vanguardia», 25.11.96
 
 
 
– Terminó el Año de la Erradicación de la Pobreza en el mundo (1996), pero el mundo sigue con más pobreza.
– Es una vieja historia: el año 1984 debía ser el punto de llegada: erradicar el hambre del mundo era posible y esa era la fecha elegida, diez años antes, para acabar con las hambrunas pun­tuales y estructurales.
– En realidad, 22 años más tarde lo único que se puede hacer es redefinir el problema, pues el hambre no se centra sólo en los países menos desarrollados del globo, sino que ya ha hecho mella en parte de los ciudadanos con menos recursos de los países occidentales: 50 millones de europeos, de los cuales 45.000 son españoles, viven ahora mismo por debajo del umbral de la pobreza.
– En concreto, de los 5.500 millones de personas que habitan en la Tierra, unos 1.300 millones viven en la pobreza. Y un hecho nuevo: la pobreza urbana mata más que las guerras.
 

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– Conviene no olvidar los grandes problemas de la humanidad. Sobre todo es necesario to­mar conciencia de sus causas. Por eso hay que recordar los grandes números para to­mar conciencia de que somos privilegiados o de que la realidad no es como nosotros la vivimos.
– A pesar de ser grandes estadísticas, y por lo tanto referirse a situaciones lejanas o ajenas, estos números pueden ayudar a acrecentar nuestra sensibilidad ante una realidad dolien­te que afecta a millones de personas.
 

  • Actividades

– ¿Estamos de acuerdo con estas claves? ¿Qué nos revelan?
– ¿Qué podemos hacer nosotros ante ello? La respuesta nunca puede ser «nada». Porque podemos dirigir nuestra orientación vital, actividad, sensibilidad… hacia una dirección o hacia otra.
– Establecer contacto con ONG que lleven a cabo proyectos concretos.
– El 0’7, por ejemplo, no puede ser una campaña que salta en los otoños y después se ol­vida. ¿Cómo podemos enterarnos de lo que piden y promover acciones continuadas pa­ra recordar sus peticiones y compromisos?
 

  1. Simulación e implicación

– Un mundo de mil habitantes
¿Cómo sería el mundo si lo redujéramos a mil habitantes? He aquí una comparación que puede ayudarnos a tomar conciencia de la re­alidad. Porque si los 5.500 millones de terríco­las se redujeran a los mil habitantes de un pueblo, habría cinco militares, algún agricultor menos, y el médico atendería a tres pacientes al día. Más de la mitad de sus habitantes serí­an asiáticos, y el agua supondría un bien muy preciado al que sólo tendría acceso un tercio de los vecinos… Este sería el resultado (cf. Ruth Baza, «El Mundo», 27.10.96):
 

  • Torre de Babel

El «Nuevo Mundo» sería una especie de Torre de Babel compuesta por 584 asiáticos, 124 africanos, 95 europeos, 84 latinoamericanos, 55 habitantes de la extinta URSS, 52 nortea­mericanos y 6 australianos y neozelandeses. Las lenguas más habladas por la mitad de la población serían el mandarín -165-, inglés -86-, hindi o urdu -83-, español -64-, ruso -58- y árabe -37-; mientras, los 500 restantes tendrían que entenderse en portugués, bengalí, in­donesio, japonés, francés, alemán y en otros doscientos dialectos menores.
 

  • Vida y muerte

En un año nacerían 28 niños, de los cuales sólo 3 tendrían buenas perspectivas labora­les. La expectativa de vida de los menos afortunados sería de 65 años, 10 menos que el trío de agraciados si son varones y 13 si son hembras. En el mismo período de tiempo habría 10 fallecimientos: 3 por hambre, 1 de cáncer y 2 bebés antes de cumplir el primer año de vida. Una persona de las 1.000 resultaría infectada por el virus del sida pero no desarrolla­ría la enfermedad hasta más tarde. En el segundo año de existencia de esta ciudad el nú­mero de habitantes sería 1.018.
 

  • Escasez de agua

Un tercio de los habitantes tendría acceso a agua potable y por lo tanto, mejores condi­ciones higiénicas. Dos de cada tres se verían privados del líquido elemento, primero por causas económicas y segundo por el nivel de contaminación del agua. El transporte indivi­dual, es decir, el coche sería privilegio de 70 personas.
 

  • Dinero mal repartido

El presupuesto anual del pueblo ascendería a 396 millones de pesetas. Por cada rico ha­bría 3 pobres; 200 personas recibirían el 75% del total de ingresos, y otras 200 se repartirí­an el 2%. Del presupuesto inicial se invertirían 23.892.000 de pesetas en armamento. 20.988.000 en educación y 17.824.000 en sanidad.
 

  • Católicos o agnósticos

Las creencias religiosas se dividirían de la siguiente manera: 329 cristianos, entre los que se cuentan 187 católicos, 84 protestantes y 31 ortodoxos; 178 musulmanes, 132 hindúes, 60 budistas, 54 ateos, 3 judíos y 86 seguidores de creencias minoritarias. 167 ciudadanos se declararían agnósticos. Menos de la mitad de las mujeres tendría acceso a los anticon­ceptivos; el motivo es en parte religioso -también económico y cultural- ya que el número de católicos es superior en la aldea y su influencia al respecto es grande.
 

  • Maestros y soldados

Entre el millar de ciudadanos se encontrarían 4 agricultores -el incremento de vertederos, el avance de la desertización y de los constructores obligaría a los profesionales del campo a abandonar sus faenas y dedicarse a otra cosa-, 5 soldados profesionales, 7 maestros -en­tre primaria, secundaria y universitarios se repartirían el pastel de la enseñanza-, 1 médico de medicina general que a diario podrían atender sin problemas a 3 pacientes y 3 refugia­dos de guerra o emigrantes que huyen de la pobreza. La mitad de los 670 adultos del pue­blo serían analfabetos.
 
 

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– Las grandes estadísticas no hacen más estimables los problemas porque nos alejan de ellos: a nosotros no nos tocan. Por eso conviene acercarlos de modo que nos sintamos más reponsables de lo que pasa en el mundo y comencemos a actuar desde nuestras posibili­dades.
 

  • Actividades

– ¿Qué conclusiones sacamos de estos datos?
– Repasar los datos del reparto mundial y ver dónde está cada uno. Lo importante es to­mar conciencia de que somos privilegiados… ¿Somos conscientes de ello? ¿Cómo ac­tuamos?
– Reducir los números de mil a cien habitantes y realizar un ejercicio de simulación en el centro educativo (escuela, parroquia, asociación, centro juvenil…). Se reparten papeles de modo que esté representado todo el mundo. Ver las reacciones… ¿Qué podría hacer ca­da uno, desde donde está, para arreglar esa situación?
 
 
 
 

  1. Textos

– El compromiso

  • El compromiso es uno y entero: no puede quedar reducido a un aspecto o a un tiem­po de la vida (juventud … ). No creemos en la parcialidad ni en la parcialización del compromiso.
  • El compromiso, uno y entero, va unido al resto de la vida: no se puede desvincular de la familia ni del trabajo, los ámbitos más importantes de nuestra existencia.
  • El compromiso es beligerante y no puede ser neutral. Significó siempre la toma de partido por una persona, por un grupo, por una fe o por un programa social o político. No se puede reducir a una acción social o de cualquier otra índole, pues adquiriría un tono completamente neutral que no cues­tiona el orden establecido y dejaría de ser beligerante.
  • El compromiso es vinculante: es compro­miso de toda la persona, de todo el ser humano por entero; no de su cabeza, co­razón o voluntad solamente; no sólo de su talento o intuición; no sólo una parte de su tiempo o bienes…, sino de la persona por entero.
  • El compromiso es una forma de entender la Vida: es una cosmovisión que engloba todas las facultades de la persona; es una fe que genera esperanza al ver la propia vida implicada en este mundo.
  • Entender la vida como compromiso supo­ne un proceso. Es algo gradual: un proce­so que ocupa todos los años de la propia existencia, y es camino que debe ser re­corrido junto a aquellos que sueñan y de­sean lo mismo.
  • El compromiso cree más en el testimonio personal que en los grupos brillantes de la acción; espera más del crecimiento per­sonal que en el hacer personal. Es una forma de ser, no de hacer.

El compromiso implica una forma de ser positiva, esperanzada y comunicativa…
 
 

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– Para crear hábitos de un corazón solidario es necesario tener claras las claves que lo con­forman. Conviene clarificar qué significa vivir de forma comprometida para actuar des­pués en consecuencia.
– El Este texto puede ayudar a ello. Fue enviado por Eduardo Martín y Celedonio Lucasvo­luntarios en Honduras, como otros dos que se incluyen en el apartado siguiente (Poemas «Sé lo mejor de lo que fueres», «Un objetivo para vuestra vida”). Nosotros lo hemos adap­tado ligeramente.
 

  • Actividades

–  ¿Qué se dice del compromiso? ¿Es nuestro compromiso como se señala aquí?
–  ¿Cuál creemos que es el punto más importante? ¿Falta alguno?
–  ¿En qué debería cambiar nuestra acción para actuar según estos puntos?
–  Revisar las acciones que realizamos a partir de estos puntos.
 
 
 

  1. Poemas y textos poéticos

Los nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres
que algún mágico día llueva de pronto
la buena suerte, que llueva a cántaros
la buena suerte; pero la buena suerte
nunca llueve ayer, ni hoy, ni mañana ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ninguno, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida,
jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folclore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre sino número.
Que no figuran en la historia universal
sino en la crónica roja de la historia local.
Los nadies, que cuestan menos
que la bala que los mata.

Eduardo Galeano

Y me declaro culpable

Me declaro culpable de no haber hecho
con estas manos que me dieron,
una escoba.
 
¿Por qué no luce una escoba?
¿Por qué me dieron manos?
¿Para qué sirvieron
si sólo vi el rumor del cereal,
si sólo tuve oídos para el viento
y no recogí el hilo de la escoba,
verde aún en la tierra,
y no puse a secar los tallos tiernos
y no los puede unir en un haz áureo,
y no junté una caña de madera
a la falda amarilla
hasta dar una escoba a los caminos?
 
Y así fue como se me pasó la vida
sin aprender, sin ver,
si recoger y unir los elementos.
En esta hora no niego que tuve tiempo,
tiempo, pero no tuve manos,
y así, ¿cómo podría aspirar
con razón a la grandeza
si nunca fui capaz de hacer una escoba,
una sola,
una?
 
Sí, soy culpable de lo que no hice,
de lo que no sembré, corté, medí,
de no haberme incitado a poblar tierras,
de haberme mantenido en los desiertos
y de mi voz hablando con la arena.

Pablo Neruda

 
 

No descanses

Ya te sientas fatigado o no,
¡oh hombre!, no descanses,
no cedas en tu lucha solitaria,
sigue adelante y no descanses.
 
Caminarás por senderos confusos y enmarañados
y sólo salvarás unas cuantas vidas tristes.
¡Oh hombre!, no pierdas la fe,
no descanses.
 
Tu propia vida se agotará y anulará
y habrá crecientes peligros en la jornada.
¡Oh hombre!, soporta todas esas cargas,
no descanses.
 
Salta sobre tus dificultades,
aunque sean más altas que montañas,
y aunque más allá sólo haya
campos secos y desnudos.
¡Oh hombre!, no descanses
hasta llegar a esos campos.
 
El mundo se oscurecerá
y tú verterás luz sobre él
y disiparás las tinieblas.
¡Oh hombre!, aunque la vida se aleje de ti,
no descanses.

M. Gandhi

Sé lo mejor de lo que fueres

«Si no puedes ser pino en la punta de una colina,
sé arbusto en el valle,
pero sé el mejor arbusto al margen del regato.
Sé ramo si no puedes ser árbol.
Si no puedes ser árbol, sé un poco de césped
y da alegría a algún camino.
Si no puedes ser almizclero, sé tilo,
¡pero el tilo más vivo del lago!
No todos tenemos que ser capitanes:
también podemos ser tripulación.
Hay algo para todos nosotros en el mundo.
Hay cosas grandes y otras más pequeñas que realizar,
y es la próxima tarea que tenemos que emprender.
Si no puedes ser carretera, sé sendero.
Si no puedes ser sol, sé una estrella;
no es por el tamaño como se adquiere el éxito
o el fracaso. Pero, por encima de todo,
sé lo mejor de lo que fueres».

Un objetivo para vuestra vida

«¿Buscáis un objetivo para vuestra vida?
En el mundo faltan tres millones de médicos:
sed médicos de los pobres.
Más de mil millones de seres humanos
no saben leer ni escribir:
sed maestros para ellos.
Dos hombres de cada tres no comen lo suficiente:
sed sembradores y lograd que las tierras incultas
den cosechas que los sacien.
 
Vuestros hermanos necesitan de vosotros:
sed sencillamente nobles obreros
en cualquier disciplina
porque vuestro trabajo es nobleza
cuando está pendiente de una estrella.
Negaos a meter vuestra vida en una vía muerta.
Pero negaos también a la aventura
en que cuenta más el orgullo que el servicio.
 
Denunciad, pero ayudad,
protestad, pero para construir.
Que vuestra misma rebelión sea amor.
Sed cada uno de vosotros una pequeña parte,
una chispa de ese amor.
Organizad la epidemia del bien,
y que todo el mundo se contagie.
Fuertes son quienes quieren y creen construir.
Construid la felicidad de los demás…
y el mañana tendrá vuestro rostro.
 
¿Buscáis un objetivo para vuestra vida?
El mundo está deshumanizándose: sed personas. »

Cerosiete

Apenas un meñique: el cerosiete
de tus manos granadas como campos
de trigo, Tus manos fatigadas,
hambrientas de lucha y de trabajo.
Para cavar pozos nuevos de agua limpia,
para escribir la aventura de la dicha
para sembrar con la rabia y el esfuerzo
los surcos largos del pan de cada día.
Para el tambor y la caricia, altas las manos.
 
Una miga de boca, un dedal blanco
de saliva, el límite de un verso:
el cerosiete extasiado de tu grito,
la parte de tu voz con la justicia.
En el clamor de los pueblos aplastados,
en el sollozo sin lágrimas del mundo,
en el aullido que estalla las conciencias,
en la airada denuncia del profeta,
en el susurro calmado de los santos.
En la canción y en la risa y en el rezo,
como una flor en otoño, tu palabra.
 
El cerosiete del sol: que brille ahora
un poco menos de luz, pero que alcance
su tibia timidez las gentes todas.
 
El cerosiete del viento: apenas brizna
de sueño ilusionado tras los pájaros.
El sabor dulce de lágrimas sin pena,
un cerosiete de arroyos y lagunas,
de torrentes y fuentes y lloviznas.
El cerosiete feliz de cada beso.
El cerosiete del amor, de cada cumbre
nevada, del árbol orgulloso,
de cada playa tendida como un álamo.
 
Para que calle la muerte ya por siempre.
Para que el hambre no vuelva como un filo
a cercenar ponzoñoso las entrañas.
para que cese el hedor de los tiranos
de corromper las alas. mágicas del aire.
Para el gozoso derrumbe de las armas,
para la quiebra de los bloques y las bancas.
Para que en una carcajada luminosa
las mujeres y los hombres se levanten
hombro con hombro a caminar cada mañana.
 
Para romper de una vez el sufrimiento.
Para robarle el terreno a la injusticia
¿no habrás de dar el cerosiete a tu alma?
 

PARA TRABAJAR EL TEXTO

  • Sentido

– El lenguaje poético conecta como ninguno con la línea del corazón. Además, «la poesía es un arma cargada de futuro», se cantaba hace unos años con los versos del poeta c do la gente creía que iba a cambiar el mundo. Eso todavía sirve: para tomar conciencia de las cosas, para dar sentido a la realidad, para caldear la esperanza…
– Hemos recogido algunos textos. Cada uno tiene un origen distinto, su planteamiento concreto y su sentido específico. Cada uno puede usarse con objetivos diferentes.
 

  • Actividades

Sugerimos tan sólo una línea de actuación para cada texto. Pero la riqueza de cada de ellos da muchas más posibilidades de trabajo, que aquí no señalamos.
 
– Los nadies: Muchas actitudes y situaciones concretadas en este texto pueden estar también a nuestro alrededor. ¿Qué podemos hacer por ellos después de haber tomado con­ciencia de su realidad y haber concretado en situaciones cercanas?
–  Y me declaro culpable: Yo me declaro culpable de no haber…
– No descanses: ¿Cuáles de estos puntos nos reflejan? ¿A qué nos animan? ¿Qué personajes públicos están hoy actuando así? ¿Qué les ha llevado a ello y que nos puede mantener a nosotros en esa línea?
– Sé mejor de lo que fueres: Compararnos con un árbol: reflejar lo que somos, lo que hacemos, lo que soñamos…
– Un objetivo para vuestra vida: Contestar a quien hace esas recomendaciones, concretando cómo en el grupo o personalmente se llevan a cabo.
– Cerosiete: El cerosiete es un objetivo permanente. ¿Qué hacen otros? ¿Qué hacemos nosotros? ¿Qué versión se da aquí? ¿Qué nos descubre? ¿Cuál sería «el cerosiete de tu alma”?
 

  1. Testimonios

Una vida entregada

El trabajo que tenemos es ingente y mas teniendo en cuenta las condiciones materiales y psi­cológicas de este campo de refugiados de Nyamirangwe, que alberga a unos 30.000 refugiados.
Hemos organizado y financiado el servicio educativo del campo: escuela maternal, primaria , se­cundaria y alfabetización para cerca de 6.000 niños y jóvenes. También estamos colaborando en la pastoral, la enseñanza de pequeños oficios y en la ayuda a centenares de niños huérfanos, viudas y ancianos. Y todo ello bajo el filo de la espada continua y permanente de la inseguridad de que un día u otro puede ser más trágico aún para todos ¡No sabemos cuál va a ser nuestro futuro!»
Hermano Miguel Ángel isla (Carta del 6-95)
 
Ahora soy mucho más consciente de la realidad en que estoy metido y a veces aflora mi conciencia un miedo sordo, como chispas vivaces y fugaces. De todos modos, sé bien de quién me he fiado y voy con alegría al refugio. Este mundo (europeo) no es el mío, hay demasiada abun­dancia y en África, demasiada pobreza, pero el hombre aquí es más hombre».
Hermano Miguel Ángel Isla (Carta del 19-XI-96)
 
Tenemos que rezar por la paz de esta región de los Grandes Lagos, por el retorno con dig­nidad a su país, de estas pobres gentes con las que vivimos en el campo de refugiados. Os invi­tamos a rezar con insistencia, por esta causa, porque eso se puede hacer desde cualquier lugar. ¡Que vuelva la paz y la justicia para estas personas que tanto sufren!».
Hermano Julio Rodríguez (Carta del 10-X-96)
 
Mayor consuelo es que cuando mi hijo regresaba este verano al Zaire iba contento y ale­gre. Yo le decía: «¿Tú crees que puedes arreglar aquello?». El me decía: «Madre, si es que cuando nos ven a nosotros es como si vieran a Dios y si no les ayudamos nosotros nadie les ayudará». Mi hijo vivía aquello. Estoy orgullosa de él, de su vida y de su muerte por defender a los pobres, aun­que deja mucho hueco en mi casa. Espero que haya otras personas que le releven en su trabajo».
Otilia García, madre del hermano Servando Mayor.
 

Héroes en Zaire

Junto a la decepción ofrecida por el mundo desarrollado, incapaz de prestar una ayuda en la última tragedia africana, se alza el ejemplo del heroísmo de los misioneros, cuatro de los cuales, que sepamos, perdieron la vida el pasado día 31 violentamente a manos de milicianos hutus.
Hoy el mundo los considera héroes y mártires, y en efecto lo son. Alfonso Rojo contaba en su crónica el detalle inmensamente generoso de los cuatro religiosos que, sabiendo de las posibili­dades de morir si permanecían en su puesto, cedieron su camión para que huyeran dos sacer­dotes y un seminarista nativos y un grupo de monjas. Y entonces, escribía Rojo, «la terrible sole­dad y el desamparo (…) rodeó a los cuatro maristas en las horas previas a su muerte».
Su final sangriento aparece más conmovedor ante la evidencia de que los cuatro religiosos ha­bían enterrado allí su vida para ayudar a gente desamparada. No hacían política, sino caridad, y fueron recompensados a golpes. Qué injusticia atroz. Estaríamos en un error, sin embargo, si juz­gáramos el valor de esa entrega sólo por su final violento. El heroísmo no está sólo en la muerte por un ideal, sino también en el día a día dedicado a la ayuda a los demás a cambio de nada.
Lo sorprendente es que, cada vez que ocurre una tragedia, nos enteramos de muchos ejemplos de esta proeza cotidiana. Hay héroes anónimos en los lugares más perdidos de la tierra. De mu­chos de ellos nunca sabremos nada. Pero los casos que conocemos son un estímulo humano. Y también una denuncia del fracaso del mundo civilizado, que da demasiadas muestras de incapa­cidad y de egoísmo ante las graves tragedias desplegadas ante sus ojos.
Justino Sinova («El Mundo», 14-11-96)
 

Carmen López Llorens

Los justos que salvan una generación siguen existiendo, como la joven -lo es mucho y en mu­chos aspectos- que protagoniza nuestra historia.
Todo empezó muy pronto, apenas comenzados los estudios de primero de BUP Unos religio­sos cercanos a su parroquia la encaminaron a un hogar de ancianos regentado por hermanos de la Cruz Blanca. Un bautismo de fuego bastante duro para una jovencita de quince años porque se trataba de ancianos sin recursos, recogidos a veces de la calle, algunos con deficiencias físi­cas o mentales. Mari Carmen los visitaba todos los sábados.
«Allí me entró el gusanillo del trabajo social», dice. Ya no la ha abandonado nunca.
Buscando, buscando, encontró un nuevo campo de trabajo: un hogar para niños en régimen de acogida cercano a su casa. Los fines de semana que el estereotipo adjudica a la marcha, los de­dicaba Mari Carmen al trabajo solidario. La semana, a los estudios recién comenzados de traba­jo social.
Primero ancianos, después niños, jóvenes más adelante. Dos veces en semana comienza a acu­dir a un piso para drogadictos acogidos al Proyecto Hombre. Ese piso ha nacido de la idea de un religioso compañero de turno, está adscrito a una parroquia y a él asisten veintitantos voluntarios que cubren todas las horas del día y de la noche. Mari Carmen desarrolla ahí un trabajo educativo, hace el seguimiento de los jóvenes, evalúa sus relaciones, realiza un trabajo con las familias.
Lo que empezó en vocación y voluntariado ha terminado en profesión. Sin dejar el trabajo soli­dario, Mari Carmen se va a estrenar como educadora de calle. La acaban de contratar para par­ticipar en un programa financiado con fondos públicos y que pretende salir a la intemperie, al en­cuentro de adolescentes y jóvenes que van quedando por unas u otras razones al margen de una sociedad cada vez más estructurada.
Alguna vez ha recordado estos días el envío que hizo Jesús: en equipo pero a cuerpo, sin di­nero ni sandalias de repuesto, con el único bagaje de un anuncio que puede tener muchas for­mulaciones: para quien lo desea, el reino de Dios está cerca.
Carlos F. Barberá («Cáritas», septiembre 1996).

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– El 31 de octubre de 1996, la víspera de Todos los Santos, fueron asesinados en Zaire cua­tro hermanos maristas. No son los únicos. Otros diez misioneros españoles han muerto violentamente desde 1992. Cuando sucede algo así, los periódicos se llenan de noticias y comentarios, pero después se pierden.
– Reproducimos unos fragmentos de las cartas de dos de los cuatro hermanos maristas asesinados en Zaire y la opinión de la madre de otro de ellos.
– Incluimos también un comentario periodístico que aboga por el heroísmo «en el día a día dedicado a la ayuda de los demás a cambio de nada».
– Ponemos, por fin, un modelo concreto de una persona que sigue un proceso: voluntaria­do, implicación, vocación, profesión…
 

  • Actividades

– Leer y comentar los cuatro testimonios («Una vida entregada”). Comentar sobre los as­pectos centrales de cada uno de ellos: sentido del trabajo, opción consciente por otro mundo, sentido de la oración, sentido del compromiso…
– Comentar: «El valor de la entrega no se mide sólo por el final sino por el día a día dedi­cado a la ayuda a los demás a cambio de nada.» Buscar cómo somos nosotros mismos héroes anónimos… Relacionar este texto con la segunda canción expuesta más abajo.
– Seguir el proceso de Mari Carmen. ¿Qué pasos fue dando y por qué? ¿Cuáles son nues­tros pasos y hacia adónde? ¿Qué más justos salvan nuestra generación? Hablar de ca­sos concretos.
 

  1. Decálogos

Decálogo para actuar con esperanza

  1.  Amarás al que llame a tu teléfono, a tu puerta o a tu corazón. Y te amarás a ti mismo para po­der amar.
  2.  Escucharás con respeto, sin pasar jamás factura.
  3.  Acogerás a quien te precise. Y serás misericordioso con él y contigo.
  4. Serás hermano universal. Y no pondrás condiciones a quien te necesite.
  5. Actuarás con urgencia, porque la indefensión no espera.
  6.  Confiarás en la capacidad y posibilidades de quien llama y se acerca a ti.
  7. Potenciarás la libertad, autonomía y libertad de los demás.
  8. Defenderás a quien no puede defenderse, buscarás la paz en la justicia, optarás por la vida.
  9. Serás solidario, respetuoso, compasivo.
  10. Recuerda que no estás solo. Otros muchos trabajan contigo por un mundo más humano, ha­bitable y feliz.

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– Este decálogo se formuló con ocasión del 25 aniversario de la creación del Teléfono de la Esperanza, y va referido de forma específica a los voluntarios que trabajan en él. Con to­do, lo que dice se puede aplicar a todos los voluntarios, sea cual sea su campo de acción.
– La capacidad de escucha, sobre todo de escucha activa, es un auténtica forma de amar. Esta es un arma eficaz y poderosa que siempre podemos emplear.
 

  • Actividades

– Elegir los puntos que reflejan mejor lo que cada uno hace, lo que quiere hacer, lo que de­bería hacer… para tener un corazón solidario.
– Referir los puntos de este decálogo a otros campos de acción distintos de los del Teléfo­no de la Esperanza. ¿Cómo se pueden aplicar?
– La escucha es importante en todos lo momentos, no sólo cuando la persona está mal. ¿Cómo la facilita cada uno? ¿Qué deberíamos hacer para ello?
 
Sé solidario
Mantén siempre atentos los oídos                      Contagia con tu corazón un mensaje
al grito del dolor de los demás                           de esperanza, amor y paz,
y escucha su llamada de socorro.                      y da la mano al hermano.
Sé solidario. Comienza a amar.                         Sé solidario. Comienza a amar
 
Mantén la mirada siempre alerta            Conviértete en mensajero
y los ojos tendidos sobre el mar                        del abrazo sincero y fraternal
en busca de algún náufrago en peligro.               que unos pueblos envían a otros pueblos.
Sé solidario. Comienza a amar.                         Sé solidario. Comienza a amar.
 
Siente como tuyo el sufrimiento del hermano,     Arriésgate en la lucha
el de aquí y el de allá,                                       para que crezca la justicia y libertad,
y haz tuya la angustia de los pobres.                 vive y da la vida en el amar,
Sé solidario. Comienza a amar.                         Sé solidario. Comienza a amar.
 
Llega a ser la voz de los humildes,                     Entrega por amor hasta la vida
denuncia la injusticia y la maldad,                      como prueba mayor de la amistad,
descubre al injusto y al malvado.                       Haz como Jesús, un mundo más fraterno.
Sé solidario. Comienza a amar.                         Sé solidario. Comienza a amar.
 

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– Hemos adaptado este texto de Leónidas Proaño. Incluimos una frase final, que repetimos litánicamente y puede convertirse en eslogan, leitmotiv de una oración colectiva, frase comodín para motivar.
– El contenido es muy rico: puede servir como proyecto de futuro, tanto personalmente co­mo en grupo.
 
 

  • Actividades

– Leer y comentar cada uno de estos puntos: ¿Estamos de acuerdo con lo que dicen?
–  ¿Qué hace cada uno respecto al contenido de esos puntos?
– ¿Cuáles son las mayores dificultades y cómo se podrían solucionar?
– Si somos voluntarios, analizar nuestra actitudes a partir del texto.
 
 

Sé solidario y serás feliz

Felices los jóvenes                                                       Felices los jóvenes
que tienen idea clara de que las personas                      que luchan por la justicia
no son cosas y por eso defienden                                  y que lo dan todo sin esperar nada a cambio:
la justicia, la libertad y la verdad;                                   de ellos brotará la paz
ellos participan de la bondad de Dios.                            y en ellos se manifiesta el rostro de Dios.
 
Felices los jóvenes                                                       Felices los jóvenes
que creen en el amor;                                                   que se oponen a la opresión:
ellos encontrarán razones para vivir.                               ellos siembran la semilla de la paz.
 
Felices los jóvenes                                                       Felices los jóvenes
de corazón generoso, que viven con alegría                    que lo arriesgan todo por amor a los demás:
pensando en los demás                                                recibirán el ciento por uno.
y dan gratis lo que gratis recibieron;
ellos han elegido el mejor camino para ser felices.
Felices los jóvenes
que, con su entrega silenciosa
Felices los jóvenes                                                       son testimonio y llamada para los jóvenes
que están atentos a las llamadas de los otros;               de toda raza y lugar:
ellos serán sembradores de alegría.                               ellos son portadores de los valores del Reino.
 
Felices los jóvenes                                                       Felices los jóvenes
que dan testimonio de hermandad                                 que saben reconocer al Señor
en un mundo divido y enfrentado;                                   en todos los que encuentran:
en ellos se hace presente Jesús, el Hermano                 ellos han encontrado la verdadera luz,
de todos.                                                                     la verdadera sabiduría, el verdadero amor.
 

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– Otro texto basado en L. Proaño. De nuevo nos encontramos ante un espejo (para enca­rar el futuro y mirarlo con optimismo) y una propuesta esperanzada.
– Aunque se refiere explícitamente a los jóvenes, cualquier persona, como se ve, puede analizar su propia actuación desde este planteamiento.
– No se puede olvidar el fondo: el estilo de las bienaventuranzas de Jesús.
 

  • Actividades

– Decir qué nos hace felices. Para ello concluir cada uno la frase «Yo soy feliz porque…» Al final ver si coincide con los caminos de felicidad propuestas en este decálogo.
– Concretar cómo se pueden realizar las propuestas de cada uno de los puntos del decá­logo. ¿Qué podemos hacer en concreto en nuestro grupo?
 
 
 
 

  1. Parábolas

¿Quién puede hacerlo?
 
Esta es la historia de cuatro personas que se llamaban Cadauno, Alguno, Cualquiera y Ninguno.
Había que hacer un trabajo importante y se pidió a Cadauno que lo hiciera. Cualquiera estaba seguro de que Alguno lo haría, pero Nadie lo hizo.
Alguno se molestó a causa de ello, porque era el trabajo de Cadauno.
Cadauno pensó que Cualquiera podía hacerlo, pero Ninguno se dio cuenta de que Cadauno no lo había hecho.
Al final resultó que Cadauno riñó a Alguno, cuando Ninguno hizo lo que, en realidad, Cualquie­ra podría haber hecho.
 
 
 
PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– El Reproducimos esta parabolilla que hemos puesto en otro lugar (H. OTERO, Parábolas en son de paz, Ed. CCS, Madrid 1996, 97). Allí mismo se ofrecen otras 80 parábolas, muchas de las cuales pueden servir para seguir creando hábitos de un corazón solidario además de pacífico y pacificador.
– Pero resulta que muchas veces somos ingeniosos para escabullirnos, escaquearnos, es­caparnos… El caso es no comprometerse.
 
 

  • Actividades

– Elegir uno de esos personajes. ¿Cuál es el que más se parece a mí?
– ¿Cuál es el que representa mejor las actitudes de los políticos, los creyentes, los jóve­nes…?
– Reescribir la historia en sentido positivo: los mismos personajes dan una respuesta y ac­túan.
 
 
 
 
 
 
 

  1. Imágenes

 
 
 
 
 
 

PAUTAS DE TRABAJO

  • Sentido

– Reproducimos tan sólo una imagen como ejemplo de un material muy rico que puede pre­pararse a partir de los periódicos. (Véase la Imagen de este número de Cuaderno Joven).
– En este caso sigue la tónica de la parábola anterior: nuestras disculpas para no hacer nada.
 

  • Actividades

– ¿Qué concepto de solidaridad se ofrece aquí?
– Imaginar un diálogo entre los dos personajes. Representarlo. Continuar después la represen­tación pero haciendo que ellos cambien y lleguen a un auténtico concepto de solidaridad.
– El Trabajar uniendo esta imagen a la parábola del apartado anterior.
– Ver otras muchas imágenes validas en la colección de PPC El libro del buen humor, es­pecialmente en los libros de «Intermón» (Norte y Sur), «El Roto» (Habas contadas), Chumy Chumez (Pase usted sin llamar…). Seleccionar algunas y trabajar con ellas. O preparar una pequeña exposición.
 
 
 

  1. Canciones
Héroe anónimo

Su nombre no saldrá mañana en el periódico
ni a mediodía su rostro en la televisión.
Pero les aseguro que mi amigo es un héroe
de esos que dan su vida por amor.
 
Tendrá veinte años poco más o menos
y los ojos despiertos como un volcán,
una sonrisa fácil, aunque de hablar reservado,
y le encanta el fútbol y salir a bailar.
 
Hasta aquí me diréis: «Nada de particular,
nada que justifique que le vayas a cantar»,
pero el fin de semana cuando cierra los libros
mi amigo se viste de Supermán.
 
Y es que es un héroe,
un héroe anónimo.
un héroe, un héroe.
Un héroe anónimo, es un héroe.
 
Tiene toda una sala, sólo a su cargo,
diez o quince críos, yo diría que mil,
y a cada uno de ellos llama por su nombre
y cada uno de ellos le responden «Papá».
 
A Antonio, de quince, le da de comer en la boca.
Al Rata, de once, le está enseñando a andar,
y por la noche, después de que los ha acostado a todos,
mientras se fuma un pitillo, escucha a Supertramp.
 
Y el lunes, en la facultad, se hablará de mil cosas,
cada uno tendrá una aventura que contar.
Pero mi amigo, que tiene una sonrisa fácil,
es más bien reservado a la hora de hablar.
Y es que es un héroe…
 
Luis Alfredo (Solidaridad, 1992)
 
 

Solidaridad

Solidaridad (4 veces)
con el pescador que ve llenar de aceite el mar.
Con el labrador que llora un año de sequía.
Con el hombre de color que aún en el siglo XX
sigue despreciado por su piel.
 
Solidaridad (4 veces)
con los emigrantes y extranjeros no deseados.
Con los olvidados en los pozos de miseria.
Con loas que el consumo les consume hasta la vida,
hasta hacerlos desaparecer.
 
Solidaridad (4 veces)
con aquel anciano recluido en un asilo.
Con aquel enfermo terminal, ya sin sentido.
Con aquel trozo de vida que, aunque aún no ha nacido,
ya está palpitando por salir.
 
Solidaridad (4 veces)
 
Luis Alfredo (Solidaridad, 1992)
 

PARA TRABAJAR EL TEXTO

  • Sentido

– Es necesario trabajar con las canciones para crear hábitos del corazón, pues se cuelan di­rectamente hasta el núcleo donde se deciden actitudes y valores. Ofrecemos sólo dos con tema específico sobre la solidaridad. La primera servirá para recalcar nuestra posibi­lidad de incorporar a nuestra vida una acción solidaria. La segunda ayudará a descubrir y concretar causas justas por las que luchar sin desánimo y para caldear el corazón con otros que trabajan en acciones solidarias.
– Hay otras muchas canciones provenientes de los circuitos comerciales y de las que Cua­derno Joven ha ido dando cuenta cada mes… (Véase especialmente Tranquilo, majete, de «Celtas Cortos», o ¿Verdad que sería estupendo…?) y con las que se puede trabajar.
 

  • Actividades

– ¿Es este el retrato de los voluntarios que conocemos? ¿Por qué actúan? ¿Cómo lo ha­cen? ¿Cómo lo deberían hacer?
– La segunda canción se presta a cantarla colectivamente. Hacerlo después de haber tra­bajado sobre su contenido. Emplear diversos gestos mientras se canta, alternando con boca cerrada a la vez que se van leyendo de fondo poemas o noticias de periódicos, aportando datos de solidaridad.
 

  1. Libros

– RAFAEL DÍAZ SALAZAR, Redes de solidaridad internacional, Madrid, HOAC 1996.
Análisis de la cultura de la solidaridad internacional en España y de la organización de la injus­ticia en la política de cooperación con los países empobrecidos. Recoge las múltiples iniciativas ciudadanas de la sociedad civil para formar redes de solidaridad internacional y propone una re­estructuración de los organismos oficiales de cooperación.
 
– PEDRO SÁEZ, El Sur en el aula, Seminario de Investig. para la Paz, Zaragoza 1996.
Cuaderno para educar en la solidaridad en la escuela con materiales sobre la problemática Nor­te-Sur, distribuidos en tres bloques: horizontes históricos del conflicto, estrategias de explicación sobre la realidad Norte-Sur, y ejercicios y dinámicas para traducir el conflicto fuera del aula.
 
– J. A. PAIVIEGO-C. LLOPIS, Educar en la solidaridad, Ed. CCS, Madrid, 1994.
Planteamiento, metodología, modelos y sesiones tipo, con abundante ejercicios concretos pa­ra educar en la solidaridad.
 
– CENTRO NUEVO MODELO DE DESARROLLO, Norte-Sur., La fábrica de la pobreza, Ed. Popular, Ma­drid, 1994.
Libro escrito para cuantos no aceptan vivir en un mundo en el que cientos de millones de seres humanos viven en la extrema miseria, mientras una minoría nada en la abundancia. Página a pá­gina se explica cómo las multinacionales y los bancos se enriquecen a costa de los países del Sur. Sin quedarse en una simple denuncia, el libro propone qué podemos hacer cada uno de nosotros para provocar un cambio de actitud.
 
– IMANOL ZIJBERO, Las nuevas condiciones de la solidaridad, Desclée, Bilbao,1994.
Defiende que el problema actual no es la solidaridad en cuanto tal, sino el de su realización prác­tica. Se han agotado los modelos que hasta ahora habían servido para canalizarla; hace falta un nuevo modelo de solidaridad adaptable a la irrupción del Tercer Mundo: la solidaridad compasiva, que pasa necesariamente por un nuevo planteamiento moral.
 
– Libros y otros materiales sobre el voluntariado:
 
* P. CODURAS, Voluntarios: discípulos y ciudadanos, «Cristianismo i Justícia», Barcelona 1995.
* J.Mª MARDONES, Por una cultura de la solidaridad, FyS/Sal Terrae, Santander 1994.
* A. ÁLVAREZ BOLADO, «Giro de siglo» y solidaridad, Sal Terrae, Santander 1991.