Cristianismo y política

1 junio 2003

«El Concilio ofrece a la humanidad

la sincera colaboración de la Iglesia

para lograr la fraternidad universal».

                            (GS 3)

 
Dimensión pública de la fe cristiana
 
¿Debe un cristiano meterse en política o mantenerse al margen? ¿Qué partidos políticos son cristianos y cuáles no? ¿Por qué no nos dicen los obispos más claramente a qué partido votar?¿Por qué el Papa condena a los que desatan una guerra…? Estas preguntas nos indican que el bimonio cristianismo y política siempre ha sido incómodo. No está de más, por tanto, intentar aclarar un poco las cosas.
 
La Iglesia no puede ser nunca más que su Señor: la actuación de Jesús siempre le es normativa. También –¿por qué no iba a ser así?- en este campo. Hoy nadie pone en duda que la actividad pública de Jesús se centró en el anuncio con obras y palabras del Reino de Dios. Pues bien, la salvación integral del Reino incluye la promoción social de las personas concretas y de la “sociedad”. Una comunidad cristiana que se desentienda del bien común descuidaría gravemente una parte esencial de su misión. La fe tiene una irrenunciable dimensión pública. Decir que la fe cristiana es cuestión privada de la persona y no debe influir en las opciones sociales y políticas –y hay quien lo dice…- es ignorar el evangelio y la espina dorsal de la Gaudium et Spes, que sigue siendo un brillante compendio del pensamiento cristiano sobre la vida social y política. Los Obispos españoles lo recordaban hace unos años, en un texto que llamaba caridad política al compromiso político cristiano: “Entendemos por caridad política un compromiso activo y operante, fruto del amor cristiano a los demás hombres, considerados como hermanos, a favor de un mundo más justo y más fraterno con especial atención a las necesidades de los más pobres” (Los católicos en la vida pública, nº 61).
 
La imposible neutralidad
 
Se sigue oyendo decir que Jesús fue apolítico, ya que se negó a ser rey o mesías político. Es señal de que seguimos reduciendo política a “política de partido”… En realidad, cada acto y cada palabra de Jesús tuvo repercusiones políticas, pues influyó en la vida social de las personas que le rodeaban. Si no hubiera sido así, resultaría imposible explicar su muerte de cruz.
 
Afirmaciones como las anteriores son posibles porque hay quien sigue creyendo –unas veces con indudable ingenuidad, otras por intereses mucho más oscuros- que es posible la neutralidad política. No es que sea bueno o malo ser neutral en política, sencillamente es imposible. Cuando trabajamos, jugamos, hablamos, educamos… estamos haciendo, lo sepamos o no, opciones sociales y políticas, porque no vivimos en la estratosfera, sino aquí y ahora. El que se declara apolítico está apoyando sin saberlo una opción política muy concreta: la del satus quo, la de dejar las cosas como están… Tampoco hay acción pastoral sin repercusiones políticas: ¿Cuáles favorecemos nosotros, sabiéndolo o no, en nuestro compromiso educativo con jóvenes…?
 
Así pues, el proclamarse apolítico, queriéndose lavar la manos como hiciera Pilato, no elimina la repercusión política de nuestras actuaciones. Y no está de más recordar el famoso gesto del procurador romano, porque precisamente el no querer mancharse las manos es la principal motivación de esa pretendida (pero imposible) neutralidad o apoliticismo (recordemos aquí el famoso análisis de Jean Paul Sartre sobre la mala conciencia de la práctica política en Las manos sucias). Nunca deberíamos olvidar la conocida parábola de Raoul Follereau, el conocido apóstol de los leprosos, que concluía que Dios no quiere que nos presentemos ante él al final de nuestra vida con las manos limpias si eso implica que estén vacías…
 
Opciones irrenunciables del compromiso socio-político cristiano
 
Así pues, el cristiano – a nivel personal y comunitario- debe ser alguien con un serio compromiso socio-político, que es “la opción, motivada e informada por la fe, que se expresa en una práctica o acción social que busca incidir en el nivel estructural de la realidad para lograr su transformación y así contribuir a configurar una sociedad más justamente configurada, en la que todos los seres humanos puedan ser respetados en su dignidad y adquirir la condición de sujetos que les es propia” (Julio Lois). Entre los valores de humanización que deben guiar al cristiano en su compromiso político no todo es igual de urgente. Si la gloria de Dios es que el hombre viva (S. Ireneo de Lyon), es especialmente urgente favorecer la vida de los millones de personas que mueren cada año en el mundo a causa de la injusticia y la pobreza. En el fondo, las opciones irrenunciables de la acción social y política de los cristianos vienen marcadas en el capítulo 25 del evangelio de Mateo: porque tuve hambre, tuve sed, estuve enfermo, fui forastero, estuve preso…
 
Sobre los modos
 
A la hora de concretar dicha opción –que fue la de Jesús- las comunidades cristianas deben ser fieles al deseo formulado en Gaudium et Spes de estar al servicio de la humanidad, sin imposiciones de otros tiempos, y renunciando a modelos que han dañado la libertad del evangelio, como la confesionalidad de los estados, porque “las ideas no se imponen, sino que se proponen” (Juan Pablo II a los jóvenes en Madrid, 3 de mayo de 2003). Así hay que traducir hoy las palabras de Jesús (“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”), no como apoliticismo, sino sabiendo respetar la autonomía legítima de las realidades terrenas (cf. GS).
 
Ello supone trabajar por poner las instituciones políticas al servicio de las personas: de ahí la comparación entre modos de política que queremos reflejar en nuestra portada. Educar a los jóvenes en la participación social y política entendidos como servicio a su comunidad es, pues, tarea fundamental de la pastoral juvenil presente y futura. Un compromiso abierto siempre al resto de la humanidad, como recordó el Papa en Madrid al invitar a los jóvenes a construir “una Europa decidida a aunar sus esfuerzos y su creatividad al servicio de la paz y de la solidaridad entre los pueblos”.