- Ama el silencio que lo invade todo,
porque en él se cierne el Espíritu de Dios amor.
- Abísmate en el silencio. Muévete en él.
Alcanza el ignoto mundo de la eternidad feliz.
- No temas el silencio cuando está cargado de Dios.
Gústalo una y otra vez hasta que sea hecho en silencio
silencio del mismo Dios.
- Vive el silencio de amor, rezuma silencio,
expresa silencio: es la palabra más sabia,
profunda, acertada y universal que sabrás pronunciar.
- Entra en el silencio de Dios
y descubre en el más profundo centro
que estás siendo, amando, sirviendo.
- El silencio es el diálogo delicado de los que aman.
Brota como exigencia del amor que les invade.
Sin él, todo sería muy poco.
- Vive en silencio alcanzando el amor de Dios,
la comunión de gracia y el servicio a la caridad fraterna.
- Deja que el silencio te virginice más y más.
Camina en alas del silencio transido de divinidad
hasta que todo tu proyecto sea fecundo.
- Silencio interior y exterior: victoria sobre la tiranía
de las pasiones. Has aprendido a ser persona pneumatizada.
- Silencio… Silencio… Silencio…
¡Sabiduría de los pobres de Dios!
Mª ESPERANZA VITALES OTÍN
Para hacer
- El silencio nos ayuda a madurar, nos hace ser. Pero ahora le tememos: no aguantamos estar unos momentos en silencio, nos pone nerviosos… ¿Qué nos aporta este decálogo?
- ¿Nos es fácil vivir en silencio? ¿Nos cuesta? ¿Por qué?
- Téngase en cuenta que este decálogo fue escrito por la fundadora de las «Misioneras de Nuestra Señora del Pilar». Se nota en las expresiones que usa y en el planteamiento que tiene. Para el trabajo con los jóvenes necesita un concreción y formulación distinta. Hacerla.
- Elaborar el propio decálogo del silencio: reformular estas propuestas concretando situaciones personales para madurar en silencio.