Jesús recorría toda Galilea llamando a personas, que como tú y como yo, buscaban algo diferente para sus vidas… Así fue como formó el grupo de los doce apóstoles, encomendando a cada uno de ellos una misión, una tarea que debían llevar a cabo…
Al primero que llamó le hizo saber parte de su proyecto: parar los ataques del contrario. Para tal objetivo él era una pieza clave, por lo que tendría que trabajar a tope hasta lograr una excelente agilidad y un “buen repertorio de reflejos” de manera que pudiese solucionar el error antes de que ya fuese demasiado tarde (Portero)
Llamó después a un hombre con una gran fortaleza. Le encargó una tarea difícil pero muy importante: convertirse en un sólido baluarte no dejándose embaucar por los ataques del rival (Central). Junto a él llamó a otro con el objetivo de que le cubriera las espaldas, haciéndole continuamente la cobertura. A éste sin embargo le dio más libertad de movimiento, de manera que fuese allí donde más necesitaran de su presencia (Libre)
Seguidamente convocó a dos hermanos ordenándoles que no dejaran espacios libres por donde entrara el odio y la venganza, que no tuvieran miedo y que jamás especularan. En definitiva que fuesen valientes y, que cuando los acontecimientos se lo permitieran, se lanzaran a hacer el bien (Laterales)
Al siguiente que llamó le indicó que actuara de contención, moderando las opiniones de unos y otros para sacar en cada momento el mayor fruto posible. Se situaría en la zona de gestación, allí donde se inician las buenas ideas (Volante-Pivote)
Llegados a este punto Jesús caminó varios días hasta encontrar a la persona indicada. Cuando le halló le puso el brazalete y le manifestó su deseo: debería ser el cerebro, el que distribuyera las tareas y el que pusiera orden en las tanganas que pudieran producirse. Sin embargo le dejó bien claro que su carisma y liderazgo lo debería utilizar para servir a los demás (Organizador-Medio centro)
A su lado colocó a otros dos hermanos con una doble función. La primera llevar el Evangelio a todos los rincones de la tierra, y desde allí lanzar el esférico de la Buena Noticia. La segunda tarea, achicar espacios, o sea, reducir, junto a sus compañeros, el campo de acción cuando el enemigo fuese más fuerte que ellos. Se trataría de embotellar al rival hasta dejarle sin fuerzas (Extremos-Interiores)
Luego llamó a otro al que le mandó ser el mensajero (recoger las ideas de cada uno de sus compañeros y comunicárselas al resto del equipo). En primer lugar debería poner en dificultad al enemigo para que no sacara sus planes adelante (se trataría de no dejarle pensar). En segundo lugar tendría que adquirir una gran inventiva y capacidad de improvisación, surtiendo de excelentes oportunidades a sus compañeros (Media punta)
A continuación llamó al que, poco tiempo después, se convertiría en el más ambicioso del grupo, una persona capaz de culminar el buen hacer de sus compañeros, sería como una especie de cañonero definiendo las oportunidades brindadas por su equipo. Se valdría de todos los recursos: de cabeza, con ambas piernas, de chilena, haciendo una rabona, inventándose una paradinha… para meter cuantos goles fuesen posible, goles al egoísmo, a la intolerancia, a la apatía o al desamor, armas con la que -no debían olvidar nunca- solía jugar muy a menudo el equipo rival (Delantero centro)
Finalmente llamó al último jugador, y con la alineación completa inició su misión… Sin embargo cuando solamente había transcurrido un tercio de la temporada se encontró con la desagradable sorpresa de que uno de sus jugadores había abandonado el equipo para firmar por otro que había pagado sobradamente su cláusula de rescisión…
Inmediatamente el capitán al percatarse de la situación se acercó al área técnica y, con la autoridad que le daba el brazalete, se dirigió a Jesús con estas palabras:
–Mister, así no podemos vencer, somos once, falta uno.
Jesús, acercándose a la medular, les juntó en círculo y les dijo:
–Es cierto que nos falta uno, pero no os desaniméis, ya encontraremos a alguien…
Y dándoles unas palmadas les envió a las duchas…
Fue así como Jesús desdobló su jornada de trabajo. Por la mañana dirigía los entrenamientos mientras que por las tardes se dedicaba a “ojear el mercado”… de hecho hoy en día Jesús sigue buscando jugadores para su equipo… Si estás libre, piénsatelo: ¡el “Presi-Dios” paga muy bien!
José María Escudero
PARA HACER
- ¿En qué posición del campo estás jugando actualmente en tu vida? ¿Defendiendo, eres un acérrimo defensor del ciertos valores como al amistad, el respeto, la tolerancia…? ¿O más bien juegas al ataque, lanzándote a la aventura, corriendo riesgos, siendo radical en tus decisiones…? ¿O tal vez te guste organizar, tienes carisma, te gusta enseñar a los demás con tu ejemplo?
- Hacer en pequeños grupos en una cartulina un campo de fútbol. Imaginad que os enfrentáis a las catástrofes que originan siempre una guerra… ¿Qué tipo de jugadores pondrías, qué esquema de juego (un 4-4-2 o un 3-4-3…), qué estrategias llevarías a cabo para vencerles, qué características tendrían que tener cada jugador…?
- “Si estás libre, piénsatelo…” ¿Qué pasaría si yo formara parte de ese equipo de Jesús?