Creatividad e iniciativa de los jóvenes en el surgir de nuevas figuras profesionales

1 junio 2007

Ángel Miranda
Secretario General de Don Bosco Internacional
 
Este artículo es la Comunicación presentada por el autor en IX Forum internacional de jóvenes, que con el tema “Testimoniar a Cristo en el mundo del trabajo” y organizado por el Pontificio Consejo para los Laicos tuvo lugar en Rocca di Papa, junto a Roma, del 28 al 31 de marzo de este año 2007.
 
Quiero comenzar esta breve comunicación sobre la creatividad e iniciativa de los jóvenes en el surgir de nuevas figuras profesionales con un documento de indudable valor para nuestro Foro. Se trata del primer contrato de aprendizaje que, parece ser, existe en el mundo. En la vieja Europa, Giuseppe Odasso es un joven llegado a la gran ciudad, con un bajo nivel busca trabajo. Quiere aprender un oficio. Para ello se dirige al taller del maestro Bertolino acompañado de dos adultos, su padre y el sacerdote Juan Bosco que le acoge en el oratorio que ha abierto para estos jóvenes en Turín. Las condiciones de trabajo y los esquemas de aprendizaje, ya en 1852, hay que ponerlos por escrito:

  • el joven se compromete a mantener una buena conducta y a esforzarse en el aprendizaje,
  • el patrón asume la tarea de enseñar como un buen padre al joven el oficio de carpintero, respetando su proceso de aprendizaje y su derecho a la formación,
  • el padre del joven se hace responsable de la conducta de su hijo , y
  • Juan Bosco, presbítero, aporta la dimensión educativa y pastoral de ese contrato a través de la complementariedad que ofrece su Oratorio para la formación integral.

Las condiciones y las exigencias de horario, de remuneración, de enseñanza aprendizaje, etc. pueden extrapolarse a la situación de millones de jóvenes que buscan trabajo en nuestro entorno industrial o postindustrial.
Pero para centrar nuestra atención, podemos fijarnos en un segundo documento. El trabajo infantil al que se ven sometidos más de 200 millones de niños y niñas en ese mismo contexto, supone una llamada de atención sobre la importancia de plantearnos el tema del trabajo juvenil unido al de la formación inicial, el acompañamiento en los procesos de inserción laboral y la formación continua, la adquisición de competencias personales y profesionales que corresponden a esas nuevas figuras profesionales de que habla el título de esta comunicación.
 

  1. Tiempo de interrogantes

 
Hablamos de la creatividad, de los jóvenes, de las nuevas figuras profesionales pero en un marco concreto: el mundo del trabajo. No obstante, ¿cuál es nuestra perspectiva sobre estos tres aspectos? ¿Dónde colocamos el punto de partida y el horizonte de llegada? ¿Qué significado reciben en una sociedad postindustrialque evoluciona hacia una globalización no sólo económica, sino centrada en el valor del conocimiento?
Es más, desde una referencia creyente de los participantes en el Foro y desde una perspectiva abierta a los criterios evangélicos que ponen en el centro la persona del joven como hijo de Dios ¿cómo leemos esas tres realidades: creatividad, jóvenes y profesionalidad?
En ese ámbito globalizante nos acercamos a unas políticas de empleo juvenil que afectan a todos los agentes del mundo laboral: las administraciones públicas, las empresas, los agentes sociales, el mercado de trabajo, etc. ¿lo hacemos en diálogo de igual a igual con estas realidades civiles y  seculares o preferimos refugiarnos en nuestro ambiente fundamentalmente eclesiástico?
 
Desde la dimensión transnacional de nuestro Foro, habrá que hacer referencia explícita a otras entidades internacionales que, con todos los interrogantes que nos plantean, también hablan, analizan, adoptan determinaciones y estructuran respuestas concretas a la problemática del trabajo juvenil: la Organización de Naciones Unidas,la Oficina Internacional del Trabajo o la Red de Empleo Joven también nos ofrecen perspectivas interesantes hasta el punto que, moviéndonos en este entorno, nos ofrecen cuatro claves fundamentales de respuesta a las necesidades y posibilidades de trabajo juvenil: las 4 E,

  • employability,
  • equal opportunities,
  • entrepreneurship, and
  • employment creation for young people.

 

  1. Complejidad del tema

 
Existen algunos datos numéricos que aportan complejidad a nuestro tema:

  • las estadísticas nos dicen que, sin contar los jóvenes que ya han abandonado cualquier esperanza de encontrar un trabajo decente, en 1995 un total de 58 millones de jóvenes no tenían trabajo o estaban en situación de desempleo, en el 2002 llegaban a ser 74 y en 2005 85 millones;
  • el 41% del total de los desempleados del mundo son jóvenes entre 15 y 30 años,
  • los índices de desempleo joven alcanzan el triple de los índices generales de desempleo;
  • los índices de crecimiento demográfico del número de jóvenes que necesitarán un puesto del trabajo son muchísimo más altos que el número de nuevos puestos de trabajo que pueden crearse en el mundo.

 
O con datos más concretos estamos ante una tendencia constante en las tasas de desempleo juvenil puesto que:

  • a lo largo de estos diez últimos años, únicamente se percibe una disminución importante en las zonas deEconomías desarrolladas y la Unión Europea ya que entre 1995 y 2005, en la mayoría de las regiones, aumentó el número de jóvenes desempleados;
  • el índice de mayor incremento – 85,5% (de 5,2 a 9,7 millones) – se produjo en el Sudeste de Asia y el Pacífico, seguido por 34,2 por ciento (de 13,0 a 17,4 millones) en África subsahariana;
  • en América latina y Caribe hablamos del 23,0 % ciento (de 7,7 a 9,5 millones), el 18,2% (de 7,2 a 8,5 millones) en Oriente Medio y África del Norte y en 16,1% (de 11,8 a 13,7 millones)en Asia del Sur .

 
A la luz de estos datos, la OIT estima que en los próximos 10 años serán necesarios 400 millones de empleos decentes y productivos – “más y mejores trabajos” – para aprovechar al máximo el potencial de la juventud actual aunque, al mismo tiempo, se constata que:

  • el incremento del crecimiento económico “está golpeando con fuerza a los jóvenes del mundo» porque las economías muestran su incapacidad para crear empleos decentes y productivos;
  • mientras la población juvenil creció 13,2 por ciento entre 1995 y 2005, la disponibilidad de empleos para este segmento de población aumentó sólo 3,8 por ciento hasta alcanzar los 548 millones;
  • el hecho de haber alcanzado un mayor nivel educacional no garantiza la inserción laboral de los jóvenes, en especial si hablamos de trabajo decente;
  • cuando el crecimiento económico es escaso o no se refleja en la creación de empleo, la seguridad de un puesto de trabajo suele ser más importante para los jóvenes que la satisfacción laboral;
  • las tasas de desempleo juvenil sólo sacan a flote la punta del iceberg de los problemas que los jóvenes afrontan a la hora de entrar en el mercado laboral y no ofrecen una imagen completa de los desafíos pendientes;
  • los jóvenes desalentados y los jóvenes que trabajan pero son pobres forman un grupo mayor que el de los desempleados.

Pero es necesario tener en cuenta también otra referencia de especial interés. Cuando comprobamos que casi el 89 por ciento de los jóvenes del mundo viven en economías en vía de desarrollo o que el crecimiento de la fuerza laboral juvenil continuará concentrado en África subsahariana, Sudeste de Asia y el Pacífico, en Oriente Medio y África del Norte, nos sentimos particularmente incómodos ante esa demanda de la OIT de 400 millones de nuevos puestos de trabajo. Y es que, aunque sea de forma esquématica y no absoluta, una lectura de la relación dialéctica Norte Sur en referencia al mundo del trabajo nos muestra aspectos que ofrecen pocas salidas a la problemática del empleo juvenil, mayoritariamente acuciante en esas zonas:
 

NORTE SUR
Negocio Supervivencia
Desarrollo adquirido En proceso de desarrollo
Alto nivel de instrucción Debilidad de los sistemas educativos
Riqueza Pobreza
Juventud preferentemente urbana Altas cotas de juventud rural
Nivel social creciente Nivel social bajo
Cultura empresarial desarrollada Baja cultura empresarial
Empleo orientado al “conocimiento” Empleo orientado a la “producción”
Etc. Etc.

 
A todo lo cual  podemos añadir otros otros factores que afectan a las perspectivas de empleo de los jóvenes

  • diferencias ideológicas
  • diferencias en las políticas públicas de empleo
  • diferencias sociales y de compromiso entre los distintos agentes sociales
  • situaciones de inestabilidad política
  • etc.

 

  1. Desde un compromiso creyente: claves de convergencia

 
Finalmente, para completar nuestra lectura del tema, es preciso tener en cuenta nuestra perspectiva sobre el sentido del trabajo y nuestro compromiso creyente.
En este sentido recibimos una aportación muy válida a raíz de la reunión conjunta de la OIT con el Consejo Mundial de las Iglesias (22-25.Febrero.2002) en la que se reflexionó sobre algunos elementos de convergencia en los “puntos de vista filosóficos y espirituales” en torno a la realidad del trabajo, lo que ofrece una perspectiva transnacional y religiosa más amplia al tema del trabajo de los jóvenes en el mundo. A modo de simple apunte, conviene tener presente los cinco puntos de vista en los que convergen las distintas tradiciones religiosas presentes en el encuentro: judía, cristiana, católica, musulmana, protestante, confucionista, budista, hindú, etc., aunque nosotros hagamos nuestra propia lectura de los mismos:
 

  1. “Las distintas tradiciones valoran positivamente el trabajo fundamentándose en el llamamiento divino o ético al trabajo”, en virtud del cual el trabajo humano deja de ser un castigo para convertirse en componente fundamental de la dignidad de la persona que, a través del trabajo, se convierte en imagen y semejanza de Dios por su capacidad de dominar y someter la tierra.
  2. “El trabajo es una expresión fundamental de la dignidad humana intrínseca que tiene dimensiones tanto espirituales como materiales”. Esto permite centrar el trabajo en la autorrealización vocacional de cada persona. Si somos seres humanos antes que trabajadores tenemos que considerar que el trabajo está hecho para el hombre y no el hombre para el trabajo. Y esto va a condicionar las circunstancias, los horarios, la remuneración, los esquemas de trabajo…
  3. “El trabajo no sólo tiene una dimensión personal (realización de uno mismo), sino también una dimensión social (el trabajo como puente entre los individuos y la sociedad)” que se enriquece con la contribución creativa de sus miembros. Todo esto pone en crisis el crecimiento sin límite del beneficio personal, la importancia de que los medios estén al servicio del trabajo, el valor de la vida como servicio que mejora la calidad de las relaciones entre las personas y, para nosotros, el convencimiento de que si el trabajo remunerado es también un don de Dios no puede considerarse únicamente como posesión privada sino como don para los demás.
  4. “Además de esa dimensión social del trabajo, las tradiciones religiosas y espirituales llaman también una atención sobre su dimensión trascendente” en la medida que en el hombre o la mujer son gestores de la creación de Dios y con-creadores llamados a completar la creación mediante el trabajo. Esto nos pone en la perspectiva de una comunidad humana mundial forjadora a través de acciones motivadas por el amor. El mercado de trabajo por tanto es importante, pero sigue siendo un instrumento supeditado a la dignidad de la persona, al bien común y a la paz.
  5. “Las tradiciones religiosas, espirituales y humanistas son profundamente favorables a la componente ética del trabajo” no basado solamente en los derechos y las leyes sino sobre la base de la responsabilidad humana, el cultivo de una conciencia moral y un sentido de responsabilidad en la organización y desarrollo del trabajo humano que fomente un tipo de relaciones entre empleadores y empleados que van más allá de la legalidad y la norma. Esto supone transcender una perspectiva del trabajo humano en función de un cuadro de valores compartidos como la dignidad, la confianza, la imparcialidad, el respeto, el trato equitativo, la responsabilidad, la honestidad y la solidaridad.

No es difícil entender que cualquier respuesta que queramos dar, como personas o entes de Iglesia, a la problemática del trabajo juvenil, debería tener en cuenta estos criterios y cruzarlos con otros de tipo político, económico o productivo.
 

  1. Y sobre los jóvenes y su relación con el trabajo ¿qué?

 
Hablamos del trabajo, pero el otro polo de nuestro tema son los jóvenes. Y, también, en este terreno podemos poner de relieve, a falta de otros elementos que irán apareciendo a lo largo del desarrollo de nuestro Foro, algunas expresiones que aparecen con frecuencia sobre el tema. A modo de ejemplo y, dependiendo de lugares y situaciones, podemos indicar expresiones de este tipo:

  • El acceso a la educación ya no es problema para los jóvenes.
  • Como los jóvenes de hoy tienen mejor nivel educativo, no van a tener problemas para encontrar trabajo.
  • Los jóvenes prefierenbuscar hasta encontrar” el mejor trabajo y, a corto plazo, prefieren trabajos temporales para ganar experiencia y encontrar el «más adecuado».
  • Las tasas de paro dan una imagen exacta de los retos del mercado laboral juvenil.
  • Los jóvenes son un grupo homogéneo y las estrategias para abordar los problemas del mercado laboral juvenil pueden ser aplicadas en todos los países.
  • La emigración creciente de los jóvenes hacia las áreas urbanas aminora la necesidad apremiante de dar respuestas a los retos del mercado laboral de los jóvenes que viven en áreas rurales.
  • Los jóvenes son pobres porque no trabajan
  • Es mejor enfocar los programas de creación de trabajos hacia los adultos quebuscan trabajo. Los adultos para mantener a sus familias tienen mayor necesidad de ingresos que los jóvenes.

 

  1. Las preocupaciones de los jóvenes y de las políticas de empleo juvenil

 
Es otro aspecto que nos ayuda a completar la panorámica laboral juvenil en la medida que esas políticas intentan responder en las distintas regiones a situaciones concretas de los jóvenes. De una manera esquemática descubrimos algunos indicadores que servirán después para canalizar la creatividad y la iniciativa juvenil en un mercado cambiante de trabajo.
 

  1. Mirando al futuro

 
Reconociendo la limitación del tiempo disponible, es conveniente que, teniendo en cuenta el conjunto de reflexiones expuestas hasta aquí, entremos directamente al análisis y concreción de algunas de las perspectivas de empleo que ofrecen a los jóvenes la situación actual, la evolución, y las necesidades y perspectivas de futuro del mercado de trabajo.
 
6.1. El primer empleo: la formación
 
Partimos de una primera constante en todas las fuentes de información sobre el tema, que podemos resumir así:

  • en un mercado de trabajo globalizado
  • basado en el reconocimiento de las competencias que definen cada perfil profesional,
  • su formación es el primero y principal trabajo de los jóvenes y
  • el foco de empleo más importante en el presente y en el futuro.

Aún reconociendo el valor del autoempleo o del trabajo informal en zonas geográficas donde el trabajo formal no es abundante, es evidente que nuestra sociedad en general camina hacia un crecimiento del trabajo formal. No en vano el informe de la OCDE titulado «Panorama de la educación 2006», al analizar los indicadores A8, A9 y C4 que guardan relación con el empleo de los jóvenes, los puestos de trabajo y las remuneraciones correspondientes indica que

  • en la mayoría de los países de la OCDE las tasas de empleo son más elevadas cuanto más alto es el nivel educativo alcanzado;
  • las diferencias entre las tasas de empleo correspondientes a hombres y mujeres son mayores entre los grupos que han alcanzado un nivel más bajo de educación, llegando a ser de un 23%;
  • aquellos cuyo nivel de educación es bajo tienen menos posibilidades de participar en la población activa y mayores posibilidades de desempleo;
  • alcanzar los niveles superiores de educación, puede considerarse como una inversión económica que deriva normalmente en unos ingresos más altos a lo largo de la vida de esos individuos;
  • igualmente se puede afirmar que un joven de 15 años, además de los años previstos de educación, puede contar con que, en los próximos 15 años, tendrá empleo durante seis, estará desempleado durante un total de 0,9 años y fuera del mercado laboral durante 1,3 años

Esto hace que los países de la OCDE consideren la segunda etapa de Educación Secundaria como el nivel mínimo para

  • obtener un puesto de trabajo satisfactorio en el mercado laboral y
  • reducir la proporción de población desempleada entre 20 y 24 años en una media de 6,4 puntos porcentuales.

Todo esto, nos lleva a pensar que quienes buscamos un mundo mejor y más justo para nuestros jóvenes tenemos que asumir un primer compromiso, como respuesta eficaz a la problemática acuciante del trabajo juvenil: la opción por una educación y acción formativa que fortalezcan la adquisición de un cuadro de competencias y de valores personales y sociales que favorezcan su inserción profesional y laboral.
 
6.2. Tener en cuenta la evolución y crecimiento de los distintos sectores profesionales.
 
A raíz de las determinaciones de los organismos internacionales – “Objetivos del milenio” (ONU) “Más y mejor trabajo para los jóvenes” (OIT) etc. – los diferentes países ofrecen a los jóvenes orientación y apoyo para el diseño de su futuro profesional. Asumiendo muchos de los aspectos arriba apuntados, ofrecen también pistas sobre otro aspecto fundamental: las tendencias de evolución del mercado de trabajo y de los distintos sectores de empleo. En general parecen confirmarse las siguientes tendencias:

  • baja el número de puestos de trabajo en los sectores primario y secundario –agricultura, minería, pesca, manufacturas – donde las exigencias de competitividad hacen crecer exponencialmente la implantación de sistemas de automatización y disminución de mano de obra;
  • manifiestan una tendencia al crecimiento las profesiones y los sectores que tienen que ver mucho más con la prestación de servicios, sobre todo, los relacionados con

– la educación y la salud,
– los servicios sociales a la comunidad, la asistencia domiciliaria,
– el cuidado y protección del medio ambiente,
– la biotecnología, alimentación, industria farmacéutica
– la seguridad ciudadana y la seguridad en el trabajo,
– la nanotecnología, y la investigación y desarrollo de nuevos materiales,
– el transporte y la logística,
– el ocio, el turismo, los servicios ciudadanos de tiempo libre,
– la creatividad artística, el diseño
– el desarrollo de las comunicaciones y de la industria audiovisual,
– los servicios de banca y de seguros,
– la industria aeroespacial, aviación y defensa.
 
Fácilmente se comprende que todos los sectores en crecimiento no suponen tanto un crecimiento de la masa salarial, sino que exigen:

  • el incremento de una fuerza laboral de élite
  • dotada de un mayor nivel de formación,
  • dotada de competencias personales y profesionales homologables y
  • abierta a procesos de formación a lo largo de toda la vida.

 
Esto refuerza, una vez más la perspectiva de la formación como primera fuente de empleo para los jóvenes en el presente de cara al futuro.
 
6.3. Hablando de “buenas prácticas”
 
No está mal que la panorámica presentada hasta aquí se vea reforzada por la propuesta y breve comentario de las “buenas prácticas” que encauzan la creatividad juvenil en el marco de una evolución sectorial del mundo del trabajo que, a pesar de todo, ofrece nuevas posibilidades de empleo.
 
Sistemas de orientación y acompañamiento
 
Como aportación básica al empleo juvenil para hablar de “buenas prácticas” de orientación y acompañamiento en la inserción laboral de los jóvenes, es interesante recordar:

  • las políticas activas de empleo aplicadas en muchos países de diferentes zonas del mundo,
  • la promoción de sistemas de microcréditos con diferentes niveles de retorno,
  • la creación de una mentalidad cooperativa que se traduce en estilos de asociación y de gestión empresarial muy diferentes,
  • la promoción o, al menos, aceptación de trabajos informales propiamente dichos,
  • actividades dirigidas al fomento del empowerment y del liderazgo,
  • promoción de alianzas entre la administración pública, la sociedad, y la empresa,
  • actividades que favorecen el asociacionismo juvenil de diferente tipo,
  • los denominados nidos o yacimientos de empresas, donde los jóvenes disponen de pequeñas instalaciones comunes para abrirse al mercado local de trabajo,
  • la creación de micro empresas de servicios al amparo de centros de formación profesional,
  • la actividad de los departamentos escuela/universidad-empresa y los servicios de orientación y acompañamiento de esos mismos centros,
  • el aprovechamiento de stages formativos en las empresas por parte de alumnos de formación profesional formal o informal,
  • los servicios sociales de empleo promovidos por la asociación de diferentes entidades parroquiales, Caritas, servicios sociales de los ayuntamientos,…
  • la creación de redes de acción social de diferente tipo: local, regional, de barrio…
  • etc.

 
Trabajo no formal
 
Todo lo indicado en el apartado anterior, en la mayoría de los casos tiene que ver con el impulso y desarrollo de trabajo “no formal” que desde diferentes situaciones, no pocas veces cercanas a la ilegalidad se plasman en actividades de autoempleo y de servicios que guardan relación con:
– asistencia domiciliaria,
– mantenimiento y reparación de automóviles, instalaciones,
– alimentación y comida rápida,
– apoyo y mantenimiento de sistemas informáticos,
– ocio, turismo y tiempo libre,
– comunicación y transporte rápido, logística, paquetería,
– reparación y mantenimiento de mobiliario y de maquinaria doméstica, etc.
– refuerzo escolar, aulas a domicilio,…
– reprografía e imprenta rápida,
– jardinería, fruticultura y horticultura,
– autoconstrucción,
– venta callejera o a domicilio,
– artesanía local,
– explotación agropecuaria,
mailing, propaganda,
– servicios ofrecidos por internet
– mercado informal de bienes y productos,
– talleres protegidos,
– casas de empleo,
– etc.
 
En dependencia de las características específicas del mercado local, de las características específicas de cada país, y de los niveles tecnológicos y comerciales alcanzados, es evidente que muchos de estos servicios y actividades se mantienen preferentemente en economías de supervivencia, de empleo temporal y de bajo empleo. Es más, a medio plazo, la experiencia nos dice que, en la medida que los respectivos países van adquiriendo mayores cotas de desarrollo, muchas de estas actividades van entrando por cauces de regulación legal lo que supone condiciones que dificultan la autonomía y ponen trabas a la iniciativa de los jóvenes, convirtiendo estas mismas actividades en focos de cierta marginalidad laboral, si no de explotación por parte de entidades o empresas más fuertes.
A ello conviene añadir la realidad de que muchas de estas actividades se desarrollan conforme a ciertos esquemas organizativos donde, en dependencia de las competencias y habilidades adquiridas se establecen redes de elaboración y aprovisionamiento de producto, manufacturación, comercialización, repartos de beneficios con diferentes niveles de legalidad y de justicia. En relación con este conjunto de prácticas de orientación y acompañamiento en la inserción laboral de los jóvenes, las situaciones concretas pueden ayudarnos a plantearnos una mirada crítica sobre la realidad que se concreta e cuestiones relacionadas con:

  • la eficiencia real de los microcréditos al autoempleo,
  • los niveles reales de retorno que se alcanzan,
  • la pervivencia media de organizaciones cooperativas de producción y comercialización de productos,
  • los niveles de sostenibilidad alcanzados,
  • el índice de “mortalidad industrial” de las actividades de autoempleo,
  • la incidencia de estas actividades en la economía local,
  • todo lo que guarda relación con el “comercio justo”,
  • etc.

 
Pistas para la generación de trabajo formal
 
Felizmente también podemos ofrecer experiencias de creación de trabajo “formal” aunque siempre hay que poner el acento, no sólo en los jóvenes protagonistas del desarrollo de estas industrias, sino en la posibilidad de establecer como meta la generación de entidades de promoción de empleo en las que participan agentes sociales muy diferentes tales como ayuntamientos, ONG’s, entidades de derecho público, organizaciones de acción social o de caridad, centros educativos, etc. La clave está en “establecer puentes” entre distintas entidades para generar un tejido social donde sea posible establecer planes progresivos de generación de empleo o de industrialización. Entre otros ejemplos citamos los siguientes:
 

  • Cisco Internet Networking Technology Training for African Women promotoraen Etiopía de cursos de informáticaparamujeres,
  • Harnessing como iniciativa de ayuda a la formación de 600.000 jóvenes en Nigeria
  • The Global Allianceen Sudáfrica como empresa de subcontratación de personas más jóvenes con apoyo del Gobierno y del Banco Mundial,
  • TheCanadianYouthBusinessFoundation (CYBF) que favorece la creación de empresas por parte de los propios jóvenes con apoyo de las mismas empresas del entorno
  • BharatiyaYuvaShaktiTrust (BYST) de la india constituida como empresa de manufacturas electrónicas formada por jóvenes en dificultad;
  • LaCalifornia HighSchoolCareerAcademies que en Estados Unidos organiza cursos de formación empresarial con el apoyo y la presencia de las empresas estableciendo un parque variado entre la escuela, la empresa, y las situaciones de enseñanza superior
  • TheLuangeniFarmingCommunityInitiative de Zambia que ayuda a crear con el apoyo del gobierno y de alguna universidad diferentes empresas de producción agrícola en ambientes rurales.
  • El TheBodyShop’s de Australia consigue crear con jóvenes una empresa autónoma de fabricación de camisetas y uniformes para los vendedores de sus centros en todo el mundo.
  • La ThaiBusinessInitiative in Rural Development TBIRD que se constituyen en entre gestor de los recursos acuíferos, la formación ocupacional, la explotación fue extra al, la conservación ambiental, y la construcción en un ambiente rural de Tailandia.
  • Los programas “Emprendedores” promovidos por diferentes entidades económicas o regionales de España,

 
Detrás de todas las experiencias radica siempre el establecimiento de puentes entre diferentes entidades comprometidas en la promoción del empleo juvenil pero siempre superando las tentaciones centradas en:

  • una relación filantrópica entre el donante y el receptor,
  • la necesidad de dar respuesta a unas exigencias de responsabilidad social de algunas empresas,
  • la de una ciudadanía cooperativa por parte de las empresas que también buscan su propio beneficio en su colaboración en esta tarea.

Desde el punto de vista de las relaciones establecidas, se trata siempre de moverse en la dinámica del ganar-ganar por parte de las entidades promotoras y de los jóvenes destinatarios.
Para terminar, quiero citar un poema de Bertold Brech: Refugio nocturno.
Me han contado que en Nueva York
en la esquina de la calle 26 con Broadway
se pone cada atardecer un hombre
durante los meses de invierno
y, pidiendo a los que pasan,
consigue un techo para que pase la noche
la gente desamparada que allí se reúne.
Con eso no cambia el mundo
no mejoran con eso las relaciones entre los seres humanos
no es ésa la forma de acortar la era de la explotación.
Pero algunos hombres tienen cama por una noche
se les abriga del viento durante toda una noche
y la nieve a ellos destinada cae en la calle.
No abandones el libro, tú que lo estás leyendo.
Algunos hombres tienen cama por una noche
se les abriga del viento durante toda una noche
y la nieve a ellos destinada cae en la calle.
Pero con eso no cambia el mundo
no mejoran con eso las relaciones entre los seres humanos
no es ésa la forma de acortar la era de la explotación.
Nuestra pretensión no era “cambiar el mundo”. Era sólo colaborar en nuestroForo para entender que detrás de cada joven que busca trabajo, se esconde una historia personal de alguien que con su trabajo puede continuar la labor creadora de Dios que nos confía la tierra para “dominarla” y para “someterla” al servicio de un “cielo nuevo” y una “nueva tierra”. Unidos con esos jóvenes que buscan, entre todos lo haremos posible.
 

ÁNGEL MIRANDA